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Leave everything behind if you want to survive

Summary:

Los sueños de Obi-Wan fueron destrozados desde el momento en que ha recogido todas sus pertenencias en un morral y llevado a los Campos Agrícolas, dejando atrás todo lo que conocía.

Pero la vida solo le da más desgracias en tan poco tiempo, hasta que se apiada y llega alguien para cuidar sus heridas.

Notes:

Primero que nada vengo a desearles feliz año nuevo 🎉✨💕🎇

Espero que se la pasen lindo en estas fechas y esperando que todos sus propósitos se logren ✨

Iniciando el año con el pie derecho: ¡Nuevo fanfic con nuestros gays favoritos! 😻💕

(See the end of the work for more notes.)

Chapter Text

Obi-Wan Kenobi recuerda claramente los momentos de su niñez, donde pudo vivir sus primeros años una vida cómoda y tranquila en Coruscant; si bien no fue una vida ostentosa como muchos creerían sino más bien fue una donde cubría sus necesidades en el Templo.

Él había crecido con la ilusión de convertirse en ser seleccionado, convertirse en padawan y una vez alcanzado pasar sus pruebas poder convertirse en un Caballero Jedi, tal vez incluso convertirse en un distinguido Maestro Jedi y viajar por las estrellas para ayudar al prójimo. 

Pero sus sueños se ven destrozados en tan poco tiempo, ya que la mayoría de sus compañeros del creché habían sido elegidos por algún caballero para convertirlo en su aprendiz y los pocos que no habían sido elegidos habían optado por otras ramas tales como la medicina, exploradores, profesores o incluso cuidadores, pero Obi-Wan se había aferrado a la esperanza creyendo que tendría más tiempo pero no fue así.

Con sus pocas pertenencias es enviado al Cuerpo Agrícola con las palabras de aliento de que haría un excelente servicio para los planetas más necesitados pero para Obi-Wan era un fracaso contundente pues había escuchado en susurros que aquella rama era considerado para muchos un lugar para los fracasados al no tener algo emocionante que aportar.

No habla con los pocos iniciados que tampoco fueron elegidos y mucho menos con algunos caballeros que iban por voluntad propia para sus investigaciones en el campo, así que cuando llega solo se encarga de hacer las tareas que le ordenan; no hace el intento de hablar con el resto y los otros tampoco hacen el esfuerzo pues cada quien está viviendo su propio duelo.

Pasa poco más de un mes cuando ya tiene una rutina y una pequeña tarea que le otorgan a todos para darle responsabilidad que lleva en automático, es repetitivo y de cierta manera aburrido dejándolo buscando las posibilidades de no haber sido elegido por algún maestro: ¿era porque era demasiado impulsivo? ¿por cuestionar algo? ¿por no estar tan conectado por la fuerza? ¿por sus visiones esporádicas?

Tantas preguntas se acumulaban pero siempre quedaban sin respuesta.

El tiempo pasa y con ello las responsabilidades que le otorgan, no habla más que lo necesario con sus compañeros, sus tutores le enseñan cómo utilizar la fuerza para mejorar los cultivos y como dentro de poco les estarán mostrando las sub ramas de la estación tales como investigaciones para cultivar en algunos planetas hostiles o simplemente hacer un fertilizante.

Pero aquellas promesas no llegan, al menos para Obi-Wan, ya que esa tarde hubo un ataque de piratas que simplemente querían créditos de manera rápida; así que atacando algunas de las pequeñas bases de investigación causan destrozos y pánico, mientras que los adultos tratan de defender a los más jóvenes Obi-Wan es raptado ren la ultima emboscada causando que uno de los adultos sea herido en el proceso dejandolo así incapacitado y logrando que se llevaran al niño junto con los creditos de la ultima investigación.

Obi-Wan es vendido para que trabaje en unas minas en condiciones deplorables; es enviado a espacios demasiado pequeños para un adulto, trabaja hasta que su cuerpo ya no puede más, es alimentado con sobras y con poca agua que solo sirve para sobrellevar el día pero no lo suficiente para poder escapar; las ropas se convierten en harapos y hace lo que puede para sobrevivir otro día.

El niño es demasiado débil para utilizar la fuerza y teme mostrar algún signo de debilidad para que lo vuelvan a castigar, una actividad demasiado entretenida para sus esclavistas en azotar repetidamente la espalda de la pobre víctima de turno o peor aún que activar el chip y darle fin a aquel sufrimiento.

En una de las grandes minas hay una gran explosión que causa varias muertes, esclavos y esclavistas por igual, causado por las malas condiciones y por un ataque a otro grupo de piratas que lo toman como venganza al no pagar la cuota acordada con sus “socios” causando así un derrame de sangre por todos lados.

El pelirrojo es capturado por segunda vez cuando intenta escapar y es enviado a una de las zonas donde tienen poca, sino nula, relación con las leyes y comunicación con La República dando así sus propias leyes donde probablemente sea vendido a algún burdel por sus facciones femeninas y delicadas, causando un ataque de pánico en el joven.

Cuando llegan al planeta es arenoso y demasiado caliente a causa de los dos soles, su piel pálida y maltratada se quema rápidamente y su boca se seca en tan poco tiempo, se tropieza varias veces al no estar acostumbrado en caminar en la arena y demasiado débil a causa de la desnutrición que llega a un punto que lo llevan a rastras a la ciudad más cercana donde lo arrojaron al suelo una vez que ingresan al edificio donde lo vuelven a vender para una subasta.

Escucha que gritan órdenes en un idioma que no entiende y lo llevan a otra habitación donde lo limpian y lo revisan por todos lados, dando paso a la humillación ante tales acciones, escucha otra palabra que no conoce pero sabe lo que significa para acto seguido ponerle un collar en el cuello y muñecas para evitar su escape y ponerle ropa con telas demasiado transparentes, dejando la piel expuesta que no deja mucho a la imaginación.

Le pintan los labios, le limpian las lágrimas y le acomodan el cabello antes de sacarlo al exterior donde hay una pequeña plataforma donde están expuestas varias personas de diferentes especies humanoides, todos adultos rondando entre los 20-30 años y con vestimentas aunque provocativas eran más modestas.

Obi-Wan es el único niño que hay ahí.

Siente la pena de sus acompañantes pero Obi-Wan no se atreve a levantar la mirada del suelo; siente las miradas pesadas de varios adultos sobre él e incluso le han obligado a levantar el rostro para sus posibles compradores que lo ven de forma morbosa, hablen con su vendedor, sueltan algunas palabras malsonantes antes de irse molestos.

Siente cómo su estómago se retuerce a causa de los nervios cada hora que pasa y teme vomitar, no sabe que es peor: que alguien lo compre o lo lleven directamente al burdel apenas inicie la noche.

Escucha la voz de una mujer hablar en aquel idioma extraño con su vendedor pero no se atreve a levantar el rostro, teme hacerlo ya que podría encontrarse con la mirada de algunos de aquellos hombres, así que no se da cuenta que lo han jalado del brazo hasta que lo han bajando así del escenario donde lo tenían exhibido haciendo que el corazón del niño golpea salvajemente a causa del miedo.

“Aquí están los créditos y tres litros de agua.” Dice la mujer mientras le pasa un pequeño costal y un envase mediano donde está el oro en estado líquido de ese planeta. “Espero que Jabba se entere de la nueva mercancía que estás tratando de ingresar al mercado.”

El hombre solo bufa en tono burlón pero recibe el pago con una sonrisa engreída y le entrega una pequeña bolsa donde se supone que está el control de la bomba y la llave de las cadenas, la cual la mujer se la arrebata mientras atrae al niño para alejarlo de aquel sujeto.

Sin decir nada cubre al pelirrojo con su capa y le pone la capucha para cubrirlo completamente del sol y de las miradas curiosas al estar vestido de esa forma tan humillante antes de abrazarlo por los hombros.

“Vamos cariño.”

Lo guía a un pequeño vehículo viejo de carga, la mujer toma un pedazo de cuerda que tiene cerca y lo rodea en la cintura del niño para que sirva de cinturón y evitar así que se abra la capa que trae puesta. Una vez satisfecha lo sienta detrás suyo, en medio de la mercancía, antes de iniciar el viaje antes que se oculte el segundo sol.

Ninguno de los dos habla en el transcurso del viaje.

Llegan a una pequeña casa en medio de la nada, a simple vista solo un gran platillo de lo que alguna vez fue blanco enterrado en la arena, la mujer se cuelga la mochila, toma la bolsita y guia al niño hacia la entrada de la vivienda abrazandolo por los hombros e ignora la reacción de encogimiento de este.

“¿Mamá, estás en casa?”

El pelirrojo se queda congelado al escuchar la voz de un hombre adulto y empieza a temblar en su lugar. ¿Para eso lo trajeron aquí? ¿Para satisfacer al hijo de aquella mujer?

“Cariño respira.” Le dice la mujer castaña antes de tomar su mano y ponerla sobre su pecho. “Respira conmigo ¿si?”

Obi-Wan sigue los ejercicios de respiración aunque a duras penas ya que sus pulmones no cooperan en lo absoluto, siente como si estuviera sumergido en una gran alberca donde no puede percibir por completo los sonidos alrededor suyo ni las figuras que lo rodean, solo lo que puede ver es el rostro de la mujer que está frente suyo.

Es castaña y sus ojos son oscuros igual que su cabello; su piel es morena y maltratada por el sol pero aun así conserva su belleza de su juventud. Lo guía con una tranquilidad infinita para que salga de aquel ataque que está sufriendo; puede percibir el ligero olor que desprende haciendo que poco a poco se relaje y vuelva en sí.

“Estás a salvo, cariño.” Le limpia las lágrimas ¿cuando empezó a llorar? “Ya todo terminó ¿okay? Vamos a cambiarte esas ropas por unas más cómodas, pero primero te quitaremos esas horribles cadenas. ¿Te parece bien?”

Cuando percibe la afirmación del niño saca la pequeña llave de la pequeña bolsa y le quita los grilletes que tiene, después lo guía hacia el cuarto de baño donde le llena una pequeña tina que casi no usan quedando de espaldas para darle privacidad al joven, solo se voltea cuando siente un ligero tirón en un costado de su ropa así que aun sin voltear la castaña le pasa una toalla para que se cubra y solo se gira cuando vuelve a sentir el tirón en su ropa.

El pelirrojo está cubierto con la toalla, la cual está puesta debajo de sus axilas pareciendo que trae un vestido sin tirantes, así que la mayor lo guía hacia la tina y lo obliga ingresar ahí con la prenda puesta.

Con una pequeña cubeta le echa agua y con un poco de jabón lo empieza a bañar; Obi-Wan no se mueve en lo absoluto mientras siente las manos de la mujer lavar su cabello o cuando siente el cubetazo con agua sobre el.

Ve sorprendido una esponja y el jabón frente suyo. La mujer solo le regala una sonrisa tranquilizadora. “Espero que te talles bien el cuello y en medio de los dedos, yo ya cumplí con tallarte detrás de las orejas.”

Sin decir nada la mujer se voltea frente suyo para darle privacidad y una vez que está seguro que no se está asomando empieza a tallar, siempre alerta de si hay algo extraño; se lava con rapidez y se talla con fuerza el rostro para quitar por completo el maquillaje que le habían puesto horas antes.

Cuando termina abre la boca pero la vuelve a cerrar, repite la acción dos veces más pero de su boca no sale ningún sonido así que con nervios a flor de piel utiliza la pequeña cubeta como un pequeño mazo y golpea la superficie de la tina dos veces consecutivas para llamar su atención.

La castaña solo le sonríe mientras lo envuelve en otra toalla y le pasa unos pantalones y una blusa que parece una bata para él pero ella le pone un cinturón de tela para sujetar las prendas y le dobla las mangas para que pueda ver sus manos; le seca su cabello y toma un cepillo para poder desenredarlo.

“El cabello está demasiado maltratado.” Le explica mientras toma unas tijeras. “Necesitaré cortarlo para evitar dañar tu cuero cabelludo.”

O evitar que tenga piojos 

Obi-Wan piensa aquello no dice nada, solo escucha el suspiro de la mujer para acto seguido escuchar las tijeras cortar su cabello; con cada sonido de las tijeras puede ver como el pequeño mechón de cabello que hay en el suelo crece. Una vez que termina puede ver que su cabello ha terminado por completo en el suelo y poco después en la basura.

La mayor lo guía hacia el pequeño comedor donde puede ver a dos adultos, un hombre y una mujer (al parecer ambos betas según puede percibir en su olor) que termina de hablar en susurros para prestarle atención a los recién llegados, pero la castaña solo saca un plato de la alacena, pone el holovideo que reproduce algunas noticias del exterior y le sirve una gran porción de lo que hay servido en la mesa.

“Vamos, necesitas comer.” Cuando lo ve titubear solo le sonríe de forma maternal.

El pelirrojo come titubeante pero apenas prueba el primer bocado pareciera que su cuerpo le recuerda el hambre atroz que tiene así que apenas masticando la comida empieza a llevarse más y más a la boca al probar la comida más rica y decente que ha tenido en mucho tiempo. Se talla los ojos al sentir sus ojos llorosos y solo se enfrasca en comer y beber la leche azul que le ha puesto la mujer rubia.

Los adultos hablan sobre algunos temas relacionados con algunas piezas, granjas y demás cosas mundanas, como si no hubiera un niño esclavo recién llegado a su casa y fuera la cosa más normal del mundo. Tal vez lo fuera.

 “Mi nombre es Shmi Skywalker.” Se presenta la castaña una vez que se percata que le da el niño. “Él es mi hijo Owen y su nueva esposa Beru.”

“Mucho gusto.” Le dice Beru con una voz que lo tranquiliza inconscientemente. “Es un placer conocerte.”

Owen no dice nada, solo se enfrasca en su comida y Beru solo rueda los ojos ante la conducta de su esposo. “No te preocupes, Owen tiene una forma extraña de mostrar cariño.”

“¿Tienes algún nombre?” Le pregunta Shmi. “¿Podrías decirme cómo te llamas?”

Obi-Wan solo se queda en silencio, titubea un poco antes de afirmar con la cabeza pero cuando abre la boca nuevamente no sale ningún sonido haciendo que fruncir el ceño y mejor opta por encogerse de hombros.

Los tres adultos se miran preocupados pero tratan de tranquilizarse para no preocupar al joven, así que Beru decide aclararse la garganta. “¿Puedes escribirlo?”

“Tal vez no sabe escribir.” Dice Owen con seriedad. “O tal vez no le han dado uno formal.”

Las mujeres hacen una mueca al escuchar aquello, a veces los esclavos les hablan como objetos, cuando cambian de dueño les cambian el nombre más de acuerdo al agrado de su comprador o simplemente el mismo esclavo tiene un nombre “oculto” que utilizan para sentirse como un ser libre.

 “¿Qué te parece si te ponemos otro nombre? Para iniciar un nuevo comienzo.”

El pelirrojo solo se encoje de hombros para quitar importancia, aunque no quisiera cambiarse el nombre ante la ley del planeta ellos podían hacer lo que quisieran ya que técnicamente les pertenecía por derecho y él no era más que simple mercancía que no tenía voz ni voto.

“Muy bien déjame pensar… Podría ser Jaina, Aayla, Tahiri…”

Obi-Wan sólo niega la cabeza mientras escucha a Beru. ¡Esos eran nombres de niña!

Shmi solo se ríe al ver el rostro del joven que mira a la rubia con horror reflejado en su rostro y se ríe aún más al recibir la mirada confundida de esta. “Creo que no es una niña sino un niño, Beru.”

“¡Pero tiene facciones demasiado delicadas!”

“Cariño, todos cuando somos pequeños tenemos facciones delicadas.”

La pareja inicia una pequeña pelea sobre cómo era posible que un niño se viera tan femenino y viceversa, pasando a los posibles nombres neutros y demás hasta terminar desviándose poco a poco del tema principal.

“Ben.”

Obi-Wan se gira a ver a Shmi que lo ve con una pequeña sonrisa en sus labios, transmitiendo tranquilidad y él solamente le regresa la sonrisa aunque cree que sería más una mueca forzada que otra cosa.

“Ben.” Repite Beru probando el nombre. “ Me agrada, ¿te gusta?”

El joven repite el nombre en su mente; es corto, fácil de recordar y muy alejado de su verdadero nombre… Ve el rostro de ambas mujeres y no tiene corazón de rechazarlo, en especial al ver los ojos castaños de la mayor que lo ven haciendo que la fuerza cante tranquilamente haciendo que afirme con la cabeza por aquel nombre.

Se dice que es para evitar problemas, podrían darle un nombre atroz o ni siquiera otorgándole un nombre en lo absoluto… Pero al ver la sonrisa de ambas mujeres hace que sienta un pequeño calorcito en el pecho que prefiere ignorar.

Continúan con la cena y con las conversaciones; Owen se queja de una máquina que va lenta y sobre algunas piezas que tendrá que comprar en el mercado para reemplazarlas, Beru habla sobre el encargo de comida seca que tiene que entregar y Shmi agrega un poco de ambos temas más las tareas que tendrá que realizar en la granja.

Le explican que manejan una granja de humedad y que básicamente se encargan de recolectar la humedad del aire para convertirlo en agua, el cual venden una parte en el mercado y otra la tienen para uso personal.

Hablan un poco más y la pareja se encarga de limpiar la mesa y asegurar la entrada para evitar visitas inesperadas a causa de la inseguridad del planeta, dejando a Shmi guiar al joven a una habitación en la cual ingresan y el joven puede ver qué hay una cama, un escritorio y algunas cajas que sospecha que son piezas de las máquinas y otras cosas rotas o sin usar que tenían guardadas en esa bodega improvisada.

“Muy bien, está será tu nueva habitación.” Le dice Shmi mientras le tiende la cama con una sábana que sacó de una de las cajas. “Lamento el desastre, hace tiempo que no se usa pero cumple con su función.”

La castaña solo ve a Ben en el marco de la puerta y puede ver cómo mira con nerviosismo el lugar así que le regala una sonrisa pequeña que espera que reflejen tranquilidad.

“Debes de estar cansado, así que no me sorprendería que te quedarás dormido apenas toques la almohada.”

El pelirrojo camina lentamente hacia la cama hasta quedar a un lado y la castaña solo le da un movimiento en la cabeza haciendo que el joven se recueste temeroso en la cama; con cuidado la mujer lo arropa y no satisfecha le pone una colcha más gruesa.

“La noche es demasiado fría.” Le dice mientras lo cubre hasta el cuello. “Más vale prevenir.”

Le da un poco de risa solo ver el cabello demasiado corto asomarse, recordándole a un fuzzball o un bogling.

“Descansa Ben.”

Y sin espera ninguna respuesta cierra la puerta detrás de ella dejando a Obi-Wan solo en la habitación/ bodega. El pelirrojo tiene miedo de quedarse dormido y no despega su vista de la puerta con temor de que alguien entre pero pasan las horas y nadie viene, lucha con el cansancio pero su cuerpo pierde la batalla al haber recibido un baño, una buena comida y un lugar cómodo para descansar.

No se da cuenta que se ha quedado dormido hasta que es despertado por Shmi tocando su puerta antes de ingresar a la habitación.

“ Buenos días Ben, es hora de empezar el día.”

Chapter 2

Notes:

¡Sorpresa, bitches! A que nunca creyeron volver a verme HAHAHA

Después de 55 días me digno a publicar, pero en mi defensa estaba escribiendo 3 entradas de un evento en inglés, así que si he estado productiva y no me pueden decir nada, lero lerooo.

Okay aquí les dejo el siguiente capitulo, espero que les agrade.
Cualquier error es completamente mío, prácticamente este capítulo esta recién salido del horno así que no pidan mucho.

Chapter Text

Durante las siguientes semanas se ha establecido una rutina desde que llegó a esa familia: Se despierta, desayuna con el resto de la familia, revisan la máquinas de las granja antes de ponerlas a trabajar, recibe ligeras clases por parte de Owen y Shmi sobre el funcionamiento de las máquinas, ayuda a hacer la comida, limpia la casa para evitar la arena se esparza fuera de la entrada, se asean con un baño sónico y cenan antes de ir a dormir.

La rutina no es completamente precisa ni rigurosa, hay días en donde debe ayudar a Beru a hacer quesos y convertir parte de la carne fresca en seca para que dure más, las pocas frutas frescas que tienen suerte de comprar las deshidratan y le enseña cómo fermentar una frutas rosadas para convertirlo en alcohol.

“Mira Ben.” Le dice risueña la beta mientras le muestra una fresa. “Se parece a ti.”

Owen suele ser más seco y directo a comparación de su esposa, le enseña las funciones y tareas de recolección, como separar y asegurar el agua; le muestra cómo identificar el desgaste de algunas piezas que se suelen cambiar con frecuencia, la limpieza de la máquina y el orden desordenado que tiene en el área de trabajo.

Shmi al contrario suele cuidar demasiado al más chico; cuando van al exterior suele envolver a Obi-Wan en varias telas de pies a cabeza después de cometer el error de sacarlo a sol en el primer día después de su llegada, el pobre había terminado con la piel rojiza y quemada por el sol; la alfa se había prometido no cometer el mismo error y cada cierto tiempo lo obligaba a refugiarse debajo de la sombra.

La castaña le enseña a leer y escribir en huttese junto con el idioma estándar, las costumbres del lugar y como confeccionar su propia ropa; Obi-Wan acepta esas clases en silencio mientras se acostumbra el uso del lápiz y el papel al escribir o insertar el hilo en la fina apertura de la aguja para empezar a remendar su propia ropa.

Durante su estadía Obi-Wan ha empezado a bajar inconscientemente la guardia al ver que los adultos lo tratan como uno de los suyos y no como un objeto al cual sacarle provecho, lo incluyen en todo de manera natural y por lo que puede percibir no hay intenciones ocultas en su firma. 

No lo obligan a hacer cosas que no quiere, no hay castigos severos, no le hablan con desprecio o lo miran como un pedazo de carne sino que hay anécdotas, risas y comidas hasta que ya no puede más; le limpian la pequeña bodega donde durmió la primera noche hasta que se convierte en su propia habitación y algunas prendas que puede reclamar como suyas. Ese día sorprendió a la castaña en un abrazo como agradecimiento por el gesto y Beru se unió al abrazo conmocionada por la escena, obligando a Owen a unirse en el proceso bajo la protestas y gruñidos de este.

Nadie comenta sobre la mudez del joven ni lo obligan a que hable, sospechan que es una persona muda o se ha dañado completamente las cuerdas vocales impidiéndole hablar. 

El pelirrojo a veces se percata que Shmi o Beru desaparecen algunas noches con Owen, quedando algunas de las mujeres en la casa con él, nunca los tres juntos. A veces se queda despierto a altas horas de la noche hasta que se percata de que las firmas están en el hogar es cuando se permite descansar.

Una noche es despertado por un extraño ruido y curioso sale de su habitación hasta el origen del sonido donde puede ver a varias personas en el garaje; puede ver como Beru les ofrece ropa limpia y Owen acomoda a varios en una pequeña transportadora que le recuerdan a los metros de Coruscant solo que en miniatura.

“Ben, deberías estar durmiendo en tu habitación.” 

El mencionado brinca en su lugar al escuchar la voz de Shmi que lo mira con sorpresa al verlo despierto pero en lugar de regañarlo solo lo cubre con su capa como si fuera un niño pequeño; se percata que algunos rostros son de los que estaban con él en la audición y hay otros más que no conoce pero puede ver algunos grilletes y una pareja revisando los cuellos del resto.

Owen solo toma una caja donde lanza algunas de las cadenas antes de pasarlas al pelirrojo. “Ponlos en el tanque, mañana nos encargaremos de eliminarlo.”

“¡Owen!”

“Si está despierto mínimo debería estar ayudando.”

Obi-Wan no lo piensa dos veces y recoge toda la evidencia en aquella caja para cumplir con aquella tarea dándose cuenta que aquella familia había estado ayudando a varios esclavos a escapar, una parte de él se siente tonto por no haberse dado cuenta mientras que otra esta herida por no tenerle la confianza de que le dijeran aquello.

Ayuda en lo que puede ante las protestas de ambas mujeres y solo cuando el último esclavo de ahí es libre y se ha subido al transportador es cuando puede descansar… o al menos eso intenta al sentir un jalón de orejas por parte de la alfa.

“¡No vuelvas a salir de tu habitación cuando veas que hay un intruso en la casa!” Le dice Shmi antes de abrazarlo. “¿Qué hubiera pasado si el escenario hubiera sido diferente?”

“Te has ablandado Skywalker.” Dice una Theelina mientras limpia sus instrumentos. “Ahora trae al chico, ya nos hemos arriesgado lo suficiente.”

Shmi toma las manos de Obi-Wan mientras lo mira a los ojos. “Ben, te haremos una pequeña operación para quitar tu chip. No tienes que preocuparte, todo estará bien.”

“No se preocupe señora Skywalker, yo haré la operación.” Dice un hombre de tez morena con voz amable y tranquilizadora.

“Gracias Kitster.”

Obi-Wan solo ve al mayor y se deja guiar por Shmi hasta que queda sentado frente a él; siente como limpian el área donde tiene el chip - justo detrás de su oreja, oculto cerca del cuello- para más tarde sentir el ligero metal cortar su piel seguido por una ligera molestia de algo moverse antes que pase a  unas puntadas para finalizar con el frío del bacta.

Durante todo ese proceso Shimi jamás soltó sus manos y lo atrae en un abrazo cuando termina todo el proceso.

“De nuevo muchas gracias.”

“Es lo mínimo que puedo hacer.” Dice Kister antes de subir a su moto, su compañera se había ido momentos antes. “Nos vemos en la siguiente reunión.”

“Muy bien jovencito, ahora sí a la cama.”

Y sin poner resistencia se deja guiar por la mujer, solo suelta un ligero grito poco masculino cuando la castaña lo carga como si fuera un niño chiquito y lo lleva a su habitación antes de colocarlo en su cama y arroparlo como si fuera un bebé.

Pero no contenta con eso saca una colcha y una almohada del pequeño armario y se acuesta al lado del pelirrojo antes de atraerlo en un abrazo, haciendo que la mirara sorprendido por las acciones de la mujer.

“Debo asegurarme que no tengas fiebre durante las siguientes horas.” Dice la castaña ante la mirada del pelirrojo. “Y tú, debes dormir para tener una rápida recuperación, así que a dormir.”

Tal vez por el impacto de su nuevo descubrimiento, la cirugía o simplemente por el cansancio de todo lo que hizo en el día decide hacerle caso y caer rendido en el mundo de los sueños a los pocos minutos, sin percatarse que Shmi peina sus cabellos cortos o como lo atrae y lo acuna como si fuera un cachorrito.

La castaña solo puede tararear una ligera nana hasta que la melodía termina y por un instante, se permite fingir que hay otro cachorro en la cama de cabellos rubios y mejillas sonrojadas que la llama mamá.

Cuando llega el nuevo día Shmi revisa a Obi-Wan la pequeña herida y se alegra de ver que se está recuperando perfectamente; durante el desayuno la familia le explican a grandes rasgos que se encargan de ayudar a liberar esclavos juntos con otras personas del planeta pero que deben ser demasiados cuidadosos ya que temen a posibles espías y soplones que arruinen sus planes en el mejor de los casos.

La matriarca tranquiliza al más joven que no tiene nada que preocuparse y que trataran de ser más cuidadosos, cosa que Obi-wan acepta con una mueca antes de enfocarse en su desayuno; no puede ayudar demasiado, sus habilidades con la fuerza se han debilitado y teme que, al usarlos, puedan estar horrorizados y se quieran deshacer de él.

Ha escuchado historias cuando estaba en el templo y con solo recordarlo le dan pesadillas.

Ese día no ayudó a Owen ni Shmi en las granjas con la excusa de su cirugía, en cambio ayudó a Beru en la cocina y la limpieza de la casa e ignoran el olor del metal fundido en el taller. Una vez que termina se enfrasca en aprender el idioma local y la beta le da unos consejos del idioma que Obi-Wan acepta gustoso.

“Si sigues así tal vez puedas ingresar a la escuela el próximo ciclo.” 

“Un paso a la vez.” Es lo único que dice Owen mientras se enfrasca en la comida frente a él.

Shmi solo puede sonreír de manera nostálgica antes de cambiar el tema por otras noticias locales y de paso planear su próxima visita a la ciudad mientras que la pareja comenta sus planes de vender el agua, tal vez comprar algunas piezas que le hacen falta (en el caso de Owen) y sus quesos de leche azul (en el caso de Beru) así que la castaña decide hacer sus planes para comprar algunas cosas que también le hacen falta y de paso llevar a Obi-Wan después de varias semanas encerrado en casa.

Pasan dos días más antes que Shmi decida ir a la ciudad acompañada del pelirrojo, así que una vez que termina de cubrir de pies a cabeza al pelirrojo van a Mos Eisley para ver las nuevas mercancías tales como telas, comida, medicina y tal vez alguno que otro dulce.

“Recuerda Ben, no te separes de mi lado.” Le dice la alfa antes de restregar su mejilla con la mejilla rosada del niño para marcar al pequeño con su olor. “No te quites la tela de tu cabeza y nunca sueltes mi mano.”

Una vez que está satisfecha se adentran a la ciudad, ven las diferentes tiendas ambulantes, regatean un poco y compren lo que necesitan; Obi-Wan está demasiado enfrascado viendo las diferentes tazas coloridas antes de sentir cómo algo se instala en su cabeza, tomándolo por sorpresa.

“Así no te quemarás con el sol y no te estorbaran demasiado los viejos sombreros de Owen.” Dice la mujer satisfecha al ver como el sombrero cónico le queda perfecto al niño antes de sujetarlo. “Te queda de maravilla Ben.”

El mencionado solo se sonroja ante aquellas palabras, así que espera que crea que ese sonrojo es por el sol y no por las lindas palabras que le dio. La castaña solo se ríe ligeramente antes de ver el puesto que está enfrente de ambos. “Muy bien Ben, creo que merecemos una buena taza de té ¿porque no escoges algún sabor para llevar a casa?”

El pelirrojo solo mira con detenimiento y una vez satisfecho decide por uno que promete ser afrutados, en eso incluyen algunas galletas y una nueva taza para el joven ante la negativa de este.

Cuando llegan nuevamente a la granja de los Lars, la castaña se le nota alegre mientras baja sus compras y les comenta a la joven pareja lo que había visto en la ciudad y el regalo que le había dado a Ben para evitar que se quemara con el sol, el cual el pelirrojo lo muestra apenado y orgulloso haciendo que Beru alabe los gustos de Shmi y Owen vea los beneficios de este.

Charlan un poco más sobre qué han hecho en el transcurso del día y los planes de los siguientes días; Owen les comenta que ha escuchado algunos rumores de algunos comerciantes de chatarra hablando sobre algún inicio de una guerra en alguna parte del Borde Medio.

“Esperemos que no sea nada grave.”

“Lo más probable es que los mandalorianos estén nuevamente en guerra.” Comenta Owen, tratando de tranquilizar a su mujer. “Siempre tienen pequeñas guerrillas por los diferentes clanes que hay que no se llevan del todo bien.”

“Ojalá y solo sean algunas guerrillas internas entre los mismos piratas.” Shmi murmura preocupada. “No soy muy fan de los cazarrecompensas.”

Obi-Wan solo bebe su té en silencio mientras escucha las teorías de los adultos, preguntando qué estará pasando en el resto del universo; el holonet no es muy confiable por estos rumbos ya que se ha dado cuenta que varios canales no llegan hasta estos confines de la galaxia y lo más certero sería tener comunicación por holovideo con algún conocido que viva por aquellos rumbos o informarse de los chismes que comparten los comerciantes.

Esa noche Obi-wan tiene problemas para dormir con solo pensar en una posible guerra, saber que el rumor había llegado hasta aquí significa que eso no era una simple guerra en pocos planetas vecinos sino una tan grande y desastrosa de la que nadie estaba preparado. Así que después de dar muchas vueltas en su cama decide sentarse en el suelo en posición de loto y casi dos años vuelve a meditar por primera vez como le enseñaron en el creché para vaciar su mente y conectarse con la fuerza.

Siente como la Fuerza lo recibe como una vieja amiga, dándole esa tranquilidad que siempre le daba; medita durante algunos minutos hasta que queda satisfecho antes de abrir los ojos e ingresar a su cama para ir a dormir.

La fuerza canta con suavemente llenándolo de paz antes de perderse en el mundo de los sueños.

 

... Mientras que en otra parte de la galaxia, a muchos años luz lejos de ahí alguien se levanta de golpe, sintiendo como el sudor frío baña su cuerpo y su cabello húmedo se pega en su frente; el corazón golpea con fuerza a punto de romper sus costillas y siente la necesidad de vomitar en cualquier momento.

Corre hacia el baño donde vacía toda su cena hasta que lo único que quedan son los simples ácidos de su estómago, llorando por el esfuerzo y las imágenes que se habían quedado grabadas en su mente.

Pues aquel hombre había visto a su madre siendo torturada hasta la muerte mientras gritaba desgarradoramente su nombre pidiendo su ayuda para que la salvara de aquel infierno.

Chapter 3

Notes:

... Se que no he actualizado desde el 24 de febrero y lamento demasiado la espera, la verdad es que tenía bloqueo de autor y combinado con los deberes de la vida real se me dificualtaba un poco más.

Pero aquí les dejo la continuación de este lindo fanfic, al final decidí hacer un cambio "brusco" ya que no estaba en mis planes desde que se planteo el fanfic pero creo que mejoro para bien.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Se despierta asustado, con el corazón bombeando con fuerza que amenaza con romper sus costillas y el olor a azufre invadiendo su nariz: mira a su alrededor y se percata que está en su habitación, no está en aquella mina, no hay gritos, no hay ríos de lava o un sable azul.

Se deja caer en la cama mientras ve el techo, ya lleva varias semanas repitiendo la misma pesadilla; es confusa y de cierta manera real, un paisaje volcánico y un aura pesado es todo lo que ha podido rescatar, todos los demás detalles se escapan como si fuera agua entre sus dedos. Quiere saber qué significa ¿una premonición? ¿Una memoria olvidada? ¿Una advertencia? ¿O simplemente la preocupación de los rumores que había escuchado?

Gira su rostro y se topa con el pequeño muñeco de tela que le regresa la mirada en aquellos ojos de botón para buscar respuesta, suspira al ver que solo cae en el escritorio con un sonido sordo y el joven solo suelta un bufido.

“Tal vez sean los nervios.” Se dice Obi-Wan mientras se talla el rostro. “Has pasado demasiado tiempo solo como para recordar relacionarte con personas de tu edad.”

Es la única explicación que tiene y se convence que es solo eso, ha pasado un año desde la llegada del planeta y solo unos meses desde que había recibido educación en un salón de clases, así que no era de extrañar que pasar tiempo con personas de su edad no le causara un ligero ataque de ansiedad.

“Vamos Obi-Wan, no eres un bebé. ” Se repite. “Has pasado cosas peores y no puedes dejar que tus compañeros te den miedo después de casi dos meses.”

Una queja sale de sus labios mientras se restriega la cara, se siente patético al sentir la necesidad de quedarse en casa, como si algo lo obligara a quedarse ahí. ¿Y si trata de convencer al resto que está enfermo? Bufa nuevamente mientras se acurruca en su cama por aquel pensamiento, Owen sería el primero en darse cuenta de la farsa y de paso lo castigaría con ayudarle a reparar una de las viejas máquinas que ya estaban dando sus últimos suspiros.

Pero el hilo de sus pensamientos se ve interrumpido de golpe al salir de su cama al sentir un ligero temblor en la vivienda a causa de un arma de alto calibre; corre hacia el resto de los miembros de la familia que se ha reunido en la pequeña sala donde los adultos traen consigo un arma en mano.

“¡Beru, esconde a Ben!” Le grita la matriarca al ver al más joven.

Pero como si eso fuera la señal los intrusos ingresan a la vivienda a la fuerza y los primeros invasores caen al suelo al ser disparados por el matrimonio dando inicio al caos; hay una lluvia de disparos por ambos lados y muertos por doquier dándose cuenta que los atacantes son Moradores de Arena.

Se abren paso hacia la salida pero apenas logran salir la familia ve con horror que hay varios de ellos rodeandolos y muchos de sus vecinos siendo víctimas de aquellas criaturas; corren hacia uno de los deslizadores pero Obi-wan ve con horror como uno de ellos se lleva a Shmi sometida, así que trata de alcanzarla pero siente un golpe que lo lanza lejos.

Aturdido trata de utilizar la fuerza para evitar la huida pero solo hace que uno de los moradores pierda el control de su deslizador caiga de este pero  no logra evitar el rapto de la castaña junto con otras personas, así que a tropezones se levanta y corre detrás de ellos para alcanzarlos antes de caer a causa del esfuerzo y ver como aquellas figuras desaparecen entre el paisaje oscuro.

Siente que alguien lo abraza por detrás y el pelirrojo solo puede llorar mientras estira su mano hacia donde habían desaparecido, a lo lejos se escucha varias personas gritando órdenes y el rugido de los deslizadores.

“Beru protege a Ben.” Le ordena Owen a su esposa antes de girarse al resto de los granjeros mientras toma su deslizador y su arma. “¡Andando!”

El resto de hombres lo siguen para alcanzar a los atacantes mientras que el resto se encarga de curar a los heridos o en el peor de los casos cubriendo a los difuntos; el menor no pega el ojo lo que resta de la noche y solo derrama lágrimas al ver que han regresado, algunos con personas heridas y otros para darle entierro a los caídos pero no hay rastros de la castaña.

Beru trata de hacer un plan para rescatar a Shmi pero el resto está un poco renuentes ya que saben que aquellas criaturas son salvajes y temen perder a más personas, Owen es el que se encarga de aplacar la situación con sus comentarios cortantes y mirada seria, solo quedando en realizarán un plan para rescatar a la mujer aunque Obi-Wan puede apreciar en los rostros del resto de los granjeros ya habían decidido el destino de Shmi.

Ese día el pelirrojo no va a la escuela ni los siguientes dos días y el matrimonio no realiza sus tareas habituales sino que ambos adultos están viendo cómo juntar más aliados para aquel rescate suicida; escucha los susurros donde hacen el intento de mantener al joven ajeno a todo aquello y se le revuelve el estómago al escucharlos que se deben preparar para el peor de los escenarios.

No lo piensa mucho y empieza a preparar una mochila: pone algunas vendas, agua, ungüentos caseros a falta de bacta, cuerdas, alcohol, una barra de metal, una navaja y un poco de comida seca.

Durante la cena nadie prueba casi alimento, nada más lo suficiente para enterrar la tensión que hay en la habitación y solo se enfocan en beber el té que les ha preparado el pelirrojo para poco después caer dormidos gracias a que este los ha drogado lo suficiente para que despierten cuando esté demasiado lejos de la vivienda. Sin perder tiempo Obi-Wan toma un blaster que esconde entre sus ropas (la escopeta es demasiado grande y vieja), su mochila preparada y el deslizador.

Yo soy uno con la fuerza y la fuerza está conmigo.

Recita Obi-Wan en su interior antes de adentrarse al desierto en medio de la noche, dejándose guiar por La fuerza mientras sigue el ligero rastro de la débil firma de Shmi.

Viajó sin aparente rumbo durante un largo tiempo, solo deteniéndose para ver encima de su hombro cuando percibió a alguien cerca pero solo respiraba tranquilo al ver que era uno que otro animal inofensivo que iba a su propio refugio. Continúa su viaje hasta que se topa con un campamento de varias carpas y figuras envueltas en varias telas que reconoce inmediatamente.

Esconde el deslizador detrás de unas formaciones rocosas y aprovechando la oscuridad de la noche y tenue iluminación se filtra en el lugar, cuidando de no llamar la atención se roba una de las telas que hay cerca y se cubre con ellas para camuflarse con el resto mientras se adentra rápidamente a una de las carpas donde la firma es más ruidosa.

Escucha gritos y algunas voces ahogadas hablando en un idioma extraño pero para él era una señal de haber llegado a su meta, así que acelerando el paso dispara al morador que está cerca de Shmi una vez que ha ingresado a la habitación, matándolo en el acto y por ende llamando a atención de sus acompañantes así que sin pensarlo mucho vuelve a disparar y cuando siente que alguien trata de atacar por detrás utiliza la barra de metal que tenía escondida en su manga y lo golpea con todas sus fuerzas haciendo que se escuche como se rompen los huesos de su rostro.

Dispara 5 veces más y golpea con aquella barra de metal cuando se acercan lo suficiente hacia su persona antes que los secuestradores caigan inconscientes (o al menos eso espera) al suelo, donde Shmi lo mira sorprendida por todo lo que ha presenciado.

Sin perder más tiempo Obi-Wan utiliza la navaja para liberar a la castaña, la cual estaba amarrada en un poste donde impedían su movilidad y facilitaban los castigos crueles como latigazos y golpes; una vez liberada la abraza a causa del alivio que siente.

La mujer le regresa el abrazo y besó la mejilla del muchacho antes de separarse lo suficiente para ver el rostro del pelirrojo. “¿Ben, qué haces aquí? Vamos, tenemos que salir de aquí.”

Ignorando el dolor de su cuerpo se incorpora con ayuda del muchacho y huyen hacia la salida pero se ven imposibilitados cuando un pequeño grupo ingresa impidiendo su escape, así que Obi-Wan sólo empuña su arma listo para lanzar varios disparos para abrirse paso…pero solo ve como un sable atraviesa a uno de los moradores mientras que el resto caen muertos en el suelo.

Ven como un joven desconocido ingresa al lugar, la firma de él se siente pesada y cargada de furia haciendo que Obi-Wan sienta la necesidad de dar un paso atrás pero es terco así que se mantiene firme y se interpone como escudo para proteger a Shmi mientras lo sigue apuntando con su arma.

“¡Alejate de ella!”

Obi-Wan está a punto de dispararle al recién llegado si no fuera porque Shmi da un paso adelante mientras observa con cuidado y una ligera añoranza en su mirada.

“¿Ani?”

“¿Mamá?”

Y como si eso fuera la señal que estaba esperando, el recién llegado baja su sable mientras ve a la castaña con adoración. Sin perder tiempo el joven corta la distancia antes de atraer a la mujer en un abrazo, el cual solo se rompe al soltar un ligero quejido de dolor al sentir como su cuerpo sigue adolorido por los castigos y torturas que sufrió a manos de sus raptores.

Obi-Wan da un paso enfrente para ayudar a Shmi pero solo lleva una mano a su cuello al sentir que el aire no llega a sus pulmones haciendo que suelte un sonido sofocante y haciendo que caiga de rodillas, a lo lejos escucha voces que no logra descifrar pero poco después siente unas manos sobre su espalda y el aire vuelve de golpe haciendo que tosa con fuerza y sienta su garganta duela, ahora está siendo el turno de la mujer ayudarlo a levantarse. “Vamos Ben, tenemos que salir de aquí.”

Ignorando la molestia de su cuello y la mirada del resto se levanta y recoge su arma que yacía abandonada en el suelo antes de seguirlos, se abren paso hacia la salida y se fusionan con la oscuridad que ofrece el campamento y podría seguir así si no fuera porque una pareja lo ve y amenazan con llamar al resto pero dos disparos certeros son suficiente para silenciarlos para siempre.

Ambos Skywalkers solo ven al niño con sorpresa pero la sorpresa sustituye con alerta al escuchar algo antes que el más alto tome a Shmi y Obi-Wan en cada hombro y huyan de ahí hasta que el pelirrojo patee sus costillas haciendo que caiga al suelo y los guie hasta el escondite donde está el deslizador y su mochila.

Saca los ungüentos, agua y vendas para empezar a limpiar y curar las heridas de la matriarca, ignora al más alto para enfrascarse en la mujer pasandole la cantimplora para que beba y solo cuando cura las heridas superficiales suben en en los deslizadores y salir de ahí sin mirar atrás.

Navegan lo más rápido que pueden, Obi-Wan se encarga de guiar a su compañero que viaja al lado suyo con Shmi aferrada detrás de su hijo. Llegan a la vivienda cuando se está asomando el primer sol donde hay algunas personas esperandolos.

Beru es la primera en correr a abrazar a Obi-Wan apenas se baja del deslizador donde lo llena de besos antes de correr a abrazar a Shmi llorando a lágrima viva sin importarle que su cuerpo desperdicie agua; Owen solo lo atrae a un abrazo y el menor le regresa torpemente el gesto, sorprendido por las acciones del castaño antes de separarse.

Lo siguiente que siente es un golpecito en el hombro mientras se aclara la garganta. “No vuelvas a espantarnos así.”

Con cuidado ingresan a Shmi a la casa Beru se encarga de curar sus heridas en la habitación de la primera, dejando al resto en el comedor así que suspirando Owen les regala café y un poco de comida para sobrellevar la espera donde Obi-Wan le ayuda a poner la mesa.

El pelirrojo solo ve al rubio que yace vestido en ropas oscuras y se percata de la trenza que tiene en su costado, percatandose que ante él estaba un padawan haciendo que su estómago se le revuelva ligeramente, así que se encarga de observar a su acompañante: una mujer muy bonita de cabellos castaños, rostro delicado y mejillas rosadas aunque sus ojos oscuros hay un toque de madurez.

Hacen una ligera plática para llenar el silencio y solo se ve interrumpida cuando ingresa Shmi al lugar con ayuda de Beru.

“Solo fue un ligero susto, nada de qué preocuparse.” Exclama la mujer mientras le quita importancia ante la mirada del resto y Beru solo niega con la cabeza de forma tranquila ante la actitud de la alfa.

“Mamá, pudo haber pasado algo peor.”

“Pero no lo fue Ani.” Dice la castaña mientras ve al rubio y acaricia sus mejillas. “Y hay que enfrascarse en eso.”

“... Está bien.”

“Anakin, quiero presentarte a Owen y su esposa Beru.” Dice la castaña mientras señala a los mencionados. “Owen es el hijo de mi difunto esposo, Cliegg Lars.”

“Mucho gusto, Shmi siempre hablaba de ti cada vez que tenía la oportunidad.”

“Es una alegría por fin ponerte un rostro, Anakin.” Dice risueña Beru.

“Es un gusto conocer a mi nueva familia.” Exclama Anakin. “Gracias por cuidar de mi madre.”

Obi-Wan siente como su corazón se rompe un poco al escuchar aquello, se siente ajeno ante todo aquel escenario frente suyo pero no puede seguir con su propia miseria cuando siente ambas manos sobre sus hombros haciendo que levante la vista; Shmi le sonríe suavemente antes de ver a su hijo.

“Anakin, quiero presentarte a Ben.” Toma las manos de ambos. “Ben es miembro de esta manada, siendo considerado otro hijo más.”

Ambos jóvenes están sorprendidos ante la declaración de la matriarca, el pelirrojo está a punto de llorar al ser considerado un miembro oficial en la familia mientras que el rubio siente una sensación de celos y felicidad al mismo tiempo.

“Me alegro de saber que la dejo en buenas manos.”

Y el pelirrojo sonríe ante las palabras sinceras del joven antes de que éste recapacite que no ha presentado a su compañera que ve todo en silencio.

“Ella es Padmé, me ayudó a venir a rescatarte.”

Padmé solo hace una pequeña reverencia. “Un gusto volver a verla Sra. Skywalker.”

“Al contrario, gracias por ayudar a mi hijo. A ambos.”

Ambas castañas sonríen antes de sentarse a desayunar; en la mesa hay conversaciones, anécdotas y recuerdos desde la última visita años atrás. En aquellas pláticas se confirma que Anakin es miembro de la orden como padawan que yace bajo la tutela del maestro Qui-Gon Jinn y Padmé al parecer fue la reina de Naboo años atrás haciendo que Obi-Wan suelte el tenedor que tenía en mano.

“¡¿Tú eras la Reina Amidala?!” Exclama Obi-Wan con voz rota. “¡Tu forma de negociación es increíble!”

La castaña solo se puede sonrojar hasta que sus mejillas pálidas toman el color de una manzana madura. “No es para tanto, es algo que hago todo el tiempo aunque es lindo escucharlo. Gracias por el cumplido.”

“¿... Puedes hablar?”

El resto de la familia solo ven al más joven sorprendidos ganándose la mirada curiosa de los recién llegados. Beru es la que se encarga de darles una versión corta de que Ben no había hablado nunca en todo el tiempo que había estado con ellos y simplemente pensaban que había nacido mudo o se había dañado definitivamente las cuerdas vocales.

Shmi no cabe de la felicidad y abraza a Obi-Wan diciendo que le había pedido a la fuerza que llegara ese día de que el joven llegara a hablar y Owen solo mira al cielo pensando en todas aquellas ocasiones donde tuvo que entender las mímicas del más joven para poder comunicarse.

Si Owen le puso picante al chocolate de Obi-Wan como venganza de todas las quebraduras de cabeza nadie lo puede culpar.

Notes:

Si, Owen es como el hermano mayor vengativo estilo cuando guardas algo en el refri y se lo comen. Él exije venganza.

Notes:

La autora está empachada y posiblemente sufra una cruda dentro de unas horas pero si llegaste aquí te mereces una rebanada de pastel 🍰✨💕

Muchas gracias por leer aún estando en plena pelea por los terrenos familiares 🫂✨