Chapter 1
Notes:
Perdón por mi portugués de 5 peso :/
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El inicio
Cellbit tenia todo preparado, las velas rojas colocadas en cada punta del pentagrama, el circulo de sal y algunas velas más para iluminar la sala. No era la primera vez que invocaba un demonio, de hecho este era el numero 09, todos los demás ya habían sido estudiados y regresados al infierno de donde venían, por que a eso se dedicaba; a estudiar y conocer a los demonios que habitaban en el inframundo.
Algunos eran más amigables y cooperativos, pero otros eran criaturas feas y desagradable, demonios tal cual. Cellbit observo el libro de invocación donde tenía lo escrito para llamar el siguiente demonio, se coloco fuera del circulo de sal que rodeaba el pentagrama y carraspeando levanto una de sus manos mientras con la otra sostenía el libro.
"Carmine versicolori daemonia, veni ad meam vocationem, praesentiam tuam posco in mundo terreno, diabolo araneoso, involve me telam tuam et fac voluntatem meam."
Una luz roja ilumino el pentagrama a la par que las velas en las puntas se apagaban de golpe, un viento frío lleno la sala y las velas fuera del pentagrama se movieron ligeramente. Una bruma roja comenzó a salir del pentagrama, Cellbit se llevo el brazo a la nariz y entrecerro los ojos, cuando la bruma se disperso frente a él estaba sentado un joven de cabellos castaños, sudadera roja, pantalones negros y una curiosa bandana roja tambien. Parecía un joven cualquiera si lo veías de lejos, pero cuando sus miradas chocaron cuatro pares de ojos lo observaron. Dos de ellos similares a los de los humanos solo que brillaban con un ligero color carmín, debajo de estos, dos pequeños ojos completamente rojos parpadeaban ligeramente antes de volverse a cerrar.
El chico se estiro y bostezo, se puso de pie ladeando la cabeza observándolo, una perezosa sonrisa adorno sus labios.
- Mouse me hablo de un wey que anda invocando demonios, ¿eres tú?
Cellbit levantó las cejas, Ironmouse fue de los primeros demonios que invoco, una chica demonio bastante alegre y juguetona, le ayudo mucho a saber sobre el inframundo, también le dio consejos para saber tratar con algunos otros demonios y después se fue sin problemas, no sin antes que le prometiera que volvería a llamarla. Se podría decir que se habían vuelto amigos.
- Sim, sou eu, você é amigo do Iron?
- Ajam - El chico miro alrededor, para después mirar el circulo de sal - Eso no funciona conmigo.
Cellbit no alcanzo a reaccionar cuando en un parpadeo el chico estaba detrás de él flotando ligeramente, el demonólogo retrocedió cuando sintió como los brazos del chico lo rodearon quien al ver su reacción río.
- No me tengas miedo gatinho.
Frunciendo el ceño Cellbit se cruzo de brazos enfrentando al chico.
- Quem você está chamando de gatinho?
El chico revoloteo a su alrededor hasta susurrarle en el oido.
- A ti.
En ese momento Cellbit se dio cuenta que este demonio sería mucho más difícil de tratar que cualquier otro.
༒︎
- Esa camisa no te queda, te ves más viejo de lo que eres.
Cellbit trató de ignorar la molesta voz del demonio flotando a su alrededor. Se encontraba en el centro comercial comprando un poco de ropa y algunas que otras cosas de uso personal, mirándose al espejo hizo una mueca.
- El verde te queda mejor que el azul, por qué combina con tus bonitos ojitos pispiretos gatinho.
Sintiendo como el ojo izquierdo comenzaba a brincarle Cellbit suspiró. Dos semanas, dos semanas que ese demonio araña se había pegado a él como una calcomanía, siempre revoloteaba a su alrededor además que parecía que nada lo mantenía en un lugar.
¿Figuras religiosas? No, ¿Círculos de sal pura? No, ¿Talismanes? No, ¿Amuletos? No. Nada lo detenía para que dejara de seguirlo (por lo menos le daba la providencia del baño y la ducha), pero fuera de eso siempre estaba con él.
Le gustaba volar alrededor, flotar detrás de él con tranquilidad, a veces cantaba y tarareaba canciones humanas, otras veces le gustaba abrazarlo o jugar con su cabello. Cellbit ya había llegado al punto de acostumbrarse a su presencia, solo había un pequeño, pequeñísimo problema.
- ¿Y ese maldito perro que te ve? ¡Eh, caminando y chiflando cabrón!
Parecía que al demonio no le gustaban las personas que se le quedaban viendo más de un minuto. Varias veces Cellbit tuvo que dar la vuelta con rapidez cuando veía a alguien con la intención de acercarse, no quería que el demonio araña le lanzara alguna maldición a esa pobre alma que tuviera el valor de querer pedirle su número.
Cellbit sacó el celular y se lo llevó a la oreja.
- Roier, ela é uma senhora idosa, pelo amor de Deus.
Roier ese era el nombre del demonio, se lo había dicho al segundo día ya que no le gustaba que lo llamara "demonio". Cuando salía a la calle usaba esa táctica de hacer que hablaba por teléfono para hablar con el demonio a su alrededor.
- Nadie nunca sabe qué intenciones tienen no importa la edad, ¿y si esa viejita te quiere para sugar baby?
Cellbit rodó los ojos.
- Ainda me pergunto quantas vezes você já esteve no mundo humano.
Roier río y voló a su alrededor. Cuando tocaban el tema de cuántas veces había sido invocado al mundo humano Roier siempre lo desviaba o simplemente no contestaba. El demonio araña sabía demasiado del mundo terrenal, sabía sus modismos y cómo funcionaban las cosas, a comparación de otros demonios que se asustaban con ver un celular o cualquier objeto tecnólogo.
Roier parecía bastante cómodo mirando alrededor del centro comercial, volaba hacia algún local observando los objetos para después regresar. Cellbit guardó su celular nuevamente, pero ni siquiera había terminado de colocarlo en su bolsillo cuando comenzó a sonar.
Al ver quien llamaba contestó.
- Oí Bagi. - Levantando una ceja miró su reloj en la mano contraria - Chegaria em dez minutos, ok?
Asintiendo y soltando un "uhm" antes de colgar apresuró el paso a la salida, Roier lo siguió de cerca.
- ¿Iremos con Cuñadagi?
- Ela não é sua cunhada.
Cellbit subió a su auto y arrancó, a su lado como siempre Roier se sentó picando los botones de la radio hasta que encontró una estación.
- "No es posible, no es verdad, mi cabeza va estallar" - Roier comenzó a cantar - "¡De pronto flash! La chica del bikini azul"
Suspirando Cellbit siguió el camino mientras un demonio cantor iba llenando el ambiente dentro de su auto hasta llegar a casa de su hermana. Bagi ya conocía Roier ya que había ido a visitarlo curiosa del nuevo demonio, su hermana también era demonóloga, más inclinada al área de investigación donde estos poseían cuerpos humanos para crear caos y muerte.
Tenía una compañera demonio llamada Tina que había estado con ella desde hace unos años atrás. Tina era un demonio de rango medio, le gustaban las cosas bonitas (por eso se había quedado con su hermana) y las plantas, tenían un pequeño invernadero con frutas y verduras, sobre todo zanahorias.
Cellbit se estacionó fuera del hogar de su hermana y salió del auto caminando hacia la entrada mientras Roier lo seguía detrás flotando perezosamente. Tocando el timbre su hermana no tardó mucho en abrirles, dejándolos entrar cuando entraron a la sala el grito de Tina asustó a los hermanos.
Cellbit solo volteó para ver a Roier parado detrás de él, ya no flotaba, estaba derecho con las manos metidas dentro de su sudadera mirando a la chica demonio. Ante la mirada estupefacta de los hermanos Tina se dejó caer de rodillas mientras temblaba.
- Quaeso ne me ad inferos (por favor no me lleves de regreso al infierno)- Tina levantó el rostro lloroso mirando a Roier - Quaeso (Por favor)
Bagi corrió hasta quedar a un lado de Tina arrodillándose junto a ella sin entender muy bien qué pasaba. Cellbit miró hacia Roier quien desde que había llegado los dos ojos debajo de sus ojos humanos no habían sido abiertos, hasta ahora. El semblante siempre juguetón del demonio se había ido dejando un rostro extrañamente tranquilo.
- Hic ergo Tina eras (Entonces estuviste aquí Tina) - Roier se balanceó de adelante hacia atrás - Terminum habuisti redeundi et ignoras illum (Tenias una fecha límite para regresar y la ignoras)
Tina tembló.
- Scin' quid fit si iussa non sequantur? (¿Sabes qué pasa si no se siguen las órdenes?)
Con lágrimas en los ojos Tina lo miró, Bagi a su lado miró a Cellbit completamente consternada.
- Que porra é essa?! Cellbit! - Bagi sostuvo a Tina entre sus brazos quien no dejaba de temblar.
Cuando Cellbit intentó interponerse una bruma roja lo hizo retroceder y una presión intensa lo hizo caer de rodillas. Entre la bruma pudo distinguir la figura de Roier, pero era mucho más grande, ya no era humana era un mezcla extraña entre una viuda negra y una tarántula. Monstruosa.
- Roier! Parar! Roier! - Cellbit maldigo varias veces antes de gritar - Para guapito!
La bruma se fue de golpe al igual que la presión que comenzaba a ser sofocante. Roier apareció frente a él con una enorme sonrisa y batiendo sus pestañas.
- ¿Como me dijiste nalguitas de boliche?
Cellbit sintió como el calor le recorría el rostro por la vergüenza. Roier revoloteo a su alrededor riendo y jugando, completamente diferente a la versión completamente malvada de hace unos segundos. Tina aún temblando se terminó por desmayar en los brazos de Bagi quien la sostuvo.
Bagi acababa de dejar a Tina en la cama descansando para después sentarse junto a su hermano en la sala, frente a ellos Roier se encontraba sentado bastante tranquilo.
- Quem diabos é você e por que minha namorada tinha tanto medo de você?
Demandó Bagi saber, no estaba para nada contenta, su novia acaba de colapsar y frente a ella estaba el causante completamente quitado de la pena.
- Digamos que mi rango dentro del inframundo es bastante alto - Roier colocó las manos detrás de la cabeza -Bueno, ni tan alto ni tan bajo - Llevando una mano a su barbilla sonrió - Por eso percibía un olor singular de ti, como a zanahorias quien diría que se trataba de olor de Tina.
Bagi miró molesta a su hermano, Cellbit por su parte suspiró sabiendo muy bien qué debía hacer.
- Guapito, você pode ser mais específico, por favor?
Los ojos carmines del demonio brillaron y un sonrojo adorno sus mejillas.
- Si me lo pides así gatinho con gusto te digo - Roier comenzó a flotar y se colocó a un lado de Cellbit - Soy uno de los ayudantes del Rey Minos.
Cellbit levantó ambas cejas lleno de asombro a su lado Bagi susurró un "porra". Ambos hermanos sabían quién era Minos y como no saber si era uno de los jueces del inframundo, el encargado de dar el veredicto de que destinó tendrá el alma al llegar al inframundo.
- Digamos que yo estoy en el departamento que se encarga de mantener el control de los permisos de los demonios que tocan la tierra - Roier comenzó a revolotear alrededor del sillón - Tina pidió un permiso de solo un año y bueno... de eso han sido ya ¿cinco?
- É por isso que você sabia sobre mim
Roier sonrió ante las palabras de Cellbit.
- Claro, nalguitas de bombón, antes de llegar a ti los demonios pasan por mi antes.
- Você vai levar a Tina? - Preguntó Bagi apretando su pantalón con sus manos.
Roier se llevó una mano a la barbilla pensativo antes de sonreír un poco.
- Haré que no vi nada, solo porque eres la hermana de mi gatinho.
Cellbit murmuró un "Quem você chama de seu gatinho?" Con los brazos cruzados y un ligero sonrojo en sus mejillas, Bagi suspiró de alivio.
Cuando regresaron de casa de Bagi ya era entrada la noche. Roier bostezo mientras se tiraba perezosamente al sillón.
- Que sueño wey, quiero mimimimi~
Cellbit dejó las llaves en la isla de la cocina, para después mirar a Roier.
- Em algum momento você ia me contar quem você era?
Roier recostado en el sillón con los brazos detrás de su cabeza se encogió de hombros.
- Quien sabe, puede que sí puede que no, eres todo un Scooby Doo al final ibas a descubrirlo por tu cuenta - Roier bostezo - Ya sabes con eso de que nada de tus artilugios me detiene.
Cellbit entrecerró los ojos observando al demonio dormitar en su sillón. No estaba muy lejos de la verdad, realmente lo hubiera descubierto en algún punto.
- E você não precisa retornar para continuar seu trabalho?
Roier miró hacia Cellbit haciendo un puchero.
- ¿Ya quieres que me vaya? Que malo eres Cellbit, me rompes mi corazón de pollito pipipipi.
Cellbit rodó los ojos haciendo que Roier riera.
- Nah, ahí está pendejo de Quackity, él puede cubrirme el turno, además que casi no chambea el wey ahora le toca.
Rindiéndose Cellbit camino hacia la habitación y cuando entró Roier ya estaba acostado en la cama con todo y pijama.
- Spiderman?- Preguntó Cellbit observando el pijama.
- Me la chacalie de una tienda - Roier se acurrucó.
Soltando un "pff" Cellbit tomó su pijama para después meterse al baño. Al salir de su ducha rápida y con el pijama puesta Cellbit observando al demonio durmiendo plácidamentek, con una pequeña sonrisa se recostó con cuidado.
Mirando al chico a un lado suyo suspiró. Su compañía al final.. no era tan mala.
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El peligro de un corazón roto
Los pasos apresurados resonaron en el bosque solitario, el crujir de las ramas de los árboles siendo agitados por el viento llenaban el tenebroso ambiente, dándole eco a la respiración agitada.
Maldiciones salieron de la boca de la persona al ver una gran muralla de piedra aparecer frente a él, no podía seguir huyendo. El sonido de algo acercarse con rapidez lo hizo voltear hacia atrás.
Un grito lleno de terror resonó en el bosque el cual se apagó al instante dejando nuevamente un perturbador silencio.
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- "Hay una grieta, en mi corazón, un planeta con desilusión"
Cellbit sonrió de lado al escuchar a Roier cantar en el baño desde la cocina.
- "oh, oh, oh, oh, oh-oh-oh el temblor"
Terminando de hacer el café Cellbit lo sirvió, el sonido del timbre lo hizo mirar hacia la puerta, con el ceño ligeramente fruncido se acercó. Era demasiado temprano para las visitas. Al abrir la puerta su hermana entró sin decir nada, se veía cansada y su cabello revuelto daba entender que se había pasado varias veces la mano por el pelo.
- Bom Dia irmã.
Bagi se dejó caer en su sillón soltando un largo suspiro.
- Quero morrer - Bagi se llevó las manos al rostro.
- Créeme no quieres morir - Roier apareció al lado de Cellbit - Está frío y a veces apestoso, y hay una laaaarga fila pa entrar al inframundo, es peor que el IMSS.
Bagi se talló el rostro con frustración para después extender sus manos completamente desparramada en el sillón.
- A porra de um demônio está tornando minha vida miserável, já há cinco mortos esta semana!
Cellbit abrió los ojos con sorpresa.
- Cinco?! Irmã, isso é sério, ele está matando como um serial killer!
- Eu sei! Mas sempre que estou prestes a agarrá-lo, ele foge!
Roier voló alrededor del sillón con la mano en su barbilla pensativo.
- Debe ser un demonio de sangre - Roier se estremeció - Son asquerosos esos weyes, disfrutar sacar tripas y bañarse en sangre.
Los hermanos se miraron con una pequeña mueca. Ya habían conocido demonios así, pero lograban contenerlos antes de que pasara a más de tres muertes, pero este era astuto.
- Você quer que eu cuide deste caso Bagi?
Bagi asintió ante la pregunta de su hermano.
- Você tem Roier, será mais fácil para você
Roier revoloteo alrededor de Cellbit con una sonrisa.
- Vamos Scooby Doo tenemos un caso que resolver.
Cellbit rodó los ojos. Bagi le dio toda la información que había recolectado y donde había encontrado el último cuerpo, tomando todo esto Cellbit partió hacia el lugar en compañía de Roier. Se adentraron poco a poco en el bosque, cuando el auto no pudo seguir ambos bajaron, aunque apenas era mediodía los frondosos árboles hacían que muy poca luz entrara.
Roier lo siguió de cerca flotando detrás de él mirando alrededor con los ojos entrecerrados.
- Algo no se siente bien gatinho, hay algo muy raro.
Cellbit asintió, también lo había sentido, ese silencio casi sofocante, apenas se escuchaban sus pisadas y ni siquiera el viento hacía tanto ruido.
- ¿A quien chingados dejó salir el pendejo de Quackity?
Roier seguía alerta, cuando llegaron en donde estaba el cuerpo Cellbit hizo una mueca de asco.
- Que puto asco wey - Roier se tapó los ojos - Lo dejó hecho carne molida.
Cellbit se acercó un poco más y sacando su cámara comenzó a tomar fotografías, sacando de su chaqueta un par de guantes se los colocó y con cuidado revisó la ropa de la persona. Roier detrás de él hacía caras de asco y sonidos de que quería vomitar.
- Cale a boca, pendejo.
Sacando del bolsillo delantero una cartera la revisó encontrando la información de la persona. Era un joven de 25 años llamado Kevin, vivía en la misma ciudad que ellos en las afueras y no tenía mucho de que había sacado la licencia de conducir. Buscando más Cellbit entrecerró los ojos al ver una marca en su antebrazo.
- Este pendejo de Quackity - Roier se había inclinado al ver la marca - Dejó salir un loquito del tártaro.
- O Que??!!
Roier se cruzó de brazos.
- Esa marca gatinho, es el símbolo que les ponemos a las almas que están condenadas al tártaro - Roier entrecerró los ojos - Fue muy astuto al escabullirse y ocultar la pestilencia de su alma.
Poniéndose de pie Cellbit se quitó los guantes tirándolos en una bolsita de basura que cargaba. Sacando unos lentes negros redondos de su chaqueta se los colocó cerrando los ojos para después recitar en voz baja.
"Videam tenebras huius mundi"
Al volver abrir los ojos el mundo se veía diferente, extrañas criaturas se escabullían en la partes más oscuras del bosque, mirando alrededor se quedó quieto cuando Roier colocó sus manos en sus oídos.
- Escucha gatinho - Roier se inclinó y susurró - Audi mysteria huius mundi absconditi
Cuando Roier alejó las manos de sus oídos lo escuchó, un llanto muy lejano. Frunciendo el ceño Cellbit se acercó al lugar de donde provenía el llanto encontrándose con el alma de Kevin acurrucado debajo de un árbol.
Roier flotó hacia él sacándole un susto al chico.
- ¡Por favor, por favor ya no me hagas más daño!
- Tranquilo amigo, no te haremos daño - Roier se alejó un poco - Ya no podemos, ¿no te has dado cuenta? Estás muerto.
Kevin se abrazó a sí mismo temblando.
- ¿Muerto? ¿Realmente estoy muerto?
Cellbit se acercó y carraspeando intentó comunicarse.
- ¿Recuerdas lo que pasó?
Kevin miró hacia frente con la mirada perdida unos minutos antes de bajar el rostro.
- Yo... yo estaba en mi casa, sentí como si algo, algo frío y viscoso me atravesara, y después estaba en este extraño bosque - Kevin cerró los ojos temblando - Y después esa, esa cosa...
Kevin no pudo seguir, Roier se acercó tendiéndole una moneda.
- Es momento de que dejes este mundo chico, toma la moneda y no la pierdas.
Mirando la moneda Kevin observó a Roier.
- ¿Por qué una moneda?
- Tienes que pagarle al barquero para que te lleve al inframundo, sino terminarás esperando unos cien años hasta que viejo enojón te deje viajar gratis - Roier le colocó la moneda en la mano - Tu alma será juzgada y podrás reencarnar.
Kevin al recibir la moneda se fue desvaneciendo poco a poco hasta que ya no estuvo más. Cellbit se quitó los lentes parpadeando varias veces, Roier flotó a su alrededor.
- Kevin foi possuído sem perceber.
- ¿Es más peligroso no es así Cellbo?
Cellbit asintió, un demonio que podía estar libremente poseyendo personas sin necesidad de un ritual era sumamente peligroso. Dos veces había lidiado con ese tipo de demonios y las cosas no habían sido muy bien, de manera inconsciente se rascó un costado del abdomen, después el picor se fue hacia su pecho en el lado izquierdo.
- ¿Qué traes wey? ¿Traes pulgas?
Bufando Cellbit camino de regreso al auto, detrás de él Roier lo siguió aún mirando alrededor, el extraño silencio seguía, pero ya no era tan denso. De regreso a casa Cellbit comenzó a juntar la información que tenía hasta ahora en su mente, los otros cuerpos que su hermana había encontrado eran también jóvenes que rondaban entre los 22 y 27 años, todos habían muerto de maneras desagradables.
La mayoría vivían solos que tenían a la familia muy lejos, recordando las fotografías que de todos los chicos había un factor cable, algo que los unía, mirando el retrovisor por unos segundos volvió la mirada al camino.
Todos sin excepción tenían ojos azules.
Cellbit dejó las llaves en la isla de la cocina, Roier había dicho que iría a hablar con Quackity para que tuviera más cuidado de quien dejaba salir y le haría leer por milésima vez el libro de reglamentos. Por primera vez después de casi un mes y medio estaba solo, sin la presencia del demonio araña.
El demonólogo no se había dado cuenta de cual ruidoso era el demonio hasta ahora donde el silencio llenaba su hogar. Tomando su ropa de dormir Cellbit se metió a bañar, cuando se quitaba la camisa frente al espejo del baño una sombra oscura lo asustó y al mirar hacia atrás no había nada.
Entrecerrando los ojos, Cellbit salió del baño y yendo hacia su habitación de rituales tomó un rosario de sus objetos sagrados colocándoselo regreso al baño y tomó una ducha más tranquilo.
Al salir se topó con el cuarto revuelto, las almohadas estaban rasgadas al igual que las cobijas, al mirar el piso hizo una mueca.
- Você rasgou o pijama do Homem-Aranha de Roier.
Como respuesta la puerta de la habitación se abrió de golpe azotándose.
- Você está vindo atrás de mim como fez com os outros cinco meninos?
Un grito ensordecedor de una mujer le taladro la cabeza haciendo que se llevará la manos a los odios. El rosario en su cuello se tensó y se deshizo.
- Merda.
Cellbit sintió como algo frío lo atravesó para después caer inconsciente.
༒︎
Cuando volvió abrir los ojos se encontraba en el bosque, poniéndose de pie Cellbit se sacudió el trasero. Sacando de su bolsillo suspiró de alivio al sentir su anillo, al sacarlo se lo colocó. Un anillo de acero dorado inoxidable con el símbolo de San Benito tallado.
- Onde você está?! Vem aqui maluco! Eu não vou fugir!
Nuevamente el grito se escuchó retumbando en todo el bosque.
- Pare de gritar e mostre seu rosto!
En un parpadeo una figura se paró frente a él, era pequeña y delgada, el cabello le tapaba todo el rostro y un vestido negro hecho girones tocaba el piso. El demonio tenía la forma de una mujer.
- Mi hai tradito (Me traicionaste)
Cellbit frunció el ceño, eso era ¿italiano?
- Hai giocato con me e poi mi hai gettato via (Jugaste conmigo y luego me echaste)
La figura comenzó a avanzar, Cellbit retrocedió un poco.
- Mi hai utilizzato! Mi hai utilizzato! (Me utilizaste! Me utilizaste!)
Cellbit hizo una mueca ante los gritos agudos, la figura siguió avanzando y ahí Cellbit vio la marca en su antebrazo, la marca de la que había hablado Roier.
- Ti ammazzo ancora e ancora, tu e la stronza con cui mi hai tradito. (Te mataré una y otra vez, a ti y la perra con la que me traicionaste)
Cellbit no alcanzó a reaccionar cuando la figura rodeo su cuello con sus manos, Cellbit pegó su anillo en el rostro de la mujer quien gritó al sentir el ardor más no lo soltó en cambio apretó más fuerte.
- Vai morto! Vai morto! (Muere! Muere!)
Sintiendo como el aire comenzaba a faltarle Cellbit intentó zafarse como pudo, pero el cerebro comenzaba a trabajarle lento por la falta de oxígeno. Antes de que fuera demasiado tarde Cellbit sintió como el demonio aflojaba el agarre hasta que lo soltó, tosiendo Cellbit cayó al piso llevándose las manos al cuello.
Al levantar la mirada observó cómo un filosa pata de araña atravesaba el cuerpo del demonio. Una bruma roja llenó el bosque y una figura mucho más grande que el demonio mujer apareció.
- Primo fugis tartareum, et secundo audes tangere quod est meum (Primero te escapas del tártaro y segundo te atreves a tocar lo que es mío)
La monstruosa araña apenas era visible entre la bruma, pero Cellbit pudo ver cómo la pata levantaba el cuerpo del demonio que se tensaba cada vez más. Parecía que un veneno mortal lo mantenía paralizado.
- Perdam animam tuam abominabilem (Destruiré te abominable alma)
La bruma roja se convirtió en un remolino hasta que se dispersó de golpe, aún recuperando el aliento Cellbit se sentó, el bosque había vuelto a la normalidad se podía escuchar el ulular de un búho además del sonido de los grillos junto el susurro del viento.
Al parecer la mujer demonio había convertido el bosque en su escondite, donde traía a sus victima y las mataba. Los cuerpos antes de Kevin también habían aparecido en bosque en diferentes áreas, tanto rencor y tanto dolor había silenciado el bosque, ahora sin la presencia del demonio el lugar volvía a tener vida.
Aún se sentía mareado y la mano le dolía por haber pegado el anillo al rostro del demonio, al parecer también se había quemado a él. Cerrando los ojos respiró varias veces dejando que la brisa nocturna lo tranquilizara.
- ¡Gatinho!
Roier volvió, acercándose a inspeccionar sus heridas.
- Eres un pendejo de verás, no se como chingados has sobrevivido antes sin mi - Roier observó la fea marca en su cuello - Mira nada más como te dejo la loca esa, me cae que una mujer despechada es el demonio más peligroso que puede haber, por algo la mandamos al tártaro en primer lugar.
Cellbit dejó que Roier siguiera reprendiendo mientras lo revisaba. No iba a negarlo, pero tampoco iba a decirlo en voz alta, había extrañado su ruidosa presencia. Roier lo ayudó a regresar a casa, al parecer había conducido hasta el bosque, el demonio araña decidió conducir ya que aún no lo veía completamente en sus cinco sentidos.
Al llegar a casa Cellbit fue directamente al baño a darse otra ducha, con los ojos cerrados debajo de la regadera los abrió de golpe al escuchar el grito de enojo de Roier.
- ¡¿Rompió mi pijama de Spiderman?! ¡Hijo de su pinche madre, no respetan nada! ¡Nada!
Una pequeña sonrisa adornó los labios de Cellbit. Si, ese demonio araña le daba vida a su silenciosa existencia.
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Un Amor Prohibido
- "¡Espera! ¡María Del Jesus del Arrollo del río!"
- "¡Déjame ir Juan Antonio José Fernández Elizondo! ¡¿Qué no vez que nuestro amor es prohíbo?! ¡Tu eres hijo de uno de los mayores inversionistas de las Casualonas y yo.. yo solo soy una bailarina!"
Cellbit levantó el rostro con una ceja alzada hacia la sala donde Roier se encontraba acostado viendo la TV. Negando Cellbit volvió la mirada hacia su libro mientras terminaba de pasar la información a su libreta de datos, ya había pasado un mes desde el incidente del demonio vengativo del tártaro, decidió investigar más a fondo para no volver a cometer los mismos errores.
Además de agregar nuevos objetos religiosos a su colección (por consejo y exigencia de Roier), ya que los objetos que tenía aunque eran útiles no eran del todo confiables. Ahora colgaba de su cuello un crucifijo de San Benito, el cual era usado especialmente por los exorcistas, él ya tenía uno el cual colgaba en su habitación de rituales, uno bastante grande y antiguo.
Nunca pensó que sería necesario llevar otro consigo mismo. Ahora también en su dedo medio de la mano izquierda también cargaba un anillo de Ónix, suspirando siguió pasando la información.
- Que mamada de telenovela, como les encanta el cliché del amor prohibido.
- Se você não gosta, por que assiste?
Roier miró hacia atrás donde él seguía sentado en la cocina.
- Por el drama wey, aunque es un mamada es uno de los clichés que más gusta y es adictivo.
Cellbit solo negó sin levantar la mirada, Roier volvió la atención a la novela. El sonido de llamada del celular de Cellbit lo hizo alejar un momento la atención de lo que escribía y al ver quien llamaba contestó.
- Pater Aaron dic mihi (Padre Aaron, dígame) - Roier apago la TV al escucharlo y apareció a su lado tratando de escuchar, Cellbit rodó los ojos - Mnh... Exorcistas rei gestae certiorem fecisti? (¿Informaste a los exorcistas de lo sucedido?)
Cellbit asintió escuchando al padre Aarón quien le explicaba lo que acababa de pasar en su monasterio. Al parecer un demonio estaba causando problemas desde unos días atrás, molestando a varios de los monjes, al comienzo con algunos rezos las cosas se calmaban, pero llegó al punto donde se volvió cada vez más incontenible.
La gota que derramó el vaso fue que el día de ayer en la noche, encontraron el cuerpo de uno de los monjes en el campanario colgando.
- Faciam inspectionem antequam exorcistae perveniant (Haré una inspección antes de que lleguen los exorcistas)
Después de unas últimas palabras Cellbit colgó, Roier a su lado lo miraba expectante.
- Viajaremos para o norte da cidade.
Roier revoloteo a su alrededor con emoción. El monasterio se encontraba muy al norte de la ciudad a unas dos horas en carro ya que se encontraba en la punta de una montaña. Arreglando todo lo necesario salieron de casa después de comer y tras un camino lleno de canciones interpretadas por Roier llegaron a las puertas del monasterio.
Con los lentes oscuros redondos Cellbit salió del auto, Roier de tras de él flotando como siempre. El demonio no podía ser visto por aquellos que no quería, podían llegar a escucharlo, pero era muy pocas veces. Sacando su celular Cellbit se lo colocó en el oído.
- Tem certeza de que não tem problemas nesses lugares?
- Nah, ya te había dicho, nada esto me detiene - Roier flotó a su alrededor pasando sin problema por la puerta del monasterio - Le tengo más miedo a las horas extras.
Cellbit bufo y guardó el celular, no muy lejos se encontraron con el Padre Aarón quien después de los saludos pertinentes llevó al demonólogo al campanario donde el monje fue encontrado. El lugar era bastante grande con pasillos de piedra y grandes ventanales, y un gran jardín en el centro. El lugar tenía dos pisos, arriba estaban las habitaciones de los monjes y abajo estaba la iglesia, el área de oración, el comedor y los baños.
En general el monasterio era un gran cuadrado de piedra con una torre en una de las puntas donde estaba el campanario. El Padre Aarón le abrió la puerta dejándolo pasar, mirando alrededor Cellbit entrecerró los ojos.
- La misma sensación que en el bosque - Roier flotó hacia arriba - Gatinho tienes que ver esto.
- Aharon pater, possumne ascendere? (Padre Aarón ¿puedo subir?)
El padre Aarón asintió y le indicó las escaleras de madera, un poco viejas, pero lo suficientemente resistentes. Al subir en donde estaba Roier por lo lentes pudo notar una masa viscosa y oscura en una esquina.
- Parece que ese monje no era tan santo - Roier se acercó a la masa viscosa - Tenía el alma podrida.
Cellbit asintió, cuando una persona muere el alma sale del cuerpo físico para poder viajar al inframundo, almas que aunque no puras como por ejemplo la de Kevin aún tenían una forma, en cambio aquellas almas que cargaban una maldad enorme se volvían esa masa viscosa y oscura.
- A chingar su madre - Roier con un movimiento rápido pinchó la masa la cual se retorció y chilló.
Cellbit observó cómo el alma viscosa se evaporaba hasta no dejar ningún rastro. Ambos bajaron junto con el Padre Aarón, Cellbit le pidió si podía mostrarle la habitación del monje que había fallecido y el Padre accedió.
En camino a las habitaciones algunos monjes salían del comedor, Roier flotando detrás de Cellbit observando a un monje bastante joven pasar a un lado de ellos, por un instante el demonio pareció ver que los ojos violetas detrás de un par de anteojos lo vieron, pero al volver a mirar el monje caminaba con la cabeza gacha hacía el área de oración.
Encogiéndose de hombros Roier se apresuró a seguir a Cellbit quien ya había subido al segundo piso. Al ingresar al cuarto del monje Roier hizo una mueca.
- Realmente estaba podrido por dentro - Roier flotó alrededor del cuarto - Si pasamos una luz ultravioleta veremos todo lo que hacía.
En ese momento Cellbit sacó sus guantes. El lugar era bastante simple, un cuadrado con una sola ventana con barrotes, una cama individual, un escritorio, un closet de madera y una cruz colgada arriba de la cabecera de la cama.
Abriendo el clóset Cellbit solo pudo ver varias batas de monje perfectamente planchadas y dos pares de zapatos, no había nada más.
- Gatinho.
Cellbit volteó para ver a Roier mirar debajo de la cama.
- Hay como un hoyo debajo del colchón.
Acercándose Cellbit se agachó metiendo la mano donde Roier indicaba, frunciendo el ceño sacó lo había dentro encontrado varias revistas bastantes... interesantes.
- ¡No mames es un chingo de porno!
Cellbit hizo una mueca viendo la revistas, si, eran revistas de desnudos.
- Foi por causa dessas revistas que o mataram?
Roier viendo las revistas levantó una ceja.
- ¿Un demonio muy religioso? Ya sabes, descubrió que se la jalaba todas las noches y pues le dio matarile.
Volteando el rostro hacia Roier, Cellbit lo observó con seriedad haciendo que el demonio se riera. Suspirando Cellbit volvió a meter las revistas donde estaban para después ponerse de pie.
- Vou falar com o Padre Aaron - Mirando alrededor Cellbit al no ver nada más de interés se dirigió a la puerta - Procure por pistas
Saliendo de la habitación Cellbit dejó atrás Roier quien se cruzó de brazos.
- Pinche cabrón, ni siquiera un "por favor" me dice, tiene suerte de que me guste si no...
Cellbit sonrió de lado al escuchar refunfuñar al demonio mientras se alejaba rumbo a la oficina del Padre Aarón.
Roier recorrió todo el monasterio, buscando los lugares donde el demonio podía esconderse, pero siempre que parecía que se acercaba algo lo bloqueaba y después esa sensación desaparecía. Y así constantemente, parecía que estaban jugando al gato y al ratón.
Cuando la noche cayó Cellbit se encontraba fuera en la entrada del monasterio fumándose un cigarro en silencio mirando al infinito mientras se llevaba el celular al oído, justo cuando Roier apareció a su lado.
- Es escurridizo.
Cellbit asintió, soltando el humo miró hacia frente sobre sus gafas.
- Consegui perceber sua presença com os óculos, mas sempre desaparecia quando me aproximava
Roier asintió revoloteando a su alrededor.
- Lo mismo, varias veces estuve a punto de agarrarlo, pero algo se interponía.
Tirando la colilla al piso Cellbit la aplastó, para después mirar hacia Roier que se había detenido flotando frente a él.
- Alguma coisa bloqueia a presença do demônio?
Roier asintió llevando la mano a la barbilla de forma pensativa mientras bajaba la mirada.
- Duraba solo unos minutos y después se iba, era como si le diera chance al demonio de volverse a esconder en otro lado.
Cellbit miró hacia el monasterio que ya daba la campanada avisando la hora de dormir.
- Então existem dois?
- No, solo es un demonio.
Levantando una ceja Cellbit camino de regreso, Roier lo siguió de cerca.
- Vamos então descobrir quem está ajudando o demônio e por quê.
La noche había caído en el monasterio, los pasillos antes concurridos ahora se encontraban vacíos, no había ni siquiera un murmullo, todo era completo silencio. Los pasos de Cellbit tampoco hacían ningún ruido, apenas era perceptible el susurro del viento que se colocaba por las ventanas.
Los pasillos iluminados con una luz amarilla le daban un ambiente más ambiguo y las paredes de piedra hacían mucho mas frío el ambiente. Cellbit se acercó al área de las catacumbas cerca del campanario. El Padre Aarón le había dejado abierto para que pudieran entrar e inspeccionar. Abriendo la compuerta ubicada en el piso semioculta entre el pasto Cellbit sacó su linterna de su saco e iluminando las escaleras de piedra comenzando a bajar, detrás de él Roier lo seguía mirando a los lados.
Al bajar por completo hasta las catacumbas Cellbit entrecerró los ojos. El lugar era viejo, muy viejo sin duda, eran túneles de piedra con antorchas en algunos lados llenas de telarañas (con las cuales Roier comenzó a jugar), se notaba lo poco que alguien había entrado aquí, o eso parecía.
- Huellas, alguien estuvo aquí hace no mucho - Roier flotó alrededor.
Cellbit continuó avanzando siguiendo las huellas apenas visibles, mientras más se adentraba el ceño de Cellbit se hacía más profundo.
- Parece que alguém foi arrastado,
Desde un punto de uno de los túneles una línea bastante grande comenzaba junto con las huellas, al llegar al final Cellbit levantó las cejas.
- Hubo una pelea - Roier revoloteo alrededor de la pequeña sala en forma de cúpula - Hay un poco de sangre en el piso y lo que parece pedazos de ropa.
Demonio y humano se miraron a los ojos en silencio deduciendo más o menos lo había pasado. Sus miradas se fueron hacia arriba cuando la campana del monasterio sonó, regresando rápidamente y subiendo de las catacumbas encontraron al Padre Aarón tocando la campana.
- Aliquis e monasterio fugerit! (¡Alguien se ha escapado del monasterio!)
Cellbit miro hacia Roier quien asintió flotando hacia arriba mirando alrededor, los dos ojos debajo de los suyos se abrieron.
- ¡Lo veo! ¡Esta corriendo por el bosque!
Rápidamente Cellbit corrio hacía donde Roier había indicado, el demonio se adelanto sorteando los arboles mientras seguía al monje escapista el cual no llego muy lejos ya que de manera bastante rápida Roier tejió una telaraña atrapando al monje. Cuando Cellbit llego encontró al monje tratando zafarse de la telaraña infernal.
- Ey, yo te vi antes - Roier revoloteo alrededor del monje - El monje de los ojos violetas.
El monje no respondió solo apretó con fuerza una cajita más cerca de su pecho, en forma de protección. Cellbit entonces lo noto, esa extraña presencia que se podía apenas percibir dentro de dicha caja la cual tenía tallado un crucifijo en la parte de arriba y entonces lo entendió.
- Você é aquele que protege o demônio.
- ¡Dejadme ir! - El monje cada vez más desesperado trato de zafarse.
Roier floto frente al monje haciendo que este lo mirara.
- Asi que si me viste esa vez - Roier lado de la cabeza - ¿Un monje que ve demonios?
Cellbit se acercó y con un rápido movimiento le quitó la caja al monje quien jadeo sorprendido, el demonólogo observó curioso como la desesperación era obvia en los ojos del monje.
- ¿Por que te importa? - Pregunto Roier flotando a un lado de Cellbit - Es solo un demonio.
El monje negro varias veces.
- No es solo un demonio, él.. él me ayudó.
- Como te ajudo?
Cellbit podía sentir un energía bastante fuerte dentro de la caja, al parecer el demonio dentro de la caja quería salir, pero no era el momento. Poniendo una mano sobre la parte de arriba de la caja Cellbit cerro los ojos y susurro.
Vincula Dei custodient te intus, donec te liberabo
Un par de cadenas doradas rodearon la caja, cadenas que solo él podía ver, además que crucifijo en su pecho se calentó y brillo por unos instantes. Al momento el movimiento dentro de la caja seso. El monje lo miro la caja en sus manos antes de bajar la mirada.
- ¿Sabes que lo que esta dentro le dio matarile a uno de tus compañeros no? - Roier floro alrededor del monje - Además que es un demonio, un ser infernal que tu religión detesta ¿no?
- Hizo un favor al matadlo - El monje levanto la mirada, el odio en estos era tan grande que sorprendió a ambos - Ese malnacido recibió lo que merecía.
Cellbit se acerco mirando al monje con la cabeza ladeada, lo estudio unos segundos en silencio antes de preguntar.
- O monge tenta estuprar você?
Roier volteo el rostro rápidamente hacia Cellbit por el poco tacto de la pregunta.
- ¡Cellbit cabrón, un poco de tacto no estaría mal!
Volviendo la atención al monje Roier chasqueo los dedos liberándolo de la telaraña, el monje cayo de rodillas y sin levantar la mirada se abrazo a si mismo temblando.
- Desde que llegué al monasterio siempre me sentí extraño a su alrededor, él tenía mucho más tiempo dentro y era alguien respetado - El monje se encogió más - La primera vez lo cache observando mientras tomaba una ducha, no le importancia, pero cuando paso una segunda, una tercera vez, me di cuenta que no estaba para nada bien.
Roier se colocó a un lado de Cellbit que seguía observando al monje, quien pasado unos minutos volvió hablar.
- En el monasterio había una leyenda que decía que un demonio habitaba las catacumbas, obviamente eran historias para asustar a los nuevos, pero al final... no fue mentira - El monje aun arrodillado se abrazo con más fuerza - Hace unos días atrás cuando termine mi cena comencé a sentirme mal, decidí irme a mi cuarto, pero ni siquiera recuerdo haber llegado, cuando abrí los ojos nuevamente estaba siendo arrastrado dentro de los túneles de las catacumbas.
Roier miro a Cellbit quien hizo una mueca.
- Él- Él.. dios mío... si Foolish no hubiera detenido...
- ¿Foolish? - Roier miro al monje - ¿Es el nombre del demonio?
El monje asintió, Cellbit lo volteo a ver.
- Sabe quem é?
- Claro que se quien es pendejo, yo conozco a la mayoría de demonios - Roier se cruzo de brazos - Solo que Foolish es un demonio de agua, no entiendo que hacia en unas catacumbas.
Cellbit miro la caja en sus brazos.
- Por que não perguntamos a ele?
Abriendo la caja una bruma dorada salió disparada hacia el monje.
- ¡Vegitta!
Una criatura dorada mitad humano mitad tiburón rodeo con sus brazos el cuerpo del tembloso monje.
- Mira nada más lo que trajo el agua - Roier dejó de flotar parándose a un lado de Cellbit - Foolish.
El nombrado miró hacia arriba, sus ojos verdes pasaron por asombro a un ligero nerviosismo.
- Ooh! Roier! How- How are you?
Aún con los brazos cruzados Roier ladeó la cabeza.
- Bastante bien, veo que te desviaste un poco del triángulo de las bermudas.
Foolish se rascó la cabeza nervioso.
- Yeah, something happened...
Mirando al monje aún oculto en los brazos del demonio Roier asintió lentamente con una pequeña sonrisa.
- Si, ya veo que pasó - Roier camino cerca haciendo que el demonio se encogiera un poco - Foolish sabes lo que pasa cuando se asesina a un humano.
Apretando al monje en sus brazos Foolish de manera inconsciente mostró sus dientes puntiagudos.
- That thing was not human, it was like the tartar's trash. (Esa cosa no era humana, era como la basura del tártaro)
Cellbit también se acercó con las manos metidas en su saco.
- Can you explain to me what happened? (Puedes explicarme que paso?)
Foolish asintió.
- I was on my way to the sea, I had to cross this place along an underground river (Iba en mi camino al mar, tuve que atravesar este lugar por un río subterráneo) - Foolish hizo una mueca - I was passing under the monastery when I heard someone asking for help... I approached and saw that thing trying to do... ugh (Estaba pasando por debajo del monasterio cuando escuché a alguien pedir ayuda... me acerqué y vi lo que esa cosa intentaba hacer.. ugh)
Roier volteó a mirar a Cellbit quien se había llevado una de sus manos a su barbilla.
- You didn't kill him at that moment. (No lo mataste en ese momento.)
- No, I just wanted to help, and I am also aware of the consequences if you kill a human being, a non-evil demon. (Solo quería ayudar, y también soy consciente de las consecuencias si matas a un ser humano como un demonio no malvado.)
Lo último Foolish lo dijo mirando de reojo a Roier quien asintió. Había diferentes tipos de demonios, no todos eran malos y no todos mataban, si un demonio fuera de esa categoría asesinaba a un ser humano sería castigado.
- ¿Por qué te quedaste Fulich?
Foolish bajo la mirada hacia el monje aún en sus brazos, Roier levantó las cejas.
- I just... I stayed because, I- I don't know... (Yo solo... me quede porque... no-no se...)
Cellbit carraspeó acomodándose los lentes.
- ¿Vegitta?
- Es Vegetta - Corrigió el monje.
Cellbit asintió y continuó.
- ¿El monje volviu a atacar?
- Si, esta vez fue en campanario, estaba muy molesto por la interrupción - Vegetta con la cabeza gacha continuó - Estaba loco, estaba enfermo, él comenzó a decirme que de seguro era hijo de alguna bruja ya que lo que le hacía sentir no era normal y lo sucedido en las catacumbas lo confirmaba.
- Entonces Foolish lo mató - Roier miró al demonio - Lo colgaste de la campana.
El demonio volvió a mostrar sus dientes puntiagudos.
- He deserved more (Se merecía más)
Cellbit miró hacia Roier quien volvía a flotar a su alrededor.
- ¿Qué quieres hacer gatinho?
Mirando al demonio y al monje aún sosteniéndose juntos Cellbit levantó una ceja antes de darse la vuelta y alejarse sin decir nada. Una sonrisita adorno los labios de Roier quien volteó a mirar a la extraña pareja.
- Te daré unos años extras en la tierra Fulich y haré ojos ciegos a lo sucedido con la basura esa - Guiñándole el ojo Roier agregó - Aprovéchalos bien y si van más al norte encontrarán la carretera.
El monje y el demonio se miraron, el alivio era claro en sus rostros. Lo último que vio Roier fue ver como Foolish sostenía el rostro del monje entre sus manos dejando un suave beso en una de sus mejillas a la par que una sonrisa adornaba sus labios.
Cuando regresaron al monasterio apenas comenzaba a amanecer, Cellbit le informó al Padre Aarón que el polizón había logrado escapar. El Padre se lamentó y agradeció la ayuda, por lo menos parecía que el demonio se había marchado, pero los exorcistas llegarían de todos modos a revisar así que debían irse antes de que llegaran.
De camino de regreso a casa un ligero silencio llenaba el auto, Roier miraba al frente con un semblante tranquilo.
- Um demônio pode amar?
Roier lo volteó a ver, Cellbit por su parte siguió con la mirada en el camino.
- Tu lo viste, juzga por ti mismo - Roier volvió la mirada al frente - La mayoría de nosotros fuimos humanos antes, así que conocemos los sentimientos.
Cellbit asintió un minutos de silencio llenaron el auto, antes de que preguntara.
- Você foi humano?
Roier sonrió de lado.
- Hace mucho pero mucho, un chorro de tiempo gatinho.
Entrecerrando los ojos por la luz de la mañana Cellbit no preguntó más y Roier no dijo tampoco nada más. Cuando se alejaban del monasterio un auto oscuro paso a un lado del suyo, Cellbit sabía quienes iban ahí dentro detrás de esos vidrios polarizados así que aceleró.
Roier prendió la radio soltando una risa al escuchar la letra de la canción.
"Amor prohibido murmuran por las calles
Porque somos de distintas sociedades
Amor prohibido nos dice todo el mundo"
Chapter Text
Morir por amor
Roier se encontraba en la azotea del edificio donde Cellbit vivía, toda la ciudad brillaba con las luces de la noche, el viento movía sus cabellos mientras sus pies colgaban en el borde.
Había visto el mundo avanzar desde que se había convertido en un demonio. Había pasado mucho tiempo desde que se había sentido vivo, si eso tenía sentido, estaba muerto al final de cuentas. Suspirando bajo la mirada mientras una pequeña mueca adornaba sus labios.
La conversación con Cellbit unos días atrás rondaba su cabeza, "Você foi humano?" . Levantando la mirada Roier miró el horizonte donde a lo lejos se podía apreciar un avión sobrevolar la ciudad.
Siglo XIX
En alguna ciudad.
Un par de risas se escucharon en el pasillo del salón de baile, la música de la orquesta apenas era perceptible mientras más se alejaban. Dos figuras se detuvieron en un pasillo donde era apenas iluminado por una vela.
- Esper-
No terminó de hablar cuando un par de labios se posaron sobre los suyos absorbiéndolo en un beso lleno de pasión.
- Natalan espera, alguien nos puede ver.
El nombrado se alejó un poco a regañadientes.
- Roier, nadie nos conoce aquí.
Roier observó los ojos tan peculiares de su amante, un ojo castaño y otro azul lo miraban fijamente.
- Lo se pendejo, pero recuerda que venimos a dar clases.
Natalan río y dio un paso hacia atrás cruzándose de brazos.
- Venir de Nueva España hasta acá para que tú des clases sobre escritos antiguos y yo para dar clases de psicología, que divertido.
Soltando una pequeña risa Roier tomó una de las manos de Natalan la cual entrelazaron.
- Fuimos los mejores en nuestros respectivos ámbitos, por eso nos llamaron a este lugar.
- Claro, como somos jóvenes y de otro lugar piensan que nos pueden explotar sin problema.
- ¡Natalan!
Ambos se miraron para después reír. Los dos eran jóvenes de apenas 23 años recién salidos de una de las universidades públicas de Nueva España Roier como estudioso en el área de literatura antigua y lenguaje indígena y Natalan en psicología rama la cual se desprendía de la filosofía, denominada también como el estudio del alma.
Se habían conocido desde niños y crecido juntos a la par que sus sentimientos también, habían comenzado como amigos hasta que dos años antes de terminar sus estudios la llama del amor había surgido entre los dos, cambiando el término de amigos a amantes, claro, solo entre ellos dos ya que a los ojos de los demás seguían siendo amigos muy cercanos.
Eran conscientes que su amor era algo prohibido y castigado, por ende mantenían las apariencias y sus muestras de afecto se limitaban en un lugar donde estuvieran seguros de que nadie más los verían.
Roier amaba con demasía a Natalan, siempre que sus ojos castaños se encontraban con los de su amante se podía ver el amor y admiración que sentía hacia él. Podía hacer cualquier cosa por él, lo que sea.
Ya llevaban varias semanas en aquella ciudad, su rutina era salir hacia el lugar de estudio, dar clases en la hogares de la gente más pudiente o hablar con otros estudiosos del área y volver a su lugar de residencia temporal, a veces eran invitados a algún salón de baile.
En esos momentos era donde podían demostrarse afecto, pequeños besos y mirarse a los ojos fijamente. Sin palabras ambos se decían las cosas, los dos comprendían lo que el otro quería decir con solo una mirada.
Un amor tan profundo y tan puro que Roier a veces sentía que no podía seguir viviendo si no tenían Natalan a su lado, Natalan por su parte aunque un poco más distante tenía sus momentos donde le susurraba un "Te amo", en esos momentos Roier sentía que volaba de la felicidad, pero a veces las cosas... no siempre son lo que parecen.
- ¡Natalan! ¡Natalan!
Roier gritaba intentando soltarse de aquella extraña camisa que mantenía sus manos atadas en su espalda, rodeado de paredes blancas miraba alrededor sin comprender qué diablos había pasado.
Jadeando con ansias y temor Roier cerró los ojos mientras flashbacks corrían por su mente. Los había visto cuando se habían dado un beso, Natalan lo había empujado gritando que estaba loco, sin comprender Roier en un parpadeo fue rodeado por varias personas las cuales lo arrastraron hacia ese lugar.
Un sanatorio.
Llorando y suplicando Roier pidió que lo dejaran salir mientras le ponían esa extraña camisa mientras Natalan miraba todo el proceso no muy lejos, vestido con su bata y un par de gafas que no dejaban ver bien sus ojos. Lo único que Roier había entendido era que lo mantendrían encerrado en ese lugar por sus comportamientos indebidos y enfermos.
Al parecer Natalan había dicho que él lo había forzado a besarlo, Roier temeroso y aún buscando lo mejor para su amante, no negó nada. ¿Qué pasaría si ambos terminaban muertos? En privado Natalan le había dicho que lo cuidaría dentro y que saldría poco después, asustado Roier aceptó.
Sería tratado para que volviera a ser "normal" y así a lo mejor poder reincorporarse a la sociedad, pero eso nunca pasó. Caminando perdido por los pasillos del sanatorio aún con la camisa de fuerza (Natalan le había dicho que así se llamaba en una de sus visitas a su habitación), se sentía muy cansado. Le había preguntado a Natalan cuando saldría y siempre le respondía con un vago "pronto" y después preguntaba si realmente esa había sido la mejor opción, Natalan solo asentía sin mirarlo.
¿Lo mejor para quién? ¿Para él? ¿Para Natalan? La vida de Roier había terminado cuando había aceptado estúpidamente estar en ese lugar, no tenía contacto con su abuelo, no tenía contacto con nadie, estaba solo, ni siquiera las fugaces visitas de Natalan para hacer su "chequeo" lo llenaban, quería odiarlo, como deseaba hacerlo, pero cuando sus ojos se encontraban con lo de él sus murallas se derrumban y solo podía bajar la mirada.
Varias veces mirando la pared blanca se preguntaba si Natalan en algún momento lo había amado, si esos te amo habían sido reales ¿alguien que te ama te haría algo así? Roier ya no sabía la respuesta.
Arrastrando sus pies se detuvo frente a una ventana que curiosamente estaba abierta ya que las ventanas del sanatorio se mantenían cerradas, sobre todo las del cuarto piso para evitar accidentes. Aquel sanatorio era un viejo palacio, había sido acondicionado para tratar a gente enferma y ahora estaba lleno de gente en batas blancas, algunas en sillas de ruedas, otras caminando sin rumbo con camisas de fuerza como él o solo mirando al infinito con los ojos vacíos.
Mirando hacia el horizonte Roier observó como el sol comenzaba a ponerse y acercándose más a la ventana miró hacia abajo, Natalan se encontraba hablando con compañeros de trabajo y alumnos, había algunas enfermeras reían y discutían cosas que solo ellos comprendían. Roier sabía que llevaba mucho tiempo encerrado ahí y ya no podía más. Inclinando su cuerpo sintió el viento mover sus cabellos y cerrando los ojos suspiró.
Cuando el sol terminó de ponerse un ruido seco se escuchó en todo el sanatorio.
༒︎
- ¿Roier?
El nombrado miró hacia atrás, el sol comenzaba a salir y un Cellbit recién despierto entrecerraba los ojos intentando verlo ya que los rayos del sol comenzaban a calar en sus ojos.
- O que você está fazendo aqui no teto?
Roier se alejó del borde poniéndose de pie mientras sonreía y flotaba quedando frente a él.
- ¿Extrañaste mi calorcito en la cama?
Cellbit rodó los ojos y se dio la vuelta dirigiéndose hacia la puerta que daba al interior del edificio.
- Pendejo, me ligaram de um hospital.
Flotando cerca de él, Roier levantó las cejas.
- ¿Vas a exorcizar a un enfermito?
- Não, uma criança está sendo atormentada por um demônio.
Mientras bajaban las escaleras al departamento Cellbit le explicó de la llamada que tuvo temprano, una enfermera amiga de Bagi lo llamó, ella sabía lo que hacía, así que le contó lo que sucedía en aquel hospital. Hace unas semanas un niño había sido enviado ahí porque su familia había fallecido en un accidente de auto y era el único sobreviviente, el pequeño no tenía más familia además de que parecía no estar bien psicológicamente.
No hablaba y solo hacía sonidos, alertaba las manos y lloraba. Dedujeron que era algún tipo de autismo, no podían llevarlo a un centro de adopción ya que tristemente nadie querría a un niño como él, así que por el momento se mantenía en el hospital mientras se buscaba una manera de buscarle un hogar.
La enfermera le contó que las cosas comenzaron a ponerse raras una semana atrás y ella estaba segura que se trataba de demonio ya que esa cosa gustaba de atormentar al niño, siempre lloraba en los noches y gritaba, varias veces también algunos compañeros se habían llevado un susto cuando habían ido a la habitación del niño viendo cómo abrían gabinetes con fuerza o azotaban la puerta.
El hospital estaba un poco lejos de la ciudad ya que era bastante grande, llegarían en la tarde/noche. Tomando todo lo necesario Cellbit subió a su auto y en compañía de Roier se dirigieron hacia el lugar de su siguiente visita.
Cellbit notó que Roier comenzaba a estar inquieto conforme se acercaban cada vez más al hospital. El demonólogo se tuvo frente a un gran portón de hierro, un guardia que esperaba ya su llegada abrió el portón y antes de entrar Cellbit leyó el gran letrero tallado en piedra que se decía "Hospital mental de Santa Catarina"
Mientras se adentraba en el lugar un camino de cemento negro serpenteaba entre grandes pinos, haciendo el ambiente cada vez más lúgubre y frío.
Frente a él un gran palacio de piedra se abrió paso en una gran planicie, algunas partes estaban en remodelación ya que el lugar tenía desde el siglo XIX, pero seguía funcionando y adaptándose a la vida actual.
Cuando Cellbit detuvo el auto frente a las puertas del hospital miró a Roier quien miraba hacia arriba, hacia una de las ventanas del cuarto piso.
- ¿Roier, você está bem?
Parpadeando Roier lo miró y asintió, frunciendo un poco el ceño Cellbit salió del auto seguido por Roier quien a diferencia de otros días se mantenía detrás de él en silencio. Sintiendo una incomodidad creciente en el pecho Cellbit apretó su libreta en su mano.
La enfermera lo recibió en la recepción, no había casi nadie en el lugar, solo algunos pacientes que eran acompañados por otros enfermos y algunos viendo la TV en la sala comunitaria cerca de la entrada, ella lo guio hacia donde estaba la habitación del niño. Cellbit miraba de vez en cuando hacía atrás observando a Roier mirar el lugar con seriedad, aún manteniéndose en silencio. Cuando llegaron a la habitación lo sintió.
- Es aquí, lo dejaré solo.
La chica casi corrió lejos de ahí, al abrir la puerta Cellbit se encontró con un pequeño no mayor a los 4 años sentado en forma de indio, al levantar la mirada un par de ojos verdes lo saludaron. La mirada del niño fue detrás de él y el pequeño comenzó a balbucear mientras apuntaba y agitaba su otra manita.
- Mira nada más, el bodoque me ve.
Roier flotó hacia el niño, Cellbit casi suspiró de alivio al escucharlo hablar después de tanto tiempo. El niño siguió balbuceando y agitó sus manitas hacia Roier.
- ¿Qué pasa? ¿Quieres que te alce?
El niño siguió agitando sus manos y Roier se agachó tomando al pequeño en sus brazos, el niño jadeó y abrió sus ojos, para después reír viendo cómo flotaba.
- Pues a mi no me parece un mocoso traumatizado por un demonio - Roier dio vueltas por la habitación con el niño en brazos quien aplaudía - ¿Qué piensas gatinho?
Cellbit miró alrededor.
- A energia não parece maligna.
Roier dejó al niño en la cama quien gateó y bajo de la cama ahora persiguiéndolo desde abajo corriendo con sus pequeñas piernas.
- Tienes razón, a diferencia de las últimas veces no se sentía esa vibra extraña y pesada - Roier observó hacia abajo observando cómo el niño lo seguía mientras daba vueltas flotando en la habitación - Es más como una vibra... protectora.
Cuando Roier terminó de decir eso las luces de todo el lugar se apagaron de golpe, gritos se escucharon a la par que otros trataban de tranquilizar a algunos pacientes. Sacando su linterna Cellbit iluminó el lugar.
- Onde está a criança?
Roier miró hacia alrededor frunciendo el ceño, ambos salieron rápidamente de la habitación mirando hacia los lados.
- No pudo desaparecer en segundos.
- Alguém levou a criança.
- O algo.
Ambos se miraron en la oscuridad del pasillo, los ojos de Roier brillaban con un cautivador carmín, Cellbit se perdió por un instante y regresó a sus sentidos cuando Roier volvió hablar.
- Busca en este piso y el segundo, yo buscaré en los dos de arriba.
Cellbit asintió y corrió buscando señales de un pequeño niño de traje de rayas blancas y rojas.
Roier podía sentir su incomodidad incrementar conforme se acercaba al cuarto piso, mordiéndose el labio subió por las desgastadas escaleras. El cuarto piso estaba en remodelación al igual que parte del tercero, había pocos lugares donde un pequeño niño podría ser escondido en el tercer piso. Ahora frente al pasillo del cuarto piso Roier entrecerró los ojos.
El llanto de un niño lo alertó y usando su visión nocturna lo vio en medio del pasillo sentado, frente a él un figura un poco más grande parecía estar hincada frente a él. Cuando se acercó levantó las cejas a la par que un par de ojos violetas lo miraban con desconfianza.
- ¿Un querubín?
- A quién llamas querubín demonio feo.
Roier río ante la contestación del niño mayor, por eso era, era otro niño, pero de unos 10 años aproximadamente.
- A ti mocoso ¿o esas alas blancas y esa aureola están de adorno?
En niño mayor chasqueó la lengua apartando la mirada. Roier dejó de flotar para hincarse frente a los niños, el niño más pequeño seguía llorando.
- Pepito deja de llorar.
- Bobby nojao
El niño ahora identificado como Pepito dijo entre sollozos.
- No estoy enojado, solo me asuste porque llegaron esos dos adultos raros.
Roier fingiendo estar herido se llevó una mano a su pecho.
- ¿Cómo que raros mocoso? Si estamos aquí es porque andas asustando a la gente.
Bobby se cruzó de brazos y las alas de él se agitaron con molestia.
- Los adultos aquí no saben tratar a Pepito solo porque es un niño diferente.
Mirando al niño mayor Roier entrecerró ligeramente los ojos.
- ¿Por eso te escapaste y bajaste aquí?
Bobby miró hacia Pepito quien se limpiaba los mocos con su manga.
- Es mi hermanito ¿Cómo puedo dejarlo solo?
Roier no pudo contestar ya que su sentido arácnido se puso rápidamente en alerta y con un movimiento rápido detuvo una espada con su brazo la cual se había convertido en una garra de araña. Roier se puso en modo combate al instante, parándose frente a los niños.
- Bobby aléjate con Pepito.
El niño no necesito que se repitieran dos veces para alejarse con su hermano. Frente a Roier, un ser de luz con un aura azulada vestido con traje pulcramente blanco y una máscara similar a una calavera se paraba no muy lejos de él con una espada dorada en su mano.
- Un ángel - Roier dijo entre dientes - Que bien.
El ángel se dejó ir contra él con todo, los ojos extras de Roier se abrieron con un rojo sangre y un par de colmillos largos salieron de sus labios, dos brazos más salieron de su torso convirtiéndose en garras gigantes al igual que las otras dos.
Chispas comenzaba a saltar en cada golpe que Roier bloqueaba de la espada, rugiendo Roier se defendió lanzando ataque tras ataque, en uno de esos logró lanzar al ángel hacia la pared el cual formó un boquete bastante grande. El ángel molestias se levantó y se acercó con más fuerza haciéndolo retroceder.
Roier fue retrocedido hasta que chocó contra una de las ventanas haciendo que ésta se rompiera en pedazos. Sus ojos se abrieron de golpe cuando vio la espalda volar hacia su cuello.
- ¡Roier!
La espalda se detuvo a centímetros de su cuello, agitado y con los ojos muy abiertos Roier miró hacia el ángel que estaba a centímetros de su rostro. La máscara que cubría su rostro se desvaneció en pequeñas partículas de polvo dorado, y un par de ojos heterocromáticos lo miraron.
- No
Roier susurro con dolor y terror.
- Roier.
Los dos brazos extras desaparecieron, sus ojos extras se cerraron y los colmillos volvieron a encogerse.
- ¿Realmente eres tú?
Roier con miedo retrocedió, jadeó cuando perdió el equilibrio inclinándose hacia atrás, por un instante olvidó que podía flotar y si caía no había ningún daño. Extendió su mano y cerró los ojos.
Cuando volvió abrir sus ojos sus pies colgaba hacia el vacío y Cellbit lo sostenía con fuerza con sus manos. Sus ojos azules siempre tranquilos lo miraban con terror detrás de sus gafas oscuras.
- Guapito, por favor sube.
Roier parpadeo y recobrando un poco de sus sentidos flotó hasta arriba aún sin soltar la mano de Cellbit quien se negaba a soltarlo hasta que estuviera nuevamente dentro. Cellbit suspiro lleno de alivio cuando lo vio flotando a su lado y cambiando su mirada a una llena de molestia hacia el ángel.
- O que um anjo faz na terra dos mortais?
El ángel volviendo a su compostura carraspeó, había sido lanzado lejos de la ventana cuando Roier cayó y ese humano sin dudar en un instante se inclinó para ayudar.
- Cosas que un mortal no debería saber.
Chasqueando la lengua Roier dejó de flotar para pararse a un lado de Cellbit.
- No digas mamadas.
El ángel miró al demonio y un poco titubeante habló.
- Roier ¿me recuerdas?
- Desearía no hacerlo - Roier le mostró los dientes en forma de amenaza - No digas mi nombre con tu sucia boca otras vez.
Cellbit miraba el intercambio sorprendido, ellos ¿se conocían?
- ¿Sigues odiándome después de tanto tiempo?
El ángel intentó acercarse, pero se detuvo cuando Roier le mostró su brazo en forma de garra.
- La palabra odio le queda corta maldito desgraciado hijo de puta.
Cellbit miró hacia Roier, nunca había visto tan enojado al demonio, bueno, solo esa vez que casi muere, pero era un enojo diferente, este era más fuerte y hasta podía percibir dolor detrás de sus palabras.
- Terminaste como un demonio por el pecado que cometiste - El ángel negó con tristeza.
- Y tu como un jodido ángel, vaya puto chiste de mierda - Roier le volvió a mostrar los dientes al ángel - Que bueno que no terminaste abajo o yo mismo te hubiera destrozado, Natalan.
Natalan levantó la mirada observando a Roier. Cellbit sintió incomodidad y molestia, sobre todo molestia. ¿Quién era ese ángel que parecía conocer a Roier desde hace mucho tiempo atrás? Por lo que entendían se habían conocido cuando ambos eran humanos, ese ángel conocía el pasado de Roier y parecía haber formado parte de él.
Suspirando el ángel miró hacia el querubín quien protegía a su hermanito quien miraba todo con los ojos llorosos.
- Solo vengo a cumplir la tarea que me mandaron a cumplir - Natalan se acercó al querubín - Debo llevarte de regreso.
- ¡No! - Bobby grito con los ojos llenos de lágrimas - ¡No dejaré a Pepito!
Roier entrecerró los ojos.
- ¿Qué le harán al querubín?
Natalan se detuvo y miró hacia Roier.
- Recibirá el castigo por haberse escapado e incumplir las indicaciones.
Cellbit abrió los ojos sorprendido.
- Castigo? Mas ele é apenas uma criança.
Natalan miró al humano con frialdad.
- Un humano no tiene opinión sobre las decisiones del de arriba.
Antes de que Natalan se acercará a los niños, Roier flotó con rapidez hacia él y antes que pudiera hacer algo fue lanzado lejos con una patada haciendo que se estrellara contra otra de las ventanas haciendo que cayera. Sabiendo que no tenían mucho tiempo Roier miró hacia Bobby.
- Dime ¿Qué piensas de hacer un pacto con un demonio?
Cellbit rápidamente sacó su libro y cerrando los ojos recitó en voz alta.
Maledicta cella claude fores et ne quis alius in
Una luz rojo lleno el lugar y símbolos extrañados llenaron el pasillo de punta a punta, cuando Natalan flotó hacia arriba agitando sus alas no pudo entrar, ya que aquella barrera era impenetrable.
- Si hago ese pacto ¿estaré con Pepito?
Bobby preguntó abrazando a Pepito.
- Así es, pero debes ser consciente de que si aceptas tu alma quedará manchada y será muy difícil para que renazcas.
Natalan al escuchar la conversación de ambos, abrió la ojos sorpresa y sacando su espada intentó romper la barrera.
- ¡Humano! ¡Quita esto!
Como respuesta Cellbit levantó tu dedo medio y sonriendo observó como el ángel más frustrado intentaba entrar. Bobby por su parte miró a su hermano quien lo observaba con sus grandes ojos verdes.
- Tengo una condición para aceptar.
Roier sonrió de lado.
- Dime.
Bobby lo miró muy seriamente.
- Tu y el otro señor raro cuidarán de Pepito.
Levantando las cejas Roier miró hacia Cellbit quien lo miró ladeando la cabeza.
- Gatinho ¿Qué te parece si tenemos un hijo?
Cellbit abrió los ojos de golpe para después ahogarse con su saliva y comenzar a toser, con una sonrisa juguetona Roier miró hacia Bobby.
- Hecho.
Extendiendo su mano Roier observó como Bobby duda un momento antes de extender su manita y tomar la suya, los ojos extras de Roier se abrieron y una extraña bruma oscura los rodeó.
- ¡No!
El grito de Natalan se escuchó, cuando la bruma desapareció las alas se habían ido dejando un par de alas similares a un murciélago y la aureola se había esfumado en partículas doradas dejando en cambio un par de pequeños cuernos. Cellbit cerró su libro de golpe haciendo que la barrera desapareciera dejando entrar por fin al ángel.
Roier se incorporó y mirando a Natalan quien lo observaba con molestia sonrió.
- Tu querubín se ha ido, ahora es un pequeño demonio bajo las órdenes del juez del inframundo, el rey Minos.
- Roier tu-
- Ve a darme tu reporte a tu superior - Los ojos de Roier destellaron en un rojo tan profundo como el fuego del inframundo - Recibe tu castigo por tu error.
Natalan dejó salir el aire con enojo antes de extender sus alas y salir disparado por una de las ventanas. Roier entrecerró los ojos, algo le decía que está no sería la primera vez que vería a Natalan y eso lo molestaba.
Al comienzo cuando había despertado en el inframundo había esperado ver a Natalan, para vengarse, pero nunca llegó y ahora entendía porque.
"Terminaste como un demonio por el pecado que cometiste" Su pecado fue amarlo tanto, que había terminado muerto por ese mismo amor.
༒︎
Cellbit intentando ocultar su pena mientras caminaba con paso recto hacia la entrada del hospital. Habían pasado dos días desde su visita y ahora volvió con una razón completamente... diferente.
Cuando las puertas del hospital se abrieron un par de tacones resonaron en el piso, los enfermos que por ahí andaban abrieron la boca con asombro deslumbrados antes belleza que se acercaba moviendo sus caderas hacia la mesa de recepción.
Con tacones rojos, un vestido apenas debajo del trasero y un chal azul con plumas, un cabello castaño tan brillante y sedoso que se movía cada que daba un paso, lo que hacía más extravagante el look era la bandana azul en su frente.
- Cariño, vengo a recoger a mi hijo - La mujer con una voz seductora le sonrió al recepcionista quien casi babeaba ante tal belleza - Mi esposo y yo ya tenemos los papeles de adopción.
Extendiendo la carpeta el recepcionista la abrió viendo los documentos.
- ¿Cellbit Lange y su esposa... Melissa Perez?
Melissa sonrió guiñando un ojo.
- Esa misma cariño.
Cellbit casi se quería ahogar de la vergüenza, esa "Melissa" había aparecido esa mañana, no sabía cómo Roier había cambiado de aparecía, solo le dio una vaga explicación de que sería más sencillo si una pareja "heteronormal" adoptaba a Pepito. Los papeles obviamente eran falsificados, solo alguien muy inteligente lo notaría y el hombre de la recepción no era alguien así.
Rápidamente los guio a la habitación de Pepito quien estaba listo en compañía de Bobby, quien al verlos entrar río al ver la aparecía de Roier, por su parte Pepito grito de la emoción y se lanzó a los brazos de Roier quien lo recibió con mucho gusto.
- Vamos a casa Pepito.
Cuando Roier volvió la mirada hacia Cellbit, este sintió su corazón saltar y un extraño cosquilleo en su estómago. Con una pequeña sonrisa Cellbir asintió.
Chapter Text
Castigo.
Cellbit tenía casa llena. Suspirando miró a su hermana y su compañera demonio jugar con Pepito en compañía de Bobby, Roier estaba acostado en el sillón viendo su novela de la tarde mientras él intentaba concentrarse en que escribir en su nuevo libro la información recolectada en los últimos casos.
Cellbit tecleó algunas cosas en su laptop mientras anotaba otras en su libreta y verificaba algunas cosas en sus libros. No mucho después pudo sentir la presencia del demonio flotando arriba de él viendo que era lo que anotaba más no apartó la mirada de lo que hacía.
- ¿Sabes que te ves bien pinche guapo así todo concentrado?
Cellbit solo negó con la cabeza con una pequeña sonrisa en los labios, la cual pasó desapercibida por el demonio quien no distinguía muy bien su rostro desde el ángulo que lo veía.
- Seu programa de TV já terminou? - Preguntó Cellbit sin apartar la mirada de su libro.
- No, es más interesante verte.
Una risita se escuchó desde la sala proveniente de Tina, Bagi solo sonrió negando mientras tomaba un papita de bol que Roier les había preparado como aperitivo. Cellbi captó el movimiento rápido del demonio al levantar el rostro y al instante se puso alerta captando la atención de las personas en la sala.
- Tina, ve a la habitación de invocación y quédate ahí.
La chica no necesito que se lo dijeran dos veces y rápidamente corrió hacia la sala, y justo cuando cerró la puerta una extraña abertura se formó en medio de la sala, algo similar a una grieta que parecía cortar el espacio y el tiempo. Primero se asomó una gran hoz completamente negra para después dar paso un demonio vestido con algo similar una gran gabardina con bordes rojos.
Todo en aquel demonio era de color negro, su rostro no era distinguible solo brillaban un par de ojos que en eso momento mostraban una gran molestia.
Roier dejó de flotar para pararse derecho con un semblante serio y el ceño ligeramente fruncido, Cellbit también se puso de pie al reconocer al demonio y Bagi por su parte ocultó a los niños debajo de una de las cobijas que había en la sala.
- El mismísimo BadBoyHalo, que ingrata sorpresa - Sin importar disimular su disgusto Roier lo saludo.
- Roier, finally I found you (Roier, finalmente te encontré) - El demonio miró hacía el humano a su lado - And with Cellbit (Y con Cellbit)
Roier miró hacia Cellbit quien asintió hacia el demonio como modo de saludo. El primer demonio que el demonólogo había conocido era Bad, uno que curiosamente le había ayudado bastante con su investigación y le había dado tips para tratar con los demonios.
- Ve al grano Bad que quiero seguir viendo mi novela.
Bad hizo una una mueca la cual era solo distinguida por una extraña luz que salía de su boca y sus ojos.
-- Roier, you know why i'm here. (Roier, sabes porque estoy aquí)
El nombrado cruzó sus brazos chasqueando la lengua.
- You broke not only one rule but two (No solo rompiste una regla sino dos) - Con un movimiento de su hoz la cobija que mantenía oculto a Bobby se movió dejando ver al pequeño niño - One, turn a cherub into a demon. (Una, volver un querubín en un demonio)
- Tu hiciste lo mismo - Murmuró con molestia Roie con los brazos cruzados.
- TWO fight with an angel (DOS pelear contra un ángel) - Bad entrecerró los ojos mirando a Roier - You know that it is forbidden to cross paths with the affairs of the people above. (Sabes que está prohibido cruzarse con los asuntos de las personas de arriba.)
- ¡Pero ellos siempre interfieren en nuestros asuntos! - Roier le mostró sus dientes - Él se metió en mi camino, no yo en el suyo.
Bad lejos de enojarse solo soltó un suspiro.
- Roier knows who that angel was (Roier se quien era ese ángel) - Bad observó cómo el demonio lo miraba de manera amenazante - Roier i know it hurt- (Roier se que te lasti-)
Bad bloqueo sin mucho esfuerzo el ataque de Roier con su hoz, quien había sacado una de sus filosas garras, mostrándole los dientes al demonio, Roier habló con su voz distorsionada.
- ¡ESE HIJO DE PERRA DEBE SUFRIR POR LO QUE ME HIZO!
Bad frunció el ceño.
- Language!
Cellbit observó el intercambio entre los dos demonios sintiendo nuevamente esa incomodidad en su pecho, aquella que había sentido cuando entendió que el ángel y Roier tenían un pasado, y no parecía ser un pasado grato para el demonio araña.
- Roier - Cellbit lo llamó captando la atención del nombrado - Nao se magoe.
Bad miró con sorpresa como Roier se calmaba al instante y retrocedía, tomando nota de eso el demonio miró con seriedad a Roier.
- I need to bring you back, you must receive your punishment. (Necesito traerte de regreso, debes recibir tu castigo.)
Eso llamó rápidamente la atención de Cellbit.
- Punishment?
Bad miró hacia Cellbit asintiendo.
- Although it may not seem like it, the fight between the angel and Roier can cause a chain of problems (Aunque no lo parezca, la pelea entre el ángel y Roier puede provocar una cadena de problemas) - Moviendo la hoz de mano Bad continuo - Roier being a high category demon can be seen as an open door for other smaller demons to attack the angels. (Roier, al ser un demonio de alta categoría, puede verse como una puerta abierta para que otros demonios más pequeños ataquen a los ángeles.)
Cellbit se cruzó de brazos con una mueca.
- You can imagine what that can generate. (Puedes imaginar lo que eso puede generar.)
- A war (Una guerra) - Bagi miró hacia Bad quien asintió.
- And not only that, maybe even the apocalypse since the fight would be on land. (Y no sólo eso, tal vez incluso el apocalipsis ya que la pelea sería en tierra.)
- No seas exagerado cabrón - Roier con los brazos cruzados hizo una mueca.
- ¡Language! - Bad dejó salir un pesado suspiro - Come with me and bring the little demon. (Ven conmigo y trae al pequeño demonio contigo)
Dándose la vuelta Bad hizo una nuevamente una abertura con su hoz y sin decir nada más cruzó, sabiendo que no tenía otra opción Roier gruño con molestia caminando hacia Bobby tomándolo en brazos.
- ¿Me harán regresar? - Pregunto temeroso el pequeño demonio.
- Nah, solo te harán un par de preguntas y no te preocupes yo te convertí así como el encargado de ti, nadie cambiara eso.
Bobby asintió y rodeo el cuello de Roier con sus brazos, el demonio se acercó a Cellbi quien miraba la grieta con el ceño fruncido.
- Tranquilo gatinho, no tardare mucho en regresar
Roier le dejó un beso en la mejilla sorprendiendo al demonólogo quien solo observó como el demonio desaparecía dentro de la grieta escuchando la risa juguetona del Roier antes de que la abertura se cerrará.
Tina se asomó desde la puerta de la habitación de invocaciones para correr hacia los brazos de Bagi quien la recibió gustosa, Cellbit miró a su hermana y la demonio sintiendo algo similar a los... ¿celos? Sacudiendo la cabeza quitándose ese absurdo pensamiento se acercó a uno de los sillones donde Pepito dormía debajo de la cobija que lo había cubierto de todo el drama, suspirado tomó al niño en brazos dirigiéndose a su habitación dejándolo en la cuna pegada a uno de los lados de la cama.
Mirando la pijama de Roier doblada en la esquina de la cama hizo una mueca, realmente esperaba que el demonio araña regresará pronto.
༒︎
Habían pasado ya tres meses desde que Roier se había ido en compañía de Bobby y en ese tiempo se había encargado diligentemente del cuidado de Pepito llevándolo con él en su cangurera. No podía negar que era bastante cómico ver a un demonólogo yendo a aplacar demonios con un niño pequeño.
Varios clientes se enternecían al ver a Cellbit como un padre soltero trabajador y también parecía que sobre todo a las mujeres les parecía atractivo ver a un hombre guapo encargándose de su hijo pequeño.
Cellbit suspiró tirando el número en la basura de su casa de la chica que se lo había dado en el supermercado, Pepito se encontraba en el piso en su tapete viendo la TV mientras él se preparaba una taza de café, se detuvo cuando sintió una nueva presencia.
- You want some coffee? (¿Quieres un poco de café?) - Pregunto Cellbit sin apartar la mirada de su taza.
- No thanks, you know you can talk with me in your usual language. (No gracias, sabes que puedes hablar conmigo en tu idioma habitual.)
Terminado de servir el café Cellbit se dio la vuelta encontrando a Bad sentado en la mesita del comedor jugando con lo que parecían pequeñas almas que revoloteaban a su alrededor. Por lo que le había dicho el demonio esas criaturas eran quienes lo ayudaban a saber muchas cosas ya que eran casi imperceptibles.
Cellbit recordó con una pequeña sonrisa haber escrito en la descripción de Bad que era un demonio muy chismoso.
- Roier is fine (Roier está bien) - Bad hizo un pequeño movimiento de su mano haciendo que las almas se fueran - If that was what you want to ask (Si eso era lo que querías preguntar)
Cellbit tomó asiento en la silla frente al demonio dejando su taza en la mesa.
- Você deixará ele voltar?
Bad sonrió un poco.
- Yes, but before that, today he has a conference with the people from above. (Si, pero antes de eso hoy tiene una conferencia con los de arriba)
Frunciendo el ceño Cellbit le dio un trago a su café para después preguntar.
- Por quê?
Bad dejó salir un suspiro.
- Those at the top want explanations about what happened and I'm sure the angel made things more problematic. (Los de arriba quieren explicaciones sobre lo que sucedió y estoy seguro que el ángel hizo las cosas más problemáticas)
Dejando la taza con fuerza en la mesa Cellbit se cruzó de brazos.
- Quem é aquele anjo?
El demonio hizo una pequeña mueca y también cruzó sus brazos.
- His name is Natalan and as you have already imagined, he is part of Roier's past. (Su nombre es Natalan y como ya te has imaginado es parte del pasado de Roier)
Cellbit frunció más el ceño, Bad abrió ligeramente más los ojos.
- Roier hasn't told you about his past, right? (Roier no te ha contado de su pasado, ¿no es así?) - Cellbit no respondió solo volteó el rostro hacia un lado, Bad suspiró - He hasn't told you, there must be a reason, the only thing I can tell you is that that angel led him to commit an unpardonable sin. (Él no te lo ha dicho, debe haber una razón, lo único que te puedo decir es que ese ángel lo llevó a cometer un pecado imperdonable.)
Nuevamente lo del pecado, Cellbit miró a Bad con los ojos entrecerrados.
- Qual pecado Roier cometeu?
Bad hizo una pequeña mueca bajando la mirada.
- He committed suicide (Él se quitó la vida)
Cellbit sintió un golpe en pecho mientras miraba fijamente a Bad quien mantenía la mirada baja. Pasándose las manos por el rostro Cellbit negó, no era posible, alguien como Roier ¿hacer algo así? Un odio desmesurado creció en sus entrañas hacia aquel ángel.
- I can't tell you the details, he will, but I know this because it was I who took his soul to hell when he died. (No puedo decirte los detalles, él lo hará, pero yo se esto porque fui yo quien llevó su alma al infierno cuando murió) - Bad miró a Cellbit quien miraba fijamente su taza - Not only did taking his own life take him to hell, but also the hatred and resentment that his soul still held for the angel, but Cellbit, I noticed a change. (No solo el quitarse la vida lo llevó al infierno sino el odio y rencor que su alma aún guarda por el ángel, pero Cellbit, yo note un cambio)
El nombrado mantuvo la mirada en la taza.
- I have known Roier for centuries, he has always been an impulsive and bloodthirsty demon, but with you, Cellbit returns to being the person he was in life. (Conozco por siglos a Roier, siempre ha sido un demonio impulsivo y sanguinario, pero contigo, Cellbit vuelve a ser la persona que era en vida)
Cellbit apartó la mirada de la taza para ver a Bad quien lo miró con lo que parecía con una cara de tristeza.
- Please don't let hatred and resentment consume Roier, because it can lead to something worse if it gets out of control (Por favor, no dejes que el odio y el rencor consuma a Roier, porque puede generar algo peor si se sale de control)
Una pequeña alma apareció y susurró algo en el oído a Bad quien asintió y se puso de pie, Cellbit por su parte se quedó sentado.
- The conference starts in two minutes, after that Roier will come back along with Bobby (La conferencia comienza en dos minutos, después de eso Roier vendrá de regreso junto con Bobby)
Cellbit miró a Bad abrir una brecha con su hoz, dentro de la brecha pudo ver un pequeño demonio, un poco más alto que Bobby, muy similar a Bad, una sonrisa se formó en los labios del demonólogo.
- Oi dapper.
El pequeño demonio asomo más su cabeza y al verlo sonrió y agitó su mano hacia él, antes de cruzar la grieta Bad le tendió algo.
- For you, don't let Roier see it (Para ti, no dejes que Roier lo vea)
Cellbit tomó lo que parecía una foto muy vieja, al verla con atención su corazón dio un brinco al ver un sonriente joven vestido de traje mirando a la cámara. Bad lo miró por última vez con una pequeña sonrisa antes de entrar a la brecha junto a su hijo. Cuando el demonio se fue Cellbit miró a Pepito quién no se había perturbado por la presencia del demonio, seguía viendo la TV mientras dibujaba y guardando la foto en su bolsillo camino hacia el niño.
Pepito era un niño bastante extraño, un hijo ideal para un demonólogo y un demonio, con una pequeña sonrisa Cellbit se sentó al lado de Pepito quien le empezó a platicar sobre su dibujo.
༒︎
Roier miró la cuerda dorada rodeando sus muñecas con una ceja alzada mientras seguían a un extraño ojo volador.
- ¿Y está mamada para qué?
Bad que caminaba a su lado suspiró.
- ¡Language! And it just in case (Lenguaje! Y es solo por si acaso)
Rodando los ojos Roier miró alrededor, estaba seguro que no estaban arriba, seguro estaban en alguna oficina en la tierra. El lugar era pulcramente limpio, el mármol blanco y las paredes de un suave azul le daban ganas de vomitar.
El extraño ojo volador se acercó a una gran puerta dorada la cual se abrió sin problema, Roier entrecerró los ojos cuando un gran brillo lo golpeó en los ojos. Al aclarar su mirada encontró una simple sala con pisos de mármol blanco y un gran ventanal el cual dejaba ver el cielo.
Gruñó con molestia cuando observó a Natalan junto a otro ángel en medio de la sala.
- Do you now understand why you have that rope? (¿Ahora entiendes porque tienes esa cuerda?)
El ángel en compañía de Natalan parecía ser su superior y fuera de ofenderse por la obvia mirada asesina de Roier sonrió sin problema alguno.
- Mariana.
Saludo Bad con una pequeña asentimiento de cabeza el cual el ángel con gran altura y vestiduras a la época griega la correspondió con otro asentimiento, antes de hablar se acomodó sus lentes.
- Roier, solo quiero una explicación de lo que pasó ese día en el hospital y nos podemos ir a nuestras casitas sin tanto pedo
Roier suspiró de alivio intermitente al ver que el ángel hablaba español.
- Pues nada más paso wey, estaba en un asunto y el pendejo a tu lado se metió en mi camino.
- ¡Roier!
Lo reprendió Bad, Roier por su parte lo ignoró rascándose la oreja. Mariana asintió mirando hacia Natalan quien tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido.
- Que curioso Natalan me dijo que fuiste tú quien se metió en su camino y no estabas solo, había un humano.
Las pupilas de Roier se encogieron con molestia y los dientes de araña se asomaron en forma de amenaza.
- Cellbit no tiene nada que ver con este asunto de mierda.
Mariana levantó la ceja al ver la reacción de Roier, por su parte el ceño de Natalan se hizo más profundo. Bad carraspeó llamando la atención del ángel de más altura.
- Cellbit is a certified demonologist, he is like an exorcist, he and his sister study and deal with problematic demons. (Cellbit es un demonólogo certificado, es como un exorcista, él junto a su hermana estudian y tratan con demonios problemáticos)
Mariana se cruzó de brazos asintiendo lentamente.
- Interesante, no sabía que el infierno tenía demonólogos certificados.
Bad entrecerró los ojos, Mariana solo se acomodó sus lentes sin mostrar realmente una expresión más.
- Eso no quita que hayan interferido en el trabajo de un ángel al traer de regreso a un querubín y convertirlo en un demonio.
Roier chasqueó la lengua con molestia.
- El humano también tiene que ser castigado.
Bad sacó rapidez su hoz para detener a Roier quien se había precipitado hacia el Mariana quien no retrocedió, solo vio desde arriba al demonio araña.
- Le tocan un pelo y los destruiré con mis propias manos - Roier volvió a nosotros sus colmillos y sus ojos de araña completamente abiertos.
- Es solo un maldito humano, hay muchos más - Hablo con molestia Natalan.
Roier ahora cambió su objetivo hacia Natalan, pero esta vez no fue Bad quien lo detuvo fueron las cuerdas en sus manos las cuales se apretaron con fuerza haciendo que Roier cayera de rodillas sintiendo como si su piel estuviera siendo quemada.
- ¡¿Le pusieron agua bendita a estas madres?! - Grito con molestia Roier.
Mariana volvió a acomodar sus lentes encogiéndose de hombros.
- Cosas del protocolo.
Bad miró con impotencia Roier quien se mordía el labio con fuerza para no gritar del dolor.
- Como decía, tanto el demonio como el humano deben ser castigados.
Roier aún con dolor se puso de pie.
- Tomaré el castigo por los dos - Roier miró hacia la cintura de Natalan donde la espada descansaba - Apuñalame con esa mierda y se acabó.
- ¡Roier! That's very dangerous!
El nombrado con el labio sangrando y el rostro ligeramente pálido miró a Natalan.
- No es como si este hijo de perra no me hubiera hecho daño antes, una cicatriz más no hace la diferencia.
Natalan lo miró con molestia y sacando su espalda pasó saliva. Mariana con una mano en su barbilla de manera pensativa asintió.
- Me parece bien, Natalan atraviesa su cuerpo, pero de manera diagonal así evitarás dañar sus órganos.
Mariana dio un paso hacia atrás dejando espacio a Natalan quien agarró con fuerza su espalda. Bad que miraba todo con impotencia preparó todo para evitar la muerte de Roier, una espada de un ángel podría causarle la muerte a un demonio menor, pero no estaba seguro de que le pasaría al demonio araña con una herida así.
Si Roier moría Cellbit no se lo perdonaría.
Roier sintiendo las cuerdas aflojarse se puso frente a Natalan mirándolo fijamente, agarrando con más fuerza la espalda el ángel no dudó más y se lanzó hacia el demonio.
༒︎
Cellbit terminó de acostar a Pepito en la cuna saliendo a la cocina para tomar un vaso de agua, se detuvo cuando vio el reloj de la pared completamente quieto, el tiempo estaba congelado.
- Achei que minha casa seria o último lugar onde um anjo gostaria de colocar os pés.
Mirando hacia atrás Cellbit se encontró con el ángel que tanto disgusto le causaba parado en medio de su sala. El ángel lo miró con molestia.
Bueno, el odio parecía ser mutuo.
- Quiero saber que rayos tiene un simple humano para que un demonio quiera protegerlo sin importar el daño.
Cellbit frunció el ceño.
- Do que você está falando?
Natalan ignoró su pregunta mirando alrededor.
- Un humano como todos los demás, nada sobresaliente.
Apretando la mandíbula con molestia Cellbit se volteó hacia el ángel cruzando sus brazos.
- ¿Qué tienes que Roier quiere tanto?
Natalan lo miró de arriba abajo con disgusto, cosa que hizo que la vena saltara en la frente de Cellbit comenzando a molestarse.
- Se você vai dizer besteira, saia da minha casa
El ángel se acercó un poco más a él.
- Un humano que gusta de un demonio.
Cellbit se quedó en silencio solo observando al ángel quien sonrió con ironía y enojo.
- ¿Roier no te contó de nuestro pasado?
El demonólogo sintió la foto en su pantalón quemar en un poco mientras entrecerró los ojos.
- ¿Ah? ¿No lo hecho? - Natalan sonrió de lado mirándolo con sus extraños ojos de diferente color - ¿Quieres que te cuente?
- Sai da minha casa - Dijo entre dientes Cellbit
Natalan río al ver el enojo el Cellbit abriendo sus alas dio un paso hacia atrás.
- Roier fue mío, lo tuve muchas veces en mis brazos - Natalan miró con satisfacción como un aura asesina rodeaba al humano - Probé sus labios muchas veces y lo tuve revolcándose en mis sábanas muchas veces más.
El ángel agitó sus alas mientras el humano lo veía desde la oscuridad de la cocina con sus ojos azules brillando de manera amenazante, el ángel miró con fascinación como Cellbit había tomado un cuchillo de su cocina.
- Disfrútalo humano, como en vida Roier fue mío lo será nuevamente en este mundo - Natalan esquivo el ataque de Cellbit quien se había dejado ir con rapidez hacia él - Y a ti, destruiré tu alma para que no existas en ningún plano, ni el infierno ni el cielo.
La sonrisa en lo labios del ángel murió de golpe, Natalan abrió con sorpresa sus ojos cuando sintió un corte en su brazo, mirando hacia abajo observó como una mancha roja comenzaba a llenar su traje pulcramente blanco, levantando el rostro hacia Cellbit observó como este tenía el rostro distorsionado con enojo puro.
- Qué curioso - Murmuró Natalan antes de desaparecer en un polvo dorado.
Cellbit al ver el ángel desaparecer gruñó con molestia antes de tomar la mesa de la sala y lanzarla con fuerza a una de las paredes, para después comenzar a apuñalar una de las almohadas de la sala completamente fuera de sí.
Pasado unos minutos cuando la adrenalina se fue, Cellbit agitado miraba el piso con el cuchillo a su lado el cual tenía grabado en el metal un pentagrama. Se miró las manos y flashes del pasado brillaron en su mente donde estaban llenas de sangre, sacudiendo la cabeza se levantó y comenzó a recoger.
Suspiró aliviado al ver que no había roto la mesa de la sala, tomó una bolsa de basura y comenzó a recoger los destrozos que había ocasionado en su ataque de locura, agradecía también que el cuarto estuviera cerrado con llave ya que si Pepito se levantaba y lo veía en esa condición hubiera sido muy malo.
Cuando todo quedó limpio se dejó caer en el sillón sacando la foto de su bolsillo pasando su pulgar sobre el rostro sonriente del joven. Estaba seguro que sus ojos eran marrones, aunque la foto fuera en blanco y negro estaba seguro que así era.
- Fofo.
Cellbit sonrió y se puso de pie caminando hacia la habitación abriéndola, y entrando viendo a Pepito dormir profundamente completamente desparramado en su cuna, sonriendo Cellbit tomó su pijama y fue a cambiarse al baño, al salir casi se va de trasero del susto al ver a Roier sentado en la cama sonriendo hacían Pepito.
- Pinche chamaco te pusiste más gordo estos meses.
- Guapito.
Roier lo miró y sus ojos carmines lo vieron, y una sonrisa adornó sus labios.
- Estoy en casa gatinho.
Cellbit suspiró con alivio y se hizo un lado para dejar a Roier pasar para que se pusiera su pijama, sentándose en la cama espero a que Roier terminara de cambiarse, pero estaba tardando más de lo debido.
- Gatinho... ¿Puedes venir a ayudarme?
Roier lo llamó desde el baño y rápidamente Cellbit se acercó, al abrir la puerta se encontró con una escena que lo estremeció de pies a cabeza.
- Que porra aconteceu com você?!
Cellbit se acercó rápidamente para ayudar a quitar la camisa negra a Roier viendo con más atención el gran vendaje que cubría tanto la espalda como el pecho del demonio. Roier lo miró con una pequeña sonrisa.
- Un castigo.
Cellbit miró con importancia y las palabras del ángel brillaron en su mente. "Quiero saber que rayos tiene un simple humano para que un demonio quiera protegerlo sin importar el daño"
Tomando al demonio de los hombros lo acercó a su rostro apretando con un poco de fuerza.
- Roier, me diga que você não recebeu esse castigo por mim.
El nombrado apartó la mirada sin contestar, el enojo burbujeó en el pecho de Cellbit, no hacía Roier, sino hacia la gente de arriba, porque estaba seguro que ellos le habían causado ese daño y lo habían orillado a tomar esa decisión.
- No te emputes Cellbit, no me arrepiento y si piensas que iba a dejar que te hicieran daño tu-
Las palabras de Roier murieron en sus palabras cuando Cellbit lo jalo a sus brazos envolviendo con ellos, parpadeando sorpresa Roier sintió su corazón acelerarse.
- Eres un pendejo.
Roier abrió la boca indignado antes de alejarse y mirar a Cellbit quien ni siquiera lo dejó replicar cuando lo tomó la barbilla y lo jalo hacia él.
Lo que Pepito vio esa noche cuando se asomó al baño fue a sus papás darse respiración boca a boca, Bobby quien había llegado un poco después de Roier al ver a los adultos hacer eso frente a un niño pequeño chasqueó la lengua y se llevó a Pepito a su cuna negando.
Chapter Text
Pasado.
Desde que Roier había vuelto se había quedado en cama recuperándose de su herida, aunque no era mortal (según las palabras del mismo demonio) el dolor era incómodo al igual que la picazón que le causaba. Cellbit esos días se había encargado de cuidar de Roier pasando por alto lo dramático que era el demonio ya que sin ninguna vergüenza pedía que lo mimira constantemente.
Pepito se había quedado en cama junto a Roier, dibujando y balbuceando con el demonio quien asentía como si entendiera al niño. Pepito aún no lograba hablar fluidamente ni mucho menos construir una frase con coherencia, aunque los niños de su edad ya podían hablar, Pepito era un niño distinto.
Parecía que eso venía después del accidente, era seguro que Pepito hubiera visto todo generándole algún tipo de regresión, por consiguiente un trauma. Pepito no era tonto, entendía lo que decías, solo no sabía hablar y movía sus manitas cuando no le gustaba algo o se emocionaba.
- Pepito ¿eres feliz aquí? - preguntó Roier acariciando la cabeza del niño quien dibujaba a su lado.
Pepito levantó el rostro y asintió, apuntando su dibujo donde cuatro figuras mal hechas y rayadas llenas de colores se mostraban.
- ¿Somos nosotros? - Roier sonrió al ver el dibujo, Pepito asintió muchas veces - Mmm... ¿Familia?
Incorporándose Pepito lo miró mientras agitaba sus manitas y balbuceaba, Roier sonrió mientras asentía. Cellbit entró a la habitación sosteniendo una pequeña charola con comida junto a él Bobby traía también otra pequeña charola con pequeños platitos decorados para su hermano.
- O que aconteceu filho? você está feliz?
Cellbit al ver a Pepito dejó la charola en el regazo de Roier quien gustoso comenzó a comer, el demonólogo se acercó al niño más pequeño quien seguía agitando sus manitas y balbuceaba, acariciando con suavidad los cabellos castaños del niño Cellbit tarareó mientras asentía como si entendiera al niño.
- Pepito, hora de comer - Bobby dejó la pequeña charola cerca de su hermano quien rápidamente le puso atención - Recuerda que debes crecer grande y fuerte.
Pepito se sentó frente a la charola y comenzó a comer con lentitud, como si disfrutara de casa bocado centrando completamente su atención en la comida, Cellbit tomó asiento a los pies de Roier quien juguetonamente estiró su pie picando uno de los costados del demonólogo quien saltó al sentir el piquete.
- Gatinho, ¿no has tenido trabajo estos días?
Cellbit tomó el dedo gordo del pie del demonio jalándolo haciendo que Roier se quejara y lo mirara con un puchero.
- Esses dias têm sido tranquilos, apenas me chamaram para ir hoje à noite ver uma casa que parece estar sendo atormentada por um demônio.
- ¿Quieres que te acompañe?
Cellbit negó poniéndose de pie acercándose a Pepito para limpiarle con cuidado las mejillas.
- Não precisa, sempre lidei com casas mal-assombradas.
Roier asintió y le dio otro bocado a su comida.
- Si estás en aprietos gatinho solo di mi nombre y apareceré - guiñándole el ojo Roier río al ver como Cellbit rodaba los ojos.
Bobby veía el intercambio con una pequeña sonrisa para después centrar su atención en su hermano quien seguía absorto en seguir comiendo.
- Oye Bolby - Roier observó al pequeño demonio - ¿Pepito siempre vio fantasmas y así?
El niño hizo una mueca de manera pensativa mirando hacia arriba.
- Creo que no, nunca noté nada raro en ese sentido, además Pepito siempre me contaba todo.
- Talvez ele tenha desenvolvido isso depois do acidente.
Roier observó al pequeño niño quien ajeno a su plática seguía centrado en terminar su comida, con una pequeña sonrisa el demonio acarició el cabello del niño quien solo levantó un poco sus ojos verdes para mirarlo para después mirar nuevamente su comida.
༒︎
La noche cayó y Cellbit acababa de salir de su auto para caminar hacia la entrada de la casa. Vestido completamente de negro con una gran gabardina, sus lentes oscuros y sosteniendo su libro tocó la puerta.
La casa estaba un poco más alejada de la ciudad, una típica casa de campo con su caminito de tierra y su cerca de madera alrededor. La puerta fue abierta dejando ver una mujer ya mayor quien al verlo sonrió con suavidad.
- Mi hija me dijo que vendría alguien a ayudar a esta vieja, no pensé que sería un muchacho tan guapo.
Cellbit sonrió con pena entrando a la casa cuando la anciana lo dejó pasar.
- ¿Me pode contar qué ha pasado en su hogar?
La anciana lo guio por la casa mientras comenzaba a hablar.
- Está casa tiene mucho tiempo, era de mis abuelos y después fue de mis padres, y al final terminamos viviendo aquí con mi esposo que en paz descanse - la anciana se acercó a una puerta ya muy desgastada, al abrirla Cellbit se dio cuenta que era la entrada al sótano - Nunca había pasado nada, pero hace unos días escuchó lamentos muy feos de allá abajo mijo y alguien que quiere abrir esta puerta en las noches.
Cellbit asintió observando como había un punto donde parecía que la oscuridad se comía las escaleras.
- Lo que terminó por espantarme fue escuchar la voz de mi viejo diciéndome que lo ayudara - la señora se acomodó el rebozo con una mirada perturbada - Juro por Dios que era la voz de mi Juanito, me llamaba como siempre lo hacía, me decía "Chonita, viejita venga ayudarme que me duele mucho, ayúdame viejita"
El demonólogo se acomodó los lentes antes de acercarse a las escaleras.
- No se preocupe, lo arreglaré, por favor cierre bien la puerta cuando entre.
La anciana un poco dudosa asintió y cuando Cellbit comenzó a bajar por las escaleras la señora cerró la puerta como el demonólogo le pidió. Al instante Cellbit lo sintió, la pesada sensación que se sentía en el aire cuando un demonio hacía su guarida en algún lugar, esa sensación helada que lo recorría de pies a cabeza además de se sentía pudieras tocar el aire espeso que lo rodeaba.
- Filho, filho, ajude a mãe.
Cellbit se congeló en el final de las escaleras, un escalofrío lo recorrió mientras tragaba saliva. Ese maldito demonio estaba imitando jodidamente bien la voz de su madre.
- Muitas vezes tentaram me fazer cair com aquele truque filho da puta, tente outra coisa.
Un silencio siguió después de las palabras de Cellbit quien entrecerró los ojos tomando su linterna iluminó el lugar, era un sótano cualquiera, viejo y lleno de cosas antiguas. Al no ver rastro del demonio tomó su libro abriéndolo, pero antes de que recitara la invocación el demonio volvió hablar.
- Por que você matou a mamãe, Cellbit? (Porque mataste a mamá, Cellbit?)
Las palabras se quedaron atascadas en la garganta de Cellbit.
-Mamãe sempre fez o melhor por você e sua irmã, mamãe te amava, por que, por que? (Mamá, siempre busco lo mejor para ti y para tu hermana, mamá te amaba, por qué por qué?) - La voz se escuchaba cerca, pero iba y venía de un lado a otro - Por que você me matou Cellbit? Por que você me apunhalou tantas vezes? Você odiava tanto a mãe? (Porque me mataste Cellbit? Porque me apuñalaste tantas veces? Odiabas tanto a mamá?)
La linterna en la mano de Cellbit cayó y rodó lejos dejándolo en la oscuridad, un par de manos frías lo rodearon y un suave olor a lavanda lo rodeó.
- Mesmo que você tenha matado a mamãe, a mamãe não te odeia, você é meu querido filho. (Incluso si mataste a mami, mami no te odia, eres mi querido hijo)
La criatura lo abrazó con más fuerza haciendo que las piernas de Cellbit cedieran cayendo de rodillas, aún en la oscuridad observó sus manos mientras flashes del pasado parpadeaban. Una noche de tormenta, un cuchillo de cocina y las súplicas de su madre.
- Mamãe está com saudades de você, por que você não vem comigo? (Mami te extraña, ¿por qué no vienes conmigo?)
Congelado en el piso Cellbit apenas era consciente que la criatura comenzaba a rodear su cuello con su frías manos.
- Meu querido garotinho, meu querido garotinho, mamãe te perdoa (Mi hijito querido, mi hijito querido, mami te perdona)
Cuando el demonólogo comenzaba a perder la consciencia la puerta del sótano se abrió de golpe.
- Filho da puta demoníaco, fique longe do meu irmão!
Cellbit entre la bruma del desmayo observó a su hermana aparecer. Bagi se colocó frente a Cellbit y tomando su propio libro recitó en voz fuerte y clara.
Demon ad barathrum inferni redeo, ubi illi pertinent, tibi fas non est esse hic, in nomine omnium, quod est divinum, relinque!
Un grito ensordecedor se escuchó, la criatura que era lo que denominaban un demonio sombra que tomaban forma de algún familiar fallecido desaparecido entre chispas de fuego quedando solo una mancha negra en el piso. La luz poco a poco volvió y esa sensación espesa en el aire también desapareció, al final el sótano si tenía luz ya que la luz de un pequeño foco siempre estuvo prendida, pero el demonio había absorbido todo rastro de iluminación.
Bagi al ver a su hermano aún hincado en el piso mirando sus manos con un rostro deformado entre miedo y dolor se hincó frente a él.
- Cellbit...
- Eu matei ela Bagi, eu matei a mãe
Bagi hizo un línea sus labios y tomando las manos de su hermano entre las suyas hizo que Cellbit levantara el rostro para verla.
- Eu sei, sei o que você fez
Cellbit abrió sus ojos con sorpresa y una pequeña capa de lágrimas llenó los ojos del demonólogo, Bagi se acercó más abrazándolo con fuerza.
- Você me salvou Cellbit...
Con las manos temblorosas Cellbit abrazó a su hermana, primero suavemente y después con más fuerza. Bagi cerró los ojos fuerza intentando no soltarse a llorar mientras susurraba un "Está tudo bem... está tudo bem... está tudo bem irmão...".
༒︎
Bagi tomó el teléfono mientras veía a su hermano sentado en el sillón viendo hacia frente con una taza de café en sus manos la cual humeaba suavemente, no había vuelto hablar desde que habían regresado de la casa de la anciana, sintiendo que era la mejor opción Bagi lo llevó a su hogar avisándole a Tina de antemano para que les diera un momento a solas.
Ahora le llamaría a Roier ya que estaba segura que el demonio debía estar preocupado ya que era bastante tarde. Cuando marco el número de la casa de su hermano apenas timbró una vez cuando el teléfono fue tomado al instantes
- Roier, Cellbit está comigo.
Bagi escuchó un suspiro de alivio al otro lado de la línea.
- Gracias Bagi, estaba apunto de salir para buscarlo ¿está todo bien?
Mirando hacia la sala Bagi hizo una pequeña mueca.
- Aconteceu alguma coisa... não é nada grave, ele não ficou ferido, foi algo mais... pessoal.
Un silencio se formó por la línea, Bagi volvió hablar ahora con un poco más de seriedad alejándose un poco más para que Cellbit no la escuchara.
- Quando cheguei ao local havia uma névoa estranha, não era o que os demônios costumam liberar - Bagi hizo una mueca - era uma espécie de barreira.
- ¿Barrera? ¿Ósea que había algo más ahí?
- Sim.
- Lo investigaré, gracias otra vez Bagi, supongo que se quedará contigo hoy ¿no?
- Eu acho que sim.
Después de despedirse y desearse buenas noches Bagi volvió con su hermano a la sala tomando asiento a su lado, Cellbit apenas había dado un sorbo al café y seguía mirando al frente absorto en sus pensamientos.
- Cellbit.
- Há quanto tempo você sabe o que aconteceu com a mãe?
Bagi bajo la mirada hacia sus manos.
- Eu vi você Cellbit, naquela noite eu vi tudo
Cellbit la volteó a ver con rapidez.
- Mas você estava dormindo
Negando Bagi suspiró.
-- Fiz você pensar assim porque achei que seria melhor você pensar que eu não sabia de nada.
Cellbit dejó la taza en la mesita de la sala, Bagi pensando que se levantaría lo tomó del brazo.
- Eu nunca irei culpar você pelo que você fez Cellbit-
- Mas eu matei ela, Bagi!
- Mas foi legítima defesa! Ela ia nos prostituir! Naquela noite ela iria me vender para alguém!
Las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de Bagi mirando a su hermano quien la miraba con un rostro distorsionado entre el dolor y la culpa.
- Ela não nos amou Cellbit, sempre fomos um fardo - Bagi sorbió la nariz mientras bajaba la mirada aún con las lágrimas corriendo por sus mejillas - Os golpes, os insultos... Não foi a melhor saída, mas aquela decisão salvou nossas vidas.
Cerrando los ojos por un instante Cellbit suspiro con pensar poniendo su mano sobre la de su hermana que seguía en su brazo.
- Uma morte é uma morte e isso não tira o peso que ela carrega, mas deixe-me ajudar você a carregá-la.
Bagi levantó el rostro después de decir aquellas palabras para mirar a su hermano quien un poco más tranquilo después de unos segundos asintió, ambos hermanos se quedaron en silencio sosteniéndose mutuamente. Nada justificaba lo que Cellbit había hecho, absolutamente, pero había sido una salida desesperada para evitar que su niñez hubiera sido manchada.
Al final desde que tuvieron consciencia supieron que solo se tenían el uno al otro y ahora en su adultez seguían juntos, pero tenían personas que les recordaban que quizás ya no estaban tan solos.
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Roier quien dormía abrazando a Pepito y Bobby en la cama despertó un poco del sueño al sentir como la cama a su lado se hundía y un par de brazos lo rodeaban a él, y a los niños.
Sabiendo de quién se trataba Roier se acercó más cerrando los ojos y suspirando.
- Te quiero Guapito.
Roier sonrió al escuchar las palabras de Cellbit, su sonrisa se hizo más grande al sentir un pequeño beso en su hombro.
- También te quiero Gatinho.
Así en aquella noche de luna llena una figura blanca miraba desde lejos la ventana de la habitación del demonólogo que descansaba plácidamente entre los brazos de su pequeña familia causándole irá a la persona que lo observaba.
Fallo esta vez, pero la siguiente destruiría sin duda alguna el alma de esa persona y en una bruma dorada desapareció.
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Lluvia
Con los días la herida de Roier mejoró sólo quedando una cicatriz, Cellbit cada que la veía no podía evitar sentir que su corazón se encogía. No se podía ni imaginar el dolor que debió sentir el demonio al ser atravesado por una espada bendita.
Roier le había asegurado ya varias veces que estaba bien, al ser un demonio superior una herida así no podía matarlo, pero eso no evitaba que Cellbit se sintiera mal y Roier lo notaba así que para quitar esa mirada de sus ojos le daba algunos besos en las mejillas.
Algo que también se podía destacar de su relación era lo cercanos que eran ahora, el espacio personal ya no existía entre los dos y ahora Roier no temía robarle un beso a Cellbit. Ninguno de los dos hablaba sobre que eran, estaban bien así, los dos sabían cuál era la naturaleza de su relación y ahora eran conscientes de que ambos sentían lo mismo, y eso era suficiente.
Las aventuras de exorcismos no pararon, curiosamente cada que se acercaba otoño los casos aumentaban y a veces llegaban a ser demonios un tanto violentos, pero con Roier a su lado Cellbit los casos eran un poco más sencillos, pero había algo extraño, las cosas eran mucho más difíciles en algunas ocasiones, demonios que eran fáciles de tratar parecían ser mucho más fuertes. Algo que notó rápidamente Roier.
En uno de los casos donde trataron a un poltergeist en una casa antigua fue más violento de lo que eran usualmente hasta el punto de llegar a lastimar a Cellbit lanzándolo por las escaleras de la casa mientras Roier curiosamente estaba encerrado en una habitación la cual parecía no abrirse con nada. Solo cuando Roier se transformó en su forma completa de demonio pudo salir y destrozar al poltergeist.
Para después correr hacia donde Cellbit aún se encontraba tirado, por suerte Cellbit no tenía ningún hueso roto y no se había golpeado la cabeza demasiado duro, solo había algunas heridas superficiales y moretones.
Esa noche mientras la lluvia caía fuera del departamento Roier refunfuñaba mientras curaba con cuidado las heridas del rostro de Cellbit en el baño.
- Mira nada más pendejo, tu hermoso rostro está arruinado.
Cellbit hizo una mueca cuando Roier limpio con cuidado una de sus heridas con alcohol.
- Então você só me quer pelo meu rosto lindo?
Roier sonrió de lado.
- Obvio.
Con un rostro lleno de "indignación" Cellbit volteó su rostro alejándose de Roier quien rió y lo jalo hacia él de la camisa para darle un beso. El demonólogo no se negó y se lo regresó, Bobby los veía con una pequeña sonrisa desde la cama con Pepito durmiendo a su lado.
Bobby estaba genuinamente feliz viendo que esa extraña pareja cuidaba bien de su hermanito (y de él), sabían tratar a Pepito, le daban su espacio y hacían el mejor esfuerzo para comprenderlo. Cellbit había comenzado a llevarlo a terapias infantiles las cuales estaban ayudando bastante bien a Pepito para comunicarse con más facilidad con sus papás.
Bobby notaba que Pepito volvía a ser poco a poco el niño antes del accidente y por eso estaba agradecido de que el demonólogo y demonio lo adoptaran. El pequeño demonio apartó la mirada de la pareja para ver por la ventana, su pequeño ceño se frunció al ver una mancha blanca entre las gotas de lluvia que escurrían en la ventana. Tallándose los ojos pensando que había visto mal, cuando Bobby volvió a mirar no había nada más, encogiéndose de hombros se acurrucó junto a su hermano suspirando.
Cellbit y Roier por su parte tuvieron su momento en el baño entre risas mientras la puerta del baño era cerrado con cuidado y cuando estuvo completamente cerrada el cerrojo se escuchó.
༒︎
Bagi que terminaba de servirse su café al escuchar el sonido del timbre corrió a abrirla, ese día era una mañana lluviosa así que era extraño recibir visitas con ese clima. Al abrir la puerta se encontró con Roier quien cerró su paraguas y le sonrió.
- Hola Bagi, perdón por la visita inesperada, pero necesito hablar contigo.
- Roier! Claro, entre!
Dejando pasar el demonio a su hogar Bagi le indicó a Roier donde dejar su paraguas para después dirigirse a la sala.
- ¿Y Tina? - preguntó Roier tomando asiento en uno de los sillones.
- Ela está dormindo, esse clima faz ela dormir mais
Roier asintió y después de que Bagi se sentó a su lado habló.
- Bagi, vengo a preguntarte algo - al ver que Bagi asentía para qué continuara Roier la miró seriamente - El día que Cellbit estuvo contigo ¿Qué fue lo que notaste cuando llegaste a esa casa?
Bagi frunció el ceño tratando de recordar ya que habían pasado algunas semanas de ese suceso, después de pensarlo por varios minutos comenzó a hablar.
- Antes de descer ao porão, a energia parecia estranha - Bagi se llevó una mano a su barbilla - Não era a energia habitual de um demônio, parecia muito mais violenta.
Roier frunció un poco el ceño dejando continuar a Bagi.
- Havia outra coisa, uma barreira
Asintiendo Roier recordó que Bagi le había dicho lo mismo el día que le había llamado para decirle que Cellbit estaba con ella. Solo quería confirmar que lo que la información que recordaba de esa llamada era correcta.
- Está barrera ¿Cómo era?
Bagi volvió a guardar silencio tratando de recordar y al hacerlo lo miró con el ceño ligeramente fruncido.
- Parecia apenas pó de ouro.
Los ojos extras de Roier se abrieron asustando a Bagi, el demonio trató de relajarse y preguntar nuevamente con tranquilidad.
- El demonio, ¿notaste algo más?
- Tinha informações que deveria saber - Bagi al ver el rostro de Roier oscurecía cada vez más preguntó - O que aconteceu, Roier?
El demonio se puso de pie y negó.
- Lo siento Bagi, tengo que irme.
Y sin más Roier camino a paso rápido hacia la puerta tomando su paraguas saliendo a la lluvia dejando a Bagi muy confundida sin entender muy bien aquella extraña visita del demonio. Suspirando se puso de pie y tomando se café de la cocina se dirigió a su habitación donde su novia aún dormía plácidamente entre las cobijas.
Con una sonrisa tomó asiento en la cama recargándose en la cabecera dándole un pequeño sorbo a su café mirando por la ventana.
- Parece que a chuva não vai parar hoje
༒︎
Roier por su parte mientras caminaba bajo la lluvia comenzó armar el rompecabezas en su cabeza y cuando las piezas estuvieron unidas al levantar la mirada se encontró con la respuesta vestida de blanco.
- ¿Quieres caminar un rato conmigo, Roier?
La lluvia no se detuvo en todo el día y siguió hasta que el sol se ocultó en el horizonte. Las nubes grises volvían más oscura la noche no dejando ver ni un rastro de un astro en el cielo.
Cuando Roier regresó al departamento Cellbit no estaba, sabía que saldría a verse con unos amigos que no había visto desde hace un tiempo y llegaría un poco tarde. Al acercarse al cuarto los niños sin hacer ruido los encontró ya dormidos y con cuidado se sentó en la orilla de la cama mirándolos.
Cuando un trueno se escuchó en la distancia bajo la mirada recordando la conversación que tuvo con ese ángel esa mañana mientras caminaban bajo la lluvia.
"- Roier, lo diré directamente, debes alejarte de ese humano - antes de que pudiera interrumpirlo Mariana rápidamente agregó - Que sigas a su lado es firmar su muerte y la del niño que está a su cuidado.
- Si lo dejo el pendejo de Natalan le hará daño - Roier miró con enojo al ángel.
- Te aseguro que no dejaré que lo haga - Mariana suspiró - Quién diría que un simple humano pudiera ser el detonante de que algo que pase entre el cielo y el infierno.
Roier chasqueó la lengua mirando al frente aún con molestia.
- No voy a creer en las palabras de un maldito ángel.
Mariana imaginándose esa respuesta agregó.
- Bad lo cuidará también, hable con él antes de venir a ti - Mariana frunció un poco el ceño - Natalan está actuando de manera incorrecta para un ángel.
- ¿Apoco?
- Roier, hablando en serio, debes alejarte de ese humano, si sigues a su lado su existencia está condenada y desaparecerá para siempre ¿eso quieres?"
Roier se puso de pie y quitándose un collar que siempre cargaba se lo dejó con cuidado a Pepito.
- Siempre serán mis chamacos - susurró Roier con una pequeña sonrisa.
Roier miró a Bobby también y acariciando con suavidad su cabello se alejó sin hacer ruido saliendo de la habitación cerrando la puerta detrás de él. Mirando el reloj asintió y salió del departamento, comenzó a caminar a paso lento por la calle bajo la lluvia.
Algunos truenos se escuchaban a la distancia, la calle estaba vacía, solo las luces de las farolas iluminaban la calle, la lluvia formaba pequeños charcos los cuales hacían pequeñas ondas cuando los pisaba.
Sus pasos se detuvieron cuando vio una figura acercarse y está también se detuvo al verlo.
- Guapito? Por que você não está dormindo com nossos filhos?
Roier sonrió un poco.
- Iron fue quien me habló de ti, me habló de un demonólogo que invocaba demonios para estudiarlos y era amable con ellos.
- Do que você esta falando?
Cellbit se acercó un poco más.
- Tuve mucha curiosidad por conocerte y esperé a que llamaras algún demonio, Iron que ya conocía tu voz fue quien me dijo que estabas invocando en ese momento y ahí llegue yo - Roier apretó los labios un momento para después continuar - ¿Será muy estúpido decir que me enamore de ti a primera vista?
- Roier.
El nombrado bajo un poco el rostro con una sonrisa en sus labios.
- Nunca pensé que después de lo que viví en como un humano y haber muerto literalmente por ese sentimiento, lo volvería a sentir con solo mirarte.
Cellbit cortó la distancia parándose frente a Roier quien levantó el rostro para mirarlo con los ojos empeñados.
- Te amo Cellbit - Una lágrima rodó por la mejilla de Roier - Por eso no puedo dejar que desaparezcas.
Ahí el demonólogo lo comprendió y dejando caer su paraguas abrazó con fuerza al demonio quien también soltó su paraguas abrazándolo.
- Também te amo Guapito - Cellbit apretó con fuerza el cuerpo del demonio cerrando los ojos evitando que las lágrimas salieran - Mas não me abandone
Roier se sostuvo con fuerza de Cellbit sintiendo el nudo en su garganta negándose a soltar un sollozo mientras la lluvia caía con fuerza sobre ellos.
- Vivir este tiempo contigo me hizo sentir como mi antiguo yo, el que era feliz - Con la voz entrecortada Roier oculto su rostro en cuello de Cellbit - Por favor Cellbit, déjame ir para que puedas vivir.
Cellbit lo alejó un poco para sostener el rostro del demonio entre sus manos.
- Mas se você partir, como continuarei vivendo?
Lo único que Roier pudo hacer fue tomar el rostro de Cellbit entre sus manos y con una sonrisa triste, y los ojos llorosos le contestó.
- Vive por nuestros hijos.
Y para no dejar hablar más al demonólogo Roier jalo su rostro hacia él dándole un último beso, un beso que buscaba transmitir lo que sentía en ese momento. "Perdóname" "No quiero irme" "Te amo" "Te amo Gatinho"
Cuando un rayo iluminó el cielo y Cellbit volvió abrir los ojos se encontraba solo bajo la lluvia.
"Está lloviendo de nuevo hoy
Lloviendo tan dolorosamente
Como el día que te deje ir..."
Chapter Text
Come Alive
5 años después...
- ¡Pai! ¡Pai! ¡Despierta! ¡Escuela!
Cellbit bostezo y abrió poco a poco los ojos. Frente a él un par de grandes ojos verdes lo miraban fijamente.
- Pepito, filho, são apenas 7 da manhã.
Pepito se quedó quieto y miró el reloj en la mesita de noche a un lado de la cama de su papá. Abriendo su boca en forma de "o", miró a su padre y después río escabulléndose de regreso a su cuarto. Suspirando Cellbit se enderezó tallándose los ojos.
No tenía sentido intentar volverse a dormir. Mirando a su lado acarició con suavidad el lado frío a su costado para después salir de la cama. Bostezando se arrastró hacia la cocina donde Bobby se encontraba también ya despierto viendo la televisión.
- Buenos días.
Saludo Bobby sin voltear a verlo soltando un "uhm" acercándose a la cafetera preparándola para su primer café de la mañana. Cruzándose de brazos mientras la cafetera estaba en función Cellbit se recargó en la encimera mirando hacia la televisión. Al ser de mañana era tiempo de los noticieros.
"- Esta mañana se ha reportado otra desaparición de un niño de primaria, con esta ya suman 5 niños que han desaparecido. Los testigos dicen que el pequeño de apenas 7 años se esfumó en un instante. Vamos con Carlos que se encuentra en el lugar de los hechos..."
Levantando una ceja Cellbit observó la televisión, Bobby se puso de pie estirándose. El pequeño demonio que había sido adoptado junto con su hermano ya no era más un niño. Ahora físicamente parecía un muchacho en su adolescencia, sus cuernos habían crecido también y sus alas similares a las de un murciélago también eran mucho más grandes.
Bobby al ser un demonio ya casi adulto tenía cosas que hacer allá abajo. Aunque seguía bajo el cuidado de Roier, por cuestiones de trato no podía acercarse a él tampoco, pero el demonio araña lo había dejado en manos de una de sus mejores amigas demonio; Jaiden. Una demonio mitad pájaro que vivía en un bosque alejado de la ciudad, en vida había sido una bruja bastante poderosa, pero muy amable, su magia ayudaba a aquellos que vivían con alguna enfermedad. Al final la traicionaron terminando quemada en una hoguera.
Al convertirse en un demonio decidió recluirse en una casita en el bosque donde cuidaba que ningún demonio maligno hiciera de las suyas en su territorio. Un día poco después de la despedida de Roier, ella se había presentado en su hogar ofreciendo su ayuda con el cuidado de Bobby. Al comienzo el pequeño demonio se había rehusado ya que no confiaba en nadie más que su familia, pero al irse acercando a la demonio pájaro se fue ablandando hasta el punto que algunas veces se iba a quedar con ella en el bosque para ayudarle en lo que necesitara.
Cuando el reloj marcó las 8:00 am, Pepito apareció listo y preparado para irse a la escuela. El pequeño niño también había crecido, solo unos cuantos centímetros, pero lo que más había cambiado era su personalidad. Cellbit había llevado al pequeño Pepito en su momento con un terapeuta infantil para que le dijera si el niño tenía algún tipo de autismo. Al final el pequeño al haber sufrido un gran shock en su momento le había creado un retraso que le impedía actuar como un niño de su edad, con terapia y atención continua Pepito poco a poco había logrado salir adelante.
Ahora era un niño activo y alegre, aunque aún le costaba un poco armar una oración completa. Ya no agitaba tanto las manos cuando estaba nervioso o asustado. Pepito ahora era feliz, aunque a veces preguntaba por su papá Roier. Cellbit no había tenido el corazón para decirle que su papá Roier había tenido que irse para mantenerlos a salvo y quizás nunca volvería. Por ahora solo le decía que papá Roier estaba ocupado en su trabajo. Sabía que tarde o temprano tendría que decirle la verdad, pero no quería. Aceptar que Roier nunca volvería era también bastante doloroso para él.
Una realidad que Cellbit quería evitar.
- Preparado para a escola?
Levantando a Pepito en brazos Cellbit tomó las llaves del auto y de la casa, detrás de él Bobby ocultó sus alas y sus cuernos colocándose unos lentes negros. Al abrir la puerta a ambos les cegó por un momento la luz, cuando el resplandor se fue, frente a ellos un joven de tez morena y un afro bastante abundante los saludo con una gran sonrisa.
- Bom dia! Meu nome é Richars e sou o anjo da guarda do Pepito!
Cellbit solo sintió como era echado hacia un lado con fuerza. Frente a él, Bobby gruñó con molestia al ángel.
- ¿Qué mierda haces aquí?
El ángel fuera de asustarse o intimidarse sonrió más.
- Já disse, sou o anjo da guarda do Pepito.
- No necesitamos a ningún maldito ángel aquí - Los cuernos de Bobby salieron rompiendo la gorra y sus alas se extendieron de golpe - Fuera.
Ángel siguió sin inmutarse.
- Me disseram que isso pode ser um problema- Richars suspiró - Bobby é o seu nome, certo? O irmão mais velho que faleceu e fez pacto com um demônio para ficar com seu irmão.
Bobby en respuesta gruñó mostrando ahora sus dientes.
- Bobby, você esteve no céu por alguns momentos, você sabe que toda criança tem um anjo da guarda - Richars levantó una ceja - Você tinha uma antes de morrer.
- ¿Y?
La distorsión en la voz de Bobby era obvia en ese momento. Cellbit suspiró bajito, era igual de emocional que Roier.
- Que Pepito não está isento de ter um anjo - Richars se apuntó a sí mismo con una gran sonrisa - E isso sou eu.
Antes de que se armara una guerra fuera de su casa Cellbit hizo hacia atrás a Bobby dándole a Pepito en brazos quien solo había visto el intercambio con los ojos bien abiertos.
- Bobby, calma, você vai assustar o Pepito - Cellbit observó como Bobby gruñía bajito y rápidamente ocultaba su lado demonio - Deixe isto comigo.
Poniéndose frente al ángel Cellbit se cruzó de brazos.
- Suponho que aqueles acima lhe informaram tudo sobre minha família - Cellbit entrecerró los ojos - Você foi enviado para nos observar ou nos espionar?
Cellbit tuvo que cortar ahí la pregunta ya que estaba por cuestionar si aquel ángel desgraciado estaba detrás de todo esto. Richars solo negó.
- Não, eles apenas me deram as informações básicas que todo anjo da guarda deveria saber sobre seu filho sob cuidados - Richars miró a Pepito - Eles me disseram o quão peculiar é a família, mas é isso.
Mirando al muchacho frente a él Cellbit entrecerró más los ojos. No vestía un traje como todos los ángeles. Solo llevaba una sudadera blanca con bolsillos, unas bermudas del mismo color y unos tenis también del mismo color. Seguía manteniendo el impecable blanco que los caracterizaba, solo que un poco más juvenil.
- Eu só vim para fazer meu trabalho - metiendo las manos en sus bolsillos de la sudadera Richars encogió sus hombros.
Bobby estaba listo para volver a replicar, pero Cellbit levantó su mano interrumpiéndolo.
- É uma ordem vinda de cima, Bobby - haciendo una mueca Cellbit volteó a ver a sus hijos - Não podemos fazer nada.
El camino hacia la escuela fue... sofocante. Bobby fulminaba con la mirada al ángel quien comenzaba a interactuar con Pepito quien como todo un pequeño niño, curioso observaba al ángel. Cellbit comprendía el desagrado de Bobby por los ángeles en general. Uno les había arrebatado a Roier de su lado. El demonólogo tampoco estaba muy contento con el ángel guardián, pero no podía intervenir en cosas que ya estaban marcadas.
Al llegar a la escuela Bobby salió del auto como un adolescente normal cargando a su hermano, detrás de ellos Richars los seguía pasando desapercibido por el ojo común. Cellbit se despidió de ambos y asintiendo hacia Bobby quien lo despidió de la misma manera.
Bobby trabajaba en una cafetería cerca de la escuela de Pepito, el demonio adolescente recogía a su hermano cuando las clases terminaban hasta que Cellbit los recogía. Mirando por última vez al trío parado fuera de la escuela esperando a dejar a Pepito dejó salir un suspiro y se dirigió hacia su destino de siempre.
༒︎
Desde la partida de Roier, Cellbit había comenzado a ir a la biblioteca central, buscando de alguna manera como eliminar por completo a un ángel. Sabía que cualquier arma maldita podía ayudarle, pero necesitaba ser una específica, una que solo tenían los demonios. Bad había negado rotundamente en darle algún arma, además de advertirle en el gran problema que se podría meter si asesinaba un ángel.
A Cellbit menos le podía interesar los problemas que podría llegarle, ese ángel le había arrebatado a su demonio y no se iba a quedar con los brazos cruzados.
Estacionando el auto en su lugar habitual Cellbit se colocó sus lentes y tomando su maletín donde tenía tanto su laptop como su libreta salió del carro. Al entrar a la biblioteca saludó con un asentimiento al bibliotecario, Etoiles, quien lo saludó con una gran sonrisa y agitando su mano. Adentrándose en los pasillos de la biblioteca Cellbit ingresó en el único lugar donde nadie (solo muy poca gente) podía ingresar.
El área malita. Solo los demonólogos o exorcistas podían entrar. La puerta era como un portal ya que está sección se encontraba en todas las bibliotecas del mundo. Sacando del bolso de su gabardina una llave bastante vieja y oxidada la metió en la hendidura dándole vuelta escuchando el "clack" del cerrojo siendo abierto.
Empujando la puerta escuchando el ya familiar chirrido Cellbit entró cerrando la puerta detrás de él. Frente a él un pasillo oscuro se extendía. Con paso firme y acelerado llegó al otro lado encontrando algo similar a un área subterránea y antigua de alguna ciudad colonial. La luz que había en ese lugar solo llegaba por un par de velas, el olor a humedad y un frío que te recorría de pies a cabeza llenaba el lugar.
No había nadie en el lugar, así que Cellbit rápidamente fue a los diferentes estantes viejos donde podía encontrar los libros de su interés. En esos 5 años no había encontrado casi nada, pero estaba seguro que estaba cada vez más cerca de tener la respuesta.
Libro tras libro se iban acumulando en su escritorio y la cera de la vela se hacía cada vez más pequeña. Soltando suspiro Cellbit se revolvió los cabellos con frustración.
- Qui non troverai le risposte che cerchi. (No encontrarás las respuestas aquí)
Cellbit dio un salto del susto mirando hacia el frente. De las sombras surgió un hombre alto que se veía ya un tanto anciano con un par de anteojos vestido de negro. Con una sonrisa se sentó frente a él.
- Ho un'idea di cosa stai cercando dalle volte che sei venuto qui. (Me doy una idea lo que estás buscando por las veces que has venido aquí) - el hombre colocó sus codos en la mesa entrelazando sus manos - Un'arma capace di uccidere un essere divino (Un arma capaz de matar a un ser divino)
Viendo ahora con la luz de la vela Cellbit se dio cuenta que aquel hombre vestía la típica túnica de padre, poniéndose alerta Cellbit lo miró con cautela haciendo que el hombre soltara una carcajada. El demonólogo por su parte miró al hombre extraño con el ceño fruncido.
- Tu chi sei? (¿Quien eres?)
El hombre sonrió de lado.
- Non importa, considerami semplicemente come qualcuno che può aiutarti. (No importa, sólo piensa en mí como alguien que puede ayudarte.)
- Perché mi aiuteresti? (¿Por qué me ayudarías?)
El hombre miró la vela y ahí Cellbit notó ese extraño brillo en los ojos del hombre. Esos ojos rebosantes de sabiduría y conocimiento.
- Perché so meglio di chiunque altro che il male può esistere anche in luoghi pieni di luce. (Porque sé mejor que nadie que el mal puede existir incluso en lugares llenos de luz.) - el extraño miró hacia Cellbit - Neppure gli esseri divini ne sono esenti (Ni siquiera los seres divinos están exentos de ello.)
El hombre se puso de pie y sacando de su túnica colocó un papel en la mesa. Cellbit abrió los ojos al reconocer el símbolo.
- Questo è l'unico posto dove puoi trovare risposte (Este es el único lugar donde puedes encontrar respuestas.)
Cellbit tomó el papel pasando saliva. Ese era el símbolo del Vaticano.
- Sono sorpreso che non te lo aspettassi, è abbastanza ovvio che per tenere nascosti questo tipo di segreti, solo questo posto ha le risposte, non credi? (Me sorprende que no te lo esperabas, es bastante obvio que para mantener oculto este tipo de secretos, solo este lugar tiene las respuestas, ¿no crees?)
Buscando nuevamente en su túnica el misterioso hombre sacó otro papel entregándolo a Cellbit.
- Quando troverai questo simbolo sarai arrivato nel luogo dove troverai quello che hai tanto cercato. (Cuando encuentres este símbolo habrás llegado al lugar donde encontrarás lo que tanto has estado buscando.)
Dándose la espalda el misterioso sujeto comenzó a caminar nuevamente hacia las sombras con las manos detrás de su espalda.
- Sarà pieno di enigmi che dovrai risolvere, ma ti darò un indizio, un grande indizio. (Estará lleno de acertijos que tendrás que resolver, pero te daré una pista, una gran pista.) - con paso pausado el hombre siguió hablando - "Più la facciata è luminosa, più la polvere sporca si nasconde sotto il tappeto." ("Cuanto más luminosa es la fachada, más polvo sucio se esconde debajo de la alfombra".)
Cellbit se puso de pie.
- Aspettare! Posso almeno sapere il suo nome? (¡Espera! ¿Puedo al menos saber su nombre?)
Antes de perderse entre las sombras el hombre se detuvo y mirando hacia atrás apenas siendo distinguible su rostro por la luz de la vela sonrió.
- Amorth, Gabriele Amorth
Quedándose congelado por un instante Cellbit bloqueó sintiendo un escalofrío. Grabriele Amorth el exorcista más grande del Vaticano, aquel que había fallecido ya hace un tiempo atrás. Mirando las hojas en sus manos Cellbit las apretó un poco. Por fin tenía una pista clara de lo que buscaba y de la manera menos esperada. Mirando el vacío oscuro donde la figura del exorcista se había perdido Cellbit tomó sus cosas y se dirigió a la salida.
Cuando puso un pie fuera de la biblioteca oculta su celular comenzó a vibrar por el número interminable de mensajes y llamadas perdidas. Dentro de aquel lugar no tenía ninguna señal con el mundo exterior. Tomando su celular apenas comenzaba a ver los mensajes cuando brilló con una llamada entrante de Bobby.
- Filho.
- ¡Pepito desapareció!
Cellbit se congeló mientras Bobby seguía gritando desesperado en el teléfono.
- ¡Fue un segundo! ¡Un puto segundo! ¡Solo me di la vuelta para tomar los libros que se le habían caído y cuando voltee ya no estaba! ¡Y el pendejo estúpido inútil de Richars tampoco vio nada! ¡¿Este es el ángel guardián de mi hermano?!
Los gritos de Bobby eran tan fuertes que por el silencio que llenaba la biblioteca se podían escuchar a través del teléfono llamando la atención de varios lectores. Rápidamente Cellbit se acercó a la salida ignorando las miradas de varias personas en la biblioteca.
- Chego em dois minutos, tente se acalmar.
Bobby solo cortó la llamada haciendo que Cellbit hiciera una mueca y saliera corriendo hacia el auto. No tardó ni siquiera dos minutos en llegar, en menos de un minuto ya corría hacia donde Bobby tomaba con fuerza de la sudadera a Richars levantándolo del piso.
- ¡Es tu maldito primer día de trabajo! ¡Y ya la cagaste!
Cellbit colocó su mano en el hombro de Bobby quien volteó a verlo con las pupilas completamente encogidas en dos rendijas. Su lado demoníaco estaba apunto de salir.
- Filho, tente se acalmar, seu lado demoníaco está prestes a sair.
Como si fuera un interruptor Bobby se dio cuenta de que aún seguían en medio de la calle además que varias personas se habían juntado para ver qué había sucedido. Soltando un último gruñido Bobby soltó a Richars quien seguía en shock.
- "¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto entre estos dos adolescentes?"
- "Creo que otro niño desapareció"
- "Dios mío, con este ya es el sexto de la semana"
Los cuchicheos no tardaron en comenzar a escucharse. Agachándose y tomando la mochila de Pepito, Cellbit decidió alejarse un poco del centro de atención. Cuando estuvieron cerca de un callejón miró hacia Richars.
- Você tem certeza que não viu nada?
Cellbit lento la mano para detener a Bobby quien ya estaba listo para hablar. Richars miró hacia el demonólogo y con los ojos abiertos en par en par negó.
- Foi... um momento... minha visão escureceu... e Pepito sumiu...
Llevándose la mano a la barbilla Cellbit después sacó sus lentes y se los colocó, susurro unas palabras y al volver abrir los ojos el mundo maldito se abrió ante él. Como aquella vez con Roier en el bosque. Rápidamente notó una ligera mancha, similar al humo del cigarro rodeando al ángel guardián.
Y parecía ser algo poderoso ya que Bobby no había podido detectarlo.
- ¿Qué pasa? - pregunta Bobby viendo a Cellbit.
- Isto não foi um rapto qualquer, Bobby, é obra de um demónio.
Bobby abrió los ojos con sorpresa y boqueó varias veces.
- Um ser humano normal não teria cegado um anjo e muito menos teria passado despercebido.
- Entonces ¿Por qué no pude notarlo si es un demonio?
Cellbit miró hacia Bobby con seriedad.
- Porque não é qualquer demônio - suspirando Cellbit se cruzó de brazos - Mas tenho a sensação de que existe um humano trabalhando com aquele ser.
Cellbit con los ojos cerrados comenzó a pensar rápidamente en posibilidades, pero no tenía nada de información por el momento. Abriendo los ojos miró hacia fuera del callejón.
- Vamos até onde a quinta criança desapareceu, ver se há alguma pista.
Con Bobby y Richars siguiéndolo de cerca ambos seres paranormales tomaron sus formas originales. Bobby se quitó su gorra dejando salir sus cuernos y sus alas similares a las de un murciélago se expandieron mientras sus ojos se volvían dos brillantes ojos violetas con un línea similar a la de un gato. Richars por su parte fue rodeado por un ligera luz dorada donde pequeñas chispas brotaban como brillantina, una pequeña aureola dorada flotó sobre su cabeza y por último un par de blancas alas se extendieron agitándose un poco antes de acomodarse suavemente en su espalda. Ocultos entre sus cabellos un par de ojos plateados brillaban con pequeñas manchas doradas.
Cellbit marcó el camino con sus lentes puestos buscando alguna pista, pero nada, alrededor del área donde Pepito había sido llevado no había nada. Unas cuantas cuadras más adelante se encontró con el lugar donde el quinto niño había sido llevado. Al parecer este pequeño no era mayor que Pepito ya que el lugar era una guardería y sus dos padres con caras desesperadas entregaban panfletos con el rostro de su hijo.
Acercándose Cellbit lo notó y supo que Richars también. Un ángel similar a la edad de Richars revoloteaba alrededor de los padres con un rostro distorsionado de preocupación y era obvio que no habían dormido desde entonces. El joven ángel los notó, Cellbit por su parte pasó al lado de uno de los padres tomando el panfleto.
Entrecerrando los ojos Cellbit apretó los dientes al leer la información.
Era solo una pequeña niña.
Siguió caminando aún con los dientes apretados sosteniendo con fuerza el panfleto. Cuando estuvieron los suficientes lejos Cellbit se metió al primero callejón y no mucho después el ángel que estaba con los padres de la pequeña desaparecida se mostró ante ellos.
- ¿Como... un demonio... un humano ... y un ángel guardián ....? - El joven ángel clavó su mirada en Cellbit - Y tú puedes verme.
Cellbit asintió y rápidamente el ángel se acercó hacia él con desesperación tomándolo de la camisa haciendo que Bobby rápidamente se pusiera a la defensiva. Cellbit lo detuvo levantando ligeramente su mano.
- ¡Mi niña Rosa, por favor ayúdame a encontrarla! - Cellbit pudo ver la angustia en los ojos del ángel - ¡Se la llevaron y no pude hacer nada!
Bobby frunció el ceño.
- ¿Te cegaron?
El ángel miró hacia hacia el demonio asintiendo un tanto confundido de que lo supieran.
- Si... fue en un instante, estaba junto a la chica de la guardería que esperaba a entregar a Rosa y después... - el ángel bajó la mirada -...nada.
Bobby volteó a ver a Cellbit quien también lo miró, el ángel al ver su intercambio observó a los tres que estaban en el callejón. El chico que también era un ángel como él se mantenía al margen.
- También perdiste a tu niño.
Richars bajo la mirada ante las palabras del otro ángel guardián.
- Você conhece aqueles que perderam seus filhos?
El ángel miró hacia Cellbit asintiendo.
- Los padres de Rosa se han puesto en contacto con los otros padres para ver si hay alguna pista o algo para encontrar a sus hijos.
- Todas aquelas crianças têm um anjo da guarda?
El ángel frunció ligeramente el ceño.
- Si, todos los niños tienen un ángel guardián - el joven ángel ladeó la cabeza - Todos esos niños apenas acababan de recibir a su ángel.
Cellbit se enderezó de golpe llamando la atención de todos.
- É claro que, com um anjo da guarda que cuida há mais tempo, não seria fácil ser enganado.
Bobby se acercó a su padre.
- Entonces...
Cellbit lo volteó a ver.
- Não é aleatoriamente.
Richars se llevó la mano al rostro y pequeños sollozos se escucharon. Lágrimas de oro caían al piso las cuales se esfumaron en pequeñas chispas.
- Se eu não tivesse vindo cuidar do Pepito hoje...
El otro ángel se acercó a su compañero dándole palmaditas. Bobby rodó los ojos cruzándose de brazos. Por su parte Cellbit suspiró y se acercó a Richars dándole también algunas palmadas.
- A culpa não é sua, você apenas começou seu trabalho conforme as instruções.
Richars poco a poco se calmó un tanto avergonzado por su actuar limpiándose rápidamente las lágrimas. El otro ángel miró hacia el demonólogo.
- No eres un humano normal.
Cellbit sonrió de lado más no respondió, en cambio camino hacia la salida del callejón siendo seguido por los tres seres.
- ¿Iremos a casa? - preguntó Bobby.
- Sim, tenho uma idéia de por onde começar a procurar.
- ¡Yo iré con ustedes!
Deteniéndose en la entrada del callejón Cellbit miró hacia el ángel.
- Quiero ayudar en la búsqueda, en lo que sea.
Cellbit negó.
- Volte para os pais de Rosa, eles precisam da sua companhia.
- Pero-
- ¡Si quieres ayudar entonces pregúntale a los demás ángeles si notaron algo!
Interrumpió Bobby exasperado. Cellbit lo volteó a ver abriendo los ojos de par en par para después llevar una mano a su barbilla.
- É uma ideia muito boa, Bobby.
Bobby se puso derecho ante el pequeño halago por parte de su padre, detrás de él sus alas se agitaron un poco. El ángel guardián aceptó la idea de hablar con los demás ángeles prometiendo tener la información lo más pronto posible.
- Oh, se me olvidaba - el joven ángel sonrió un poco - mi nombre es Ramón.
Cellbit sonrió y observó como Ramón se perdía entre la gente. Mirando hacia atrás asintió con un rostro más serio.
- Vamos para casa.
Al llegar frente a su hogar Jaiden ya los esperaba. Al verlos bajas solo a ellos tres su rostro se puso completamente triste.
- They really took Pepito away...
Cellbit asintió y abrió la puerta de su hogar. Cuando todos estuvieron dentro les indicó que lo esperaran en la sala mientras iba a buscar algo a su habitación. Al volver todos estaban en silencio ensimismados en sus propios pensamientos. Sentándose junto a Bobby este miró lo que traía en sus manos.
- ¿Una laptop?
Asintiendo Cellbit la encendió.
- Não é um simples laptop
Y cuando la pantalla se mostró Bobby lo entendió. Todos los programas que tenía esa laptop eran usados para entrar a la Red Oscura.
- I need you to explain to me what you have found and why you need to enter the dark web to have answers.
Bobby rápidamente le dio un resumen a Jaiden de lo que habían encontrado hasta ahora, la demonio pájaro agitaba sus alas con molestia cuando la mención de que había un demonio superior metido en todo este asunto de los secretos. Jaiden miró lo que Cellbit buscaba ya dentro de la red oscura y se llevó una mano a la barbilla pensativa.
- I don't think this is something with a satanic cult, Cellbit.
El nombrado la volteó a ver y Jaiden comenzó a explicar.
- Although it would be the most obvious, with the outstanding detail that kidnapped children are those who have a guardian angel - Jaiden miró con seriedad hacia Cellbit - It sounds more like something religious to me, a cult yes, but not satanic.
Cellbit lo medito por unos segundos y rápidamente volvió la mirada a la laptop. Sus dedos volaron por el teclado comenzando una nueva búsqueda. Las horas comenzaron a pasar y la inevitable noche había llegado. Jaiden se encontraba acurrucada en el sillón a su lado, Bobby se había ido a la habitación de Pepito y no había salido de ahí, por su parte Richars se encontraba parado a un lado de la ventana.
Suspirando Cellbit colocó la laptop en la mesita de la sala para ponerse de pie y caminar hacia la cocina. Tomando una nueva taza de café observó cómo Richars se alejaba de la ventana y se dirigía hacia la habitación de Pepito. En esos 5 años la casa había cambiado bastante, ya no era una pequeña casa de soltero. Ahora era lo suficientemente grande para que sus dos hijos tuvieran su propia habitación.
Entrecerrando ligeramente los ojos Cellbit se alejó de la cocina y a paso lento camino hacia donde Richars se había quedado parado fuera de la habitación de Pepito. Al llegar a su lado observó a Bobby dormido acurrucado en la pequeña cama de Pepito. Su corazón se estrujó dolorosamente.
- O vínculo que eles têm é inquebrável
Cellbit cambió su mirada a Richars quien mantenía fija su vista en Bobby.
- Eu vi desde o momento em que o Pepito nasceu - una sonrisa tristeza adorno los labios de Richars - Bobby estava entusiasmado por ser um irmão mais velho.
Frunciendo ligeramente el ceño sin entender Cellbit siguió escuchando a Richars quien alejó su mirada de Bobby para verlo a él.
- Antes de ser o anjo da guarda do Pepito, eu era o anjo da guarda do Bobby quando ele ainda estava vivo.
Sorprendido Cellbit subió las cejas y abrió un poco los ojos.
- Meu papel antes do acidente era o de ser o anjo da guarda das duas crianças, mas no final...
- Foi por isso que você demorou tanto para chegar?
Richars bajo la mirada con una sonrisa triste.
- Achei que junto com Bobby poderíamos proteger Pepito sendo anjos, mas no final parecia que eles tinham outro plano para ele e no final Bobby escapou.
- Outro planejamento?
Asintiendo Richars volvió la mirada a Bobby.
- Você o viu, ele tem força e firmeza para ser um guerreiro. - Richars soltó un suspiro - Os anjos da guarda só cuidam das crianças, mas não podemos fazer muita coisa.
Un ligero silencio se instaló entre los dos, el cual fue roto por Richars quien preguntó suavemente.
- O demônio com quem Bobby fez contrato, onde está ele?
Cellbit en ese momento se dio la vuelta para volver a la sala. Richars supo que no debía haber preguntado y mejor regresó en silencio a su lugar en la ventana viendo hacia afuera.
༒︎
Cuando los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar la casa varios golpes en la puerta sobresaltaron a todos dentro de la casa. Quien rápidamente abrió la puerta fue Bobby quien se había despertado hace una hora atrás. Richars que se encontraba dormido en la sala se paro de golpe al igual que Jaiden.
- ¡Tengo la información!
Fue lo primero que gritó Ramón cuando le abrieron la puerta. Bobby lo dejó pasar y el ángel guardián rápidamente se acercó a Cellbit quien se había puesto de pie.
- ¿Qué información descubriste?
Ramón rebuscó entre sus bolsillos para después sacar un papel y extenderlo hacia Cellbit.
- Uno de ellos alcanzó a ver esto.
Cellbit tomó la hoja frunciendo el ceño al ver la imagen. Era la que hace un tiempo se había vuelto viral en el mundo del internet. La forma "real" de los ángeles.
- Cuando la ceguera se fue, él alcanzó a ver eso en la espalda de un hombre que se desvaneció rápidamente entre la gente.
Agregó Ramón, Cellbit rápidamente regresó a su laptop.
- Eu vi, é uma nova seita.
Con todos alrededor de Cellbit observaron cómo se movía con rapidez entre páginas y páginas cada vez más oscuras hasta llegar a una que parecía ser el sitio oficial de la secta con dicho símbolo.
- "Los ángeles sagrados de dios" - Bobby chasqueó la lengua después de leer el nombre - Malditos locos.
Cellbit no necesito bajar mucho más para investigar ya que lo primero que encontró era un video de quien suponía era pastor de dicha secta. Su rostro no era visible, la cámara solo mostraba de su cuello para abajo mostrando el símbolo que Ramón les había dado. Clickeando en el video este comenzó a mostrarse.
"- Como hijos divinos del gran dios, nosotros fuimos elegidos para convertirnos en sus más cercanos aliados. ¡Nos ha iluminado con su gran luz! ¡Su acto más misericordioso ha sido darnos la respuesta para ascender! - el hombre se hizo a un lado dejando ver a varios niños dentro de algunas jaulas - ¡Estos son la respuesta divina! ¡Elegidos para ser cuidados por ángeles divinos! ¡¡¡Ellos son la llave para ascender!!! ¡¡¡ESTÁ NOCHE EN LA LUNA ROJA SERÁN ENTREGADOS COMO UN SAGRADO SACRIFICIO, NOS DARÁN SU SANGRE Y CARNE PARA QUE PODAMOS ASCENDER NOSO-!!!
Ahí Cellbit detuvo el video. La vena en su frente era visible por el enojo. Entre los niños había logrado ver a Pepito encogido en una esquina mirando temeroso la cámara.
- Ellos van... van a comerse....
Ramón en shock miró a todos en el lugar. Jaiden se había llevado una de sus manos a su boca completamente asqueada, Bobby por su parte apretaba con fuerza los puños clavándose con fuerza las uñas en sus palmas. Richars se dejó caer al piso completamente desconcertado. Nunca imaginó que el mundo humano fuera... así.
Cellbit comenzó a teclear con rapidez moviéndose en la página buscando una pista de donde podrían encontrarse. Sus ojos volaban de un lado a otro. Tenía que encontrarlo rápido, no tenían tiempo. Pasado apenas unos minutos Cellbit se puso de pie.
- Eles ficam ao norte, tem um templo abandonado, é o mostrado no vídeo.
- You're sure? Isn't it another location? - pregunto preocupada Jaiden.
Asintiendo Cellbit camino hacia su habitación especial.
- Pela vegetação que se vê nos vídeos de seus estranhos retiros, além das montanhas, eles são do norte. - tomando algunas cosas necesarias Cellbit volvió a salir cerrando la puerta - Estive em todo o estado Jaiden, conheço cada canto deste lugar
Bobby se puso frente a Cellbit.
- Dime la ubicación exacta, me adelantaré.
Richars y Ramón rápidamente respaldaron la idea de Bobby, Cellbit miró hacia Jaiden quien asintió.
- I will go with them.
Suspirando Cellbit asintió y tomando un papel Cellbit les indicó el lugar. El demonólogo solo observó como las cuatro figuras salían disparadas hacia el cielo con rapidez.
- Espere Pepito, papai está vindo te buscar
༒︎
Pepito se encontraba hecho bolita en una esquina, en sus brazos descansaba suavemente una pequeña bebe la cual había dejado de llorar hace tan solo unos momentos. Pepito sabía que al igual que todos ahí la pequeña bebe tenía hambre y sed. También sabía que otros niños llevaban más tiempo ahí ya que su ropa y el olor que desprendían era de días.
El solo llevaba un día y parecía que el último. Pepito podía ver que preparaban lo que parecía un extraño altar frente a un gran vitral. El niño alejó la mirada cuando esa cosa volteó a verlo.
- También lo ves ¿verdad?
Pepito miró a la niña que se encontraba frente a él. Tenía el cabello oscuro y ondulado, su falda morada estaba ya muy sucia y su camisa del mismo color solo un poco más pastel estaba llena de tierra también. Pero sus ojos castaños brillaban con un extraño resplandor.
- Esa cosa fea que ha estado moviéndose de un lado a otro - la niña abrazó sus piernas estremeciéndose - Es horrible, los demonios son feos y malvados.
- ¡Mi apa Roier no es feo y malvado! - gritó Pepito rápidamente a la defensiva, asustado se llevó la mano a su boca.
Volteó rápidamente hacia los adultos quienes por suerte no le habían puesto atención por estar tan ocupados. La noche no tardaba en caer y parecía que tenían prisa. La niña curiosa lo miró.
- ¿Tu papá? ¿Tu papá es un demonio? - la pequeña se llevó unas manos a sus labios tratando de no reírse.
- ¡Es verdad! ¡Y-y mi hermano mayor también! - gritó-susurro Pepito.
La niña intentó aguantar la risa. Pepito rojo de la indignación le dio la espalda a la niña.
- También tengo un ángel guardián.... - susurró Pepito.
La pequeña detrás de él rápidamente dejó de reír y miró fijamente la espalda de Pepito.
- ¿Un ángel guardián? - preguntó la niña.
Pepito asintió y volvió a voltear hacia ella.
- Su nombre es Richars.
Pepito pudo notar como la niña bajaba su mirada. Ya no había ningún rastro de burla en su rostro.
- ¿Tu también tienes un ángel guardián...?
- Tallula, mi nombre es Tallula.
Pepito parpadeo varias veces y asintió.
- Pepito.
Tallula sonrió un poco y después volvió a bajar la mirada.
- Y respondiendo tu pregunta, si, tengo un ángel guardián - Tallula volvió abrazar sus piernas con fuerza - Y es mi hermano mayor.
Tallula se acercó un poco a él y sacando de su camisa una cadena de oro abrió un pequeño dije el cual tenía una pequeña foto dentro.
- Este es mi papá Philza - Tallula apuntó hacía el hombre de cabello rubio y ojos azules - Este es mi papi Missa - Ahora apuntó hacia el de cabello oscuro y gran sonrisa - Y él, es mi hermano mayor, Chayanne.
Pepito observó al niño de rubios y largos cabellos, ojos azules profundos que miraban fijamente la cámara con una tímida sonrisa, también notó que uno de los papás sostenía una pequeña bebe envuelta en una cobija. Sin duda esa era Tallula.
- Chayanne falleció cuando yo apenas tenía un año - Tallula miró con tristeza el retrato - Él acababa de cumplir los seis años cuando un conductor ebrio lo atropelló junto con mi papá Missa.
Los ojos de la niña se nublaron.
- Papá Missa tampoco sobrevivió - Pepito observó cómo las lágrimas caían de los ojos de la niña - Ambos se fueron y solo quedamos papá Philza y yo.
Pequeños sollozos salieron de Tallula quien apretaba con fuerza su collar.
- No quiero dejar a papá Philza solo - sollozando Tallula se hizo bolita - Se lo prometí a Chayanne cuando se convirtió en mi ángel guardián.
Tallula miró hacia Pepito quien también había comenzado a llorar sin darse cuenta.
- Estaba tan feliz de verlo - Tallula se limpió la lágrimas - Le dije a papá Philza que Chayanne se había convertido en mi ángel guardián y él me abrazó con fuerza.
- "Tu hermano y tu papá Missa siempre nos cuidan Tallula, yo sé que Chayanne es tu ángel guardián, porque prometió protegerte cuando naciste"
Pepito sollozó también y tomó la mano de Tallula. Ambos niños lloraron en silencio hasta que se calmaron. La noche ya había caído y uno de los adultos se acercó a la jaula donde ellos se encontraban.
- Es momento de comenzar - el hombre abrió la puerta de la jaula - el más pequeño será dado primero a nuestro dios.
Rápidamente lo entendió Pepito y por reflejo apretó a la bebé en sus brazos contra él. El adulto intentó quitarle la niña, pero Pepito se resistió.
- ¡Suéltala mocoso!
Pepito negó y se aferró a la bebé quien por tanto alborotó había comenzado a llorar. El hombre jalo a Pepito fuera de la jaula con la bebé.
- ¡Estúpido niño!
Apretando los dientes Pepito resistió los golpes que el hombre le daba por intentar arrebatarle a la bebé
- ¡Entonces tú serás el primero junto con la bebé!
El hombre tomó a Pepito de los cabellos y comenzó arrastrarlo hacia el altar. Tallula había intentado detenerlos, pero la jaula había sido cerrada por otro adulto. El corazón de Pepito latía con fuerza conforme se acercaban al altar, la gente alrededor había comenzado a cantar y esa cosa se movía de un lado a otro con emoción.
- ¡Los dos primeros hijos entregados al dios, su carne y su sangre serán nuestro alimento!
El líder de la secta se acercó e indicó que los colocarán en la mesa preparada. Pepito solo pudo cerrar los ojos con fuerza cuando vio al hombre tomar un cuchillo.
En ese momento un rugido sacudió la iglesia y las velas que iluminan el lugar en ruinas se apagaron de golpe.
༒︎
Cellbit corría con rapidez por el bosque. Aunque la oscuridad le impedía ver mucho más allá no se detenía. Lo sentía, lo sentía en el aire. Ese demonio no era algo común. No solo esos niños corrían peligro, Jaiden y los chicos también.
No tardó mucho en ver a lo lejos la iglesia en ruinas notando la extraña bruma rodeando el lugar. Justo cuando estaba cerca escuchó los gritos de Jaiden. Cuando llegó encontró a Bobby luchando con el demonio protegiendo a Jaiden mientras Richars y Ramón mantenían a salvo a los niños.
- ¡Pai!
Cellbit miró hacia el altar viendo a su pequeño Pepito. Quiso acercarse a él, pero el demonio había terminado lanzando a Bobby lejos y ahora su atención estaba en él.
- Homo simplex vult me prohibere (Un hombre sencillo quiere detenerme.) - el demonio en forma de cabra se irguió - Video quid sub tuis vestibus abscondas et crux illa me non obturabit (Veo lo que escondes debajo de tu ropa y esa cruz no me detendrá)
Cellbit frunció el ceño, pero no retrocedió.
- Oh, video, anima tua! (¡Oh, ya veo, tu alma!) - el demonio río - Optimum prandium erit! (¡Será el mejor almuerzo de todos los tiempos!)
El demonio se lanzó con rapidez hacia Cellbit quien tomó rápidamente el crucifijo de exorcismo al igual que su libro.
- ¡¡Pai!! - gritó asustado Pepito.
Bobby que había sido estrellado contra una de las padres intentó pararse, pero no pudo. Al igual que Jaiden la fuerza de la presencia de demonio ahora lo mantenía pegado al piso. Ni siquiera Richars y Ramón podían hacer algo. No eran ángeles guerreros, eran solo ángeles guardianes.
Cellbit recibió con fuerza al demonio siendo arrastrado y estrellado con fuerza contra una de las paredes del lugar.
- Animam tuam da mihi! (¡Dame tu alma!)
Apretando los dientes Cellbit levantó la cruz y la pegó en la frente del demonio quien chilló con fuerza.
- Isso não é uma simples cruz, filho da puta!
Los ojos de Cellbit brillaron con fuerza con un azul eléctrico.
"Pater noster, qui es in caelis
sanctificetur nomen tuum
adveniat regnum tuum
fiat voluntas tua..."
El demonio gritó y chilló mientras negaba, con sus patas tomó a Cellbit lanzándolo con fuerza hacia otro las paredes. El demonólogo solo sintió como el aire salía de sus pulmones.
- ¡Papá! - grito desesperado Bobby tratando de pararse.
"... sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum
da nobis hodie
et dimitte nobis debita nostra
sicut et nos dimittimus..."
Poniéndose de pie Cellbit sostuvo su costado ya que parecía que por el impacto se le había roto alguna costilla, pero no dejaba de rezar. El demonio se colocó en cuatro patas y poniendo sus grandes cuentos hacia el frente corría hacia Cellbit.
- ¡Cellbit! - Jaiden intentó ponerse de pie.
El demonólogo esquivó por poco al demonio quien terminó derribando una de las paredes.
"...debitoribus nostris
et ne nos inducas in tentationem
sed libera nos a malo..."
Cellbit está vez no pudo esquivarlo y por una patada fue lanzado hacia otra de las paredes. Vio estrellas cuando su cabeza rebotó contra la pared, con la respiración agitada y la vista borrosa observó al demonio listo para clavarlo con sus grandes cuernos.
- ¡¡Papá!! - gritaron a la vez Pepito y Bobby.
El demonólogo tomó con fuerza el crucifijo y pasó saliva.
- "... Amén..."
El demonio vuelto loco soltó humo por su nariz y corriendo hacia Cellbit quien sólo cerró los ojos. En ese momento lo sintió. Una presencia superior a la de ese demonio el cual ni siquiera pudo rozarlo ya que fue lanzado con fuerza hacia un costado.
- Tu, audes meam familiam tangere (Te atreves a tocar a mi familia)
Una voz distorsionada por la ira retumbó en todo el lugar. Los ángeles se estremecieron y el corazón de Cellbit se aceleró.
- Discerpam te (te destrozaré)
Una bruma rojiza llenó el lugar y la sombra de una criatura en forma de araña apenas era distinguida. Los gritos de agonía del demonio retumbaron en todo el lugar estremeciendo a todos. No había mentido al decir que lo destrozaría.
Poco a poco la bruma se fue y donde había estado el demonio cabra ya no quedaba nada. En cambio, parado frente al altar un joven de ropas negras era embestido por Bobby.
- ¡Apa! ¡Apa!
Pepito que había salido del shock también corrió hacia Bobby y su papá quien lo recibió con los brazos.
- Miren nada más que grandes están mis chamacos - Roier sonrió viendo a sus hijos - Eh ¿estas llorando Bobby? ¡Ayyy mi niño me extraño!
- ¡No, no estoy llorando solo se me metió tierra al ojo!
Cellbit quien se había puesto de pie sonrió viendo a su familia. Su corazón se aceleró y bailó cuando su demonio volvió a verlo. Bobby y Pepito se alejaron dejando que sus papás se acercaran.
- Roier... meu amor-
Cellbit no pudo terminar sus palabras ya que un par de labios se aplastaron contra los suyos. Se escuchó un "Wakala" de parte de Bobby y una risita traviesa por parte de Jaiden. El demonólogo se quejó cuando Roier lo apretó de más, quien se alejó para mirarlo.
- Mira nada más, ¿cómo has sobrevivido estos 5 años?
Sonriendo de lado Cellbit acarició la mejilla de Roier.
- Eu vivi para te ver de novo.
Roier recargó su mejilla en la mano de Cellbit. El demonólogo supo que algo estaba mal en el instante que Roier se puso alerta y con un movimiento rápido detuvo la espada dorada que iba hacia él.
- Pendejo de mierda, ¿Qué crees que haces?
Roier había sacado su garra y sus dos ojos extras estaban abiertos viendo al ángel que burlón volvía a bajar la espada.
- Solo estaba jugando Roier, no te esponjes.
Bobby se acercó colocándose a un lado de su papá Roier. Natalan lo miró con una ceja alzada.
- Has crecido - Natalan miró a Pepito quién era protegido por Jaiden - Han crecido.
Los ángeles guardianes miraban todo en silencio. Richars miraba a lo lejos la extraña reunión y lo entendió al instante.
El malo ahí no eran los demonios, era aquel ángel con ojos bicolor.
- No deberías estar aquí - Roier le mostró los dientes con enfado - esfúmate.
- Y tú tampoco deberías - Natalan lo miró con inocencia - ¿No lo recuerdas?
Roier como respuesta gruñó, pero antes de que el demonio araña se fuera contra Natalan dos nuevas presencias se mostraron.
- Natalan un paso atrás.
Los ángeles guardianes bajaron la cabeza ante la presencia de su superior. Mariana observó a Natalan hacer omiso a su indicación.
- Natalan.
El nombrado chasqueó la lengua y agitando sus alas se alejó.
- Roier it's time to come back.
Bad dio un paso al frente.
- ¿Papá?
Bobby miró a papá Roier quien suspiró, Pepito corrío hacia él y tomándolo en brazos Roier lo abrazó con fuerza.
- ¿Ya te vas? ¿Otra vez? - preguntó triste Pepito.
- Lo siento - Roier miró a su hijos - Prometo que cuando vuelva me quedaré.
Cellbit dio un paso al frente y acercándose le susurró.
- Eu tenho a solução para me livrar dele - Cellbit lo abrazó por detrás - Dessa vez eu vou te salvar
Roier miró sorprendido, más no dijo nada. Dándole a Pepito a Cellbit se acercó a él dejando un suave beso en su mejilla.
- Se príncipe entonces, gatinho - susurro Roier guiñándole el ojo de manera coqueta.
Cellbit solo sintió sus orejas enrojecerse y carraspeó. Roier miró hacia los dos ángeles guardianes clavando su mirada en Richars quien le mantuvo la mirada. Roier sonrió de lado y caminó hacia Bad quien con su oz abrió una brecha. Mariana chasqueó los dedos y una luz resplandeciente iluminó el cielo.
- Vamos.
Mariana agitó sus alas subiendo, Natalan miró por última vez a Cellbit quien entrecerró los ojos. El ángel sonrió de lado y agitando sus alas con fuerza subió. Roier agitó su mano como despedida y entró a la brecha seguido de Bad. Cuando solo quedaron nuevamente ellos, Cellbit suspiró abrazando a Pepito quien le regresó el abrazo. Bobby también se unió al brazo.
Cuando todo se calmó Cellbit se comunicó al 911 reportando el hallazgo de los niños. Los que eran parte de la secta fueron noqueados y atados por Bobby.
- Temos que ir, a polícia faz muitas perguntas.
Cellbit camino hacia la salida con Pepito en brazos seguido de Jaiden y Bobby. Richars no tardó también en seguirlos.
- ¡Pepito!
El demonólogo se detuvo ante el grito de una niña. Tallula ahora era quien sostenía a la bebé y parada en medio del lugar sonrió.
- Tenías razón, algunos demonios no son feos y malvados.
Pepito mirando a Tallula sobre el hombro de su papá sonrió y agitó su mano como despedida la cual Tallula respondió de la misma manera. Cellbit sonrió y siguió su camino.
- Vamos para casa, família.
Chapter Text
Luchemos juntos
Habían pasado casi dos meses desde lo sucedido con Pepito, desde ese día Cellbit ya no se encerraba tan a menudo en la biblioteca, además que Richayson se mantenía pegado a Pepito todo el día. Bobby vigilaba desde la distancia atento a cualquier cosa que estuviera fuera de lugar, también se había sumado una pequeña niña llamada Talulla, una de los niños que la secta había secuestrado. Al igual que Pepito ella podía ver a su ángel guardián. A veces Tatulla iba en las tardes a pasar el rato jugando con Pepito. Al comienzo fue bastante interesante ver como Chayanne, el ángel guardián y hermano mayor de la pequeña se ponía a la defensiva con Bobby quien disfrutando de la tensión e incomodidad que le causaba al ángel se paseaba mostrando sus cuernos y sus alas.
Richarlyson por su parte trataba de mediar las cosas, pero siempre terminaba haciendo el asunto un poco más tenso. Chayanne poco a poco comenzó relajarse al ver cómo su pequeña hermana disfrutaba estar con esa extraña familia. Debía admitir (aunque nunca en voz alta) que era bastante interesante el trabajo que hacía el padre de Pepito. Cuando aún estaba vivo había escuchado de la existencia de historias que se le hacían ridículas ¿fantasmas? ¿demonios? ¿ángeles?. Nunca imagino que eran reales y ahora era una criatura que pensaba solo le decían a los niños para que se portaran bien.
Observando a su hermana jugar con Pepito, Chayanne suspiro mirando también a la extraña demonio que jugaba con ellos. Aunque tenia torso y rostro de humano, debajo de donde comenzaban sus rodillas había grandes patas de pájaro, al igual que sus brazos eran una extraña mezcla entre humanas y alas con plumas de color azul que resplandecían de un color purpura cuando el sol pegaba sobre ellas. En la tarde cuando el sol caía en el horizonte un nuevo demonio hizo presencia sorprendiendo a los dos ángeles que nunca los habían visto. El demonio con una gran oz hizo presencia seguido por un joven de pelo largo color negro similar a la tinta, piel pálida, ojos grises y ropa similar a la de un adolescente rockero de los 80's quien se acerco con confianza a la cocina abriendo el refrigerador.
— Dapper! Don't open people's refrigerators without permission! (¡Dapper! ¡No abras los refrigeradores de otras personas sin permiso!)
Dapper solo miro a su padre unos segundos antes de abrir la lata de refresco y tomar un trago. Bobby quien lo observo río mientras negaba. Cellbit solo miro al demonio con una pequeña sonrisa.
— Não importa, está tudo bem.
Badboy vio a la pequeña niña que lo miraba con los ojos redondos como canicas, al igual que el par de angeles guardianes que estaban congelados mirándolos.
— I didn't know that your house had become a strange meeting point. (No sabía que tu casa se había convertido en un extraño punto de encuentro.)
Cellbit solo se encogió de hombros y volviendo la mirada a su laptop pregunto.
— Qual é o motivo da sua visita?
El demonio le hizo una seña para que lo siguiera al igual que a Jaiden quien rápidamente se puso de pie. Siguiendo a Bad, Cellbit junto con Jaiden entraron a la sala de invocación donde colocaron un sello para que nada de lo que hablaran se escuchara fuera.
— Natalan escaped (Natalan escapo)
— What?!
— ¡¿Que?!
Cellbit pasó de la sorpresa a la molestia en un instante. Antes de que pudiera decir algo más Bad comenzó a explicar lo sucedido.
— Mariana went to visit him in the restricted area where he was, since the last time he became more erratic so they had locked him up (Mariana fue a visitarlo a la zona restringida donde se encontraba, ya que la última vez se puso más errático por lo que lo tenían encerrado.) — Bad hizo soltó un pesado suspiro — Natalan attacked Mariana, managing to leave the cell.(Natalan atacó a Mariana, logrando salir de la celda.)
— Como ele poderia atacar ele? Que Mariana não é um serafim?
— It is, but Natalan stole a weapon that is capable of confronting a Serafin, he almost killed Mariana, but another angel managed to arrive to help him. (Lo es, pero Natalan robó un arma que es capaz de enfrentar a un Serafín, casi mata a Mariana, pero otro ángel logró llegar para ayudarlo.)
Bad hizo una linea sus labios antes de seguir.
— Other angels followed Natalan (Otros ángeles siguieron a Natalan)
Las alas de Jaiden se cerraron creando un capullo su cuerpo.
— What's this? Some kind of rebellion? (¿Qué es esto? ¿Algún tipo de rebelión?)
Antes de que pudieran decir algo más gritos fuera de los alertaron, Cellbit rápidamente tomo una daga de su escritorio de invocaciones siguiendo a Bad y Jaiden cuando salieron disparados fuera de la sala. Al salir se encontraron con Bobby y Dapper deteniendo a un par ángeles que los atacaban con espadas que relucían con un brillante dorado. Richars y Chayanne protegían a los niños con sus alas manteniéndose juntos en una esquina. Dapper bloqueaba sus ataques con un martillo gigante que sacaba un ligeras llamas violetas, Bobby por su parte luchaba con una espada samurái que el mismo Cellbit le había regalado ya que no era una simple espada de colección, había sido de un demonio que había estado atacando a varios investigadores al eliminarlo parte de su escancia se había quedado en la espada resplandeciendo con un fulgor rojo el cual sacaba chispas con cada golpe. Los ángeles los estaban haciendo retroceder, pero antes de que pudieran tocarlos un par de afiladas plumas fueron disparadas hacía ellos.
Los ángeles que apenas lograron esquivarlas retrocedieron un poco y en un momento tres ángeles más hicieron presencia. Bad extendió su mano y en un instante apareció su oz haciendo temblar la tierra mientras un humo oscuro la cubría, Jaiden extendió sus alas mientras en sus manos sostenía algunas de sus plumas las cuales destellaban por lo filosas que estaban.
— I'll try to give you time to leave (Intentaré darte tiempo para que te vayas.) — Bad hizo girar su oz — Cellbit wherever you had to go you have to do it now. (Cellbit dondequiera que tengas que ir debes hacerlo ahora.)
Cellbit asintió tomando con fuerza su daga. Los ángeles que acababan de llegar se lanzaron con fuerza contra ellos. Cellbit después de mucho tiempo dejó salir una parte de él que siempre estuvo enterrada con tal de proteger a sus hijos, un lado tan salvaje que parecía como si él mismo fuera un demonio moviéndose de un lado a otro con rapidez haciendo que el ángel con el que peleaba retrocediera un tanto aterrado por él. El ángel tomado por sorpresa fue golpeado contra el piso con tal fuerza que el piso se rompió debajo de él, Bobby abrió la boca sorprendido mirando a su padre.
— Concentra-te, filho!
Bobby giró justo a tiempo para esquivar la espada del ángel, pero no lo suficiente. Un golpe brutal lo alcanzó de lleno, lanzándolo por los aires junto a Dapper. Ambos chocaron contra la pared con un estruendo, aturdidos por el impacto. Los ángeles guardianes quedaron expuestos, y los niños, aterrados, se aferraron a ellos con desesperación. Tallula, temblando, se aferró a la camisa de su hermano, quien la estrechó contra sí, sus ojos fijos en los ángeles que se acercaban con una sonrisa cruel.
Bad reaccionó primero, lanzándose al ataque, pero su oz fue desviada con facilidad. Jaiden intentó flanquearlos, pero el enemigo la bloqueó con la misma destreza. Cellbit corrió en su ayuda, solo para ser interceptado por el ángel caído, que, con un golpe de sus alas, lo arrojó al suelo con fuerza.
Las espadas de los ángeles se alzaron, listas para el golpe final. Pero antes de que pudieran atacar, la tierra rugió bajo ellos. Un temblor violento sacudió el suelo, haciendo crujir las paredes. Antes de que pudieran siquiera intentar huir, el suelo bajo ellos se resquebrajó y de las sombras emergió una colosal calavera espectral. Sus ojos vacíos ardían con un resplandor fantasmagórico, y su mandíbula se abrió en un grito silencioso mientras unas enormes manos huesudas surgían a su alrededor. Con movimientos implacables, las manos atraparon a los ángeles, aferrándolos con fuerza mientras estos se debatían inútilmente. Un chillido desesperado resonó en el aire antes de que fueran arrastrados sin piedad hacia las profundidades.
Así como apareció, la calavera comenzó a desvanecerse, hundiéndose nuevamente en la tierra como si nunca hubiera existido, dejando tras de sí sólo un vacío inquietante. Los ángeles restantes, consumidos por el pánico, no dudaron en escapar con un destello de polvo dorado, sus cuerpos se deshicieron en el aire, borrando cualquier rastro de su presencia. Pasaron unos minutos, en los que los nervios se hizo insoportable. Entonces, desde el hoyo más grande, emergió una nueva figura. Era alta, envuelta en una túnica morada que caía pesada sobre su cuerpo. La capucha seguía cubriendo su rostro, dejando apenas visibles algunos mechones de cabello negro.
Chayanne entrecerró los ojos, observando con cautela. La figura permanecía inmóvil, de espaldas a ellos, con la cabeza gacha, como si reuniera fuerzas antes de revelar su verdadera presencia.
— Missa! You arrived at the right time! (Missa, ¡llegaste en el momento justo!)— Exclamó aliviado Bad.
— Missa... — susurro Chayanne antes de abrir los ojos como platos y dejando a Talulla en el piso camino a grandes zancadas hasta llegar detrás de la alta figura tomándolo del hombro volteando su rostro a hacia él.
Los ojos de Chayanne se abrieron de golpe, aunque la cara de hombre era cubierta con la mitad de una calavera aun se podía distinguir bastante bien su rostro, un rostro que Chayanne nunca olvidaría.
— ¿Pa.. Papá?
Un mar de emociones pasaron por los ojos del demonio mitad calavera quien sin poder decir nada comenzó a llorar y balbucear entre sollozos disculpas. El llanto se corto de golpe cuando el ángel guardián lo abrazo con fuerza enterrando el rostro en el pecho del demonio.
— Te extrañe tanto, tanto... — la voz entrecortada y amortiguada del ángel se escucho — Papá Missa.
Otro llanto se escucho y la pequeña Talulla corrió entre sollozos hacia su hermano, y padre quien la recibió con los brazos abiertos también llorando. La extraña reunión de la familia ayudo a calmar el tenso momento que habían vivido. Cellbit aprovecho para ir rápidamente a su cuarto sacando tres maletas bastante grandes. Bobby al verlo se acerco para ayudarlo.
— ¿Desde cuando las tenias listas?
— Um mês.
Bobby asintió siguiendo a su padre fuera de casa seguido por Richars quien aun cargaba a Pepito parpadeaba aun procesando lo que había pasado. Jaiden los siguió y antes de salir por la puerta asintió hacia Bad quien le respondió igual, antes de salir la demonio ave observo como como Bad se acercaba para hablar con Missa. Cellbit subió al auto junto con los niños, Jaiden extendió sus alas y sin la necesidad decir nada más se lanzo a vuelo a la par que Cellbit arrancaba el auto saliendo con rapidez hacía la carretera. La mente de Cellbit trabaja en ese momento a mil por hora tratando de mantener sus emociones lo más tranquilas que podía. Estúpidamente había ignorado el peligro que significaba que Natalan escapara, nunca se imagino el escenario de que ángel se escaparía del cuidado de los ángeles de alto rango.
Era como una bofetada de realidad haciéndole ver el peligro que su familia corría, porque le quedó claro hace solo unos minutos. No solo iban por él, iban por sus hijos. Natalan no solo quería limpiar su existencia sino también la de sus hijos, al parecer el ángel quería dejar completamente solo a Roier. Apretando el volante Cellbit piso el acelerador avanzando con rapidez por la carretera hacia el aeropuerto.
— ¡Cellbit!
El grito de Jaiden lo alerto y por el retrovisor vio a dos ángeles acercarse al auto con rapidez. A diferencia de los que habían enfrentado en casa estos se veían diferentes, aunque vestían igual que todos los ángeles, de color blanco, se sentía algo diferente. Uno de ellos llevaba una espada bastante grande mientras el otro tenia algo similar a un arco.
— ¡Abaixo!
Justo en ese momento, una flecha atravesó el vidrio trasero del auto con un silbido mortal, rompiéndolo en mil pedazos antes de salir disparada por el parabrisas delantero, que estalló en una lluvia de cristales. Más flechas surcaron el aire. Cellbit apretó los dientes y giró el volante bruscamente, haciendo que el auto se tambaleara de un lado a otro en la carretera. Maldita sea, ¿Cómo no lo había visto venir? Desde el principio, esa carretera había estado extrañamente desierta. Aunque no solía ser muy transitada, siempre pasaban algunos autos, ya que era un atajo directo al aeropuerto. Pero esta vez... estaban completamente solos. Y ahora sabía por qué.
Echó un vistazo rápido al retrovisor y vio a Jaiden forcejeando con uno de los ángeles, el que portaba una espada. La pelea era feroz, con destellos de acero reflejando la luz mientras ella bloqueaba sus ataques con precisión. Cellbit no podía darse el lujo de distraerse, pero la situación solo empeoraba. Una presencia abrumadora lo hizo mirar a un lado justo en el momento que vio a Natalan blandiendo una enorme espada de color plateado y al bajarla con fuerza una honda mando a volar el auto sacándolo fuera de la carretera. Cellbit solo sintió como era tomado por Bobby quien salió disparado del auto antes de que este se estrellara con fuerza contra uno de los árboles del enorme bosque que rodeaba la carretera.
Parpadeando aún aturdido por lo sucedido Cellbit se incorporó de los brazos de Bobby quien abrió sus alas soltando un quejido por el dolor. El cuerpo del demonio había amortiguado la violenta caída rodeando a su padre con sus alas. En un parpadeo de polvo dorado apareció Richars con Pepito bien protegido en sus brazos. Pasos lentos y perezosos se escucharon, y frente a ellos Jaiden herida fue lanzada a sus pies, una de sus alas estaba completamente rota mientras la otra apenas tenía algunas plumas, su cuerpo estaba lleno de heridas y de una de sus sienes escurría un hilo de sangre.
— ¡Jaiden! — grito horrorizado Bobby.
La mirada del joven demonio se topo con de Natalan quien era escoltado por los dos ángeles que los habían atacado en la carretera. Bobby lleno de colera saco su espada, pero antes de que pudiera moverse fue lanzado a un lado por Cellbit y justo donde estaba la cabeza del joven demonio se clavo una flecha.
— Não seja impulsivo filho, analise o que acontece e depois ataque
Bobby asintió y extendió sus alas cubriendo con ellas a Richars junto con Pepito. Cellbit se puso de pie cojeando un poco de una de sus piernas. Natalan solo lo observaba en silencio con una sonrisa burlona en sus labios. Sacando su daga Cellbit corto su palma dejando caer unas gotas al piso creando una lineal frente al cuerpo desmayado de Jaiden y en un chasquido sus lentes negro aparecieron cubriendo sus ojos.
"Sanguis indicabit ubi id quod divinitus illustratur transire non potest."
Un destello escarlata por un instante el lleno el lugar y una pared que brillaba con un suave color rojo apareció detrás de Cellbit. Natalan soltó una carcajada.
— Así que decidiste morir solo — Natalan miro la pared maldita — Muy buen conjuro, pero veamos si después de tu muerte sigue en pie.
Abriendo ojos sorprendido Bobby miró la espalda de su padre sintiendo su corazón apretarse en su pecho por un sentimiento que tenía mucho tiempo que no lo recorría, miedo. Como si Cellbit lo sintiera lo miró sobre su hombro para sonreírle un poco. Cellbit tomó su daga con firmeza y la alzó frente a su rostro. Cerró los ojos por un instante, concentrando su energía. Segundos después, una marca de cinco puntos apareció sobre su piel, pulsando con un brillo sobrenatural. Cuando volvió a abrir los ojos, estos resplandecían con un intenso amarillo, y sus pupilas, ahora delgadas como hilos afilados, le daban una apariencia aún más demoníaca.
Natalan sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero se obligó a mantenerse firme. Apretó la mandíbula, aferrando con más fuerza la empuñadura de su espada. Con un gruñido, se impulsó hacia adelante, lanzándose a toda velocidad contra Cellbit, su hoja brillando mientras se preparaba para atacar.
Cellbit lo esquivo con rapidez, atacando de manera brutal, casi animal. Natalan le mantuvo el ritmo a la par que una sonrisa maniática comenzaba aparecer en su rostro.
— ¡¿Esa daga es con la que mataste a tú madre?! — gritó Natalan con tono burlón — ¡¿O es con la que mataste a todos esos tipos en la cárcel?!
El demonólogo no respondió sino que respondió con más fuerza. Natalan supo que estaba en peligro cuando la daga logró rozar su brazo rompiendo su impecable traje blanco salpicándolo con un poco de sangre. La mirada del ángel fue hacia los otros dos quienes entendieron al instante.
— ¡Papá! — gritó Bobby poniéndose de pie chocando contra la pared — ¡Cuidado!
Cellbit esquivó contra apenas las flechas y la espada que apuntaba a su cabeza solo logrando cortar una parte de su mechón blanco. Por el impulso rodó lejos de los ángeles quienes sin darle tiempo de respiro siguieron atacando.
— ¡Cobarde! ¡No sabes pelear solo! — enojado Bobby golpeó varias veces la pared con la desesperación de no poder ayudar.
Natalan solo lo miró con molestia para lanzarse nuevamente contra Cellbit quien un tanto acorralado solo observó en cámara lenta como la espada de Natalan se acercaba a su rostro. Entonces, el impacto retumbó como un trueno. La hoja chocó contra algo increíblemente duro, generando una explosión de energía que sacudió el bosque. Una onda expansiva arrasó con todo a su alrededor, lanzando a los ángeles por los aires como si fueran hojas al viento.
De inmediato, una bruma rojiza comenzó a filtrarse entre los árboles, espesa y ominosa. El aire se llenó con el sonido de un gruñido profundo, creciendo en intensidad hasta convertirse en un estruendo gutural. A través de la neblina, una sombra colosal se materializó poco a poco. Sus extremidades se alzaban con movimientos inquietantes, y su silueta distorsionada revelaba la forma de una araña monstruosa, acechando desde la penumbra.
Pepito que se había quedado quieto observando todo siendo protegido por Richars y su hermano se alejó de ellos pegándose contra la barrera.
— ¡Apa Roier! — con los ojos llorosos Pepito se soltó en llanto, como si un interruptor se prendiera — ¡Apa Roier!
La monstruosa araña rugió esquivando las flechas con sus grandes patas de acero. Natalan detuvo al ángel que tenía la espada y en un parpadeo dorado desaparecieron. Cuando los ángeles se fueron la bruma se dispersó en un remolino. Cellbit que agotado se encontraba arrodillado sintió como unos brazos lo rodeaban y el aroma familiar de Roier lo envolvía. Soltando la daga la cual cayó con un ruido seco en la tierra Cellbit con los brazos temblorosos sostuvo con fuerza el cuerpo de su demonio.
— Guapito...
— Ya no me iré gatinho, me quedaré contigo — susurro Roier a su oído.
Abrazando con más firmeza el cuerpo del demonio Cellbit se aseguró que estaba realmente con él y que no volvería a irse. La barrera que protegía a los niños se rompió y en un instante un lloroso Pepito se unió a su abrazo. Roier tomó al pequeño niño quien un tanto desesperado se aferró a él.
— Ay, pero qué cuántas lágrimas de cocodrilo suelta nuestro Pepito.
Roier lo arrulló con uno de sus brazos abriendo el otro para recibir a Bobby quien también lo abrazó con fuerza. Richars se acercó ayudando a Cellbit a levantarse quien se acercó a Jaiden quien despertaba poco a poco con sollozo similar al de un pequeño animal lastimado. Roier se acercó rápidamente aún sosteniendo a Pepito en sus brazos, con una mirada llena de tristeza observó las alas de Jaiden. Bobby se acercó a ella tomando su mano entre las suyas.
— Lo siento tanto Jaiden.
La nombrada solo movió un poco su ala sana abrazando con suavidad la que estaba rota. Detrás de ellos una grieta se abrió y de ella emergieron Bad y Missa sosteniendo a su hija seguido por el ángel guardián. Bad al ver el estado de Jaiden se acercó rápidamente.
— Natalan? — preguntó Bad en susurro.
Roier asintió, Bad apretó los labios con fuerza. Habían llegado demasiado tarde. Levantando entre sus brazos a Jaiden quien como una muñeca rota se dejó levantar, Bobby que aún sostenía su mano la apretó suavemente.
— Pagará lo que te hizo Jaiden, te lo prometo.
Jaiden miró a Bobby con una pequeña sonrisa bajando el rostro.
— Missa will teleport you close to where you are going, it is not safe to take a plane, I will take care of Jaiden. (Missa te teletransportará cerca de donde vas, no es seguro tomar un avión, yo me encargaré de Jaiden.)
Missa levantó su mano envuelta en un guante negro que dejaba solo a vista sus dedos huesudos y murmurando algunas palabras un portal se abrió frente a él.
— ¿Mictlantecuhtli¹te dejo salir? — preguntó Roier a Missa quien asintió.
— Si, aunque fue Mictecacíhuatl² quien me dio por completo el permiso.
Roier río en voz baja mientras murmuraba un "La señora es quien manda en casa". Cellbit camino al lado de Roier detrás de ellos lo seguían Bobby y Richars quien mantenía el rostro bajo lo siguió. El ángel se sentía extraño y un sentimiento extraño le apretaba el pecho. Sentía que de algún modo no encajaba en esa extraña familia, aunque su papel era solo ser el ángel guardián de Pepito, no iba a negar que envidiaba un poco la conexión que tenía Bobby con sus padres. Richars realmente no recuerda si tuvo una vida antes de convertirse en ángel guardián, desde que había despertado ya hace mucho tiempo atrás realmente fue de los pocos ángeles que no sabe su pasado.
— ¡Richars, piensa rápido!
El nombrado miró hacia atrás cuando escuchó la voz de Chayanne, con un movimiento rápido tomó la espada que le había sido lanzada.
— No puedes ir a la guerra desarmado — Chayanne le sonrió mientras mostraba su propia espada.
Richarlyson bajó la mirada hacia la espada que sostenía, sintiendo un cosquilleo recorrer la empuñadura. Poco a poco, un suave resplandor dorado comenzó a envolver la hoja, pulsando al ritmo de su propio corazón. El frío metal pareció cobrar vida cuando el mango empezó a transformarse, las líneas lisas y simples retorciéndose hasta convertirse en una intrincada enredadera.
Las finas ramas se entrelazaban con elegancia, trepando como si fueran raíces vivas que abrazaban el arma. Espinas diminutas y hojas de oro brotaron entre los surcos, mientras la espada misma se alargaba y se afinaba, su filo volviéndose más delgado y letal, como si respondiera a la voluntad de su portador. El brillo dorado se intensificó por un instante, iluminando el rostro de Richarlyson, cuyos ojos reflejaban la magia antigua que despertaba dentro del arma. Era como si la espada lo reconociera y lo aceptara.
Bobby sorprendido observó la espalda, Roier por su parte sonrió de lado.
— Así es como un ángel guardián se convierte en guerrero.
Levantando el rostro rápidamente al demonio, Richars observó como este le guiñaba el ojo y comenzaba a caminar hacia el portal seguido de Cellbit, Bobby rápidamente los siguió. Apretando el mango de la espada Richars los siguió atravesando el portal.
༒︎
Roier miraba por la ventana la pequeña ciudad la cual brillaba apenas por las luces que había. Ese lugar parecía que se había quedado en tiempo con sus antiguos edificios y hasta las pocas personas que vivían ahí parecían vivir en una época diferente. Pepito se acomodó en sus brazos aun dormido, en ningún momento el pequeño niño lo había soltado así que ahora como una pequeña pulga se mantenía pegado a su lado.
— Você está bem, guapito?
Un par de brazos rodearlo y al voltear el rostro se encontró con los profundos ojos azules que tanto había extrañado. Sin poder evitarlo Roier se inclinó para dejar un beso en sus labios.
— La ciudad más sagrada del planeta no puede hacerme ni cosquillas — con una sonrisa Roier volvió a dejar otro beso en los labios del demonólogo — Además este lugar está lejos de ser puro, es todo lo contrario.
Cellbit abrazo con más fuerza el cuerpo de Roier mirando también por la ventana.
— ¿Sabes en dónde está?
Cellbit asintió.
— ¿Tiene un acceso difícil? — preguntó Roier mirando también por la ventana.
— Estamos vendo isso agora, meu amor.
Roier entrecerró los ojos siguiendo la línea de mirada de Cellbit levantando las cejas al ver la gran cúpula central de la ciudad. La Plaza de San Pedro.
— Aí está o que estamos procurando.
Una sonrisa juguetona adornó los labios de Roier.
— Entonces será sumamente divertido.
Cellbit soltó una risita entre dientes acomodando su barbilla en el hombro del demonio quien recargó su cabeza en la de él, ambos manteniendo la mirada en su próximo objetivo.
༒︎
La pequeña miraba sus manos los cuales llenos de raspones mordió con fuerza sus labios intentando no llorar. Poniéndose contra apenas de pie el camisón sucio y lleno de algunas manchas de sangre el cual le llegaba a las rodillas apenas cubría su pequeño cuerpo. Sus pies descalzos y rodillas ahora raspadas la hacían con trabajo mantenerse de pie.
Mirando alrededor sólo vio como sus largos cabellos plateados se movían de un lado a otro mientras miraba el gran túnel en que había caído. Pasos rápidos arriba de ella la alertaron e ignorando sus heridas comenzó a correr. Necesitaba huir, necesitaba irse, no iba a volver a ese lugar, nunca más.
Notes:
¹ Mictlantecuhtli es el dios azteca de la muerte y el gobernante del inframundo. Su nombre proviene del náhuatl Mictlán, que significa "mansión de los muertos", y Tecutli, que significa "señor".
² Mictecacíhuatl es la diosa mexica de la muerte, también conocida como la "Señora de la Muerte" o la "Reina del Mictlán". Es la esposa de Mictlantecuhtli, el dios de la muerte.
