Chapter 1: EL DÍA QUE TODO TERMINÓ
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Era un día cualquiera en una mañana de Japón, cuando el sol apenas comenzaba a filtrarse por los edificios, era un día tranquilo, se escuchaba el canto de las aves, el sonido de automóviles circulando por la calle, todo parecía normal pero para un niño no era así.
Un niño se siete año se encontraba acostado en su cama, decir que estaba descansando sería una mentira, ya que no pudo dormir por toda la noche, la respuesta era muy sencilla, se quedó toda la noche intentándolo, pero no pudo por que estaba emocionado por que hoy era su primer día de escuela
Pero no le importaba el cansancio de no poder dormir por qué hoy va a ser el día en que sus aventuras fantásticas empezarán.
El niño tenía cabello negro, ojos negros aunque para muchos sus ojos les parecen feos a él no le importa por qué los heredó de la mujer que más ama, muchas veces sus amigos se burlaban de él por su mirada de villano pero a el no le importaba, siempre decía “a mi mamá le gustan muchos mis ojos” y después seguía jugando sin tomarle mucha importancia
Acostado en la cama se encontraba pensando en lo primero que haría cuando llegara a su clase, claro primero tendría que presentarse, entonces se levantó de su cama de un salto y fue corriendo hacia el espejo que se encontraba en su cuarto, enfrente del espejo por el cual había estado ensayando cada día desde que supo que iría a la escuela, la presentación que sería la insignia de él.
Se paró frente al espejo para empezar su grandiosa y heroica presentación…
Levantó un brazo hacia el cielo apuntando con un dedo y el otro brazo en su cadera se presentó:
-!Mi nombre es Natsuki Subaru! hijo de Naoko y Kenichi Natsuki, quieres ser mi amigo?- gritó emocionado
Subaru tenía una sonrisa brillante capaz de opacar el mismo sol, cuando de repente escucho unos aplausos desde afuera de la puerta de su cuarto
Sin que el se diera cuenta allí estaba su madre Natsuki Naoko, una mujer alta de cabello cooor café, con lentes que ocultaban sus ojos aterradores pero que mostraban una gran calidez, con pequeños pasos entró a su habitación y con una gran sonrisa dijo:
-!Impresionante Subaru! Te miras muy adorable, apuesto que a todos tus compañeros les gustaran tu presentación y querrán ser tus amigos- dijo
Subaru se detuvo en seco, se giró, en una cara que ahora estaba roja por la vergüenza.
-!Mamá tienes que tocar la puerta antes de abrir!- le gritó mientras se tapaba la cara
A su madre solo se le escapó una sonrisa.
-lo siento Subaru, te vi emocionado en el espejo haciendo tu presentación y no quise interrumpirte- dijo mientras se acercaba a darle unas palmaditas en la cabeza.
Subaru nada más dejó escapar un suspiro de derrota, disfrutando del cariño de su madre mientras se escuchaban pasos acercándose a donde estaba ellos.
Parado en la puerta de encontraba un hombre de cabello Negro, ojos igual de negros, alto, solo con unos pantalones de pijama, sin camisa que le cubriera, su cuerpo parecía el de un deportista, para Subaru parecía un superhéroe, Kenichi Natsuki.
Para Subaru era una inspiración, siempre se repetía que cuando sea grande quería ser igual de genial que él, eso lo hacía esforzarse al máximo para poder ser considerado digno de ser el “hijo de Kenichi”.
Kenichi se acercaba con una sonrisa traviesa por que empezaría lo que cualquier buen padre haría, burlarse de su hijo.
-Oye Subaru veo que estás muy emocionado por ir a la escuela que incluso te despertaste temprano para practicar- dijo con una sonrisa en su rostro para continuar -no me digas que estás practicando para presentarte a una chica y conseguirte una novia-
Mientras decía eso sintió una miraba que parecía cuchilla, sintió un escalofrío corriendo por su espalda, en su mente ya pensaba en dejar un testamento para hacer dueño de todas su pertenencias a Subaru.
-una… novia?- preguntó con la cara roja de nervios -yo no, yo no, !yo no estaba buscando una novia papá!- gritó mientras veía a su papá ocultando su risa aunque sus intentos eran en vano
Mientras veía la interacción de las dos personas que más amaba, nada más suspiro derrotada
-Ya dejen de jugar y vamos a desayunar- dijo mientras miraba a los dos hombres de la familia Natsuki.
Mientras decía eso Subaru intentó protestar.
-si no desayunas no irás a la escuela Subaru- dijo Naoko
Subaru en ese instante cambió su cara por una de preocupación, llevaba esperando meses, desde que supo que iba a ir a la escuela estuvo aprovechando el tiempo para practicar su presentación y sus bromas para ir a poder hacer muchos más amigos y a divertirse
-!NO!- gritó con pánico -vamos mamá, tengo mucha hambre- decía mientras movía su mano en su estómago
Naoko solo sonrió con satisfacción ya que sabía cuál era el punto débil de su hijo. Y así los tres caminaron hacia el comedor.
El desayuno pasó rápido mientras escuchaban a su hijo hablando emocionado de los planes que tiene para sus aventuras con sus nuevos amigos que estaba seguro que haría. Cabe aclarar que Subaru no se le hacía muy difícil hacer amigos, ya que su energía infinita y sus bromas divertían incluso a los adultos.
Enfrente de la puerta estaba Subaru vestido con su uniforme, pantalones negros, camisa de botones blanca, una corbata roja y por encima un chaleco negro que combinada con su pantalón y zapatos blancos, con una mochila que colgaba en su espalda color anaranjado.
Mientras Subaru caminada al automóvil de su padre, casi corriendo por que no quería demorarse ni un segundo más, sus padres desde la puerta lo miraban con grandes sonrisas de felicidad y orgullo a ver que su hijo estaba creciendo.
El camino fue corto ya que la escuela no estaba tan lejos pero para el niño de cabello negro no fue así, por la emoción pensó que llevaba horas en el carro. Cuando llegó salió casi corriendo del auto hacia la puerta de la escuela donde iban muchos niños con sus padres.
Sus padres que lo habían llevado a la escuela, incluso Kenichi pidió día libre para ir a dejar a su hijo por que hoy era un día especial para él, vieron como Subaru salía corriendo, hasta que la matriarca de la familia Natsuki gritó.
-!Subaru! no te olvidadas de algo?- preguntó con una sonrisa. Subaru se detuvo y de giro, los vio a los y empezó a correr de regreso a ellos mientras los abrazaba a los dos.
-Adiós papá, mamá- dijo mientras seguía abrazando a los dos. Para Subaru no era un problema que lo vieran mostrando cariño
-Subaru llevas todo? Tus cuaderno, libros, lápice, comida, y…- empezaba a enumerar su madre para ser detenida por Subaru.
-No te preocupes mamá- dijo Subaru mientras levantaba el pulgar y le daba una sonrisa -preparé todo desde hace días y me aseguré hoy, así que estaré bien- dijo
Su padre que los había estado viendo, hablo: -No te preocupes Subaru, ya sabes lo nerviosa que se pone tu madre y más cuando será la primera vez que te irás sin que ella esté contigo- dijo Kenichi, el sabía lo apegada y sobre protectora que podía llegar a ser su esposa.
-Yo solo estaba asegurándome, no estoy nerviosa ni preocupada-mintió Naoko. -Si, claro- dijeron con sarcasmo padre e hijo.
-En fin, Mamá y Papá, los amo- dijo mientras les daba un abrazo de despedida
-Nosotros también te amamos hijos, cuídate y aprende mucho hijo, y si hablas con una chica acuérdate todo lo que te enseñe- bromeó Kenichi mientras sentía que le golpeaban la cabeza.
-No lo escuches hijo, cuídate por favor y si necesitas algo dile a tu maestro que te ayude y si es necesario vendré lo más rápido posible- habló la preocupada Naoko al ver que la separaban de su hijo
-Si mamá, adiós!- gritó Subaru mientras se despedía con la mano corriendo hacia la escuela viendo a su madre agitando sus dos mano y a su padre agitando una ya que la otra se estaba sobando del golpe que recibió.
-!Cuídate!- gritó Naoko, cuando ya estaba a punto de irse voltio a ver por última vez a Subaru para estar segura que todo estaba bien.
Cuando vio de nuevo a Subaru sintió que algo no estaba bien, ya que el niño de mirada malvada se había quedado parado en mitad de camino agarrando su cabeza.
Kenichi también lo veía con los ojos entrecerrados intentando averiguar que le pasaba a su hijo.
Los dos padres se preguntaban que le estaba pasando a su hijo y cuando iba a gritar para preguntarle, vieron con su hijo que tenía las manos a la cabeza se dejó caer al suelo jadeando y solo escucharon un grito que les quebró el corazón
-!Ahhhhhhhhh! Gritó el niño mientas todos los que iban caminado lo veían con preocupación.
Cuando escucharon el grito, ambos, Padre y Madre salieron corriendo para ver que le pasaba, pero mientras iban corriendo lo vieron… una sombra, una sombra que cada ves se iba acercando más a Subaru.
Ambos padres se quedaron en Shock por un segundo pero se les quitó rápido por la preocupación de que algo o alguien le hiciera daño a su hijo.
Mientras más corrían más se acercaban más sentían ese miedo, terror que les infundía esa sombra a ellos pero lo más inquietante fue que ellos pudieron sentir un sentimiento, tan fuerte, tan cálido pero a la vez obsesivo que emanaba la sombra y para terror de ellos, sabían hacia quien iba dirigido ese sentimiento.
Pero no los detuvo y de repente vieron algo que los llenó de un profundo miedo, un profundo terror más grande que un océano.
Vieron como en la sombra se formaba una mano, una mano grande que se acercó y empezó a sobar la cabeza de Subaru, con tanta calidez, amor como el que solo una madre puede mostrar a sus hijos o el que una esposa puede mostrar a su esposo, un amor intenso y cálido, pero también obsesivo
-!SUBARU!- gritó Kenichi mientras corría lo más rápido que su cuerpo podía alcanzar -!POR FAVOR, SEAS QUIEN SEAS NO LE HAGAS NADA A MI HIJO!- suplicó con una vos entrecortada y con una miraba de pura desesperación-!LLEVAME A MI, HARÉ TODO LO QUE QUIERAS PERO DÉJALO EN PAZ!- volvió a suplicar mientras se le salían las lágrimas de sus ojos al ver que algo tan amado, lo que lo hacía levantarse día tras día y esforzarse a dar lo mejor de sí y ser un buen padre se lo arrebataban de las manos ante sus ojos
Naoko no prestó atención a lo que decía su esposo por que a ella solo le importaba una cosa, salvar a Subaru. Pero aunque lo intentara no podía, sentía miedo, horror de perder la razón más grande de su vida, la persona que más amaba y que sin duda cruzaría todo el mundo, se enfrentaría a cualquier cosa, persona o monstruo para cuidarlo
Pero era imposible, empezó a llorar, empezó a lamentar el dejarlo venir, se odiaba por ello, porqué no pudo quedarse en su casa con su hijo? Porqué no se quedaron jugando los videojuegos que tanto le gustaban? Porqué no se quedaron viendo sus animes o mangas que cada día le enseñaba con una sonrisa? Se odiaba a sí misma por que en el fondo, sabía que sería la última vez que vería a su hijo.
Y así pasó, lo vieron… delante de sus ojos vieron como esa sombra se desaparecía, vieron como delante de ellos se iban una parte de su corazón, por que de algo estaban seguros, desde hoy, el día que lo perdieron, el día que se fue, una parte de su corazón y alma se fueron con él
-!NOOOOOOOOOO, SUBARUUUUUU!- gritó Naoko, lloró, gimió de dolor y en sus ojos antes cálidos ahora vacíos, se miraba la desesperación de perder una parte de ella.
Kenichi que lloraba destrozado, haciéndose el fuerte aunque era inútil la abrazó, no para tranquilizarla, ni para consolarla, si no para el buscar algo a lo que aferrarse, esperando a que se despertara de esta pesadilla y escuchara a su hijo que tanto ama por una vez más.
Como si alguien o algo que la ayudara la escuchara, Naoko con la voz entrecortada, sollozando, lágrimas caían en sus ojos de agonía solo pudo susurrar al viendo esperando que sus súplicas se escucharan:
-Por favor… no me dejes… no puedo vivir sin ti, Subaru…
Chapter 2: MI PRIMER DÍA EN OTRO MUNDO
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Hoy era un día feliz y emocionante, hoy aunque nervioso no podía esperar el momento de entrar por esas puertas y empezar una nueva vida, una nueva aventura como me gusta llamarlo.
Todo empezó bien, como siempre lo imagino, mamá preocupada y con un poco de tristeza ya que desde que nací nunca me había separado tanto tiempo de ella, aunque también veía que me miraba con felicidad y quizás orgullo de ver que iba a una nueva aventura.
Papá era diferente, el no estaba preocupado ni triste, más bien se miraba igual de orgulloso y a la vez divertido, todavía me acuerdo lo que me dijo unos días antes:
-Subaru, ven aquí- dijo Kenichi -es hora que tu grandioso padre te enseñe a enamorar a las chicas, serás el orgullo de la familia Natsuki JAJAJA- dijo entre risas y bromas
-Papá pero no quiero enamorar a nadie, voy para hacer nuevos amigos y también quiero aprender y jugar y hablar y…- hablé emocionado e incluso quizás mis ojos tenían formas de estrellas como en los animes que tanto me gustan.
-Shhhh- me interrumpió -Ok, no buscas novias, pero te puede ayudar en un futuro hijo, entregaré mi gran experiencia de cómo enamoré a tu madre- dijo con orgullo y nostalgia al recordar sus momentos de enamorados
Y así pasó hablando de cómo hablo con ella, la intentaba hacer reír, la invitaba a “citas”, mientras hablaba me dijo muchas cosas de cómo tratar a una mujer y más cuando estás enamorado, claro con cuidado decía el para no dañar mi mente, no entendí lo que quiso decir y aunque a mí no me importaba nada de lo que decía le presté atención por que eso le hacía feliz, hasta que llegó Mamá y le pego con una olla por arruinar mi infancia dijo, igual no entendí pero solo acepté para ir a ver mis animes de nuevo.
Sacudí la cabeza para dejar de pensar en eso, así que ya era hora de despedirme de mis padres para aventurarme a mi nuevo mundo de aventuras, de aprendizajes.
Salí corriendo a la puerta de la escuela mientras sacudía mi brazo como despedida y seguí adelante cuando de repente empecé a sentirme mareado, mi vista poco a poco de nublaba, me agarré la cabeza y lo sentí, un dolor, como si muchas agujas me perforaran la cabeza. No para al contrario, aumentaba, cuando ya llego a un punto insoportable solo pude gritar mientras caía de rodillas con la manos en la cabeza esperando que el dolor parara.
Pero no paro, seguía aumentando, casi no podía escuchar las voces a mi lado, solo escuché a mi papá gritar mientras caía nombre.
Seguía tirado en el suelo intentando aguantarlo esperando a que pasara cuando de repente escuché algo, o mejor dicho a alguien.
Una voz, que aunque se escuchara sin vida sentía algo inusual, una calidez, su voz se escuchaba como unas campanas de plata, y lo que dijo lo dejo más confundido.
-TE AMO- me susurro al oído
Está confundido, porqué me ama? No la conozco, ni siquiera puedo verla, pero ella seguía repitiendo sin parar esa frase
-TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO, TE AMO- seguía diciendo
De repente vi como en las sombras se formaba en una mano grande que me cubría poco a poco hasta que no logré ver nada, nada más escuché con una voz, era la de papá pero nunca lo había escuchado así, se escuchaba a desesperación? No se pero me sentí muy mal pero no podía decir nada
-!HARÉ LO QUE QUIERAS PERO DÉJALO EN PAZ!- escuché la voz de la desesperación de mi padre
Y en mi último momento sin que la sombra me tragara por completo escuché una segunda voz, era mamá, se escuchaba con miedo, temblaba y se escuchaba con sollozos fuertes, quise salir corriendo y abrazarla pero no pude.
-!NOOOOOOOOO, SUBARUUUUUU!- gritó con desesperación, y esas fueron las últimas palabras que escuché de mis padres
-por favor papá, mamá, no lloren, cuando sonríen es cuanto más feliz me hacen, Es cuando más los amo… no lloren- susurré a la nada, nadie podía oírme solo yo mismo, caían lágrimas de mi al escucharlos sin saber que estaba pasando.
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No sentía nada, ni mis manos, ni mis piernas, no podía hablar, oír, ver, tocar, toda era oscuridad, no sabía que pasaba, intenté moverme pero no había nada, solo negro, no sabía que no quien era, simplemente flotaba como si estuviera en el espacio pero sin estrellas, como si estuviera en el océano pero sin peces y así seguí por segundos o quizás minutos? o quizás horas? días? Meses? Años? No sé, no existía tiempo, no existía nada, -así se siente está muerto?- me pregunté en mis pensamientos.
De repente empezaba a recordar
-Nat~suki Suba~ru? Ese es mi nombre- recordé y poco a poco empezaba a mover unas manos que ya tenía, movía una piernas que antes habían desaparecido y poco a poco volvió mis ojos aunque veía solo oscuridad, mi lengua para poder hablar y sentir gusto. -Hola? Hay alguien aquí?- Pregunta esperando respuestas a lo que estaba pasando, quizás era una pesadilla?.
Y por último volvió mi oído, podía escuchar aunque no había nada, ni siquiera un pequeño sonido, un silencio absoluto hasta que escuché la voz
-TE AMO- me dijo con una dulzura que me hizo sentir feliz, no veía nada solo escuché esa voz decírmelo muchas veces, quería verla y poder salir corriendo hacia ella y abrazarla y nunca separarme, jugar con ella, que estuviera conmigo por siempre y yo estar con ella hasta el fin de mis días
De repente logré ver, era luz? Una mancha blanca a lo lejos, se miraba como un punto blanco en un vasto color negro. Vi como ese punto blanco poco a poco empezaba a brillar hasta que llegó un punto donde la luz blanca me molestaba, tuve que paparme la vista por que era imposible de ver, incluso con los ojos cerrados la luz todavía se filtraba sin saber cómo solo vea blanco.
De repente se paró, ya no veía nada blanco, todavía con los ojos cerrados tenía miedo a abrir los ojos, así estuve por unos minutos hasta que sentí en mi… espalda? Como si estuviera acostado era incómodo, sentía que me hacía cosquillas en mis orejas, sentí como el viento hacía mover mi ropa, sentía como movía mi pelo y sentía como movía también el… césped?.
-Porqué estoy acostado en césped?- me pregunto confundido, aunque tenia miedo, tome valor y poco a poco empecé a abrir los ojos.
Mientras empezaba por poco abriendo mis ojos vi como la luz del sol me pegaba en la cara, sin acostumbrarme todavía los abrí un poco más y pude ver… verde? Quizás hojas? plantas? Árboles? No sé, cuando los abrí por completo lo vi, todo mi alrededor, yo estaba en un… bosque?
Estaba confundido, empecé a ver todos mis alrededores y solo vi un bosque, sin personas, sin ruidos de carros, sin ruidos de aviones, ni siquiera animales, solo árboles. -eh? Cuando llegué aquí?- me pregunté confundido -Papá, mamá me escuchan?- Intenté llamarlos pero no había nada ni nadie -Papá es esta una broma tuya para que me haga hombre como tú dices?- pregunté con un poco de miedo filtrándose en mi voz -está bien, papá si es una broma ya no es divertida- dije intentando parecer fuerte aunque mi cuerpo empezaba a temblar no por frío, era de miedo
Nadie me contestó, empecé a pensar que me habían abanadonado, -porqué?- me pregunté con miedo y tristeza mientras mis lágrimas empezaban a salir-No fui un buen hijo? No logré ser igual que papá? No logré ni siquiera ser un 20% igual de genial que él?- me preguntaba a mí mismo sollozando, temblando, con miedo, con hambre, sin saber que hacer, queriendo saber el por qué me habían abandonado
-!NO!, mis padres nunca me abandonarían, ellos me aman igual que yo los amo a ellos, ellos son increíbles y súper amables, nunca me haría eso!!!- me dije con mucha seguridad, aunque tenía miedo sabía los geniales que eran mis padres, ellos nunca harían eso
Pero porqué estoy aquí? Me secuestraron?- me pregunté intentando saber que pasaba
-Papá, mamá por favor ayúdenme, tengo miedo, los extraño por favor, NO ME DEJEN SOLO!!!- lloré, por miedo a estar solo, a morir, por hambre, por que no sabía que hacer
Lloré, como nunca, lamenté mis decisiones, sollocé, grité de impotencia, si podía cambiar todo, si pudiera volver a ver a mi papá y mamá
-!CAMBIARE, YA NO VERÉ MUCHOS ANIMES NI MANGAS, NO JUGARÉ MUCHO CON MIS VIDEOJUEGOS, YA NO COMERÉ MUCHOS DULCES PERO POR FAVOR VUELVAN!- grité desconsolado, así estuve, sollozando y gritando de agonía mientras mis lágrimas no paraba… así pasé horas hasta que mis ojos se secaron
Estaba acostado en posición fetal, intentando ocultarme del mundo, tal vez si cerraba los ojos, nada pasaría, verdad?. No fue así, nada cambio, seguía allí acostado con miedo y frío, hasta que se escuchó un ruido que venía de mi estómago que me hizo despertar de mis patéticos lamentos.
-tengo mucha hambre- susurré -tengo que salir del bosque o aunque sea buscar comida aquí, tal vez unas plantes me ayuden- me dije intentando convencerme de que había una oportunidad, así que con la poca fuerza que me quedaba me levanté y empecé a caminar
Pasé caminando casi 5 horas, a paso muy lento a lo que mi cuerpo podía, no tenía fuerza, tenía hambre, aunque sea pude tomar un poco de agua en un río que logré ver pero no tuve suerte encontrando comida.
Seguí caminando, por poco más de una hora hasta que vi una planta, no se si era por que tenía mucho hambre que ya veía alucinaciones que cuando la vi, se me antojó a comerla, era una planta que no sé cómo se llama pero se ve como un hongo. -no creo que pase nada si me la como- me dije para tener un poco de determinación y poder llevármela a mi boca, y eso hice…
La mastique como si no hubiera comido nada tan bueno en mi vista, como si fuera la comida deliciosa que mamá cocinaba, recordando esas comidas se me salió unas lágrimas, habían 2 más así que me las comí sin importar nada más que el sabor que lo sentía delicioso.
Después de comerme esos hongos seguí caminando por unos 30 minutos más hasta que escuché unos pasos, silenciosos pero a la vez rápidos, me detuve en seco intentando ver a la persona o animal que se acercaba hasta que me di media vuelta y la vi, mi rostro se quedó en blanco con profundo horror.
A unos pocos metros de distancia se encontraba un animal? Era como un perro pero 10 veces más grandes, con dientes afilados como navajas, se le escurría la saliva como si viera a su próxima presa, tenía 4 ojos, dos ojos a cada lado que lo hacían ver mucho más aterrador, empezó a acercarse poco a poco
Subaru con miedo, temblando, por el trauma de saber que moriría de una forma horrible, comido vivo por un perro gigante no pudo más que llorar, empezó a pedir perdón a sus padres por ser tan inútil, miedoso, por el terror que tenía su pantalón, entre sus piernas se empezó a mojar, estaba mojándose por el miedo que le invadía saber cómo sería su muerte.
No pudo hacer nada más que llorar, su cuerpo no respondía, aunque intentara correr no podía, aunque intentara gritar no tenía fuerzas ni para susurrar, solo acepto, acepto que nunca vería a sus papás, acepto que nunca tendría una aventura con sus amigos, ni que sería un héroe como en los mangas que veía, que no haría más amigos, que moriría solo, en un bosque, comido vivo y que nadie escucharía sus gritos de ayuda.
El perro gigante corrió, con la mandíbula abierta de par en par sabiendo que su presa no se movería.
Subaru solo se acurruco haciéndose un ovillo, cerró los ojos esperando a que todo acabara rápido, aunque sea inútil, esperaba que no le doliera tanto mientras lloraba desconsolado, escuchó que se acercaba corriendo, cerrando más fuerte los ojos solo pudo llorar, hasta que escuchó…
-!Muere, maldita MABESTIA!- se escucho la voz de un hombre, y después Subaru solo escucho que un ruido de una espada desenvainada que cortaba carne, Subaru lo comparo al sonido que hacían en sus animes de espadas, se acordó de un hombre que mataba hombres bestias gigantes, titanes mejor dicho.
En un ruido seco se escucho como caían dos pedazos grandes de algo, que Subaru no sabía que era por que todavía tenía la miraba baja
Subaru incrédulo con un poco de esperanza de ser salvado levantó la vista y vio algo que se quedó helado, vio el cuerpo del perro gigante partido en dos, mientras frente a él se encontraba un… hombre?, con orejas de un… -!GATO!?- gritó el niño de cabello negro todavía shock por lo que acababa de vivir, por su casi muerte.
Solo pudo ver al hombre que le sonreía, Subaru intentó levantarse pero al hacerlo se le nubló la vista, lo último que escuchó fue al hombre gato frente a él gritar -!NIÑOOOO!-.
Cuando se nubló por completo el niño de mirada malvada cayó al suelo en un golpe seco desmayado por el shock.
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Subaru aún con el cuerpo pidiendo a gritos que descansara un poco más se esforzó para despertar, poco a poco empezó a abrir los ojos, cuando los abrió lo primero que vio fue…
-No conozco este techo- fue lo que dijo al momento de abrir los ojos, se intentó incorporar lentamente pero su cuerpo no respondía, pero
No podía quedarse acostado todo el día pensó, así con fuerza de voluntad se sentó apoyando su espalda en la pared, aún sentando en su cama.
Ya sentado empezó a ver donde se encontraba, lo que veía era un cierto, pequeño con solo una cama y un pequeño ropero a un lado, era más pequeño que su cuarto pero pensó que aquí se podía vivir cómodamente.
-Que pasó? Como llegué aquí?- tenía muchas preguntas pero si se quedaba acostado nadie se las respondería, así que con la poca fuerza que tenía en su pequeño cuerpo intentó poner los pies en el suelo, poco a poco intento levantarse hasta que escucho la puerta abrirse
Subaru voltio a ver quién era y lo que vio lo sorprendió, era una niña, mayor que él, quizás de 12 a 14 años, tenía el cabello café claro, ojos color amarillos, vestía un vestido sencillo era decir mucho, parecía un saco de papas lo que llevaba puerto, unos zapatos muy viejos que se podía ver que tenía algunos ojos en ellos y lo que más lo impresionó fue sus orejas, eran decir gato del mismo color de su cabello, se quedó viéndola unos segundos, -Es muy bonita- el susurro se le escapó de sus pensamientos, no se dio cuenta que su cara se empezaba a poner roja
La niña que logró escucha lo que dijo el niño se le pusieron rojas las mejillas aunque pudo controlarlas, se incorporó para poder hablar
-eh, Hola, como te sientes? Te sigue doliendo?- preguntó con un todo respetuoso
-No mucho, casi no lo siento jaja- mintió, intentó que no lo vieran débil, no sería bueno que lo vieran débil, por que el tenía que ser igual de genial que su padre
La niña lo miró con los ojos entrecerrados para luego decir -Sabes que te ves como un niño tonto mintiendo, que acaso tus padres no te enseñando a que mentir es malo?- dijo la niña como regalo al Subaru que se estaba intentando disimular su dolor
-!QUE ESTÁS DICIENDO DE MIS PADRES, NIÑA TONTA?!- gritó Subaru, un insulto infantil, como lo que es, el no podía permitir que hablaran mal de sus padres
-A QUIEN LE DICES “NIÑA TONTA”?- replicó -No ves que te estoy ayudando y tú queriendo hacerte el fuerte cuando ni siquiera puedes levantarte- habló fuerte pero calmando un poco su ira
-!A TI!- gritó para luego con un acto de madures sacándole la lengua. -Y quien dice que no puedo moverme? Yo nada más estaba sentado observando- dijo el niño para luego enseñarle que si podía moverse y caminar, fracasando rotundamente en el intento, cayendo al luego como un muñeco de papel
La niña que lo veía nada más suspiró de cansancio -Vez, te lo dije, tu cuerpo está muy débil, llevas 2 días sin comer, además que tu cuerpo estaba cansado por que parece que forzaste tu cuerpo a caminar durante mucho tiempo sin comer ni beber y además, comiste una planta venenosa, un hongo que poco a poco te va matando- terminó de explicarle la situación mientras lo cargaba para sentarlo en la cama
-Oh- fue lo único que pudo decir Subaru hasta que se dio cuenta de algo -!DOS DÍAS?! Dos días estuve desmayado?- preguntó sorprendido y a la vez preocupado, no se había dado cuenta que tan cerca estaba de la muerte, sin contar al perro, hablando de eso… -Oye… que pasó con el perro y el señor que me ayudó?- preguntó con preocupación por el señor amable
De repente la puerta se abrió mostrando de nuevo al hombre que lo había rescatado de una muerte segura -!HOLA NIÑO!- gritó el hombre gato alegre saludando con la mano -Veo que te encuentras mejor, cuando te vi en ese bosque pensé que estarías muerto, por suerte pude llegar a tiempo antes que esa MABESTIA te comiera- dijo el gato
-MABESTIA…?- preguntó confundido
-!SI!- exclamó el hombre -La MABESTIA, el perro que te atacó antes de que llegara- dijo
(Con que así se llaman) pensó Subaru mientras se encogía de hombros -Gracias señor- dijo un poco avergonzado -por ayudarme, sanarme y rescatarme de esa Mabestia- mientras lo decía, inclinó un poco la cabeza como le habían enseñado sus padres a agradecer
-Oh no te preocupes niño- dijo agitando los brazos como si no fuera la gran cosa -Solo te vi indefenso y no pensé que sería lo correcto dejarte tirado a que murieras y además, la que te sanó no fui yo… fue ella- dijo mientras señalaba a la niña que estaba observando la conversación
-Yo solo hice lo que tú me dijiste papá- dijo la niña con poco interés, aunque no era muy sincera
Subaru sintió culpa por haberle gritado a su posible sanadora por llenarse de ira por escuchar a sus padres
-Yo… lo siento por haberte gritado y decirte “Niña tonta” me siento como un idiota por qué tú solo intentabas ayudarme, por eso… - decía mientras inclinaba su cabeza -muchas gracias por salvarme y perdón por lo anterior- dijo Subaru arrepentido y con sinceridad en sus palabras
La niña solo sonrió, una sonrisa cálida y alegre. Estaba esperando a que el chico frente le mostrara que tipo de persona es, así que fingió ser dura con el.
-No te preocupes, ya lo olvide- dijo con una sonrisa amable que Subaru solo pudo pensar en lo bonita que era -Me alegro que estés bien y lo siento también por mencionar a tus padres- dijo con un tono de arrepentimiento
-no te preocupes, no tengo nada que perdonarte- Aseguró el chico agitando sus manos frenéticamente, lo que hizo reírse ente dientes a la niña y soltar una carcajada al señor que observaba
-Bueno, me alegro de lleven bien- dijo el señor en un tono alegre, para luego cambiar a un noto más serio. -Pero tengo unas preguntas para ti niño… Primero que nada, hay que presentarnos- dijo el señor
-Oh si, es cierto que no nos hemos presentado- respondió Subaru un poco nervioso por el tono serio del señor -Mi nombre es Natsuki Subaru, hijo de Kenichi y Naoko Natsuki- se presentó aunque se odiaba por no poder presentarse como tanto había ensayado.
-Oh Subaru, buen nombre chico- dijo el hombre con diversión. -Mi nombre es Shun, sin apellido solo Shun- dijo el hombre gato
-mucho gusto, señor Shun- dijo respetuosamente para luego mira a la niña que estaba al lado, esperando a que dijera su nombre
-oh, lo siento, me toca verdad?- dijo mientras sonreía - mi nombre es Hikari, sin apellido solo Hikari- dijo imitando a su padre
-Bonito nombre Hikari- le dedicó una sonrisa sincera
La niña un poco sonrojada no pudo decir más palabras que un simple -Gracias, Subaru- dijo con una sonrisa amable.
-En fin, ya terminaron las presentaciones, es hora de lo más importante…- dijo Shun en su voz se notaba la seriedad, el ambiente se hizo más pesado -Niño, que hacías en un bosque solo sin tus padres?- le preguntó con duda y un poco de preocupación
Subaru bajo la vista triste, recordando una vez más que estaba solo, no tenía ni a su madre ni padre con él
-Yo… yo no sé, simplemente aparecí allí- dijo nervioso el chico de otro mundo
-Pero como?- insistió -Te trajeron tus padres? Viniste con amigo a jugar? O…- dijo con un tono de preocupación pensando en el peor de los casos
-!No!- exclamó Subaru intuyendo lo que el señor estaba pensando -yo… estaba a punto de entrar a mi escuela cuando de repente me empezó a doler mi cabeza, cerré mis ojos y cuando los abrí, estaba en el bosque…- dijo el niño
-Eh?- se preguntó Hikari -Te teletransportarte hasta aquí?, como lo hiciste? Nunca he escuchado magia de teletransportación- se cuestionó la aún confundida niña gato
-Magia de teletransportación?- se preguntó -Magia? Como la de los animes que veo en la televisión?- dijo el niño con duda pero con emoción filtrándose
-no se a que te refieres con “Anime” y “Televisión”- aseguró Hikari, para ella esas palabras eran desconocidas, nunca había escuchado nada parecido -Volviendo al tema, si- continuó -Magia, nunca había escuchado ni leído que exista tal tipo de magia, tal vez una magia perdida?- se preguntó, pero se cuestionó -(no puede ser, un niño de esa edad no creo que pueda crear o hacer tal tipo de magia, me imagino que será enorme la cantidad de lana que requiera)- se estaba rompiendo la cabeza para averiguar lo que le pasaba al niño.
-Ehhhhhh, espera espera espera… Magia dijiste? Existe la magia?- preguntó Subaru con ojos brillantes por la emoción de que existiera la magia, estaba soñando con ser un mago muy fuerte que tire bolas de fuego o controle el viento. Pero se detuvo un momento para preguntar algo que había estado dando vueltas en su cabeza
-Disculpe pero… Porqué se disfrazaron de gatos? Están haciendo un Cosplay de un juego o anime?- preguntó en niño, claro con su mete de niño pensó que estaban jugando a disfrazarse y que la “Mabestia” que ellos llamaban era un lobo gigante que lo quería comer.
Nunca pensó que estaría en otro mundo, eso parecía nada más fantasía como las historias que veía, pensó que estaba en un bosque de Japón y que solo lo tenía que llevar a casa con sus padres.
Ambos Hikari y Shun se volvieron a ver con cara de confinación… Cosplay? Que era eso?. Muchas preguntas y ninguna respuesta
-Eh, no entiendo lo que acabas de decir- dijo la desconcertada niña gato -No me estoy disfrazando, así soy yo sabes- aseguró con un leve puchero.
-!!!Queeeee?!!! Eres un tipo de experimento o… o eres un extraterrestre que vino a comerme el cebero- dijo el niño temblando de miedo mientras le apuntaba, con sus pupilas temblando.
-!Que acabas de decir mocoso?! -gritó la niña de fastidio —!No quiero comerte tu cerebro ni soy ningún tipo de experimento y no sé qué es un extraterrestre!- gritaba mientras su cara se podía roja de la ira
-!Pero mira tus orejas y dices que son de verdad, eso no existe!- aseguró todavía temblando -!y por que me dices mocoso, si tú eres una niña también!- gritó el niño indignado
-Tengo 14 años, solo me falta un año para ser una adulta- decía mientras inflaba su pecho de orgullo -Así que tengo el derecho a decirte “Mocoso”- dijo con una sonrisa de victoria
-Tsk- fue lo único que pudo decir el niño con fastidio, aunque todavía estaba confundido el por qué tenía esas orejas, pero pensó que quizás en otros países era normal
Subaru no tenía muchos conocimientos del mundo en general por eso pensaba que quizás era algo normal, a él solo le interesaba jugar, ver animes o mangas y ver las estrellas con sus padres.
El hombre que estaba viendo divertida la interacción de ambos niños aclaró la garganta -Bueno bueno, ya estuvo bien de las bromas- decía para tranquilizar a los niños -Niño no te preocupes, no somos nada de lo que dices y nada más te preguntamos para poder ayudarte- aseguró con una voz cálida
Eso hizo que las preocupaciones de Subaru se alejaran un poco al saber que no comerían su cerebro
Continuó Shun -Niño, sabes dónde están tus padres? O aunque sea alguien mayor que conozcas para llevarte con él? Le pregunto al niño
-Mmm si, a mis padres, Kenichi y Naoko Natsuki, pueden estar preocupados así que quiero verlos para tranquilizarlos- dijo el niño con una sonrisa, esperando poder encontrar a sus padres
Con una sonrisa el señor le dijo. -Perfecto niño, dime, donde puedo encontrarlos?- le preguntó
-Claro, yo estaba en la escuela, está en Tokio, Japón- continuó -el vecindario donde vivió y que está cerca de la escuela de llama “Shibuya”- dijo asegurándose de contar lo poco que el sabía de dónde vivía
No se dio cuenta que las dos personas a su lado lo miraba confundidos
-Niño, nunca he escuchado hablar de Japón, ni de Tokio, ni mucho menos de “Shibuya”- aseguró el señor, nunca había escuchado esas palabras, ya llevaba muchas frases que el niño decía y que nunca entendía
-Eh?. No conoces Japón, es un país al este del mundo- aseguró el niño. Ambos estaba más confundidos por las palabras del niño, se sabía que solo habían 4 naciones, Lugunica que era donde se encontraban, Gusteko, Kagaragi, Vollacia, no había nada más que esas naciones y lo que estaba al Este era nada más que…
La niña con los ojos muy abiertos por la sorpresa dijo -Pero al Este nada más está la Gran Cascada- aseguró
-La Gran Cascada?- aun confundido -eso es como una catarata en un río en la selva o algo así?- preguntó frunciendo el seño
Ambas personas abrieron los ojos de par en par que si los abrían un poco más, se les podían salir de los ojos
Pero se pusieron a pensar en lo que decía el niño, además habían visto los libros y las cosas raras que traía en esa mochila naranja, toda los libros tenía una escritura rara, algo que nunca habían visto, no entendían nada, pensaron que eran dibujos que hacían los niños para distraerse, pero ahora empezaba a preguntarse si este niño podía ser…
Habían muchos que afirmaban que venían de más allá de la Cascada pero todos eran estafadores para beneficiarse e intentar sacar riquezas o estatus, pero este niño?, por qué estaría mintiendo?, no tenía razón y ni siquiera sabía que estaba pasando… podía ser?
Ambos se miraron y asintieron con la cabeza, ya sabían la pregunta que le haría al niño de mirada malvada que los miraba…
Con una vos que notaba duda y con un poco de preocupación, de su boca salió una pregunta que sería el fin de sus dudas si el niño contestaban lo que ellos ya creían -Niño, Eres de más allá de la Gran Cascada?-.
-Eh? Más allá de la cascadas? Disculpa pero no entiendo, que hay más allá de la Cascada?- preguntó el niño confundido, no entendía que era lo que intentaban decirle
Para asombro de los dos, sus preguntas ya tenía la respuesta clara, este niño no era de este mundo, claro que si hubiera sido otra persona que decía tal afirmación, no le creerían y lo tacharían de loco o aprovechado, pero este niño se le miraba en sus ojos lo confundido y miedoso que estaba, y sus libros y su ignorancia en los smihumanos, Magia, y muchas cosas más confirmaban su punto
-Subaru- dijo con suavidad la niña con orejas de gato -Verás, donde nos encontramos ahora se llama “Lugunica” es una de las 4 grandes naciones del mundo- se detuvo un momento para que el niño pudiera digerir lo que escuchaba -No existe un país llamado Japón, ni una ciudad llamada Tokio, no hay nada más al Este, nada más la gran cascada- mientras seguía diciendo vio al niño frente a ella confundido y se podía notar un poco de miedo.
Se aseguró de hablar con la mayor suavidad posible para intentar no asustarlo por lo que iba a decir a continuación. -La Gran Cascada se le conoce como el fin del mundo, nadie sabe lo que hay más allá de ella, para muchos es la nada misma, no sé en realidad pero se le conoce como “el fin del mundo” por qué es la línea que marca el final de este mundo- dijo
Subaru quien escuchaba atentamente lo que decía al principio no entendía nada, se esforzó más en prestar atención, Lugunica? 4 grandes naciones? No tenía sentido, aunque solo era un niño sabía que habían cientos o miles de países y nunca había escuchado el país de Lugunica.
Pero lo que siguió lo dejó en pánico, con un miedo palpable que se le miraba en sus ojos, “El fin del mundo”, “la Gran Cascada”, y que el venía de más allá solo pudo significar una cosa, este no era su mundo.
Eso le aterrorizó, empezó a temblar mientras sus pupilas se movían de un lado al otro, a agarro la cabeza en desesperación mientras sus lágrimas empezaba a salir, sintió como si corazón se quebraba, como una parte de su alma se estaba rompiendo y no pudo más que llorar.
Hikari estaba llorando viendo al niño frente a él derrumbarse por saber que todo lo que conocía y amigos y familiares que tenía los había perdido, no pudo hacer otra cosa más que llorar
Shun que lo miraba con tristeza en sus ojos, veía a un niño que no había hecho nada malo llorar desconsoladamente por el miedo y la soledad que siente al saber que sus padres ya no estarán con él. En ese instante tomó una decisión, él cuidaría a ese niño, el le enseñaría a ese niño todo lo de este mundo, le daría un poco la calidez que le habían arrebatado injustamente, se hizo una promesa que ayudaría a Subaru
Mientras lloraba, no podía pensar, no tenía fuerzas para seguir, solo quería despertarse de esta pesadilla, quería poder salir corriendo de su habitación e ir a la de sus padres, tirarse encima de su cama, abrazarlos y decirle que nunca lo dejen, que se portara bien, no que llorara y que ayudara en todo lo que pueda pero que nunca lo dejen.
Lloraba por el hecho que había perdido las comidas de su madre, lloraba por que había perdido las bromas de su padre, lloraba por que había perdido los juegos con sus amigos, lloraba por que nada volvería a ser igual, y lo más importante, lloraba por que sabía que ya no podría ver a sus padres…
-Mamá, Papá- susurró con la voz ronca, con las lágrimas cayendo como las gotas caen en un día lluvioso -por… favor- pronunció entre lágrimas -no me dejen…-
Chapter 3: DONDE COMIENZA EL DOLOR, NACE EL GRTIO DE AYUDA
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En una habitación de una cabaña se encontraba un niño de cabello negro, se había quedado dormido del cansancio después de estar llorando por lo que parecían ser horas de sollozos.
Afuera de la habitación, en la sala de la misma cabaña se encontraban dos personas, sentadas una enfrente de la otra, un hombre alto, con pelo café claro, con orejas de gato y que en su cadera colgaba una espada sencilla, con la ropa sucia que notaba signos de haber estado en una pelea, aparentemente tenía la edad aproximada entre 30 a 35 años y sentado enfrente en una silla de él se encontraba una niña del mismo color café claro, con orejas de gato, llevada un vestido café que se miraba todo desgastado que llevaba un poco más abajo de las rodillas, la niña tenía 14 años, estaban sentados esperando a que uno hablara primero, tenían mucho que decir, mucho del que hablar y todo giraba entorno al niño que estaba dormido en el cuarto
El primero en tomar la palabra fue la niña con pregunta que se estaba haciendo desde hace mucho tiempo
-Papá, que haremos?- preguntó ya calmada -No creo que sería lo correcto dejarlo solo por el bosque, hay muchas Mabestias que lo comerían en un minutos y si lo lleváramos a la ciudad más cerca, tengo miedo que lo traten mal, muera de hambre o algo mucho peor… que lo secuestren los esclavistas o un noble idiota que lo haga su juguete- dijo con un ligero temblor, ella sabía todo lo malo que se encontraba afuera, no era ingenua, y tenía por el niño de mirada malvada.
-!No!- exclamó Shun -no lo dejaremos en el bosque, vi con mis propios ojos que casi moría a manos de esa mabestia, si llegaba unos segundos tarde el niño no estuviese aquí- dijo con preocupación -y tienes razón, si lo llevamos a la ciudad correría mucho peligro y peor si lo ven con semihumanos como nosotros- con la miraba baja dijo esas palabras, sabía que después de la guerra, los semihumanos no eran bien recibidos en muchos lugares por eso se creaban pequeñas aldeas en los bosque como donde vivían ahora.
La niña bajo la cabeza con tristeza al recordarse como la trataron cuando fue a la ciudad, el desprecio y las miradas de asco que le dirigían le hizo más daño del que ella esperaba.
-pero papá, entonces que haremos? Preguntó la niña
Con una sonrisa en su rostro ya sabía la respuesta que le daría, así que no la hizo esperar mucho -ya tomé una decisión- dijo con firmeza -se quedará con nosotros y lo ayudaremos a que se convierta en un buen hombre cuando sea mayor- con un orgullo en su pecho dijo esas palabras, creía que ese niño podía ser alguien que ayudara a los demás en un futuro, tenía un buen presentimiento
La niña abrió los ojos de par en par por la sorpresa -!papá está seguro de lo que estás diciendo!- dijo con un tono fuerte pero sin levantar la voz demasiado y despertar al niño -el es un humano y por su color de pelo lo pueden confundir con un príncipe perdido de Vollacia, las otras personas de este pueblo no lo aceptarán- dijo firme, aunque no le molestaba que el niño se quedara, tenía que ser clara en este asunto.
-Si estoy seguro hija- dijo firme -No dejaré solo a ese niño, lo vi en el bosque como temblaba, lo vi llorar a mares por la pérdida de su vida sin que el se lo mereciera, lo vi llorar por sus padres al saber que nunca los volvería a ver- con firmeza continuó -Aunque tenga la apariencia que tenga, convenceré a los miembros de este pueblo para que se pueda quedar y les mostraré que el niño no es un peligro para nosotros- dijo con firmeza, el ya se había hecho una promesa que ayudaría al niño y nadie podía cambiar tal promesa
Hikari solo pudo suspirar, ella sabía del corazón por su padre y lo amaba por eso, pero también sabía que podía meterse en problemas por tal corazón, pero vio fue mirada de determinación y no tuvo más remedio que aceptar
-está bien papá, entiendo… pero también tengo una pregunta, que les dirás? Que viene de más allá de la Cascada?- preguntó
-No, eso será un secreto, nadie creería tal información y lo tacharían de loco aunque sea solo un niño- dijo encogiéndose de hombros
-Si, loco mismo pensaba… papá cambiando de tema, por lo que dijo Subaru apareció de la nada en ese bosque, supongo que fue teletransportación, pero tengo una duda, quién es lo suficientemente poderoso para traerlo a este mundo y además por qué de todos las personas tiene que ser un niño de aproximadamente 6 a 7 años? - dijo con la confusión en su cabeza, no sabía el motivo por el cual el niño estaba aquí y temía que sea por un plan malvado
-Buena pregunta, no sé quién o porqué la enviaron aquí, y por lo que se ve él tampoco sabe, no es consiente ni siquiera que es la magia, por su cara de sorpresa cuando se mencionó deduje que en ese mundo no existe la magia, no me preguntes cómo puede haber un mundo sin magia, pero esa fue mi respuesta- dijo un poco nervioso -Sea lo que sea no tendremos respuestas y se ve que el chicho no tiene malas intenciones, solo está asustado, así que hablaremos de este tema después- dijo con firmeza
La niña gato aunque un poco dudosa acepto la respuesta.
-Bien- exclamó Shun -Vamos a darle la noticia al niño- después de decirlo se levantaron para ir a la habitación donde se encontraba Subaru, abrieron la puerta y vieron al niño acostado agarrándole las rodillas llevándolas a su pecho, eso entristeció a la pareja de padre e hija.
-Subaru, despierta- dijo Hikari mientras sacudía sus hombros.
-5 minutos más mamá- dijo Subaru inconsciente, suspiró y empezó a moverse acostándose boca arriba para poco a poco empezar a abrir sus ojos.
Cuando los abrió vio a una mujer de lentes, cabello café con mirada malvada que lo miraba con una sonrisa, Subaru se sintió feliz de ver a la mujer que más amaba, cuando fue enfocándose más vivió como la silueta de desvanecía y poder ver a una niña cabello café claro con orejas de gato. -Oh, eres Hikari- dijo con decepción y melancolía.
La niña entendió que probablemente había tenía una imaginación con su madre, solo pudo sentirse mal por el niño de otro mundo.
-Claro que soy Hikari, la próxima mujer mayor más hermosa del mundo- dijo con una sonrisa y así poder intentar animar al niño, lo que por un instante logré ya que vio una pequeña aunque frágil sonrisa
-Hola niño, como te encuentras?- preguntó el hombre que se encontraba a un lado con un poco de preocupación
-Ya me siento mejor, gracias señor Shun y perdón por las molestias- dijo respetuosamente
Mientras agitaba las manos sin preocupación dijo. -Solo Shun, niño, el “señor” me hace sentir anciano- dijo divertido -Me alegro que se sientas mejor niño, y no causas molestias, no te preocupes por eso- dijo para disipar la preocupación del niño
-Gracias- fue lo único que pudo decir Subaru
-Niño, en tu mundo no existe la magia verdad?- preguntó sabiendo que podría interesar y levantarle el ánimo al niño.
-Magia… no, en mi mundo no existe la magia, solo en los cuentos de fantasía- dijo Subaru dejando ver un poco de emoción, eso hizo sonreír a la pareja frente a él
-Ohhh enserio? No existe la magia, eso es algo que no puedo imaginar, no logro entender cómo pueden sobrevivir sin magia, no mueren por intoxicación de Maná?- preguntó con preocupación y curiosidad Hikari.
-Eh? No, no conozco a nadie que muera por “Mana”, es muchas enfermedades pero no esa… además, solo hay humanos, no tenemos semihumanos como ustedes y animales- informó Subaru
-Ohhh entiendo niño, tu mundo es muy raro- dijo intentando cortar la conversación por que esto podía tomar mucho tiempo si seguían así. -Quiere poder intentar hacer magia?- preguntó con una sonrisa juguetona.
En ese instante Subaru guardó sus malos sentimientos y dejó ver una gran sonrisa, formándose estrellas en sus ojos por la emoción
-!Siiiiii!- chilló -puedo hacer magia? Puedo lanzar bolas de fuego? O controlar el tiempo o quizás mover la tierra???- seguía hablando sin parar emocionado como solo un niño cuando le dan un juguete favorita.
-Jajaja calma calma chico- dijo mientras se acercaba a él -primero tenemos que saber que afinidad tienes y no se si tendrás una puerta ya que vienes de otro mundo- le explicó a Subaru
-Eh? Una puerta?- preguntó confundido
-Una puerta es el conducto para expulsar el mana, todo ser vivo nace con una puerta pero la mayoría solo tiene una afinidad- explicó Hikari viendo al niño que se emocionaba cada ves más -existen las cuatro afinidades normales Agua, fuego, tierra, viento y hay dos que no son muy comunes que son magia Yin, lo que escuché es que es magia de sombras, para dar desventajas creo y la magia yang, la magia de Luz, creo que es lo contrario de la magia Yin, da ventajas… No sé cómo funcionan realmente, nunca las he visto y aquí en el pueblo no hay nadie que tenga esa afinidad- terminó su explicación mientras agarraba aire
Aún emocionado hablo Subaru -ok, ya entiendo, los 4 elementos y 2 de luz y oscuridad- asentía mientras absorbía la pequeña explicación que recibió -Como puedo saber que clase de afinidad tengo?- preguntó con entusiasmo
-Tiene que ser un mago realmente hábil que pueda ver cuál es tu afinidad, estás de suerte… - dijo mientras dejaba un espacio dramático para que Subaru se interesara más. -Tengo un amigo que es capaz de saber que tipo de afinidad tienes…- no termino la frase ya que fue interrumpido por un niño energético
-!SIIIII!- gritó emocionado. -No perdamos más el tiempo y vayamos para que pueda empezar a usar magia- exclamó mientras se levantaba de la cama de un salto, solo para caer de rodillas por que todavía se sentía débil
-Cálmate niño, malas noticias, el no está aquí, vendré dentro de 2 o 3 días- dijo mientras veía que la ilusión del niño caí, pero el tenía otros planes -Sabes Subaru, mi afinidad es la magia de viento, aunque no soy muy bueno en magia, entrene muy duro y me esforcé en el manejo de la espada, no soy ni por cerca el mejor pero si quieres puedo enseñarte a manejar la espada- decía mientras la luz que perdió Subaru volvió a nacer
-Claro Shun Sensei, estaré encantado de ser su mejor discípulo- dijo mientras inclinaba la cabeza, ya se imaginaba siendo un caballero que protegería a los que lo necesitan y siendo un héroe
Con una sonrisa de orgullo dijo -claro chico, te enseñaré a defenderte con la espada pero primero tienes que descansar y comer…- dijo con confianza -ya que puedes caminar, vamos al comedor, Hikari preparo la cena- afirmó
Subaru solo pudo asentir emocionado de que podría ser un caballero como las historias que veía.
La cena transcurrió sin problemas, Subaru hablado un poco de su mundo, explicando que era el Anime, mangas y todas las palabras extrañas que mencionaba. Mientras hablaba, la pareja padre e hija le prestaban atención por que saber cómo era otro mundo era un privilegio que no cualquiera tiene.
Y así continuó su charla, explicando a Subaru un poco de este mundo, las 4 naciones, los espíritus que eso le interesó mucho a Subaru, orbes de cada elemento que te ayudan en batalla y en muchas otras cosas, el quería tener una horda de espíritus que lo ayudaran en sus aventuras de héroe pero después le explicaron que se necesitaba tener una gran afinidad por los espíritus que nadie tenía en ese lugar y no podían saber si el la tenía o no… le explicaron del dragón divino, el protector de Lugunica, Subaru quería ver a ese dragón pero le explicaron que estaba en la torre de vigilancia de las Pléyades, una torre que estaba en el desierto de augria, que está infestado de Mabestias más poderosas que las que vio y que nadie podía pasar, eso desanimó un poco pero no le tomó mucha importancia.
Lo que dejo sorprendido a Subaru fue el nombre de la torre “Pléyades”, es igual al nombre de una estrella que es japonesa significa “Subaru” prácticamente sería “La torre de vigilancia de Subaru” pero mejor dejo ese tema para después
Y así terminaba otro día en este nuevo mundo, Subaru insistía en que no quería molestar y dormir en una cama que era de ellos pero la pareja de padre e hija insistía hasta que Subaru cedió y así se fue a dormir, todavía pensando en sus padres pero intentando pensar en lo que será su vida y lo que le espera en el futuro.
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La mañana siguiente fue normal, Subaru se despertó temprano y empezó a practicar los ejercicios que le enseñó sus padres llamado “Radio Calistenia”, se acostumbró a practicar con sus padres por las mañanas para que su cuerpo pueda rendir al cien por ciento.
Hasta que escuchó unos toques en su puerta, Hikari había pasado a informarle que el desayuno ya estaba listo, Subaru avergonzado fue para intentar ayudar en lo que podía pero no lo dejaron.
El desayuno pasó igual, hablando, riendo, comiendo y Shun contando anécdotas de su vida, nada de otro mundo pensó con ironía Subaru
Se enteró que Hikari tenía afinidad por la magia de agua y que su sueño era ser doctora, supuestamente la magia de agua es un tipo de curación y que también purifica toxinas y venenos, puede calmar la estabilidad emocional a cierto grado y también puede manipular agua, crear o mover… pensó que era genial y muy útil.
Y así continuó el resto de la mañana hasta que llegó el momento de presentarlo a la aldea, le explicaron a Subaru el tema de los semihumanos y humanos, la guerra y todo el racismo, eso enfureció mucho a Subaru diciendo que todos tienes la mismas oportunidades y que todos tienen que ser tratados como igual… un sueño noble que un niño puede tener.
La pareja sonrió por el corazón noble del niño frente a ellos. Y así, salieron de la cabaña para encontrarse con una aldea de no más de 10 casas, era muy pequeña y Subaru se dio cuenta que todos eran semihumanos, unos tenía cuernos de ciervos, otros eran peludos y tenían pelaje, no piel de humano, el era el único humano en la aldea lo que ocasionó que lo voltearan a ver con incomodidad y quizás un poco de odio, Subaru solo se escondió detrás de Shun por que sentía todas las miradas en él.
Entonces empezó Shun a intentar explicar la situación del niño, dijo que se había perdido en el bosque y no el lo encontró cuando ya casi era comido por una mabestia, una verdad a medias ya que no dijo nada de que el niño era de otro mundo.
Explicó que no tiene familia, ni amigos aquí y que está completamente solo, que no odia a los semihumanos, al contrario, que piensa que todos tienen que ser tratados por igual no importando la raza, eso tranquilizó un poco a los aldeanos
Pero eso duró hasta que dijo que el tenía pensado cuidarlo, educarlo y enseñarle, prácticamente siendo su guardián, eso no les cayó bien a los aldeanos del pueblo que empezaron a gritar diciendo “Como puedes traer un humano aquí y esperar que todo está bien”, “los humanos siempre nos tratan mal y tú esperas que nosotros cuidemos a uno de ellos?”, “que tal si es una trampa para saber dónde nos escondemos y venir a matarnos”… los gritos seguían con insultos, quejas, Subaru solo bajo la cabeza sabiendo que tenía que abandonar la aldea y a Hikari y Shun.
Hasta que el jefe de la aldea, un anciano, de estatura pequeña ya que por su edad se encogió, un poco más alto que Subaru, con barba blanca cabello blanco por las canas, iba caminando con un bastón en mano apoyándose, se acercaba a paso lento acompañó de dos hombre lobo que iban detrás de él con espadas colgando en su cintura.
El jefe de la aldea empezó a calmar a todas las personas a su alrededor, esperó hasta que no escuchara a nadie quejarse y alzando la voz empezó a defender a Subaru diciendo que solo era un niño, que aunque los humanos nos odian, no paguen con la misma moneda, y que además… no todos los humanos son malos.
Y así siguió la discusión por unas horas hasta que a regañadientes aceptaron a que Subaru podía quedarse en la aldea pero que estuviera en vigilancia hasta que demostrara que no era un peligro.
Así fue como Subaru volvió a tener un lugar donde vivir, aunque extrañaba a sus padres no podía estar más feliz de tener un lugar donde vivir con personas como Hikari y su sensei Shun.
Subaru exploró junto a sus nuevos amigos la pequeña aldea, le explicaban todo lo necesario, donde tener recurso y demás, se presentaba a cada uno de ellos con su pose ridícula pero con mucha energía que muchos se reían y unos pocos se molestaban pero no le importó
Pasó todo el día hablando, explorando, jugando con los demás niños y les enseñó lo que Subaru pensaba que sería una insignia de él, la “Radio Calistenia”… primero eran solo niños pero poco a poco algunos adultos se unieron a los movimientos raros que hacía el niño de mirada malvada.
-!UN ÚLTIMO ESFUERZO! gritó Subaru -!Ahora levanten sus brazos y griten… VICTORIA!!!- gritó levantando los dos brazos al cielo y los demás lo siguieron gritando “VICTORIA”.
Ya en la oscuridad de su cuarto donde solo la luz de la luna que atravesaba por su ventada pensó en su primer día en siendo miembro oficial de la aldea de semihumanos, no tenía nombre. Pensó en que había hecho algunos amigos con los demás niños, que aunque al principio está incómodo poco a poco empezó a llevarse mejor con los aldeanos.
-Papá, Mamá, aunque no esté con ustedes les prometo que me portaré bien, intentaré ser honor al apellido Natsuki, nunca me olvidaré de ustedes aunque pase toda mi vida sin verlos, son los mejores padres que pude desear, espero que estén bien… LOS AMO- decía sus sentimientos mientras veía la luz de la luna pensando en sus padres mientras lágrimas caían de sus ojos.
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Así pasaron los días de Subaru en su nuevo mundo, lo primero que lo obligaron fue a estudiar, aprendió a leer y a escribir, le pareció raro que hablaban el mismo idioma pero no la misma letras, no le dio mucha importancia y empezó a estudiar.
También Shun sensei como le decía Subaru le estaba enseñando el manejo de la espada, primero empezó a fortalecer el pequeño cuerpo del niño de cabello negro, lo ponía a correr, a saltas, a levantar unas rocas que para un niño de 7 años era muy difícil de manejar, pero Subaru con la determinación de un niño para cumplir sus fantasías no se rindió, cuando fallaba, se levantaba y volvía a empezar y así fueron pasando los días, estaba realmente feliz por que sentía que está haciéndose fuerte, claro todavía era débil como un niño pero mejor que la mayoría.
Practicaba con una espada de manera hecha las los brazos pequeños de un niño, empezaba con movimientos torpes, nada más lanzándose e intentar darle un golpe a su sensei lo cual fallaba estrepitosamente, pasando los días fue mejorando su velocidad, fluidez y su técnica la hacía más segura.
Para el hombre con orejas de Gato el primer entrenamiento de Subaru pensó que era muy débil comparado con todos los niños que había visto, su primer pensamiento fue que no sería bueno con la espada y que tendría que buscar otro entrenamiento buscando en que podría ser bueno, eso pensó al principio pero nunca pensó que Subaru tendría algo que lo haría mejores de una manera increíble para su edad… “Determinación”.
Subaru era el niño con mas determinación que conocía, no se rendía por nada ni por nadie, cuando caía presa del cansancio el se levantaba solo y seguía corriendo, cuando no podía levantar una roca por que era muy pesada para el, nunca se rindió y aunque usara toda su fuerza nada más por levantarla un poco, no paraba hasta que lo hacía
Eso dejó impresionado a Shun y esa determinación se vio reflejado en sus habilidades, a pesar de su edad consideraba a Subaru alguien muy fuerte, antes que veía a un niño sin talento, débil, sin habilidad con la espada, cambió drásticamente por la determinación, ahora lo consideraba un prodigio, alguien que sería increíblemente fuerte y que pudiera pelear contra los más grandes, no que les ganaría pero que tuvieran que reconocer su fuerza
Pero no todo podía ser bueno para Subaru, el día siguiente después de su presentación llegó el amigo mago de Shun para ver si Subaru tenía una puerta ya que venía de otro mundo y si la tenía, cual era su afinidad. Para sorpresa de Hikari y Shun si tenía una puerta, Subaru saltaba de felicidad por que ibas poder lanzar magia.
Lo que vino después decepcionó un poco a Subaru, le explicaron que su afinidad de magia era “YIN” magia de sombras, el entusiasmo que tenía fue atenuado por que no podría lanzar hechizos increíbles como el los había pensado.
Y fue peor por que nadie podía enseñarle hechizos Yin por que nadie tenía ni idea de cómo lanzarlos, no tenían los fundamentos de la magia Yin y nadie tenía una afinidad con ella, Subaru se puso triste y decepcionado por su suerte
Hasta que Hikari le explicó a Subaru que ya que tenía una puerta mágica, podría fortalecerla y fortalecer su cuerpo con el flujo de mana, para que circule por su cuerpo y así hacer más fuerte, rápido, y ágil. Eso emocionó a Subaru ya que se haría más fuerte y además fortalecería su puerta para cuando encuentre a alguien que tenga experiencia con la magia Yin le enseñe y sea más poderoso
Eso motivó a Subaru a aprender a controlar su puerta, eso fue difícil para él ya que su puerta era la de un recién nacido, aparte de débil, corría el peligro de romperla si no se usaba de manera adecuada, así Shun le pidió a su amigo que lo ayudara a entrenar a Subaru a mejorar su control, el cual aceptó fácilmente.
Así empezó su entrenamiento de su puerta, las primeras veces Subaru se descontrolaba y se desmayaba después de intentar usar su puerta, estuvo por más de dos ocasiones a romper su puerta, pero con la ayuda de su maestro de magia aprendió a controlarlo.
Pasaron los días y las semanas mientras Subaru aparte de entrenar, salía a jugar con los niños y se había ganado el cariño de los aldeanos con su radio calistenia y con su energía y humor, ahora lo consideraban uno más
Subaru también se hizo muy cercado a Hikari, e incluso ya la llamaba “hermana mayor” y también Hikari veía a Subaru como un hermano menor, algo odioso pero lo quería mucho.
Hikari era la persona junto a Shun que Subaru más confiaba, les contó sobre sus padres y lo increíbles que eras, lo amorosa que era su madre Naoko y lo genial que era su padre Kenichi
Subaru les contó a los dos que por veces se sentía decepcionado de sí mismo por que por más que lo intentara, no podía ser igual de genial que su padre, que todos tenían grandes expectativas sobre él por ser su hijo.
Ambos, padre e hija hablando con el diciéndoles que no tenía que ser igual que su padre, que podía ser genial siendo nada más Natsuki Subaru… que además estaban seguros que para sus padres eran su más grande orgullo y que ellos quisieran que no tuviera esos pensamientos sobre él
Lo cual para Subaru fue como si le abrieran una puerta hacia la libertad, claro sus padres lo apoyaban y lo escuchaban pero el siempre tenía miedo a decirle como se sentía para no decepcionarlos, pero con las palabras que le dedicaban sus nuevos mejores amigos se sentía muy feliz y sentía como si un peso de encima se cayera de su espalda
Sin darse cuenta, pasaban los meses de entrenamientos, juegos, risas, más entretenimiento, aprendizaje de este mundo, más juego y más entrenamiento.
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En el centro de un bosque se encontraban dos figuras paradas una enfrente de la otra. Ambos sostenía una espada apuntando uno sobre el otro.
El ambiente estaba cargado de mucha tensión, cada uno esperando a que el otro diera el primer paso, mientras cada uno escaneaba sus alrededores buscando algo que les pudiera dar una ventaja, el mayor de ellos dos se lanzó al ataque de frente con su espada en su mano derecha ligeramente en el aire esperando acercarse lo más posible para poder asestar un golpe al costado del estómago de su enemigo
Mientras uno se lanzaba con una gran velocidad, el otro observó como venía acercándose, vio como su mano derecha se levantaba y como su miraba divagaba por un segundo en el blanco de su ataque
No se movió, simplemente esperó… cuando estuvo lo suficientemente cerca con la espada en su mano derecha detuvo el el golpe, espada contra espera, metal contra metal, solo se escuchó un ruido de metales chocando.
Cuando logró detener el ataque se recompuso y el joven de cabello negro lanzó un ataque en diagonal, con la intención de hacer un corte diagonal por desde su cuello lado izquierdo hasta llegar a su cintura lado derecho.
Cuando el hombre de pelo café claro vio el ataque rápidamente dio un paso atrás para contrarrestar su golpe con el filo de su espalda
Ambos chocaron espada contra espada mientras se miraba a los ojos
-Tskkk, jajaja nada mal chico- dijo el hombre -Pero no será suficiente- terminó de decir la frase cuando se movió hacia se lado derecho y dirigió una patada directa a su cara.
mientras el joven vio su intención inclinó la mitad de su cuerpo hacia atrás, viendo como la patada pasada frente a sus ojos, no perdió el tiempo y dirigió una patada a su pie de apoyo intentado haciendo caer a su enemigo
El hombre con orejas de gato vio su patada y rápidamente saltó, unos metros, no vio que el joven santo junto a él para lanzarse un gancho izquierdo a su estómago, rápidamente con su mano derecha detuvo el golpe para volver a verse cara a cara
-No me subestimes, viejo- dijo el joven de mirada de villano
Así siguió el encuentro, como una danza de espadas que chocaban con sonidos secos, con patada y pisos mientas se lanzabas, esquivaban y contraatacaban, se movían entre árboles, saltaban, esquivaban, atacaban, siguieron así durante 15 minutos hasta que después de chocar sus espadas en el cielo ambos cayeron frente a frente preparados para el golpe final
Ambos se lanzaron frente a frente poniendo todas sus fuerzas en este ataque, mientras se acercaban listos para ataque, el hombre sonrió
Justo cuando lanzó su golpe con la espada a su oponente esperando que chocaran espada contra espada, el joven no esperó que su enemigo fingió atacar, justo cuando iba a chocar rápidamente movió con una gran velocidad movió si cuerpo hacia el lado derecho dejando al joven sin defensa ninguna pasando de largo en su ataque mientras el hombre que sonreía estaba al lado de él sonriendo
El joven intentó recuperarse manteniendo firmeza en sus pies para atacar de nuevo con un codazo pero era demasiado tarde, sintió un golpe seco en su nuca que le nubló los ojos por un momento y cayó al suelo fuera de combate.
-Jajaja nada mal, estoy orgulloso de tu mejora Subaru- dijo el hombre ayudando a levantarse
-Tsk, como puedes decir eso Sensei si solo puedo durar 15 minutos peleando contigo- dijo quejándose, apoyándose en l hombre Gato a suelo lado
-No te presiones muchos chico, estoy seguro que en unos años me superarás por mucho- afirmó Shun, estaba seguro que Subaru sería mucho mejor y más fuerte que el mismo
-Eso no me ayudará hoy- siguió quejándose
-Acuérdate, solo tienes 10 años, ya es un gran logro el poder aguantar contra un adulto experimentado por 15 minutos en combate- aseguró
Habían pasado 3 años desde la llegada de Subaru a este mundo, ahora Subaru era un poco más alto, tenía el cabello suelto que caía por su frente, llevaba un pantalón negro, camisa negra, con un saco negro que a muchos les parecía igual al que usaban los caballeros en color blanco, y zapatos negros
A Subaru le gustaba vestir mucho de negro, sentía que ese color le sentaba bien y por eso con ayuda de una costurera de la aldea fabricaron este traje.
Cuando terminó el entrenamiento Subaru se fue a descansar donde habían dejado el resto de sus cosas, rápidamente agarró una bufanda naranja, era el regalo del primero cumpleaños en este mundo de su hermana mayor, así que lo andaba siempre puesto, lo eligió naranja por que sabía que era su color favorito junto al negro.
-Veo que te gusta mucho esa bufanda niño- le comentó
-Claro… es mi primer regalo de mi hermana mayor, por eso lo llevo siempre conmigo- afirmó con una mirada cariñosa a su bufanda
Subaru aunque se llevaba y quería a Shun, si relación con Hikari era especial, sentía que era la persona que más podía confiar y quería compartía cada momento, feliz, triste, dolorosos, era como un ancla para Subaru.
-Ya veo… bueno creo que es hora que regresemos, nos alejamos mucho de la aldea- dijo mientras se acercaba al niño
-Eh? Enserio nos alejamos tanto, no preste atención ya que estaba tan concentrado- dijo tocándose la nuca.
-Creo que estaremos a unos 30 minutos de caminando, así que apurémonos… no quiero que mi hija nos vuelta a regañar por qué llegamos tarde- dijo nervioso
Subaru sintió un escalofrío, recordaba las veces que llegaban tarde y los regaños que les dirigía Hikari, puede ser la persona más y a la vez la más aterradora pensaba Subaru.
Caminando por el bosque charlando tranquilamente, entre bromas, risas y anécdotas de los viajes fuera de la aldea de Shun.
A Subaru le parecía increíble ya que desde que llegó a este mundo nunca había salido de la aldea, nada más al bosque a entrenar pero eso no lo contaba como salir de la aldea.
Mientras seguían caminando entre charlas, no estaba tan lejos de la aldea, quizás a 5 minutos calculó Shun, cuando vio la dirección de la aldea se detuvo en seco, sintió que algo no estaba bien, en su cara se notaba un poco de preocupación filtrándose mientras aligeraba el paso.
Subaru no se había percatado del estado de su sensei y solo siguió caminando al lado de él. Cuando más se acercaba más podía sentirlo y olerlo…
-Eh? Sensei, Hueles lo mismo que yo?- preguntó Subaru confundido, fijándose en la reacción de hombre a su lado
-Siiii… creo que huele a… madera quemada?- respondió con duda y un dejo de preocupación
-Crees que hayan quemado algo por accidente?- volvió a cuestionar
-No creo, ya que se puede sentir el calor del fuego hasta aquí… - se detuvo en a mitad de la explicación cuando lo vio.
La aldea, toda la aldea estaba completamente en llamas, casas quemándose, árboles, sus cultivos, todo estaba prendido fuego, como si fuera el mismo infierno sobre la tierra
Cuando lo vieron, ambos salieron corriendo a la aldea con el corazón acelerado, corriendo lo más rápido posible para poder saber que estaba pasando y ayudar a detener lo que sea que sucedía
Shun estaba temiéndose lo peor, esto no podía ser un accidente, esa demasiado grande para serlo, pensó en todas las posibilidades que podían ocurrir, quizás una mabestia? UN ataque? No sabía, nada más podía seguir corriendo suplicando que todos estuvieran a salvo y lo más importante, su hija estuviera bien
Cuando llegaron al pueblo sus ojos se llenaron de horror por lo que veían… Rojo. Completamente en llamas, cada una de las cabañas, incluso donde ellos vivía, solo una cosa pensaron alumno y sensei
-!HIKARI!- Gritaron los dos al unísono para salir corriendo hacia la cabaña sin ver a su alrededor, no se percataron de lo que tenían adelante, solo tenían una preocupación más grande que las demás, su hija o hermana mayor.
Llegaron a la cabaña, sin pensarlo ambos saltaron a las llamas, Subaru se cubría su nariz con su bufanda mientras Shun se cubría con su brazo, sentían como poco a poco no quedaba aire a su alrededor pero no les importó, buscaron por toda la cabaña pero no encontraron a Hikari, ni signos que estuviera bien ni signos que estuviera en llamas
Se aseguraron que no estuviera en la cabaña y salieron ambos, ya afuera de la cabaña buscando aire mientras estaban de rodillas y tosiendo, vieron con horror lo que tenían enfrente…
Cuerpos… cuerpos quemados, unos cuerpos estaban con cortes, unos amputados, otros con sus tripas por fuera, sin ojos, sin cabeza, una escena horrible que hizo vomitar a Subaru.
-Que… que pasó, por qué…- no pudo terminar la frase ya que siguió vomitando. Para Subaru, esta escena era repugnante, horror, nunca había vivido algo tan bestial ni siquiera había visto mucha sangre en su vida.
Se quedó en shock con la boca abierta, con sus ojos de villano que antes molestaban una inocencia, ahora estaban vacíos, viendo el infierno que estaba frente a sus ojos, no pudo hacer nada más que vomitar mientras temblaba violentamente y lágrimas caían por sus ojos
-No… no sé qué está pasando niño…- Dijo mientras se tapaba la boca evitando que toda la bilis saliera de su cuerpo, no se había percatado del estado del niño, a pesar de su experiencia siendo cazador que veía mucha sangre de animales, Mabestias y que incluso en muchas veces tuvo que pelear a muerte con esclavistas o asesinos para sobrevivir, nunca había visto una esa tan brutal en su vida
Mientras con toda su fuerza para no vomitar se acercaba a los cadáveres se percató de algo.
-Todos los cuerpos parecen ser de…- decía mientras pensaba en lo que implicaba lo que pasaba -Hombre, no hay ninguna mujer, niñas o niños, eso solo puede significar una cosa…- decía mientras su miraba se llenaba de miedo. -Esclavistas- pronunció mientras volteaba a ver al niño
Vio al niño en estado de shock murmurando palabras sin sentido con los ojos perdidos, se acercó rápidamente intentando que se pusiera de pie pero no podía, su cuerpo temblaba y no podía hacer nada más que temblar, lo agarró por los hombros sacudiéndolo violentamente. -!SUBARU! despierta- decía mientras lo sacudía de hombros, le pego con la palma de sus manos muchas veces para que despertara pero no respondía
-Tsk, no tengo tiempo, vendré pronto- decía mientras se levantaba -Tengo que ir, esclavistas han secuestrado y asesinado nuestra aldea, tengo que detenerlos- dijo el hombre gato al niño que solo podía temblar, esperando a que reaccionara pero cuando vio que no respondía decidió salir corriendo a las afueras de la aldea
En las afueras vio pasos y carretas que iban por un camino de tierra adentrándose en el bosque para que nadie los persiguiera.
-Maldición, tengo que apresurar… por favor Hikari, espérame- dijo con miedo mientras se adentraba al bosque
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[3 horas antes]
Era una tarde normal para la hermosa joven de cabello café claro largo que le llagaba hasta la cintura, orejas de gato, que llevaba un vestido amarillo con blanco que había diseñado su hermanito.
Cuando pensaba en ese niño solo podía sonreír de orgullo al ver los avances que había tenido desde que llegó a este mundo, antes un niño débil, analfabeto y con una gran tristeza aunque muy energético y bromista, ahora parecía alguien fuerte, ya sabía leer, escribir y lo básico de este mundo y aunque seguía lamentando la pérdida de sus padres, se miraba más feliz.
Claro, ella mejor que nadie sabía lo que pasaba el niño, muchas noches llegaba donde ella llorando o muchas veces afuera de su habitación se escuchaba sollozo mientras decía “Mamá, Papá, los extraño”. Ella intentaba ayudarlo, ser su brazo donde podía llorar, un abrazo que podía buscar cuando lo necesitara y darle palabras de apoyo mientras las necesitara.
Al principio no estaba muy segura si estaba bien que se quedara con ellos por los problemas que podría ocasionar un niño humano en esta aldea pero rápidamente supo lo equivocada que estaba, ahora no se imaginaba una vida donde de estuviera su estúpido hermanito
Estaba preparando la cena ella sola ya que siempre la ayudaba Subaru, no sabía lo bueno que sería en la cocina, por veces se turnaban haciendo la cena pero hoy se habían ido su padre y él a entrenar todo el día, Subaru ahora era alguien muy hábil con la espada a pesar de su edad.
Mientras estaba perdida en sus pensamientos unos gritos afuera la sacaron de ellos, rápidamente se sobresaltó, se quitó el delantal y salió de la cabaña a ver que era lo que estaba ocurriendo
Cuando abrió la puerta lo primero que vio fue el fuego que empezaba a quemar las pequeñas cabañas de la aldea, se tensó y rápidamente salió de la cabaña para poder ayudar pero cuando salió sus ojos vieron lo que estaba pasando
Habían un grupo de más o menos 10 hombres con espadas, con sonrisas maliciosas mientras torturaban a las personas que suplicaban por piedad, muchos aldeanos tirados ya muertes con con brazos cortados, piernas y alguno incluso sin cabezas mientras los hombres se reían quemaban con magia de fuego o antorchas las cabañas que tanto esfuerzo habían construido.
-!VAMOS, ACABEMOS CON ESTA ALDEA HASTA DEJARLA EN CENIZAS!- gritaba un hombre que a simple vista parecía su líder
-!SIIIIIII!- gritaron todos al unísono mientras empezaban a quemas más aldea, matar a los aldeanos
Hikari vio con horror la escena frente a ella pero no tuvo tiempo para quedarse parada, sabía que si no se movía, ella también sería asesinada allí mismo, vio un grupo de de mujeres con niños corriendo hacia la salida que iba directo al bosque para lograr escapar
La mayoría de hombres que podían defenderse se habían asegurado de ayudar a las mujeres y niños a huir, siendo ellos lo que serían la distracción y ganar la mayor cantidad de tiempo posible
Hikari salió corriendo siguiendo al grupo de personas que se dirigían a la salida, vio a muchas madres cargando a sus hijos mientras lloraban, los niños gritando de miedo y temblando.
No pasó mucho tiempo cuando estaban llegando a la salida con la esperanza de poder escapar y no sufrir una muerte tan cruel, cuando estaba a pocos metros de salida todas esas esperanzas que tenía murieron instantáneamente.
Antes de salir llegó un carruaje que lo tiraba un dragón de tierra con 10 hombres más, rápidamente se dieron cuenta que estaban en el mismo grupo y todas las mujeres no pudieron hacer nada más que llorar y lamentarse por el cruel destino que les esperaba.
Ahora todas las mujeres con los niños estaba en el centro de la aldea mientras se abrazaban unos con otros mientras estaban rodeados de por los hombres con miradas que se podrían identificar entre la lujuria y malvadas, sonriendo como si hubiera encontrando un tesoro perdido.
Eso hizo sentir un escalofrío a todas las mujeres que se encontraban reunidas con miedo en sus ojos.
-Miren que tenemos aquí- dijo en un tono divertido el hombre que parecía el líder -Unas bellas semihumanas y también muchos niños semihumanos… creo que me saqué el premio mayor- dijo mientras caminaba alrededor viendo su tesoro. -con esta mercancía sacaremos muchas monedas de oro- le decía a uno de sus compañeros mientras sonreía
Todas se miraban confundidas, no sabían que estaba pasando, tenían la certeza que ahora las matarían como habían matado a cada una de los aldeanos, que solo se estaba burlando de ellas para luego acabarlas.
El hombre voltio a ver la cara de confusión de las mujeres que tenía retenidas, soltó una pequeña carcajada -!JAJAJAJA!. Acaso pensaron que ahora mismo las mataríamos?- preguntó divertido -claro que no, no me desecharía de cosas que me darán mucho dineros jajaja- decía mientras se reía -creo que están confundidas en algo… No somos asesinos, bueno aunque eso no es de todo verdad por qué matamos, pero no es nuestra profesión. Verás desde niño me preguntaba cómo podría tener una vida llena de lujos, no tenía padres, me abandonaron así que tuve que buscarme la vida, trabajé en muchos trabajos donde solo me explotaban y pagaban 5 monedas de cobre a la semana, una miseria que me alcanzaba nada más para unas appas para toda semana, me sentía cansado y enojado, era injusto, no me merecía eso después de haberme esforzado trabajando tanto tiempo…- decía mientras caminada de un lado a otro
Las mujeres se miraba aún confundidas, por que decía todo esto y no las mataban, era lo que pensaban todas juntas. Hikari estaba con miedo viendo hacia el bosque esperando que su padre y Subaru pronto aparecieran las salvarán.
Continuó el hombre -hasta que un día afuera de mi trabajo pasó, a mi a mis compañeros nos secuestraron unos hombres armados, pensaba que era mi fin como ustedes piensan que es el suyo- dijo mientras se detenía para dejar que procesaran las palabras -Pero no llego mi muerte, al contrario, se reían de nuestras caras, y así que nos lo confesaron… “ustedes no morirán hoy, no perdería mi mercancía, los venderemos al mejor postor y será sus esclavos de por vida, harán lo que los quieran, venderán, matarán, robarán e incluso -se detuvo para dejar en suspenso -Y si les piden que se acuesten con ellos, lo harán”… eso nos llenó de horror y suplicamos pero no nos escucharon. Cuando vi que un señor grande y gordo me miraba con cara lujuriosa, supe que esa iba a ser mi destino pero también vi, la cantidad de niño… 10 monedas sagradas por mi, en ese instante lo supe, supe cuál quería que fuera mi vida para esta lleno de lujos, mujeres, poder… antes que me pusieran el collar de esclavos, agarré la espada que colgaba de esclavista y los maté para poder escapar-. Finalizando su historia
-Ahora ustedes serán mi mercancía para que yo pueda hacerme rico- dijo con una sonrisa espeluznante -Me presento… me llamo Víctor Volcov y soy un esclavista y ustedes serán mi mercancía- dijo mientras abría los brazos teatralmente.
Solo se escucharon gritos de horror y suplicadas de las mujeres y niño que escucharon el monólogo, suplicando que las mataran o que dejaran ir a los niños, cosa que fue en vano, las ataron y las subieron al carruaje para llevarlas al campamento de esclavistas donde serían vendidas, salieron camino al bosque.
[De vuelta al presente]
Hikari estaba atada con una cuerda de manos y piernas sentadas muy pegadas a las otras mujeres que iban con ella, asegurándose de que nadie sospechara de ella
Su mente sentadas regresó al momento cuando estaba dando su monólogo el esclavista cuando vio una roca fija y delgada que posiblemente pueda cortar.
Regresando de sus pensamientos vio como los hombres las observaban asegurándose que nadie hiciera nada sospecho, habían 4 hombres nada más custodiando, los habían dividido en 2 carruajes, no eran más de 20 personas retenidas contando niños, mientras seguía observando a los esclavistas poco a poco fue cortando la cuerda que la tenía atada, cuando ya había finalizado de cortar la cuerda de los pies y más pensó en que podría hacer para poder salir y rescatar a todas, se lo ocurrió una idea que podría salir muy mal pero no tenía más opciones.
-!Ay, Ay, Ay me duele, me duele!- gritó mientras se agarraba con fuerza el estómago
Los guardias se sobresaltaron al escuchar a la joven quejarse -!Shhhhh! Cállate estúpida, deja de hacer tanto ruido- dijo con enojo un guardia
-Perdón, perdón, ahhhh- seguía quejándose -me duele mucho, estoy en mi ciclo menstrual, el dolor es insoportable- se quejaba la niña mientras jadeaba
-Y a nosotros que nos importa, solo cállate y no te quejes- dijo ya muy irritado otro guardia
-Tsk, te debería de importar idiota por qué si me pasa algo mientras ustedes me cuidan, perderían a una de sus mercancías y mucho dinero, y eso enojaría a su jefe con ustedes cuarteto de estúpidos- dijo jadeando pero con una sonrisa de victoria
-!Que dijiste maldita!- gritó lleno de ira mientras se acercaba a ella con la espada lista para cortante la cabeza
Cuando se acercó lo suficientemente en un movimiento rápido golpeó con su puño la entrepierna del hombre haciéndolo caer al suelo mientras Hikari agarraba la espada que estaba en el suelo clavándola en el cuello de un guardia para rápidamente apuñalar en el estómago al otro que se encontraba a lado, sacando rápidamente la espalda se dirigió hacia los dos guardias restantes y con un corte limpio cortó la cabeza de uno mientras el otro empezaba a temblar dejando caer su espada viendo que era el único en pie, para acto siguiente sentir como una espada apuñalaba su corazón, así matando a los 4 guardias que la custodiaban.
-fiuuuu, que bueno que me fui a entrenar unas veces con Subaru y mi padre- susurró para que nadie la escuchara
Empezó en silencio a desatar a las otras personas en el mismo vagón, pensando en cómo salir en un carruaje en movimiento, pero todo pensamiento se detuvo cuando el carruaje de detuvo en seco, mientras se reincorporaba escuchó una risa que veía de afuera del carruaje
-JAJAJA increíble, no sabía que había alguien interesante en este lugar- dijo divertido Víctor que estaba caminado hacia el vago
En ese instante se congeló Hikari, estaba segura que nadie la había escuchado ni siquiera la habían visto.
-Jajaja te preguntarás cómo supe que habías asesinado a mis hombres… verdad?- continuó - verás no soy tan estúpido para confiar en estos idiotas que me siguen, así que siempre tengo un infiltrado en cada vagón que transporto a mis mercancías- dijo con una sonrisa triunfante
En ese instante vio como una mujer semihumana que también estaba atada anteriormente se levantaba con una sonrisa maliciosa en su cara, vio su mano para darse cuenta que llevaba uno de esos famosos “metías” de comunicaciones.
Su cara se llenó de preocupación al ser engañada, sin un lugar donde salir y sin excusas, habían muchos hombres armados rodeándolas, era imposible escapar
-!Saquen a todos y hagan que se arrodillen aquí mismo!- ordenó a sus secuaces
Todos, mujeres y niños fueron sacados y haciendo que se arrodillen todo juntos mientras ponían a Hikari frente a todas.
-!Esto les pasará a los valientes que crean que puedan ganarme a mí, Víctor Volvov!- pronunció mientras con un movimiento de mano ordenaba que golpearan a Hikari.
Unos 5 hombres empezaron a golpear brutalmente a la niña gato que se encontraba frente a las demás mujeres, mientras gritaba de dolor al ser golpeada, con puños, patadas, palos de madera se turnaban mientras sonreían disfrutando de la golpiza.
-!Muy bien, suficiente de golpes!- ordenó -creo que todavía no entiende mi punto- dijo mientras señalaba a las mujeres -!Empiecen a romperle sus dedos, después sus manos, después sus brazo, después sus pies, después sus piernas, quiero que sufra por haber intentado desafiarme a mí, Víctor Volcov, el mejor esclavista del mundo! - Gritó con orgullo.
Haciendo temblar a las demás mujeres que se encontraban arrodilladas, unas abrasando a los niños para que no vieran la masacre que estaba ocurriendo
Los esclavistas se acercaban a la niña que estaba en el suelo vomitando sangre sin posibilidad de defenderse, riéndose de satisfacción y excitación por lo que iba a hacer
-!!!NO TOQUE A MI HIJA MALDITOOOOOOS!!!- Gritó un furioso hombre gato mientras con un corte limpio cortaba la cabeza de los hombres que se acercaban a su hija, para luego correr hacia ella para abrazarla.
-Pa…pá- logró susurrar la niña con las pocas fuerzas que le quedaban.
-Tranquila mi amor, papá está aquí, no protegeré- dijo mientras la abrazaba con suavidad arrodillado con la cabeza de la niña en su pecho, para levantar la vista y ver al causante de su desgracia -!Tú!, tu fuerte el que a causado todo esto maldito- dijo con ira filtrándose en su voz
-JAJAJA que interesante, otro idiota que viene a intentar detenerme- dijo con diversión en sus ojos para cambiarla a una fría -Pero ya me estoy cansando de esta mierda, primero la niña estúpida creyéndose héroe y ahora el papá todavía más estúpido pensando en que la salvaría- dijo con frustración -Idiotas, mates a ese semihumanos, !AHORA!- gritó con ira
Rápidamente los restantes esclavista se lanzaron contra el hombre apunando con la espada, rápidamente Shun se levantó y desvaino su espada y se lanzó a los esclavistas
Uno de ellos lanzó un corte de arriba hacia abajo apuntado a su cabeza para acto siguiente Shun moverse a un lado mientras lo cortaba horizontalmente por el estómago, cayendo partido en dos al suelo
Los demás esclavistas dudaron ya que vieron que el hombre frente a él, era mucho más fuerte que ellos, así que decidieron atacar todos juntos, un grupo de 10 hombres atacaron a Shun que se preparaba para los siguientes golpes
Rápidamente Shun acortó la distancia de un salto cortando la cabeza de uno, mientas otro aprovechando se lanzó para lograr clavar su espada en su pecho, Shun rápidamente bloqueó con su propia espada para rápidamente propinarle una patada quebrándole las costillas, haciéndolo caer al suelo para clavarle la espada a la garganta.
Otro intento atacarlo por atrás pero Shun saltó girando completamente cayendo atrás de él para clavarle la espada en la espalda, aprovechando se dirigió al más cercano para con un corte fino cortante el brazo que sostenía la espada, mientras otro se acercaba para apuñalarlo con su espada, Shun astutamente ocupó al hombre sin brazo para ocuparlo como escudo, haciendo que su compañero le clavara sus espada para luego tira el cuerpo a un lado mientras cortaba la cabeza del otro esclavistas
Los 5 esclavistas faltantes se miraban nervioso ya que eran los únicos en pie, dudando entre atacar o defenderse no se dieron cuenta que estaba haciendo hombre frente a ellos
Mientas Shun estaba parado levantó su brazo apuntando hacia los 5 esclavistas frente a ellos con las palmas abiertas para luego cantar -“Estallido rocoso”- la tierra empezó a temblar un poco para que de la tierra emergieran unas estacas de roca apuntando a los esclavista.
En un instante las estacas salieron disparadas a los esclavista restantes empalando a cada uno de ellos.
-Gracias amigo por enseñarme esta técnica útil- pensó, hace un tiempo le había pedido ayuda a su amigo mago a practicar algunos hechizo
Mientras jadeaba buscando aire después de esta pequeña batalla, de pie frente a la pila de cadáveres de esclavistas, una pequeña esperanza se formaba en su mente, ya casi terminaría todo y regresaríamos a nuestra cabañ… no logro terminar la frase cuando sintió que algo frío se incrustaba en su pecho, sangre empezó a salir por su boca mientras tenía los ojos abiertos de par en par
Poco a poco empezó a nublarse la vista, bajo la cabeza y lo vio, una espada clavada que sobresalía la punta en su pecho.
Atrás de él con una sonrisa maliciosa estaba de pie sosteniendo una espada que había clavado en su espalda cuando estaba distraído luchando con los demás
-JAJAJAJA esto te pasa idiota por creer que podrías ganarme- dijo burlonamente
-!Nooooo, papá!- gritó entrecortado Hikari en el suelo llorando, había visto como en su cara asesinaban a su padre
-Hi ka ri…- dijo mientras caía al suelo boca abajo, levantó la cabeza con la poca fuerza que le quedaba alzando sus brazos intentando alcanzarla con sus últimas fuerzas -Te… amooo..- fue lo último que dijo mientras su conciencia lo abandonaba llegando a sí, su muerte
-Papá por favor, noooo- susurraba con las pocas fuerzas -No me dejes por favor, regresa conmigo, Te amo papá, no me abandones.- dijo con la garganta ardiendo mientras sollozaba y se deslizaba hacia el cuerpo de su padre
-Que patética escena- dijo con disgusto Víctor -Ustedes dos, ya no tenemos nada más que hacer aquí, ya no me interesan estas estúpidas mercancías, maté a todos- ordenó a las dos semihumanas que quedaban, las que sirvieron espías
Las semihumanas obedecieron y con espadas en mano empezaron su masacre, apuñalaban a las mujeres y niños sin piedad, sin un poco de compasión de las mujeres y niños que lloraban suplicando que los dejaran ir, así acabando con cada una de las últimas sobrevivientes de la aldea.
Víctor mientras veía la masacre con el ceño fruncido, vio como un cuerpo se deslizaba por el suelo dejando un camino de sangre, vio a la niña de cabello café claro y orejas de gato llegando a su padre.
-Papá, despierta, por favor- decía entre sollozos Hikari
-Tsk, que patético- dijo con desdén, para luego acercarse con la misma espada que mató a su padre apuntar para acabar con su patética vida
-MUEREEEEE MALDITOOOOOO- se escuchó un grito que venía del bosque
Víctor volteó a ver, rápidamente esquivó una cristal morado que se dirigía a su cara.
-Pero que mierda?- preguntó el esclavista para volver a ver al bosque, su mirada de detuvo cuando logré ver.
Acercándose a pasos lentos, venía un niño de cabello negro que caía en su frente, una espada atada a su cintura, vio sus ojos y sintió un escalofrío al ver la mirada de odio que tenía el niño y se intensificaba con la mirada malvada que tenía. Pero eso no fue todo, lo que más lo sorprendió fue lo que estaba con el niño frente a él
Alrededor del niño vio 6 luces de colores diferente bailando mientras lo rodeaban
-Esos son… espíritus???- preguntó en shock al ver a un niño con 6 espíritus a su alrededor listo para la batalla
-Ahora…- susurró Subaru -!!!PAGARAS POR TODO EL DOLOR QUE HAS CAUSADO, MALDITO ESCLAVISTA!!!- gritó lleno de ira, ya no se miraba la mirada de un niño de 10 años asustado, ahora frente a Víctor se encontraba un guerrero, un pequeño hombre listo para enfrentar los mayores enemigos de este mundo.
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[30 MINUTOS ANTES]
-Porqué, porqué, porqué, porqué, porqué, porqué- seguía preguntándose mientras su cuerpo temblaba y se abrazaba violentamente intentando calmar el temblor
Un niño de cabello negro está acostado acurrucado en la tierra mientras que en su alrededor habían una pila de cadáveres esparcidos
-Porqué, porqué, porqué, porqué, porqué- seguía divagando el niño asustado
Llorando por el trauma de ver este paisaje, llorando por las personas muertas que el llama “amigos”, llorando por la injusticia del mundo por este cruel escenario a personas que no habían hecho nada malo… Será por racismo? Por odio? O por diversión de personas malas? No sabía, pero no le gustaba.
El quería vivir feliz con sus amigos, con sus padres en su mundo y se lo quitaron sin preguntar, el quería vivir una vida feliz con su nueva familia, su hermana mayor y su sensei y los amigos que había hecho con los aldeanos… Pero se lo volvieron a quitar
-Que acaso no es posible vivir en un mundo donde todos puedan sonreír?- se preguntaba Subaru en sus pensamientos, ya sabía la respuesta, se la habían mostrado dos veces en su corta vida, en solo 10 años había perdido todo dos veces.
En ese momento fue donde se quebró, en ese momento fue donde todo pensamiento, futuro, sueños se quebró por completo
Dejó de temblar, dejó de sollozar, se arrodilló mirando había sus piernas con la cabeza baja, el pelo cubría sus ojos, para suelo apretar sus puños y levantar la cabeza…
-AHHHHHHHH, PORQUÉ ME PASA ESTO A MIIIIIIIII- solo un grito al cielo lleno de ira, sentir que todo se le iba de las manos una vez más
-!!!PORQUEEEEEEEEE? SOLO QUIERO SONREÍR, PORQUÉ ME QUITAN TODO!!!- volvió a gritar al cielo con sus ojos llenos de lágrimas
-!YA NO PUEDO SEGUIR, POR FAVOR…!- Gritó mientras bajaba la cabeza. -A… Alguien, Ayúdeme- susurró eso último mientras volvía a llorar
Subaru sabía que nadie lo escucharía, sabía que nadie lo ayudaría, ya lo había perdido todo de nuevo, no tenía esperanza, era un niño roto que el destino había decidido destruirlo
Llorando con la cabeza baja Subaru sintió algo, sentía algo cálido que estaba cerca de él, no solo uno, si no seis, que lo llenó de calidez y pudo sentir un poco de amor en eso que sentía
Intento detener sus sollozo pero no podía, sus emociones eran muy fuertes que le era impossible detenerlas, pero sintió que poco a poco su cabeza se tranquilizaba, su corazón se sentía poco a poco más ligero, ayudando a calmarse
Mucho más calmado levantando su cabeza poco a poco vio algo que lo dejó impactante… Seis orbes de distinto color estaban bailando alrededor dejó su cabeza, formando una corona, orbes color rojo, azul, verde, amarillo, blanco y negro.
Rápidamente supo que era, “ESPÍRITUS”, lo había escuchado en una de sus clases con su hermana y le habían explicado más o menos su forma
Subaru se quedó viéndolo por unos momentos antes de levantar un dedo intentando tocarlos, lo que provocó que los espíritus de detuvieran, Subaru asustado se detuvo -Perdón, no quería asustarlos- dijo con un poco de culpa
Los espíritus se quedaron un segundo detenidos para luego seguir bailando pero ahora en dirección a Subaru, se acercaron a su cara y empezaron sobarle la cara con sus pequeños cuerpo de pelota,
Subaru cuando los sintió se tranquilizó y soltó una pequeña sonrisa a ver lo tierno que se miraba los orbes intentando animarlo
-Ustedes vinieron a ayudarme?- preguntó en un susurro, los orbes empezaron a brillas y a bailar más
-jejeje muchas gracias- dijo Subaru disfrutando este pequeño momento, para luego acordarse de lo que estaba sucediendo y acordarse de las palabras de Shun
Con una mirada algo temblorosa pero más firme dijo -Por favor, se que es mucho pedir y entiendo que no quieran pero, me pueden ayudar a rescatar a mis amigos?- preguntó mientras se inclinaba antes los orbes
Los orbes se quedaron un segundo quietos para luego acercarse a él y empezar a brillas con mayor intensidad.
Subaru sintió como en su puerta se forma una conexión de 7 lados, 6 espíritus y un contratista, sintió como si compartiera una parte de su alma, sintió una abrumadora calidez en su interior
-Gracias amigos- dijo Subaru agradecido, se levantó dispuesto a buscar a hermana y sensei
Corrió por el bosque mientras los 6 espíritus iban junto a él, Subaru sintió los sentimientos de los espíritus, sintió un amor grande y felicidad, mientras bailaban y brillaban
Siguieron corriendo hasta que se acercaron lo suficientemente, en ese instante la mirada de Subaru antes cálida cambio por determinación, por que sabía que iba a tener una batalla, se acercó lo suficientemente para ver lo que se encontraba allí y su miraba cambio, no era determinación, ni miedo, ni siquiera tembló… era Ira, en su forma más gran al ver la escena.
Vio como habían masacrado a todas las mujeres y niños, vio como un hombre estaba parado con una espada en mano apuntando a dos personas tendidas en el suelo, cuando vio quiénes eran Subaru no dudo más y solo dijo, -por favor ayúdenme a vencer a ese tipo- le dijo a los espíritus a lo que el negro respondió formando un cristal morado, inmediatamente lo lanzó a la cara del hombre frente a él
[EN EL PRESENTE]
Subaru miraba con odio al hombre frente a él… -Quien eres y que quieres?- preguntó el niño con mirada malvada
Saliendo de esa sensación de pánico el hombre respondió… -mi nombre? JAJAJA mi nombre es Víctor Volcov, el mejor esclavista de todos- dijo con una sonrisa que no llegaba a sus ojos
-un esclavista?- preguntó en un susurro que nadie podía oír para asegurarse de lo que el tipo de monstruo tenía frente a él
Con una mirada decidida ya sabía que lo haría, no tenía dudas de su juicio, se acercó un un poco al monstruo frente a él.
Con una mirada con determinación dijo -Mi nombre es Natsuki Subaru…- respiro hondo -El encargado de acabar con tu vida, esclavista.
Chapter 4: LA DESPEDIDA Y LA LEYENDA DE UN NUEVO HÉROE
Chapter Text
Que es la felicidad? La felicidad… qué palabra tan pequeña y, sin embargo, tan inmensa. A veces siento que hablamos de ella como quien habla de un lugar lejano: todos dicen haberlo visto, todos creen recordar el camino, pero nadie parece estar completamente seguro de cómo volver. Y es que la felicidad no es un destino fijo, no es una meta con un cartel luminoso al final del camino. Es más bien una especie de viaje silencioso, hecho de momentos diminutos, casi invisibles, que se cuelan entre las grietas de la vida cotidiana.
Claro, la felicidad se manifiesta de diferentes razones, amor, amigos, familia y un sin fin de momentos compartidos con las personas quedarías que decides compartirla.
Para Subaru, la felicidad era tan lejana como la misma idea de volver a ver a sus padres, cuando la tenía, el mismo destino se encargaba de arrebatarle ese pequeño parte de felicidad de las manos.
Primero fue alejado de su mundo sin oportunidad de elegir, dejó atrás a sus padres, las personas que más respetaba, amaba, admiraba de ambos mundos, pensó que todo acabaría, que sin ellos llegaría su fin… Pero el destino todavía quería jugar con él.
Conoció a dos personas, un hombre y una niña, ambas personas lo salvaron de una muerte segura, ayudaron a que recuperara de sus heridas tanto físicas como internamente, le ayudaron a crecer, le ensañaron de este mundo, le dieron un lugar donde quedarse y donde podía considerar una nueva familia, lo entrenaron, lo educaron, lo alimentaron y lo apoyaron en sus momentos de debilidad.
Para él eran dos personas increíbles, amables, bondadosas, ayudando sin pedir nada más que una sonrisa, ese ideal, esa amabilidad quería heredar Subaru, ver personas tan buenas lo motivaba a ser igual de mejor cada día.
Siguió adelante, entrenando para ser alguien quien proteja a los débiles, siguió entrenando para vencer al mal de este mundo, siguió entrenando para construir un mundo donde las personas pueda sonreír.
Pero ahora todo eso se lo robaron en sus narices, en forma de esclavistas… los odiaba, no soportaba vivir en un mundo donde personas traten como objetos a los demás, era injusto, lo odiaba desde el fondo de su corazón esta clase de personas, se había jurado en destruir a estas malditas personas, no descansaría hasta saber que cada uno de ellos estuvieran muertos.
Pero primero, tendría que acabar con él, la persona que le arrebató su pequeña felicidad, la persona que destruyó su hogar, que mató a sus amigos…
-Mi nombre es Natsuki Subaru…- respiró hondo- El encargado de acabar con tu vida esclavista-.
-JAJAJAJA, tú? Un mocoso piensa que me vencerá a mí, piensas que por qué tienes espíritus a tu lado prodras derrotarme??? - decía mientras se burlaba. -que puede hacer un niño como tú? Huir, Llorar, o pedirle a papá que te salve- Dijo mientras se reía
—Cállate, no vuelvas a pronunciar con tu boca a mis padres— dijo mientras desvainaba su espada
Víctor apuntó su espada en posición de combate, el no era muy fuerte, ni poderoso con la magia, simplemente se defendía lo básico que un humano promedio puede alcanzar, tenía la rapidez para esquivar pequeños ataques pero nada fuera de lo normal… pagaba grandes cantidades de dinero para que lo defendieran pero ahora confiado de que la victoria sería fácil viendo que su oponente era un niño, se lanzó de inmediato queriendo apuñalarlo en su corazón y acabar rápido la pelea
Lo que el no sabía era que Subaru no era un niño cualquiera, llevaba entrenando 3 años día tras día, lo que lo convirtió en un niño extremadamente fuerte para la edad que tenía
Subaru preparando su espada esquivó rápidamente el ataque haciéndose a su lado derecho, para luego con una velocidad abrumadora alzar su espada al cielo para rápidamente apuntar a la mano que tenía la espada, con un corte limpio la mano de Víctor cayó al suelo con un sonido de metal chocando el suelo, la espada ahora estaba en el suelo.
Víctor que tenía una sonrisa malvada anticipando la muerte del niño no se percató del movimiento de Subaru, pasaron unos segundos de confusión ya que su golpe no impactó con nada más que el aire, mientras se preguntaba qué estaba pasando escuchó el metal chocando el suelo, poco a poco bajó la vista para ver una imagen que lo horrorizó,
Vio como donde tenía que estar su mano ahora solo tenía sus muñecas ensangrentadas, vio su mano tirada en el suelo, dándose cuenta de lo que había pasado empezó a entrar en pánico, jadeando mientras con su otra mano agarraba su brazo sin mano, no pudo hacer nada más que gritar.
—!!!AHHHHHHHHHHH!!!— con un grito de desesperación se fue hacia atrás cayendo sentado jadeando mientras agarraba su brazo con fuerza
Subaru viendo la escena no sintió nada, ni miedo por lo que acababa de hacer, ni asco por ver la sangre salir de su muñeca, ni siquiera tristeza ni por haber cortado una mano ya que se merecía cada uno de los gritos, por los aldeanos que masacró sin piedad, por las personas que arruinó sus vidas, por arrebatarle su hogar
Rápidamente saltó hacia el sin una pizca de piedad, con una mirada fría con otro corte limpio ahora dirigido a su otro brazo, alzó su espada mandando a volar su otro brazo.
—!!!AHHHHHH!!! Por favor, piedad, perdóname, haré lo que quieras, te daré dinero, una vida nueva, riquezas, te daré lo que me pidas por f…— decía jadeando por el horror, por el shock del momento no sentía el dolor pero fue interrumpido por una voz que ya no era de un niño inocente, era la de un guerrero que no mostraría piedad a las personas que destrozaban vidas de inocentes
—No te perdono— dijo para horror de Víctor —No mereces el perdón, no mereces la riqueza que tienes, no mereces la comida que comes, no mereces el aire que respiras… no mereces vivir— dijo con firmeza el niño de mirada malvada.
Caminaba a paso lento hacia Víctor mientras el otro como podía con las piernas intentaba deslizarse para atrás alejando de ese niñ… de ese monstruo que veía frente a él
Mientras caminaba Subaru a paso lento, con una firmeza que decía que ya había decidido el destino del hombre frente a él, Víctor haciéndose para atrás sintió una pared en su espalda, en ese instante se dio cuenta que no tenía escapatoria
Subaru se aserción mientas apunto su espada hacia el corazón de Víctor —Esto es lo que mereces por todos los sueños de niños inocentes arrebataste— dijo mientras clavaba poco a poco si espada. —Esto mereces por asesinar a muchas personas que pedían piedad y solo te reías de su sufrimiento— dijo con voz firme como la de un juez dando su sentencia. —Ahora pagarás por todos tus pecados, muere para que las personas inocentes puedan sonreír— dijo mientras clavaba su espada mas adentro
Víctor tenía una mirada de horror viendo como poco a poco se le nublaba la vista, sangre saliendo de su boca mientras intentaba pedir ayuda pero nadie lo escucharía, intentó voltear la cabeza buscando sus únicas dos aleadas que quedaban con vida para percatarse que una estaba con cortes por todo su cuerpo, y la otra se encontraba con una espada de luz clavada en su estómago, obra de los espíritus del chico frente a él
—yo… no quiero… morir— dijo con la voz entrecortada con las últimas fuerzas que le quedaba.
—Yo… Subaru Natsuki, te hago una promesa, desde el día de hoy, me encargaré que personas como tú que viven aprovechándose de las personas, vendiéndolas, asesinandolas sufran el mismo destino que tú— dijo con determinación y con firmeza como la de un caballero que desafiaba a todos los males del mundo. —Acabaré con todas los esclavistas, asesinos y mal del mundo para poder crear un mundo donde personas como mi hermana mayor puedan vivir con una sonrisa en su rostro— se juró a sí mismo para terminar de clavar la espada espalda en su corazón, viendo como los ojos de Víctor perdía su vida, sacando su espada de su cuerpo
Mientras la batalla daba su fin gotas del cielo empezaban a caer, como si los cielos mismo llorarán por la inocencia de un niño que había sido arrebata, como ese niño se manchaba las manos de sangre para acabar con los males de este mundo.
Subaru de quedó parado mientras las gotas de agua caían sobre su cabeza, teniendo la mirada baja, dejando caer la espada donde había quitado su primer vida, levantó la vista al cielo nublado mientras cerraba los ojos.
—!!!AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!— se escuchó un grito, un grito que cargaba con la culpa y el peso de haber arrebatado una vida, mientras las lágrimas caían Subaru solo pudo gritar de impotencia, sabiendo que la muerte era merecía, se lamentaba, se lamentaba por haber tenido que arrebatar una vida, se lamentaba por las vidas que se habían perdido, y se lamentaba por no poder llegar a tiempo.
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Un niño de cabello negro se encontraba caminando por un bosque, dejando atrás el cuerpo del responsable de la masacre, solo le quedaba un lugar donde tenía que llegar
Caminado a paso lento pasaba entre cadáveres de sus amigos asesinados, de las mujeres que siempre lo trataban amablemente, caminado entre cadáveres de los esclavistas, siguió caminando mientras tenía la mirada fija en un punto, cada paso llevaba el peso de la pérdida, del dolor del saber que todo lo que una vez amo, acabaría
Llegando al destino nada más salieron lágrimas de sus ya cansados ojos viendo la escena frente a él, un hombre sin vid, cabello café claro, orejas de gato estaba acostado boca abajo con la mano extendida mientras intentaba llegar a un destino que rápidamente supo cuál era.
Frente a él estaba con el brazo extendido intentando alcanzar la mano de su padre, se encontraba una niña de cabello café claro igual que su padre, orejas de gato con un vestido que Subaru rápidamente identificó.
Llorando viendo la escena frente a él se percató de algo sutil, un movimiento, vio como la niña seguía con las fuerzas que tenía arrastrándose para alcanzar la mano del hombre frente a él
A Subaru se le llenaron los ojos de esperanza salir rápidamente a sostener con mucho cuidado a la niña, arrodillándose para sostenerla en sus brazos apoyando se cabeza en su pecho.
—Hermana mayor, por favor háblame, dime que estarás bien— decía con tristeza mientras un poco de esperanza se filtraba en sus ojos
—Suba… ruuu— dijo con esfuerzo la niña.
—Por favor, no hables, todo estará bien— dijo mientras hablaba con voz un poco más fuerte —Por favor, espíritus ayúdenme a curarla, haré lo que quieran pero por favor ayúdenme— suplico mientas los orbes danzaba frente a él, el espíritu azul empezó a moverse hacia la niña mientras empezaba a brillar con intensidad intentando curar las heridas de la niña frente a él
Pasaron unos segundos cuando el brillo se detuvo, Subaru volteo a ver al orbe con esperanza de que su hermana estaría bien, para su suerte no fue así, sintió como el orbe se puso triste, sintió miedo por no poder ayudar, Subaru ya sabía la respuesta, no tenía ninguna duda pero no podía, o no quería aceptarlo.
—!QUE PASA?! Estará bien verdad?- gritó desesperado. —Ella se pondrá bien verdad, solo son heridas leves que se pueden curar verdad?— suplicaba. —Por favor, dile que se pondrá bien… !!!POR FAVOR DIME QUÉ VIVIRÁ!!!— gritó llorando mientras abrazando más fuerte su cabeza contra su pecho.
El espíritu de agua se estremeció, triste de no poder dar una respuesta positiva su brillo se oscurecía mostrando su tristeza, dándole la respuesta que Subaru tanto temía obtener
—No… por favor no me dejes tú también— susurró mientras apretaba cada vez más la cabeza de la niña
—Subaruuuu— susurró Hikari entrecortadamente —No llores, yo estaré bien… me iré con papá…— dijo mientras tosía sangre —Perdona Subaru… por dejarte solo, por dejarte esta carga…— decía con sus últimas fuerzas
—Hermana por fa…— intentó decir Subaru, siendo interrumpido
—Pero… sé que estarás bien Subaru— susurró mientras ponía una mano en su mejilla. —Eres fuerte, inteligente y además, eres mi hermanito… así que sé que buscarás tu camino y podrás buscar tu felicidad— decía mientras lágrimas salían de sus ojos —por favor… Vive, vive por los aldeanos, vive por mi padre— se detuvo para suspirar —vive por mi hermanito— le dijo entre lágrimas
Subaru no pudo más, abrazo con más fuerza la cabeza de Hikari mientras sollozaba, sintiendo el calor de la mano que sostenía en sus mejillas, sentía como otra vez le quitaban a un ser amado, sus padres, su sensei y ahora su hermana mayor.
No se detenía, lágrimas de tristeza, de soledad, lágrimas que cargaban los recuerdo de 3 años de felicidad, risas, bromas, peleas, abrazos, salían de sus ojos como el agua que cae de una cascada
No quería, odiaba el destino, odiaba su vida, odiaba las despedidas, odiaba tener que empezar de cero sin las personas que amaba, y sobre todo, odiaba a las personas responsables, odiaba a los esclavistas, odiaba a los asesinos, odiaba a todo mal que caminé por este mundo… Subaru se volvió a jurar acabar con todas las personas que hacen sufrir a los demás, aunque le cueste la vida, no descansaría para acabar con toda esa escoria.
—Hermana mayor…— dijo en un susurro con tristeza pero también suave, llena calidez. —te prometo, que viviré, que lucharé, que no me rendiré… acabaré con toda la escoria del mundo para crear un mundo donde las personas puedan sonreír, para que mis padres, Shun sensei y tú… estén orgulloso de mi— dijo esas palabras con una gran determinación capaz de matar a la bruja de la enviada si se ponía enfrente.
—jejejeje Cof, Cof— soltó una risita mientras complacida de lo que escuchaba —eres un tonto Subaru, no hace falta… yo ya estoy orgullosa de ser tu hermana— dijo mientras sonreía
Subaru le sonrió con tristeza, con ternura puso sus labios en su frente, mientras dijo. —Gracias, por ser mi hermana mayor, por cuidarme, enseñarme… eres lo mejor que me pudo pasar en este mundo— dijo con lágrimas en los ojos pero con una sonrisa triste
Hikari con sus últimas fuerzas, lo miro a los ojos con lágrimas mientras sonreía, una sonrisa brillante como una estrella, una sonrisa que competía con el mismo sol, una sonrisa sincera, llena de amor al ver a su hermano, mostrándole que hasta en los peores momentos se puede sonreír
Subaru sintió su corazón encogiéndose, pero no se quebró, no podía permitir que los últimos momentos de vida lo vieran en un mal estado, con fuerza la miró a los ojos y sonrió mientras chocaba su frente con la de ella
Hikari sintió su frente en la suya, poco a poco sus ojos se fueron cerrando, su agarre en su mejilla se fue soltando hasta caer al suelo.
En el bosque donde llegó a este mundo, Subaru vio como una parte de su mundo moría, mientras la lluvia caía, lágrimas caían de los ojos de Subaru confundiéndose con la lluvia, solo pudo abrazar con más fuerza su cabeza mientras sollozaba de tristeza.
En el mismo bosque donde un niño de cabello negro llego a su vida, en ese mismo bosque fue el último suspiro de una estrella que brillaba con amabilidad y amor, en ese mismo bosque fue el fin de una vida con sueños que se les fueron arrebatados
Hikari yacía muerta en los brazos de Subaru
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Mientras el sol empezaba a salir en lo lejano de las montañas, en un hermoso campo de flores, cerca de la aldea que horas antes había sido masacrada, de pie frente a muchas cruces se encontraba un niño cabello negro, con mirada malvada mientas apoyaba una rodilla al suelo, apoyándose con la mano en la espada que estaba clavada en el suelo, con la cabeza baja mostrando respeto a las personas que una vez llamó amigos o familia
Llevaba unos pantalones negro, camisa negra con un chaleco largo manga larga, el chaleco casi llegaban a sus pies, zapatos negros mientras en su cuello descansaba su mayor tesoro, llevaba una bufanda naranja que le recordaba el deseo y los sueños de una persona importante para él
Al rededor de la cabeza del niño se encontraban 6 orbes, flotando formando una corona, no bailaban mostrando respeto a su reciente contratista.
—Gracias por aceptarme en su aldea… descansen en paz, que od laguna los cuide— dijo respetuosamente mientras agachaba la cabeza
Levantándose lentamente mientras llevaba dos ramos de flores es su mano se acercó a dos tumbas que estaban frente de todas las demasiado, arrodillándose siguiente los mismos pasos.
—Sensei, gracias por encontrarme ese día en el bosque, gracias por salvarme y no dejarme solo… Gracias a ti soy como soy y estoy feliz de serlo— dijo respetuosamente mientas cerraba los ojos aguantado las lágrimas que amenazaban con caer —Juro que intentaré ayudar como tú ayudaste, seguiré el ejemplo del hombre que me enseñó a ser más fuerte… juro que seré alguien por el cual estarás orgulloso, no como un héroe ni caballero, si no como lo que siempre quisiste que fuera… como Subaru Natsuki— levantó la cabeza mirando la espada que clavada en la tierra —heredaré tu espalda y seguiré el camino, heredaré la voluntad de luchas para ayudar a los inocentes— dijo mientras bajaba la cabeza en señal de respeto.
Levantándose lentamente mientras dejaba un ramo de flores en la tumba que tenía escrito “Shun sensei” nombre del hombre que lo cuido, y lo apoyó cuando no era nadie.Se paró frente a otra tumba que estaba a la par, para luego arrodillarse de igual manera.
—Hermana mayor… no sé qué más decirte después de todo lo que te he dicho, gracias por enseñarme a escribir y leer, me encantaban las clases de estudio sin olvidar cuando me enseñabas a cocinar, aunque al principio era un inútil siempre tuviste paciencia…— dijo con una sonrisa mientras recordaba los momentos —Eras una luz en mis días más negros, siempre le escuchaste cuando nadie te obligó a escucharme, me abrazaste cuando me sentía solo, me hacías reír cuando solo tenía tristeza en mi corazón, eres mi ángel que me guío en mis peores y mejores momentos, eso siempre estará conmigo, tatuado en mi corazón y alma…— dijo entrecortado controlando sus emocione. —juró por nuestros momentos juntos que buscaré mi felicidad, que ayudaré a las personas que lo necesiten como me enseñaron, haré que te sientas orgullosa de ver al hombre en el que me convertiré hermana… — dijo cerrando los ojos y bajando la cabeza en señal de respeto. —Y lo más importante… sonreiré incluso cuando todo esté mal, sonreiré para mostrarle al mundo que una sonrisa, es mejor que mil lágrimas, como tú me enseñaste… gracias, eres lo mejor que me ha pasado en este mucho hermana mayor.— terminó mientras se ponía de pie
Acercándose a la tumba que tenía las palabras “Hermana mayor Hikari”, dejando con cuidado el ramo de flores mientras acariciaba la tumba. —Gracias por darme felicidad, nunca los olvidaré— fueron las últimas palabras mientras se ponía de pie, frente a todos giró hacia adelante su cuerpo en un ángulo de 90 grados en muestra de respeto.
Mientras el sol salía llegándole a los ojos de Subaru vio por unos momentos hacia el campo de flores con una sonrisa triste, dio media vuelta y empezó a caminar por el campo de flores alejándose del lugar donde un día llamó hogar.
—Vamos, nos espera mucho camino por recorrer— dijo a los orbes que flotaban frente a él, para luego detenerse en seco —Espera un minuto, adonde iremos?— preguntó a los orbes sabiendo que no recibiría respuestas —Uffff, bueno no importa, creo que iremos improvisando— dijo mientras siguió caminando
Caminando mientras hablaba con los espíritus, sintiendo sus emociones mientras bailaban. —Saben chicos, yo no sé nada de magia, ni de espíritus…— decía mientras se sobaba la nuca con vergüenza —¿Me pueden enseñar a lanzar magia y todo acerca de los espíritus y las artes espirituales?— preguntó sin saber si podrían enseñarle pero con la esperanza de aprender
Los espíritus que ahora iban bailado alrededor de él brillaron con más intensidad confirmado el apoyo hacia el chico de cabello negro
—Gracias chicos— agradeció mientras se seguía caminando, empezó a sobarse la lejía pensando. —Chicos me sienta mal no saber cómo llamarlos… que les párese si les pongo un nombre?— preguntó con ilusión
Los espíritus a escuchar la petición se alegraron bailando y brillando con más intensidad
Subaru entendiendo perfectamente cerró los pelos en vistoria. —Perfecto, mmmm a ver…— seguía sobando su barbilla pensando. —Al espíritu de fuego lo llamaré… “Fénix”, como un ave inmortal de mi mundo, con alas de fuego capaz de quemar todo a su paso, aunque creo que también cura pero eso no importa jeje— dijo mientras se sobaba la nuca.
—Veamosss— dijo pensante. —Al espíritu de agua lo llamaré “Aqua” que significa, pureza, transparencia, calma, vida y renovación, casi similar a lo que tú haces— dijo con una sonrisa en su rostro
—Ahora vamos contigo, espíritu del viento…— dijo mientras pensaba —tú nombre será… “Aeris”, en latín una lengua de mi mundo significa literalmente “viento”— dijo con orgullo
—A ti te llamaré… “Terran”— dijo mientras tocaba al espíritu de tierra con la punta de su dedo jugando. —Terran significa “Hijo de la tierra, protector del bosque y montañas”, quedaría perfecto para ti— aseguró Subaru con una sonrisa
—“Lumina” significa “Luz pura, radiante y cálida” ya que tu eres nuestra luz que nos guiará en la oscuridad— dijo con una sonrisa cálida
—Y a ti mi pequeño te llamaré “Luna”, tiene significado a misterio y magia, calma y serenidad— continuó —Aunque no creo que tenga asociación directa con la magia Yin, o eso creo yo, siempre me gustó ese nombre y más si es algo que se identifica con la oscuridad— dijo con una sonrisa nerviosismo esperando las reacciones de sus amigos
Los espíritus que escucharon atentamente a nuevo contratista ponerle nombres a cada uno de ellos como muestra de una conexión más fuerte bailaron de alegría y serenidad felicidad
—UFFF, me alegro que les hayan gustado— dijo mientras suspiraba de satisfacción
Siguieron caminando mientras Subaru empezaba a hablar con ello, contando parte de su vida en los dos mundo, mientras suspiraba espíritus se acercaban a él bailando.
—Bueno chicos…— dijo mientras volteaba a verlos. —Gracias por acompañarme en esta nueva aventura, me alegro el no estar solo y que ustedes estén conmigo— dijo con una sonrisa sincera.
—Fénix, Aqua, Aeris, Terran, Lumina y Luna, enfrentemos nuestro futuro, nuestro destino juntos como una familia— dijo con una mirada decidida –Ayúdenme a lograr mi objetivo… crear un mundo donde las personas puedan sonreír— dijo con convicción —Mi nueva vida volverá a comenzar aquí, desde cero…— le dijo a sus espíritus mientras estos bailaban y escuchándose risitas provenientes de los espíritus flotando a su lado
Así Subaru caminado por el campo de flores, camino hacia nuevas dificultades, alejándose de lo que una vez fue su hogar para adentrarse en un nuevo capítulo de su historia.
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[5 AÑOS DESPUÉS]
Era una noche tranquila tranquila en la cuidad de Pecoutatte, en la frontera de Lugunica y Vollacia, animada, con personas caminando por la calle, guardias haciendo patrulla, todo era normal como cada noche.
En las a fuerzas de la ciudad en el territorio de Lugunica iban 5 dragones de tierra uno de tras de otro, cada uno llevaba arrastrando un carruaje grande, fácilmente caben 20 personas en cada carruaje, cada dragón llevaba 2 jinetes sentados cómodamente en el carruaje mientras uno de ellos sostenía una cuerda para movilizar al dragón
—Ya sabes que hacer, verdad?— preguntó el uno de los jinetes que iba en el primer carruaje
—Siii, siii— dijo mientras agitaba la mano desdén —No soy nuevo en esto muchacho— dijo el señor que tenía las cuerdas en las manos.
Uno era un señor, cabello largo verde oscuro, ojos negros, con un cuerpo normal, de entre 27 a 33 años.
El otro era un señor, cabello gris, por las canas de su pelo, ojos cafés, con un ligero sobrepeso
—Perfecto, es muy importante que todo salga bien, por qué si sale mal…— no termino la frase, ya que templo al pensar lo que pasaría si fallaban
—Tsk, cállate, se muy bien lo que pasará, no hace falta que lo digas— dijo el señor con molestia
Mientras seguían conduciendo por la calle normal, ambos se miraron, asintieron con la cabeza para luego, conducir al dragón de tierra mientras los que iban detrás de ellos lo siguieron hacia dirección al bosque, parecía una locura ya que no había camino disponible, pero desde de unos segundos cuando se adentraron más, llegaron a un camino de tierra oculto en el bosque
Ambos hombres seguían nervioso, moviendo la cabeza de un lado a otro esperando a que algo o alguien llegara, pero no había signos de que alguien llegara.
—Oye viejo. ¿Crees que llegue…— fue interrumpido por el señor
—Cállate, ni lo menciones, no des mala suerte idiota— le dijo en voz baja al hombre de cabello verde a su lado nervioso por sus palabras
—Tranquilo, solo estaba preguntando, no creo que aparezca, ya lo hubiera hecho antes de adéntranos aquí— dijo con seguridad, mientras se dibujaba una sonrisa arrogante
—Uffff, eso espero… por que si llegara a aparecer… estaríamos perdidos— dijo con preocupación en su voz
Continuaron por el caminando, mientras a lo lejos se miraba un muro de 5 metros de altura con un gran portón, 2 personas con espadas colgando de sus caderas de miraban parados frente a dicho portón, claramente eran seguridad para que nadie entrara en ese portón
Los carruajes llegaron al portón, se detuvieron mientras los guardias se acercaban a los hombres.
—¿Aquello que existe antes de la primera palabra?— preguntó sin emociones un guardia
—Caos— respondió el señor sin pensarlo
El hombre a la par de él se mantuvo calmado a escuchar la respuesta, obviamente siendo una contraseña para poder entrar.
El guardia lo vio por unos segundos con una mirada firme, para juego retroceder diciendo —Adelante— dijo mientras le indicaba al otro guarida que abriera la puerta
Los carruajes entraron sin problema por el portón frente a ellos, en frente vieron muchas cabañas mientras carruajes entraban y salían, todos hombres armados, la mayoría humanos mientras una pequeña minoría de hombres armados eran semihumanos, mientras se estacionaban frente a una cabaña que era más grande que las demás en el centro de la aldea se empezaban a bajar los jinetes de cada carruaje que habían dejado su carruajes, a la par cada uno de los 5 carruajes
En la puerta de la cabaña se encontraba sentado en una silla un hombre de aspecto descuidado, con una estatura de 1.80 metros, tenía el cuerpo descuidado, muy gordo que le costaba levantarse de la silla, le tenía que ayudar, no tenía pelo, ojos negros, con dientes amarillos ya casi pudriéndose se acercaba a los recién llegado
—Tavian, Cedrik amigos míos, los estaba esperando— dijo el hombre calvo mientras se reía
El hombre de cabello verde se adelantó —Perdone la tardanza señor, pero tuvimos que asegurarnos que ese tipo no nos siguiera— dijo educado Cedrik
—Esta bien, entiendo, estoy enterado de los problemas que está haciendo ese mucoso de negro— dijo con el ceño fruncido
—Le agradezco que lo entienda señor Dellingrove— dijo mientras hacía una reverencia, fue el turno del anciano con canas, Tavian.
—JAJAJA Ya te dijo, solo Farnes, mi apellido es muy largo— dijo riéndose el hombre obeso
—Como usted desee, señor Farnes— respondió el anciano
—En fin, como está lo importante— habló con seriedad con una sonrisa que denotaba lujuria
—Si mi señor, todo salió como usted deseo y aquí se encuentra sana y salva toda la mercancía— dijo mientras abría los carruajes
En el interior de los carruajes se podía ver muchas jaulas donde normalmente meten animales, pero no había ninguna animal dentro, se encontraban muchas niñas tanto humanas como semihumanas, todas se miraban de entre 14 a 16 años, todas las niñas estaba adentro abrazadas las unas con las otras mientras temblaban de miedo
—JAJAJAJAJA, bueno trabajo, te recompensaré muy bien, pero primero quiero ver a mis nuevos juguetes— dijo mientras se lamía los labios con mirada lujuriosa
Con una mirada ordenó para que sacaran a todas las niñas y las pusieran frente a él. Después de un tiempo todas las niñas estaban acurrucadas temblado unas con las otras mientras en sus cuellos llevaban un collar que mostraban que eran esclavas
—Mmmm— se escuchó mientras se saboreaba los labios —Que hermoso lo que tenemos por aquí, todas son muy bonitas — decía mientras caminaba, acariciando cara de las niñas mientras el las mirada como si estuviera a punto de devorarlas. —Hacia mucho tiempo que no me emocionaba así, viendo la mirada de estas niñas, creo que se tienen que hacer responsable— afirmó el hombre desagradable para horror de ellas
Caminando observando a cada una de ellas para elegir la primera que se llevaría a la cabaña, miro a muchas semihumanas llorando, abrazas a unas con otras, también había humanas, unas con mirada de terror y otras con mirada vacía aceptando el cruel futuro que tendrían
Siguió caminando cuando se detuvo en seco, volteo a ver a una niña que está temblando, una semihumana, cabello celeste, orejas de gato del mismo color de su cabello, ojos celestes, llevaba un vestido marrón sin mangas que llegaba hasta las rodillas como todas las demás esclavas.
—Tú— señaló el Farneas a la niña.
—!No! Por favor no, no quiero, por favor no me hagan daño!— suplicaba la niña mientras lloraba y se abrazaba el cuerpo
—Tranquila, prometo que te trataré bien, no te preocupes, estarás en buenas manos— dijo el hombre obeso mientras se acercaba a la niña temblando
—¡No, aléjese de mi!, ¡¡¡AYUDAAAA!!!— gritó en desesperación la niña
Todas los esclavistas presentes empezaron a reír a carcajadas ya que nadie podría escuchar, el lugar se encontraba en medio del bosque y cubierto por un gran muro por precaución ya que habían tenido problemas con hombre de negro muchos esclavistas
—¡JAJAJAJA! Nadie te escuchará niña, solo obedece y te prometo que todo terminará rápido, seré bueno— dijo mientras sostenía una sonrisa inquietante
La niña estaba temblando mientras se intentaba alejar del hombre que le quería hacer daño
—No huyas, no podrás escap…— decía el hombres hasta se escuchó un “!SLASH!”.
Farneas se quedó de pie mientras empezaba a salir sangre por la boca, la vista se nubló por completo.
Los esclavistas presentes que se están riendo se detuvieron preguntándose el por qué si jefe se había detenido, se miraba entre sí esperando respuestas
La niña semihumana que estaba intentado huir se quedó paralizada viendo como sangre salía de su boca sin saber que estaba pasando, con esperanza a ser salvada.
Todos estabas expectantes viendo la escena frente a ellos, perdidos en la situación cuando vieron lo que pasaba abrieron los ojos de par en par
Una cicatriz como una línea fina empezó a formarse en la parte trasera del cuello extendiéndose alrededor para luego la cabeza ser desprendida del cuerpo, cayendo al suelo en un golpe seco
Los esclavos que veían la escena estaba en shock viendo como la cabeza de una persona se desprendía y viéndolo morir al instante.
Los esclavistas no estaban mejor, rápidamente sacaron sus armas mientras apuntaban a todas dirección buscando el objetivo que había causado la muerte de su jefe, en sus ojos no tenía nada más que miedo.
Miraban a todas las direcciones pero no encontraban nada, solo silencio que solo se escuchaban las respiración agitadas de los esclavistas con miedo filtrándose en sus cuerpos.
—¡El Minya!— se escuchó un grito que venía de las sombras, luego vieron como cientos de cristales púrpuras se dirigían a gran velocidad hacia ellos
Muchos esclavistas fueron alcanzados mientras que pocos lograron esquivar el ataque, a los que no lograron esquivarlo fueron empalados mientras un cristal púrpura se expandía por todo su cuerpo
En el campamento habían entre 200 a 300 esclavistas, desde hace años que empezaron a morir muchos esclavistas, los sobrevivientes contribuyeron aldeas donde muchos se ocultaban y llevaban a los esclavos para no ser descubiertos, eso disminuyó la cazaría pero solo por un tiempo corto.
En el campo de los esclavistas aproximadamente 50 a 80 estaban convida mientras que los otros no lograron sobrevivir al primer ataque.
—¡Sal cobarde!, pelea como hombre y no te ocultes en las sombras— dijo con ira Cedrik que se encontraba temblando de la ira y miedo
—¿Cobarde yo?— preguntó con tranquilidad la persona oculta en las sombras. —A mí me llamas cobarde cuento tú y el resto de estos idiotas secuestras niñas inocentes para venderlas o abusar de ellas, eso te parece valiente maldito?— despotricó, mientras caminaba a paso lento hacia donde la luz lo pudiera alcanzar. —Pero acabo tu suerte, gracias por guiarme a otro campamentos de escoria, como recompensa, serán los primeros en pagar— dijo mientras se mostraba frente a todos
—¡Hahhhhh!— se escuchó un jadeo por todos los esclavistas presentes
—Claro, perdón— dijo irónicamente —Déjame presentarme… —dijo el joven mientras levantaba un brazo al cielo apuntando con el dedo y el otro brazo en la cintura, haciendo una pose ridícula. —mi nombre es Natsuki Subaru, o mejor conocido como… “El Espadachín Negro”— dijo con orgullo
Los hombres presentes se quedaron aterrorizados a ver la leyenda que se encontraba frente a ellos, “El espadachín negro”, nadie a visto su cara, solo se sabe que Natsuki Subaru es un espadachín capas de derrotar a cualquier enemigo que se le cruce, muchos dicen que el segundo más fuerte de Lugunica solo abajo del Santo de la Espada.
Pero la razón por la que es una leyenda y muy querido por las personas es por sus actos, es un asesino, se ha llenado la sangre de muchas personas, incontables… pero no de víctimas, no de personas inocentes, toda la sangre que a derramado a sido de asesinos, criminales, esclavistas, violadores y cada ser humano que haya cometido actos que atentan con la vida de las demás personas.
Se ganó el título de “Espadachín Negro” por sus actos, el héroe de Lugunica, el héroe de las sombras lo llaman mucho, no importa el título, lo que es un hecho, es que el solo acabó con la mitad de esclavistas en 5 años en Lugunica, algo que nadie se ha intentado en lograr.
Mientras caminaba con vestido completamente de negro y con una bufanda naranja mientras se agitaba por el viento, se acercó al grupo de esclavos que habían sido secuestrados.
El niño de cabello negro estaba de pie frente a las esclavas para arrodillarse para estar a la altura de ellas, habló. —Hola, cómo ya escucharon, mi nombre es Natsuki Subaru, pero solo llámenme Subaru— dijo con una sonrisa cálida, mostrando tranquilidad para que todas se calmaran. —No se preocupen, no les haré daño, al contrario, vengo a no permitir que esos hombres malos les hagan daño— habló suavemente mostrando confianza.
Las niñas se miraban una a otra con nerviosismo, no sabían si decía la verdad o era otra mentira para hacerles daño
—Yo…— se escuchó un susurro —Yo confío en usted señor… me salvó de lo que me haría ese señor grande malo, así que se que no puede ser mala persona— dijo con timidez una niña de cabello celeste con orejas de gato mientras agachaba la cabeza
El niño de mirada malvada y vio a la niña frente a él, por su mente pasaron recuerdos de otra niña gato que conocía pero rápidamente se concentró en ella
—Gracias.. eh?— dijo con confusión
—Sasha, mi nombre es Sasha, tengo catorce años— dijo la niña mientras jugaba con sus dedos
—Sasha, muy bonito nombre— dijo con sinceridad —Me puedes hacer un favor Sasha… puedes llevar al resto de ustedes a los carruajes y quedarse dentro mientras yo termino con ellos?— preguntó con suavidad, asegurándole que iría por ellas después que terminara con ellos
—Claro, cuente conmigo señor— dijo la joven de 14 años mientras mostraba la primer sonrisa desde que la secuestraron
—Sabes, yo tengo 15 años, no soy mucho mayor que tú— bromeó el niño para luego levantarse y dirigirse a los esclavistas restantes
—jejeje— soltó una pequeña risa Sasha mientras se levantaba y llamaba a todas las demás para subirse en los carruajes.
Subaru cuando se aseguró que todas estaba en el carruaje voltio a ver a los esclavistas, sacando su espada que se miraba muy desgastada
—Luna, Fenix, Terran, Lumina, Aeris, Aqua, salgan y venga a ayudarme— dijo Subaru confundiendo a los esclavistas
Después del llamado 6 luces de distinto color se materializaron alrededor del chico.
—¡¡¡Esos son… Espíritus completos?!!!— gritaron al unísono mientras miraban con miedo al frente
—Hm… aaahm— se escuchó un bostezo. —No lo harás tú Subaru? Tengo mucho sueño.— dijo un orbe verde que flotaba
—Terran, has dormido todo el día, deja de ser perezoso— regañó Subaru al espíritu de tierra
—Tiene saben nuestro contratista, eres muy perezoso, aprende a mi que siempre quiero ayudar a papá— dijo un orbe amarillo que acaricia con su cuerpo de pelota la mejilla de Subaru.
—¡Tsk!, Que irritante, los dos no se pueden comportar bien— dijo una irritada Aqua
—Dejando de lado a estos tontos— dijo el espirito del fuego — en que te podemos ayudar contratista?— preguntó Fénix
—Verán chicos, tenemos casi 80 hombres que tendremos que derrotar, así que les pido ayuda— dijo mientras señalaba al grupo de esclavistas
—Quieres que aumente tu forma física?— preguntó el orbe blanco
—No, creo que con mi fuerza estaré bien— contestó Subaru
—Entonces, para que quieres que hagamos?— preguntó Luna
—No quiero entretenerme aquí todo la noche, así que necesitaré a los 6 juntos— dijo el niño de mirada malvada para sorpresa de todos
—Acaso… quieres hacer ese hechizo?— preguntó un sorprendido Fénix
—Eh… si, más o menos— decía mientras se rascaba la cabeza
—Pero papi, todavía no lo hemos perfeccionado…— dijo Aeris
—Y si fallamos, podría ser devastador— terminó la frase el ya concentrado Terran
—Yo sé, pero confío en ustedes y confío en mi en que lo haremos bien— dijo un seguro Subaru
—Pero si fallas, será el devastador no solo para ti, también para las esclavas que están aquí, y además como sabes que no hay más esclavos en las cabañas— explicó la preocupada Lumina
—Por si hay están preocupados de si hay más esclavos, ya los liberé antes cuando todos estaba distraídos con el jefe gordo viendo la escena que tenía, nadie se dio cuenta— dijo con orgullo, aunque le pareció estúpido que fuera tan fácil pero lo dejó pasar. —Y además… no les diría que lo hiciéramos si no estuviera seguro que lo lograría.— aseguró Subaru con confianza
—Pfffff, no cambiarías de opinión verdad?— dijo la resignada Luna no fue ni pregunta, fue una afirmación viendo como el joven asentía con la cabeza
—Bueno, confiamos en ti contratista— Fénix mientras se preparaba
Los esclavistas que miraba con miedo, se armaron de valor y un gran grupo de más de 50 personas corrieron directo al joven para acabar con él
Subaru no se dio cuenta, simplemente se concentró mientras su maná fluía en su cuerpo y sus espíritus empezaba a brillar acumulando la mayor cantidad de maná que pudieran recolectar
Mientras más maná acumulaban, mas empezaron a brillas los espíritus mientras Subaru con los ojos cerrados se concentraba en tener el flujo de mana estable, pasaron unos segundos hasta que se detuvieron
Lumina y Luna se adelantaron unos poco de todos para luego empezar a brillar mientras Subaru abrió los ojos con una sonrisa en su rostro.
—¡Vórtice de extinción!— gritó Subaru. Luna y lumina empezaron a brillar intensamente mientras canalizaban el mana de lo 6 espíritus en ellos.
En el cielo empezaron a formarse relámpagos, la tierra empezó a temblar, y viento empezaba a soplar con mayor intensidad mientras el centro de donde se encontraban los esclavistas se empezaba a formar un pequeño vórtice blanco y negro.
Los esclavistas miraban confundidos el pequeño vórtice mientras empezaban a burlarse, el vórtice empezó absorbiendo una roca pequeña, hojas, tierra.
Poco a poco empezó a agrandarse mientras el aire temblaba con una atracción dirigido al vórtice, poco a poco empezó a tragarse rocas más grandes, sillas, árboles…
Siguió y siguió creciendo convirtiéndose en un gigantesco vórtice blanco y negro de 20
Metros a la redonda absorbía todo lo que se le acercaba, pronto empezó a absorber las cabañas.
Los esclavistas luchaban para mantenerse y no se absorbidos, clavaron sus espadas en el suelo para sostenerle pero rápidamente se quebraban. Se escuchan gritos mientras el vórtice absorbía todo a su paso, uno por uno empezaban a ser absorbidos a la nada misma mientras el viento se mecía violentamente
Subaru estaba de pie con los brazos apuntando hacia adelante con las palmas de las manos extendidas, con ojos cerrado concentrándose en mantener su flujo de maná estable, si el fallaba sería absorbidos también, sus espíritus brillaban con mayor intensidad. Luna y Lumina eran los catalizadores para crear el vórtice pero necesitaban los otros 4 elementos para hacerlo funcionar
Mientras Subaru empezara a gritar intentando poco a poco desintegrar el vórtice, cayó de rodillas mientras apretaba los dientes, concentrado en disminuir el flujo de Maná
El vórtice ya había absorbido más de la mitad del campamento y los casi 80 hombres habían sido devorados.
Subaru empezó a disminuir la cantidad de Maná mientras el vórtice se hacía cada vez más pequeño, concentrado mientras apretaba los dientes soltó un último grito, así desapareciendo el vórtice de Yin y Yang
Subaru por el cansancio cayó acostado mientras jadeaba, había perdido una gran cantidad de sus reservas de Maná, sus músculos se contraían, su cuerpo empezó a temblar por el esfuerzo físico y mental que se quedó minutos acostado en el suelo
—Creo que todo salió bien, verdad?— dijo jadeando entre risas
—¡Siii papi lo hicimos!— gritó una feliz Aeris
—No pensé que lo lograríamos— dijo un cansado Fénix
—Vieron, les dije que todo saldría bien— dijo un feliz Subaru
—Tsk, tienes razón, pero por este pequeño ataque tendremos que dormir, quizás por un día completo— informó Aqua
—Si, no hay problema, yo me encargo del resto— aseguró Subaru mientras se levantaba del piso.
—Muy bien, confiamos en ti contratista— dijo Luna
—No se preocupen y descansen, Adiós chicos— dijo con suavidad y una cálida sonrisa
—Adiós Subaru— dijeron todos al unísono
Mientras Subaru se levantaba lentamente con el cuerpo todavía cansado, vio las consecuencias del ataque
—¡No me lo puedo creer!— dijo Subaru con la boca abierta de par en par
En el centro de ataque, no había nada, había un gran cráter, un hoyo enorme como si un meteorito hubiera caído del cielo, no quedó nada solo un gran agujero en el centro de todo.
Subaru todavía en Shock se recompuso fue directo a los carruajes
—¡Pueden salir, soy Subaru!— gritó para asegúrales que todo estaba bajo control
Subaru fue sorprendido por que rápidamente fue abrazo por una niña de cabello celeste mientras lloraba en su pecho, lágrimas de agradecimiento por salvarla de aquel destino, pero también soltando todo el miedo que tuvo en lágrimas, en el único lugar seguro donde podía sentirse bien
Subaru rápidamente salió de su estupor y acarició la cabeza de la chica mientras poco a poco las demás se acercaban asfixiándolo
—Gracias chicas…— decía Subaru jadeando en busca de aire. —Pero no respiro— dijo el niño poniéndose morado
—Oh perdón, lo siento— dijo Sasha mientras se sonrojaba, Subaru solo le dedicó una sonrisa.
—Bueno chicas, la guardia real de los caballero vendrá pronto, todas estarán a salvo y las llevarán a sus casas— se dirigió a todas las chicas
—¡Siiiiiiiii! Gracias a Od— gritaron todas las personas salvadas de los esclavistas
—Me alegro que todas puedan salir de este infierno, estoy orgulloso de cada una de ustedes— dijo el niño de mirada malvada mientras mostraba una sonrisa genuina que hizo sonrojas a muchas chicas
—Pero se quedará con nosotras? No se irá verdad?— preguntó una niña de cabello rojo
—Lo siento chicas, pero los caballeros sí me ven aquí me llevarían a interrogar y tengo que ir a acabar con más escoria— se disculpó, vio la cara de decepción y miedo de las chicas por estar solas de nuevo. —No me puedo quedar aquí… pero no significa que las dejaré solas, me esconderé para asegurarme que esté sanas y salvas— tranquilizó Subaru a la chicas, vio como sus miedos se disipaban
—Muchas gracias Subaru, usted es un héroe de verdad— se acercó una semihumana con cuernos de ciervo
—No hay nada que agradecer y no me considero un héroe— dijo el avergonzado chico —Solo quiero un mundo donde las personas puedan sonreír— dijo Subaru rascándose la cabeza
Las chicas lo vieron con admiración y un poco de ¿Amor? al chico frente a ellas, no solo habla por hablar, no solo son promesas, cree en sus metas y lucha ayudando a los inocentes, manchándose las manos de sangre para librar al mundo de personas malvadas, si eso no es ser un héroe, nada lo será pensaban todas las esclavas
—Bueno chicas, es momento de marcharme, por favor no vaya a esa zona por qué verán muchas cosas horribles— dijo nervioso, quería asegurarse que no vieran su pequeño desorden
—Si tú lo dices está bien— aseguró Sasha mientras todas asentían con la cabeza
—Gracias chicas— dijo Subaru sonriendo
Se dio media vuelta para marcharse cuando sintió que le sostenían la manga de su chaqueta
—Subaru… crees que te pueda volver a ver?— preguntó una sonrojada joven mientras sus orejas de gato se agachaban y su cola esponjosa se movía de un lado a otro
—Eh? Que quiere decir Sasha?— preguntó el confundido niño
—Es que… quiero seguir viéndote— dijo mientras jugaba con sus manos con la cara roja
—mmmm, no sé, no tengo un lugar donde vivir y siempre ando por todo el país cazando a estos bastardos— decía mientras la miraba
—Yo vivo en la capital de Lugunica, por favor puedes ir a visitarme, quiero agradecerte como se debe y…— no pudo terminar la sonrojada chica, tapándose la cara de vergüenza, las otras chicas sonreían juguetonamente al ver la intersección
Subaru no sabía que estaba pasando, pero vio la cara de la chica de agradecimiento y otro sentimiento que no sabía que era, para sonreírle
—Claro, te prometo que iré a visitarte cuando vaya a la capital— aseguró mientras le daba palmaditas en la cabeza
Eso hizo sonreír de oreja a oreja a Sasha mientras se derretía en el toque de la mano en su cabeza
—Gracias, te estaré esperando— dijo una radiante Sasha
Subaru se dio la vuelta ahora si para marcharse cuando sintió un toque en su mejilla, volteó para ver que pasaba y vio como Sasha le había dado un beso, inmediatamente Subaru se puso rojo como un tomate mientras tosía intentado hablar
—JEJEJE nos vemos Subaru— dijo una victoriosa Sasha mientas se alejaba saludándolo con la mano
Subaru todavía en shock respondió al saludo mientras se tocaba la mejilla, así Subaru en un abrir y cerrar de ojos desapareció en la oscuridad del bosque
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En la capital de Lugunica, en un gran castillo custodiado por una gran cantidad de caballeros, adentro del palacio en un gran salón al final se encontraban 4 sillas con 4 hombres sentado en ellas
Uno era Burroughs Kliemann, Bordeaux Zellgef, Miklotov McMahon, o mejor conocido como los grandes sabios de Lugunica.
En el centro de ellos, el más importante… el rey número 41, Randohal Lugunica
Frente a ellos se encontraban 3 hombres, dos de ellos vestido de blanco con espada colgando por su cintura, uno de ellos se descartaba del resto, y el otro vestía una armadura pesada con una espada colgando
El hombre con armadura era el capitán de los caballero reales Marcos Gildark, el otro hombre a su lado vestido de blanco, cabello morado no era otro más que Julios Juukulius, el mejor conocido como “El caballero más noble”.
Y al otro lado, con el cabello rojo, ojos azules, con una aura casi celestial, que intimida a cualquier ser vivo del mundo, el hombre invencible, el santo de la espada… Reinhard Van Astrea
—Espero que sea importante esta reunión de emergencia capitán Marcos— el primero en hablar fue Bordeaux
—Disculpe mi descortesía de molestarlos a tan altas horas de la noche su majestad— dijo respetuosamente mientras hacía una reverencia. —El motivo por el cual solicité esta reunión es para informarle del último caso de esclavistas que tuvimos el día de…— fue interrumpido por Bordeaux
—Es una pena que todavía existan este tipo de problemas que afectan a los plebeyos— dijo sin una pizca de empatía —Pero si me disculpa capitán, no creo que sea una razón válida para citarnos a esta hora— terminó con una voz cortante
—Bordeaux, respetemos la voluntad del capitán de nuestros caballeros reales, si nos citó es por un tema de suma importancia— aseguró Miklotov
—Pero solo nos quiere informar sobre una excursión a los esclavistas, no es algo que el rey tenga que manejar— dijo levantando la voz
—¡Basta!— habló una voz firme —Gracias Miklotov por intervenir pero déjame tomar el control, y Bordeaux solo el rey puede decidir que puedo y no puedo manejar— habló con voz autoritaria sin dejar espacio para réplica
—Lo sentimos su majestad— dijeron ambos sabios mientras inclinaba su cabeza
—Capitán Marcos, puede continuar— ordenó el rey
—Gracias su majestad… Como decía, un campamento de esclavos cerca de picoutatte, cerca de la frontera con Vollacia fue atacado el día de hoy unas horas antes…— dijo mientras suspiraba —Nos informaron que todos los esclavistas fueron asesinados o desaparecidos por que no se encontraron restos de ellos, las víctimas salieron ilesas, pero eso no es lo más importante… lo más importante fue el estado del campamento— se detuvo para que procesaran la información. — En medio del campamento, había un cráter gigantesco que se tragó más de la mitad del campamento de esclavistas y se cree que también los mismo esclavistas fueron absorbidos— dijo con una voz firme para que se notara la seriedad del asunto
—¡¿Qué?!, eso no puede ser posible, no existe nadie más que el margrave Roswall que pueda tener ese nivel de Maná para hacer un hechizo de tal magnitud— dijo Bordeaux inseguro por la información
—El margrave Roswall no se encontraba cerca del campamento, eso es lo preocupante del asunto, los rescatados fueron interrogados por lo ocurrido y todas coincidieron en una cosa… un joven de cabello negro, mirada aterradora pero cálidos, vestido completamente de negro con pantalones, camisa, zapatos y un chaleco similar al de nuestros caballeros nada más que de color negro y una bufanda color naranja fue el responsable de salvarlos— explicó el capitán
—Disculpe mi descortesía, honorable capitán, consejo de sabios y su majestad— otra voz se unió a la conversación, un hombre de cabello rojo
—Puedes continuar, Reinhard— dijo el Rey
Con una reverencia continuó —Según su descripción, coincide con la leyenda que se está formando de un joven que se hace llamar “Natsuki Subaru” que está acabando con los peores criminales del país— explicó el Santo de la espada
—Correcto, los plebeyos le han puesto el nombre de “Espadachín Negro”, lo ven como un héroe al nivel del santo de la espada— dijo Marcos
Reinhard hizo una mueca, el no era un héroe, el era un monstruo que mató a su abuela, ese joven era mucho mejor que él, ese era el pensamiento del hombre más poderoso
—Todo indica que el fue el responsable de ese poder descomunal, es la única prueba y la logística está a nuestro favor— dijo firme, se recompuso para decir las siguientes palabras —Por eso pedí esta reunión, Natsuki Subaru es alguien de temer, no se sabe sus intenciones con nuestro país, pido permiso al consejo de sabios y directamente al Rey, que me autorice la búsqueda de Natsuki Subaru— dijo para sorpresa de todos los presentes
Claro, ese chico era una incógnita, y si es nuestro enemigo tendríamos que detenerlo, on Reinhard no sería tan difícil, pero si es aliado, podría ser una gran ayuda contra los demás países o el culto de la bruja, por su potenciar, sería un gran caballero.
—Capitán Marcos, está seguro de la petición que pide, buscar a un solo hombre que está matando a criminales— habló Miklotov
—por supuesto señor Miklotov, si es un enemigo tendremos que detenerlo pero si es aliado, será de mucha ayuda para las próximas batallas que vendrán— dijo con firmeza el capitán
—Esta bien, acepto tu petición, desde hoy Natsuki Subaru estará en busque por orden del Rey en nombre de Lugunica… aquí termina la reunión— ordenó el Rey
Mientras toda salían del salón había una persona que estaba emocionado por esta orden, Reinhard Van Astrea, el hombre invencible será encontraba emocionado de conocer a un héroe de verdad, quizás tan poderoso que también sea llamado monstruo y así que no lo juzgue y pueda tener una relación de amistad sincera con alguien.
—Espero conocerte pronto, Natsuki Subaru…— Decía en sus pensamientos el Santo de la Espada
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Después del accidente todo había seguido normal para Subaru, perfeccionando el usar magia de su puerta, usando artes espirituales, su entramiento físico y con la espada y también cazando a mas criminales, ese era más bien su trabajo
Después del incidente del vórtice había pasado casi 2 años mientras la leyenda del “Espadachín Negro” se hacía más grandes, escuchaba rumores que decía que era un héroe que nacía cada mil años para acabar con el mal, o que era el más poderoso de la historia, habían algunos que decían que era una mentira y que era un sirviente de la bruja de la envidia, ninguna cerca de la verdad.
Subaru no le importaba lo que hablaran de él, mientras pueda seguir, el siempre estará luchando por sus sueños.
En un campo de flores se encontraba Subaru de pie, frente a dos tumbas que visitaba cada vez que podía, en las tumbas estaban escritas los nombres de las personas que le enseñaron y lo convirtieron en lo que es hoy, Shun e Hikari, su sensei y hermana mayor
Subaru colocó nuevas flores en sus tumbas mientras les empezaba a contar sobre sus aventuras, contaba su entrenamiento y lo más importante para é, cuanto los extrañaba.
Cuando terminó su visita a las tumbas de dirigió de vuelta al bosque por que ya tenia la ubicación del próximo campamento que atacaría, mientras iba caminando se percató de algo, muchas sombras iban detrás de él rodeándolo, se detuvo a mitad del bosque mientras observaba su alrededores
—¡Al huma!— cantó Subaru con ayuda de sus espíritus lanzando un cristal de hielo empalando a una de las personas que las seguían
—Quien anda allí? Salgan si no quiere morir— ordenó con una voz fría, que mostraba la seriedad en su voz
Vio como unas personas vertidas todas con túnicas negras, tapando su cara se arrodillaban frente a él
—¿Eh? ¿Quienes son ustedes y por qué se arrodillan ante mi?— preguntó confundido pero sintiendo que algo no estaba bien
—Maravilloso, maravilloso, maravilloso— dijo una silueta que se acercaba lentamente a él. —su amor su amor su amor se encuentra en ti, eso es simplemente maravilloso— despotricaba la sombra. —Su amor bello, su amor milagroso, su amor misericordios, amor amor amor… tú tienes todo su amor y yo siendo un perezoso no te pude encontrar, soy un maldito perezoso… merezco un castigo, tú… castígame, golpéame, quema mi cuerpo perezoso por tal pecado que cometí hacia mi diosa— siguió despotricando cada vez más loco
Subaru completamente perdido por lo que decía el hombre frente a él, se masajeó la frente intentando entender
—Subaru, algo no está bien con ese tipo— habló Luna telepáticamente.
—Si, está loco, creo que ha sufrido un trauma— dijo Subaru
—No es eso, siento en el algo que no está bien, algo oscuro, lo mismo que siento contigo— le confesó Luna
—¡¿Qué?! Algo oscuro en mi? Que dice! Yo nunca he practicado nada oscuro, desde que practico magia estoy con ustedes— dijo confundido
—No es eso, es algo más inquietante, algo que no está bien, un poder grande pero que puede ser peligroso— explico Luna lo mejor que pudo
—¿Eh?, no entiendo pero lo dejaremos para después, ahora estoy contigo que este tipo es raro y no es algo que se tome a la ligera— dijo dirigiendo la mirada hacia el hombre que se acercaba.
—Disculpa amigo, que haces aquí? Yo me tengo que ir, tengo un viaje por un trabajo y no puedo quedarme mucho tiempo— intentó sonar amable
—Oh perdón perdón, mi error por entretenerte a ti que tienes muchas cosas importantes, lo siento— decía felicidad —Lo siento, mi Diosa a querido que venga aquí, quizás a verte a ti o quizás me darás algo que necesito… no sé, ¡Que nervio! Que tendrá mi Diosa para un fiel devoto, me cerebro tiembla al pensar en lo que puedo recibir, será que por fin tendré el tan deseado amor de mi diosa— dijo mientras empezaba a temblar
—Disculpa viejo, no se lo que hablas, ni siquiera se quién eres, y mucho menos sé quién es esa Diosa que tú dices— dijo un incómodo Subaru por la locura que estaba pasando
—Perdón perdón perdón, perdona mi pereza, soy un mal devoto, lo siento lo siento…— decía mientras se empezaba a pegar en la cabeza —no merezco su amores tan grande que un ser indigno como yo no merece a nuestra diosa, castígame, por favor creyente del amor— siguió despotricando
Subaru ya nervioso dijo —Mire señor, no tengo tiempo para esto, le pido por favor que hable ahora o si no…— se detuvo sacando su espada mientras le apuntaba. —Nome contendré por tu locura— dijo Subaru con seriedad
El hombre frente a él se detuvo para verlo un momento, siguió caminando…
—lo siento lo siento, soy un perezoso, déjame explicarme creyente— dijo hombre —Nuestra diosa, nuestra diosa, el ser más grande, el ser más hermoso de todo, el amor más hermoso del mundo, mi Diosa, nuestra diosa… La Bruja de la envidia —respondió mientras Subaru abría los ojos de par en par al saber a quien se refería.
—Nuestra diosa, su amor llenara el mundo, y todo se darán cuenta que tan maravillosa es, necesito a ese recipiente perfecto, ya casi está listo, en un 2 meses nuestra diosa caminará entre nosotros dándome su amor— despotricó mientras la luz empezaba a iluminar su cara— Tú tienes mucho amor, te sigue, está contigo, tengo celos, solo debería ser para mí pero por mi pereza no lo tengo… la guia, el evangelio me pidió que viniera a ofrecerte su guía, su enseñanza, su sabiduría— dijo el hombre
—Bruja, no quiero nada de tal escoria bastardo, no me uniré a ti en descarta a ese monstruo, no se a que te refieres con que me sigue, pero si te puedes comunicar con ella dile que se aleje de mí, no la quiero conmigo— Dijo Subaru con ira viendo a tal loco frente a él
—Blasfemia, imperdonable, incomestible, mereces sufrir, mereces morir, su amor es lo más grande y tú lo rechazar, hereje —despotricó con ira en su voz —su guía, su amor me advirtió que si no aceptabas, tendrías que morir así que he venido a cumplir la orden de mi Diosa… déjame me presento— dijo mientras su rostro era iluminado, tenía cabello verde, cara pálida que parece muerta, ojos negro perdidos en la locura, con una túnica púrpura oscura.
Subaru solo pudo sentir asco al ver a tal asquerosidad frente a él, preparándose para la batalla sabiendo que viene a matarlo, sacó su espada mientras sintió que los espíritus temblaban de miedo, no tenía tiempo para preguntar así que lo haría después.
—Me presento hereje— dijo mientras se detenía —Soy un miembro del culto de la bruja…— Dijo mientras doblaba su cuelo hacia un lado de manera antinatural, crujiendo en el acto, con una mirada de locura continuó…
—Arzobispo representa a la pereza… Petelgeuse Romanée-Conti— dijo con una sonrisa maniática
Chapter 5: SACRIFICIO ETERNO Y UN ENCUENTRO DEL DESTINO
Chapter Text
—Soy el Arzobispo del pecado que representa la pareza… Petelgeuse Romanée-Conti— dijo con una mirada Maníaca
—Arzobispo del pecado… ¿Qué es un arzobispo?— preguntó con el ceño fruncido, lo que sea que estuviera pasando no está nada bien
—¿Eh? No lo sabes, jajajajaja no sabes la bendición que nos dio nuestra amada diosa, su am…—
—¡CÁLLATE!, me importa una mierda esa bruja, ¡responde la maldita pregunta!— Amenazó el joven
—Como… como… como te atreves a insultar a nuestra diosa… blasfemia, hereje, mi diosa, nuestra diosa, la insultaste… ahora tendrás que morir por tu pereza al no corresponder el amor más puro— decía con ira mientras se agarraba la cabeza temblando
—Tsk, no tengo tiempo para tus juegos— dijo Subaru
En un salto llego en un abrir y cerrar de ojos frente al arzobispo dándoles un golpe seco con su mano derecha en el estómago, haciendo tambalearse, Subaru queriendo aprovechar la sorpresa desenvainó rápidamente su espada intentando cortar a Petelguese, el arzobispo no se quedó parado y con su magia creó muchos picos de rocas saliendo del suelo intentando apuñalar a Subaru.
Este las esquivó con facilidad saltando entre ellas y corriendo. —“El Goa”— cantó mientras sentía como su Maná fluía en su cuerpo, lanzando bola de fuego hacia las estructuras que intentaban atravesarlo, rápidamente corriendo de un lado a otro mientras lanza “Fula” un cuchillas de viento cortando la roca en dos, siguiendo esquivando vio una roca frente a empezaba a formar, una estructura, rápidamente de un salto se impulsó llegando a la cima y sin perder tiempo saltó por los aires en dirección de un objetivo.
Subaru en el cielo con la espada que había tomado de su sensei 7 años antes, con su mano derecha levantó la espada al cielo mientras caía hacia el arzobispo intentando cortarlo por la mitad de un solo corte… cuando Subaru estaba a unos centímetros de él sonrió empezando a saborear el sabor de la victoria, con un movimiento rápido trazo un corte limpio vertical intentando partirlo en dos.
Petelguese no se movió ni un centímetro, lo seguía viendo con mirada maníaca mientras le dedicaba una sonrisa que no llegaban a sus ojos, vio como el joven se acercaba con la espada en mano y con una sonrisa que dejaba ver que había ganado el combate, el arzobispo lo vio divertido, abrió ambos brazos como si de una obra de teatro se tratara para luego susurrar lo suficientemente alto para que Subaru lo escuchara “Mano de la Pereza”.
Subaru confundido por lo que escuchó no le prestó mucha atención, estaba a punto de impactar al monstruo frente a él, cuando la espada estaba a unos centímetros de su cabeza, Petelguese solo vio como la espada iba directamente a su cabeza, solo sonrió
—¡Muer…— intentó gritar Subaru cuando sintió que algo estaba agarrando su cuello, sintió como si una mano intentaba romperle el cuello haciendo que detuviera su ataque, aún en el aire colgado por el cuelo, vio como le arrebataban la espada, intentó moverse, forcejeando con sus manos para que lo soltara del agarre que cada vez se hacía más fuerte.
—Jajajajajaja, que hermoso, magnífico, tu cara, tu desesperación, me gusta… me encanta— se burló el hombre de piel pálida mientras se llevaba sus dos manos a las mejillas —Tu pereza es lo que provoco esto, pensaste que me matarías a mí, a un creyente en el amor, un devoto de mi diosa, yo no moriré, no puedo morir hasta que la bruja esté caminando entre nosotros y me de el amor que por mi diligencia me he ganado— dijo mientras doblaba su cuerpo de manera antinatural
Subaru no pudo responder, se encontraba intentando respirar, intentando liberarse del agarre de la cosa que lo tenía sostenido por el cuello, era imposible, no podía cortarlo, no podía ni siquiera lanzar magia para liberarse, un pensamiento pasó por su cabeza, sus padres, sería el momento de su fin? Se preguntó… se recordó de su hermana Hikari, sería el momento de volver a verla? Se preguntó el niño, Subaru se acordó de las clases con su Sensei y como este le decía que no se rindiera, pero ahora que podía hacer? Nada. Sus fuerzas se iban perdiendo, ni siquiera tenía su espada…
La espada, Subaru se acordó de cuando tomó la espada de su maestro, sintió una responsabilidad enorme pero con determinación la tomó para hacer lo mejor que podría para ayudar a las personas. Se quedó viendo la espada que todavía flotaba con tristeza, intentó levantar la mano para alcanzarla pero no llegaba, Petelguese se dio cuenta de dónde iba dirigida su mano y su mirada
—Eh? La espada, quieres la espada que tengo en mi poder?— preguntó con suficiencia —Este trozo de chatarra viejo es tan importante para ti, que patético, adorar tanto algo tan inservible teniendo el amor de la bruja contigo— dijo con enfado en su voz —Es un insulto a nuestra diosa por eso te daré un castigo…—. Dijo mientras sonreía, sus manos invisibles empezaron a mover su espada, pasó unos segundos para suelo con mirada fría decía. —Será tu castigo por deshonrar a mi diosa— terminó para suelo escucha el crujido de metal rompiéndose
Subaru vio con desesperación como frente a sus ojos, la espada que una vez con tanto orgullo portó, se hacía pedazos frente a sus ojos, vio los recuerdos y enseñanza de su maestro quebrándome igual que la espada frente a él… en un instante la espada se partió en dos y vio que cada parte flotaba por los aires y como si una fuerza de la naturaleza lo aplastara la espada se hacía añicos hasta que de rompió por completo hecho polvo cayendo hacia el suelo
Petelguese feliz viendo el resultado, dejó caer al niño al suelo, viendo como un cuerpo patético se movía mientras jadeaba buscando la espada que ya no existía
Subaru mientras jadeaba y se arrastraba por el piso, llegó donde caía el polvo, se levantó entre jadeos poniéndose de rodillas mientras abría las palmas de sus manos recogiendo las cenizas de la espada de su maestro
Subaru se quedó en silencio, sus ojos estaban sombríos mientras las puntas de su cabello caía tapando sus ojos, está perdido, su espíritu roto junto a la espada.
—Ves, por tu pereza, por tu negligencia al atacarme, al hablar mal de nuestra diosa es lo que llevó a este final, te lo mereces por perezoso, no fuiste diligente, solo fuiste un niño creyendo que podías con todo, me da lástima ver tu patética vida— terminó de hablar Petelguese
—Aléjate loco, “Fula”— gritó una nueva voz infantil, lanzando una fuerte ráfaga de viento al arzobispo haciendo volar y alejarlo. —papi, esta bien? Ese hombre malo te hizo mucho daño— dijo sin tener respuestas Aeris.
—Aeris tu… pudiste atacar a ese tipo?— preguntó algo confundido el orbe verde —Ninguno podía moverse por el miedo y el aura que desprendía ese sujeto— terminó de hablar Terran
—No podía, mi cuerpo temblaba y por el miedo no podía moverme pero no podía dejar que matará a papi— dijo el orbe amarillo mientras consolaba a Subaru
—Es extraño, no sé qué nos pasó, como si estar cerca de ese tipo intentáramos correr lo más lejos de él… eso solo pasa cuando…— decía Fénix
—Cuando es un gran espíritu— terminó la frase Lumina
—¿Quieres decir que ese monstruo es un gran espíritu?— preguntó una temblorosa Luna
—No estoy seguro, pero es la única explicación que tenemos, los espíritus como nosotros respetamos rangos… y si él es un gran espíritu, es por eso que nosotros estamos en este estado— terminó de explica Fénix.
—Esto está mal, además tiene esa horrible energía dentro de él— dijo Aqua quien se dirigía al abatido Subaru, empezaba a brillar mientras estabilizaba sus emociones con su magia
—Pero entonces… cómo podemos ayudar a papi, no quiero que le pase nada malo— dijo la preocupada Aeris, para ella Subaru era como un padre, aunque todos lo amaban, ella era la más cerca
—Tsk, no tengo ni idea— dijo Luna con tristeza en su voz
Los espíritus seguían discutiendo sobre posibilidades, Subaru poco a poco calmó sus emociones y heridas que le habían infligido.
—Chicos, gracias por volverme a salvar— Dijo el niño de cabello negro con sinceridad mientras se ponía de pie. —No se preocupen, yo me encargaré de ese monstruo— aseguró Subaru
—Como lo harás? No tienes tu espada, estás indefenso solo con tus puños— dijo una preocupada Lumina
—Lumina tiene razón, nosotros no podemos ayudarte con ese tipo y sin tu espada… solo estarás en puños— intentó razonar Terran mientras flotaba alrededor del niño
—Si papi tenemos que huir para…—
—No podemos huir— interrumpió Subaru —No estamos solos, hay muchos tipos de negro observando la pelea, si intentamos escapar, esos tipos nos detendrán lo suficiente para que Petelguese nos mate— Explicó Subaru
—Pero entonces que haremos, no tienes arma, los puños no servirán con ese tipo y nosotros no somos detendrán ayuda— dijo Fénix
—Yo sé que perdí mi espada— dijo Subaru con tristeza mientras se veía las manos desnudas —Pero también los tengo a ustedes… puedo ocupar en base a nuestra conexión sus puertas y así poder lanzar magia de todos los elementos como lo he estado haciendo— dijo mientras levantaba la vista con una nueva determinación en sus ojos
—Pero Subaru, eso será suficiente? Antes no pudiste tocarlo por ese extraño poder— dijo Aqua explicando su punto
—No pude tocarlo, por qué no sabía que pasaba…— dijo el niño mientras veía hacia donde venía el arzobispo. —Ahora lo entiendo… dijo “Mano de la pereza”, al principio pensé que era un tipo de telequinesis muy avanzada pero estaba muy equivocado, lo más seguro como su nombre lo indica, serán manos que puede general con ese poder negro que tiene, además yo sentía como una forma de mano me ahorcaba… y ya que no se pueden ver, por obvias razones serían invisibles para el ojo humano… pero creo que tengo una manera de poder ver las manos.— dijo Subaru con firmeza, seguro de lo que decía
—ehhhh? Cuando llegaste a esa conclusión?— preguntaba una sorprendida Lumina
—Oye, no soy tan tanto como parezco— dijo con una risa burlona.
—Entonces planeas enfrentarlo solo con tus puños y magia?— preguntó la ya resignada Luna
Todos los espíritus sabían lo terco que era su contratista, cuando se le metía una ida a su cabeza, nadie podría hacerlo cambiar de opinión
—Si, además, recuerden que aparte de lanzar hechizo, puedo mejorar mi cuerpo y puños como habíamos practicado— dijo con una mirada de orgullo
—tsk, bien, confiamos en ti… pero entonces, que quieres que hagamos nosotros?— preguntó Aqua intentando ayudar en lo que pudiera
—Bueno chicos, no podemos dejar que nadie salga de este bosque con vida, así que mientras yo peleo con el arzobispo, ustedes derrotarán a sus seguidores, a los locos encapuchados— dijo contando su pequeño plan.
—Cuenta con nosotros papi— dijo una infantil Aeris
—Por favor, cuídense— dijo Subaru con una sonrisa sincera y preocupada
—Si, tú también… chicos vamos a por esos cultistas de brujas— dijo Fénix como un líder
—¡SIIIII!— dijeron todos al unísono mientras se dirigían al bosque
Subaru vio como se iban para cambiar la cara a una fría pero llena de determinación viendo a la persona que se acercaba.
—Magnífico, espléndido, maravilloso, te levantaste, eres diligente, es una pena que tenga que acabar contigo, serías un seguidor muy diligente para nuestra diosa— dijo Petelguese que se acercaba
—Puffffff, para que quiero a esa estúpida Diosa tuya, inútil que tiene que enviar a sus perros fieles a traerla de vuelta, eso es un insulto para mí el pensar que seguiría a tan monstruo vil— terminó de decirlo con una sonrisa burlona en su cara.
—tú tú tú tú tú, cómo te atreves a hablar así de ella, ¡Blasfemia!, ¡Hereje!, te mataré, te torturare y llevaré tu cuerpo como ofrenda a nuestra diosa para que te de el castigo que te mereces— dijo con una gran ira en sus ojos mientras veía al chico burlarse de su amor.
En un ataque de ira, Petelguese sacó muchas manos negras que solo él podía ver, pero Subaru ya sabía que era lo que estaba haciendo, lo provocó a propósito para que sacara esas manos inviables
—¡Al Huma!— gritó Subaru formándose un cristal de hielo lo suficientemente grande para llevar acabo el plan que tenía en mente. Subaru envió el proyectil, no a su enemigo, lo envió al cielo lo suficientemente mente alto, ahora Subaru con un control magistral de magia cerró su puño controlando su hechizo para aplastarlo y hacer que cayera nieve del cielo.
Ahora Subaru podía verlo, docenas de brazos largos se movían cubiertos de nieve, ahora estarían en igualdad de condiciones
—Tú tú tú, trampa,no puedes, no debes poder hacer ese tipo de trucos, tramposo, maldito— despotricó lleno de ira Petelguese
—Petelguese, a llegado el momento en que te reúnas con tu diosa y nos dejes en paz— dijo Subaru con determinación en sus ojos
El bosque estaba envuelto en nieve que caía desde el cielo por el hechizo de Subaru. La nieve caía en las hojas grandes y y manos invisibles mientras Subaru avanzaba lentamente. Petelgeuse camino entre los árboles torcido, su cuerpo doblándose en posiciones imposibles. Las Manos Invisibles aparecieron alrededor, extendiéndose como raíces deformes en el aire.
Subaru dio el primer paso.
Una Mano se lanzó hacia él con violencia. Subaru giró, bajó el torso y esquivó el golpe por centímetros. Sus pies resbalaron en la tierra llena de nieve, pero se estabilizó de inmediato.
Clavó una mano contra el suelo y liberó Tierra: -Dona.
Una pequeña placa de tierra endurecida surgió bajo sus pies, permitiéndole impulsarse con fuerza.
Saltó hacia el costado, esquivando otra Mano que atravesó el árbol más cercano, partiéndolo como mantequilla.
Subaru giró en el aire y cayó con una patada descendente.
Su pierna estaba reforzada con Yang, energía vital que aumentaba su fuerza y peso.
El golpe destrozó una Mano Invisible y levantó un pequeño cráter de tierra.
Petelgeuse se contorsionó y envió una docena de manos desde atrás.
Subaru sintió el movimiento del aire. Su pie se deslizó hacia atrás, su cuerpo giró. Levantó el brazo y exhaló, liberando Viento: -Fura en un estallido repentino.
La ráfaga cortante salió como un aire comprimido y desvió varias Manos, rompiéndolas en fragmentos invisibles que desaparecieron.
Otra Mano bajó en diagonal.
Subaru se agachó de golpe.
Su torso se inclinó hacia adelante; el ataque pasó rozando su espalda.
Sin perder tiempo, lanzó un puñetazo directo al suelo.
Tierra: -Dona.
La vibración se extendió bajo la tierra como un latido. Las raíces debajo se alzaron espontáneamente, golpeando desde abajo las Manos que se formaban.
Petelgeuse retrocedió con movimientos espasmódicos. Subaru corrió hacia él. La humedad del bosque hacía que su respiración se volviera vapor visible. Dio un salto corto, giró y lanzó una patada lateral dirigida al torso del Arzobispo.
Antes de impactar, murmuró el hechizo en su mente: Fuego: -Al. No era un ataque, lo había entrenado con sus espíritus
Su pierna se envolvió en una pequeña llamarada. No era explosiva, pero el contacto fue abrasador. La patada empujó a Petelgeuse varios metros contra un tronco, chamuscando su túnica negra.
Las Manos regresaron, más rápidas, tratando de atraparlo por detrás. Subaru levantó su mano, que brilló en un azul pálido.
Agua: -Lugna. Un velo de humedad envolvió su brazo, suavizando la fricción.
Las Manos chocaron. El impacto fue amortiguado; Subaru giró su cuerpo con la fluidez que le daba el agua, escapando del agarre invisible y respondiendo con un puñetazo ascendente reforzado con Yang.
Su puño subió como un martillo, golpeando una Mano y rompiéndola en un pulso de energía.
Otra Mano se lanzó hacia su rostro. Subaru inclinó el cuello hacia atrás, apenas esquivándola, sintiendo el aire levantarse en una ráfaga violenta. Dio un paso adelante y realizó una serie de golpes rápidos:
un directo, un gancho, un puñetazo al abdomen, un codazo a la costilla.
Cada golpe estaba reforzado con pequeñas cargas de Yang o pequeñas expulsiones de viento de -Fura, aumentando velocidad o impacto cuando era necesario.
Petelgeuse cayó hacia atrás, pero no se detuvo. Más Manos reventaron desde el suelo.
Subaru aterrizó de rodillas, apoyó las manos en la tierra y liberó una onda Yin. La energía oscura drenó momentáneamente la fuerza espiritual de las Manos. Su movimiento se volvió pesado, lento, quebradizo.
Subaru aprovechó.
Se levantó con un impulso feroz. Saltó hacia adelante. Un nuevo golpe descendente reforzado con Fuego: -Al cayó sobre Petelgeuse, quemando la nieve, la tierra y las hojas bajo ellos.
El Arzobispo salió disparado contra otro árbol, rebotando como una marioneta rota. Las pocas manos que quedaban se fragmentaron en el aire.
Subaru respiró profundamente. Su cuerpo estaba tenso, sus brazos temblaban levemente por el uso continuo de magia elemental. El bosque estaba en silencio excepto por las hojas quemándose lentamente.
Subaru se acercó al cuerpo destrozado del arzobispo que estaba tirado en el suelo.
—Petelguese, este será tu fin— dijo entre jadeos
—No puedes, tú tú tú no puedes, nadie puede, tengo su amor, no moriré, ella me salvará, no no no— decía mientras se retorcía de ira
—Nadie vendrá, estás solo, morirás por lo que creíste Petelguese— dijo Subaru mientras hacia fluir su Maná por todo su cuerpo.
Subaru formó una espada de hielo que cayó en sus manos mientras se acercaba al arzobispo tirado en el suelo, lo vio con lástima por que seguía un amor obsesivo, que lo destruía sin que el se diera cuenta, pero también lo vio con asco al pensar en todas las vidas inocentes que destruyó solo para traer a otro monstruo de regreso.
—Muere, para que ya nunca puedas regresar…— dijo Subaru mientras clavada su espada en el pecho del arzobispo que temblaba
La clavó más al fondo viendo como dejaba de moverse, como sus ojos perdían la locura que tenía hace unos momentos, sacó la espada de hielo mientras la hacía polvo que el viento se llevaba
—Subaru, está bien… lograste vencer a ese tipo?— preguntaron unas voces que se acercaban.
Giró su cabeza y vio 6 orbes de distinto color acercarse felizmente
—¡PAPIII!— chilló un orbe amarillo volando más rápido para acercarse a su mejilla
—Logramos acabar con todos los cultistas, no fue tan difícil, todos eran unos debiluchos— dijo un orgulloso Terran
—Me alegro que estén bien chicos…— le sonrió cálidamente —También logré vencer a este loco, así que la batalla terminó— anunció un feliz Subaru
—Por fin, ese loco me puso nervioso, lo bueno que ya no tenemos preocuparnos por ese tonto— una asustada Aqua
—Si, ya no nos tenemos que preocupar…— afirmó Subaru. —Creo que sería mejor marcharnos de aquí, tengo que comprar otra espada— dijo aunque se le notaba la tristeza en sus palabras
—Sabes, yo escuché en la última vez que estuvimos en un pueblo que hay una espada poderosa que la tiene un noble como reliquia— informó Luna, intentando animar al niño.
—Pero no podemos robarla, sabes que no hacemos eso, bueno solo a los criminales jajaja— dijo mientras se tocaba la nuca
—Oh, pero no habrá problema, supuestamente por los rumores que escuché, el noble se encuentra en una situación complicada, si lo ayudamos puede que nos dé la espada o que la venda a un precio barata— dijo con entusiasmo Luna
—Enserio? Bueno si podemos conseguirla de manera justa y si es tan poderosa como dices vale la pena— dijo Subaru —Y que hace esa espada, tiene un nombre? — preguntó intrigado
—Si, se llama “La Espada de la Vida” y supuestamente con esa espada puedes matar el alma de tu enemigo… es genial— se unió Aeris a la conversación
Subaru al escuchar el nombre de quedó congelado abriendo los ojos por la sorpresa.
—La, la espada de la vida— tartamudeo —Una de las 10 espadas legendarias?— preguntó nervioso pero también emocionado de poder tener dicha espada
—Si , esa misma… no perdamos más el tiempo y vayamos por ella— dijo la feliz Aeris mientras intentaba empujar a Subaru
Subaru viendo el entusiasmo se rio entre dientes y empezó a caminar, volteó a ver el cuerpo del arzobispo que acaba de matar para luego seguir caminado, dio unos pasos alejándose del cuerpo cuando de repente sintió que algo se metía en su cuerpo, se detuvo en seco
Empezó a sentirse incómodo, si respiración se empezó a agitar mientras jadeaba buscando aire, inconsciente de se llevó su mano al corazón mientras temblaba, sentía como si alguien estuviera invadiendo su cuerpo, como si alguien estuviera metiéndose en su Od y queriendo expulsarlo de su cuerpo, cayó de rodillas mientras jadeaba violentamente.
—¡¡¡SUBARU!!!— gritaron los espíritus al unísono mientras se acercaba al niño que temblaba, cuando se acercaron a él, los 6 espíritus empezaron a temblar de la misma manera que lo hicieron cuando el arzobispo estaba cerca.
El cuerpo de Subaru temblaba violentamente mientras cayó al suelo… De repente el cuerpo dejó de temblar, con movimientos suenas empezó a levantarse del suelo donde antes estaba temblando, poniéndose de pie, su pelo cubría sus ojos, su bufanda ondeando por el viento helado que mecía las hojas de los árboles.
Lentamente levantó la vista con los ojos cerrados, intentándose acostumbrar a la nueva sensación que sentía, abrió los ojos y se vieron unos ojos negros, pero no los cálidos y llenos de vida de Subaru, eran ojos vacíos, sus pupilas temblaban de locura mientras en su rostro se dibujo una sonrisa inquietante que no llegaba a sus ojos.
—Hermoso, magnífico, brillante… siento su amor, amor amor amor amor, tan fuerte que me hace temblar, tan hermoso que tengo ganas de llorar, solo para mi, su amor su atención la tengo para mi…— Dijo Subaru mientras movía su cuerpo de manera violenta y antinatural
Los espíritus que veían la escena se quedaron horrorizas, no solo por tener enfrente a un gran espíritu, si no por que su contratista que aman estaba siendo expulsado de su cuerpo.
—¡NOOOO, PAPI!— gritó de desesperación Aeris viendo a Subaru en ese estado
—¡Subaru, recaíste, no te dejes vencer por ese monstruo… acuérdate quién eres y por qué estás aquí!— gritaba el preocupado Fénix
—¡Por favor, pelea, el no puede contigo solo no te rindas!— Gritó Lumina mientras todos temblaban por el miedo, pero la preocupación por su contratista era más fuerte
Subaru seguía moviéndose violentamente mientras se reía maniáticamente, con locura en sus ojos volteó a ver a los orbes brillantes que temblaban
—¿Subaru?, no no no, ya no existe, ya murió, ahora este cuerpo es mío, un recipiente perfecto que la bruja me otorgó… por eso fue que me trajo hacia aquí, su amor me guía, me cuida y me trajo a un cuerpo perfecto para cumplir mi sueño de traerla de vuelta… magnífico…— dijo el hombre en el cuerpo de Subaru. —Subaru ya no existe… yo soy Petelguese Romane… ¡CÁLLATE!… no no no, yo soy Pe… ¡CÁLLATE LA BOCA, YO SOY NATSU…! No no vete, aléjate, este cuerpo me pertenece…— Decía mientras empezaba una batalla en el interior del cuerpo entre un arzobispo y un humano.
Seguían peleando mientras se agarraban la cabeza con las dos manos, cayendo al suelo girando mientras se escuchaban que estaba hablando el solo.
—¡Siiii, tu puedes, no te rindas Subaru!— gritaron los espíritus al unísono
Mientras seguía girando violentamente gritó cosas incoherentes, el cuerpo se puso de rodillas mientras volteo a ver a los espíritus…
—¡Mátenme!— gritó el chico para horror de sus espíritus
—¡¿QUÉ?!, no, no lo haremos, te has vuelto loco— dijeron los espíritus
—¡No se cuento tiempo pueda… ¡Ahhhhhh!— gritó mientras se agarraba la cabeza. —No se cuanto tiempo pueda mantenerlo, es la única opción que tengo, por favor, acaben con esto— decía mientras jadeaba violentamente.
—¡No Subaru, no podemos, no queremos que te vayas, por favor, lucha para que saque a esa cosa de tu cuerpo!— dijo Lumina con una tristeza en voz
—¡Papi, no por favor, no me dejes sola…!— dijo Aeris con una voz quebrada
—¡Subaru, no te rindas, tú puedes ven…!— gritó fénix siendo interrumpido
—¡¡¡NO PUEDO, ME GANARÁ, SOLO TENGO UNOS SEGUND… AHHHHHH!!!— Grito con todas sus fuerzas Subaru
—Si hay otra opción…— dijo Luna mientras se acercaba al grupo. —Subaru tiene una gran afinidad, la mayor del mundo posiblemente… Petelguese siendo un gran espíritu pudo sin necesidad de un contrato adentrarse en su puerta y expulsarlo desde adentro adueñándose su cuerpo… hay una manera en que podamos extraer al gran espíritu del cuerpo de Subaru…— Explicó el espíritu del Yin.
—¿Eh? Que quiere decir, hay alguna manera?— preguntó Aeris
—Si, creo que hay una manera…— dijo mientras se dirigía a sus compañeros —La única manera que logró pensar es que los 6 nos adentremos a su puerta y expulsemos a Petelguese desde adentro— dijo con firmeza
—Pero eso significa que nosotros…— dijo mientras asimilaba la situación
—No tenemos otra opción, y tampoco mucho tiempo— dijo Luna mientras veía a Subaru retorcerse en el suelo
-¡¡¡NOOOOOO, NO LO HAGAN, MÁTENME… ES LA MEJOR MANERA, POR FAVOR…— Gritaba con desesperación mientras lágrimas caían de sus ojos
—Papi— se acercó una luz amarilla que brillaba llena de gratitud. —Sabes… yo viví docenas de años vagando por el mundo, no tenía consciencia, no tenía nada, simplemente existía… En esa noche hace 7 años cuando te escuché gritar y nos pediste ayuda me diste algo que quise… Un propósito, amor, en estos 7 años viví grandes aventuras, reí, me preocupé, me puse triste, pero siempre al final del día sonreía al saber que estarías allí conmigo… con nosotros. Así que no quiero, me niego a vivir una vida sin mi Papi, por eso ya tomé mi decisión…— dijo Aeris mientras se acercaba a su contratista. —Te salvaré… por qué eres lo mejor que me ha pasado… TE AMO PAPI— terminó Aeris con alegría pero también con una tristeza que la inundaba
—¡NO!— gritó desesperado —Ustedes no… no me dejen solo de nuevo.— dijo mientras lloraba y seguía luchando
—No te estarás solo… siempre estaremos conmigo, una parte de nosotros se unirá a ti…— fue el turno de Aqua. —Gracias por darnos felicidad en estos 7 años, no podía pedir un mejor contratista…— Habló mientras se acercaba con las emociones a flor de piel
Un orbe Blanco se acercó. —Mi luz siempre te guiará contratista tonto…— dijo con orgullo Lumina —Así como tú me diste luz a mi Subaru… Gracias— terminó de decir mientras se única a Aqua y Aeris
—Gracias por dejarme dormir siempre— dijo soltando una risita. —A pesar de siempre hacerme trabajar… no cambiaría nada de mi vida junto a ti… de docenas de años que he vivido vagando, estos 7 años han sido los más hermosos contratista.— dijo Terran mientras se acercaba a Subaru y sus demás compañeros
Fénix se encontraba flotando, intentado ocultar sus emociones que se les trasmitían a todos sus compañeros, fallando estrepitosamente. —Fue un honor ser como un líder en este grupo de tontos— dijo mientras suspiraba entrecortado —Acuérdate que me hablaste del Fénix, un ave inmortal cuando me pusiste este nombre que me hizo feliz… y así será, seré inmortal como tú querías, estaré contigo inmortalizado en las historias por las acciones que hicimos, por las aventuras que tuvimos, y por los recuerdos que compartimos y serán heredadas por las generaciones… Gracias por dejarme estar a tu lado Subaru, fue un honor luchar contigo— dijo con voz entrecortada mientras de unía a los demás
—Subaru…— dijo el último espíritu. —Tú y yo tenemos una conexión única, todavía recuerdo las veces te alegrabas por los hechizos que lanzabas con tu puerta, los consejos que me pedías y los hechizos que creamos juntos como mago Yin… esos momentos quedarán grabados en mis recuerdos y en los tuyos… Gracias por elegirnos ese día, gracias por todo lo que me diste, aunque tú dice que nosotros te salvamos, creo que tú nos diste la salvación que tanto queríamos…— dijo Luna mientras se acercaba al resto —Por eso estamos feliz de hacer esto por ti, por que eras y serás, el mayor acto de amor que pudimos sentir en nuestras vidas— terminó de decir Luna
Los 6 estaban reunidos haciendo un círculo en frente de Subaru que seguía luchando.
—¡Que hermoso, que amor, me llena el corazón de tan grande muestra de… ¡¡¡CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ!!!— gritó Subaru
—¡Chicos por favor, no lo hagan, solo acaben conmigo, habrá alguien más, alguien que les de el amor…— jadeó —que usted mereces!. —suplicó el chico
Todos los espíritus empezaron a brillas intensamente, mientras se poco a poco se hacían partículas de Luz entrando por el cuerpo de Subaru.
—NO HAY NI HABRÁ NADIE MEJOR— dieron todos al unísono. —¡¡¡TE AMAMOS!!!— Gritaron los espíritus mientras desaparecían en el cuerpo de Subaru
—¡¡¡NOOOOOOOOOOO!!—Grito lleno de desesperación mientras las lágrimas caían de sus ojos
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Seis espíritus se encontraban en el Od de Subaru, todo era blanco, tan limpio y puro que hacía que los espíritus sintieran una paz que no habrían encontrado en ningún sitio
—No no no no, que hacen aquí… salga de mi recipiente, este es un regalo de mi Diosa, no puede llegar aquí, es blasfemia, salga de inmediato— despotricó el arzobispo que se encontraba en ese lugar
—Si, no iremos…— Dijo un decidido orbe Rojo —Pero te llevaremos con nosotros.— desmino su sentencia
Los 6 espíritus completos empezaron a brillar con mucha intensidad, parecían estrellas que daban su último brillo para luego desaparecer
—¡¡¡AHHHHHHHHHHHHH!!!— gritaron todos brillando más fuerte para poder expulsar al gran espíritu
—¡No! Que hacen, eso no está bien, mi recipiente, mi amor, por qué me separan de él, deténgase… ¡Noooooooo!— Gritó Petelguese mientras luces de distinto color cubría todo el lugar, así empujando al arzobispo a salir forzosamente del cuerpo. —¡NOOOO, MI DIOSAAAA!— fue lo último que se escuchó del arzobispo
En medio de ese brillo se encontraban 6 partículas de color rojo, azul, amarillo, verde, blanco y negro desapareciendo.
—Gracias… Subaru.— fue lo último que se escuchó.
Un último susurro de seis estrellas que dieron su último brillo, para proteger a la persona que más amaban.
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En el bosque, lleno de nieve se encontraba un niño dormido mientras que a su alrededor en el bosque se encontraban lleno de cadáveres de hombres con túnicas negras de pies a cabeza, algunos quemados, cortados, empalados por espadas de luz, cristales morados, por rocas filosas.
El niño acostado empezó a moverse, su cuerpo le pedía que se quedara pero no obedeció, abriendo los ojos lentamente… empezó a enfocar el entorno en el que se encontraba, rápidamente se dio cuenta que seguía en el bosque cubierto de nieve.
Se sentó mientras sus músculos se contraían por la fatiga, observó la pila de cadáveres que se encontraba en el bosque todos cubiertos por capillas negras, rápidamente se acordó de quienes eras.
Volteo a ver hacia el lugar donde se encontraría el cuerpo del arzobispo, estaba seguro que había dejado el cuerpo sin vida de él. Para su sorpresa el cuerpo ya no estaba, giró la cabeza desesperado buscando si estaba cerca pero no vio nada.
—Chicos, me pueden decir que pasó?— preguntó Subaru esperando que sus seis amigos salieran, no respondieron. —Chicos por qué no salen…— no termino la frase ya que vinieron recuerdos de lo último que pasó, Petelguese queriendo adueñarse de su cuerpo, luchado por mantenerse cuerdo y los espíritus…
—Noo— susurró mientras sus emociones se arremolinan en el, recordó sus últimas palabras, el plan que tenían para mantenerlo con vida
Con los recuerdos fresco Subaru lloro, mientras lamentaba otra pérdida de personas o espíritus que amaba… Tres veces que el destino le quitaba las cosas, tres veces que le arrebataban todo de las manos, esta vez no se quejó, no suplicó, simplemente aceptó que siempre le quitan lo que aman, que el no será capaz de tener personas cercanas, tener una vida de soledad por que todos los que se acercan a él, mueren.
Levantó la vista viendo la pila de cadáveres, inmediatamente se acordó de la cara del hombre que acabó con sus espíritus, se acordó del arzobispo que lo había llevado de nuevo al camino de la soledad.
—Petelguese…— dijo mientras se mordía los labios hasta sangrar, en ese momento se hizo una promesa que pensaba cumplir, mataría a ese arzobispo, no solo lo mataría, le quitaría todo lo que a él le importaba como habían hecho con él. No descansaría hasta acabar con el para que nunca vuelva a destruir vidas.
Se levantó, decidido sabiendo cuál era su siguiente paso en su camino…
—“La Espada de la Vida”— susurró. —No solo te mataré, destruiré tu alma para que no puedas volver a reencarnar maldito— se dijo a sí mismo. —Juró que lo pagarás, Petelguese…— dijo con una mirada llena de odio.
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[DOS SEMANAS DESPUÉS]
En la gran ciudad de Priestella, la mejor conocía como “La cuidad de la puerta del agua”, en un barrio noble, una mansión no tan grande pero llena de lujos se encontraba un noble
Con cabello largo que caía en sus hombros de color morado oscuro, alto, con buen porte como un noble hecho, vestida un traje formal, camisa blanca cubierta por un saco morado, pantalón blanco, zapatos blancos.
Se encontraba sentado en un escritorio que estaba en el tercer piso de la mansión, de un gran cuarto, allí se encontraba todas las finanzas de sus tierras, los papeleos de sus negocios y muchos documentos importantes que todo administrador de tierras tendría.
Estaba leyendo y llenando una montaña de papeles que estaba en el escritorio con una mirada de aburrimiento y cansancio
—Esa no es la cara engreída que muestran los nobles a los plebeyos cuando salen a la calle.— dijo una voz que se encontraba sentada en la ventana.
El hombre voltio a verlo abriendo los ojos por la sorpresa y un poco de miedo.
—¿Eh?, que haces aquí? Cómo llegaste aquí?— preguntaba nervioso. —¿Qué quiere de mí?.
—Fácil, solo escale hasta llegar a la ventana— dijo encogiéndose de hombros mientras señalaba la ventana.
—Pero… estamos en el tercer piso, no se explica como lograste entrar.— dijo el noble asustado
—Pues solo salaba mientras me acercaba, pero eso no importa… no vengo a hacerte daño, solo quiero algo que tú tienes— dijo el Joven mientras se sentaba
—¿Qué es lo que quieres?— preguntó mientras intentaba ocultar su miedo
—La espada de la vida… Gracias a unos contactos, se que tú la tienes— dijo mientras se relajaba en su asiento
—Yo… yo no tengo esa espada de la que tanto hab… — mintió siendo interrumpido por una lanza de hielo que apuntaba su garganta, mientras Subaru la sostenía desinteresado
—Las mentiras no servirán, hace unas semanas hubiera sido más compasivo… pero ahora no, necesito esa espada… así que la tendré como sea— afirmó con una mirada fría dirigida al noble
El Noble solo pudo tragar saliva mientras sentía el filo de la lanza
—Esta bien esta bien, entiendo— dijo agitando las manos mientras temblaba. —Aquí la tengo, pero la necesito, la tengo que vender por que si no la vendo, mi casa quedará en quiebra.— dijo suplicante
Subaru viendo al noble, saco una bolsa que llevaba colgada, era grande, mientras se movía sonaba metal chocando
—500 modernas de oro sagrado, en la noche se los quité a un campamento de esclavistas— dijo mientras tiraba la bolsa al escritorio
El noble vio la bolsa caer mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, tenía pensado en venderla en 500 monedas de oro sagrado justo la cantidad que tenía adelante, pero la avaricia le ganó, levantó la voz para responder.
—Es una buena cantidad pero yo quería 700 monedas de oro sagrado, así que si no le tienes tendré que negar…—
—Creo que no me estás entendiendo— levantó la voz para interrumpir. —No estoy queriendo negociar, te doy esas 500 monedas por cortesía, como te dije hace unos momentos… Me la llevaré, sea por las buenas o por las malas— dijo mientras sea acercaba a la cara del noble
El hombre de cabello morado oscuro jadeó de miedo mientras su cuerpo empezaba a temblar. —Entiendo, perdón lo aceptaré— dijo con voz temblorosa. —Si me permite, me levantaré para entregársela.— dijo el nombre esperando a que Subaru se alejara
Subaru se alejó y se volvió a sentar esperando, el noble se levantó de su silla, se dirigió a un armario de ropa, esta llena de sacos y pantalones formales, el noble movió a un lado su ropa y abrió una puerta oculta, sacando la espada que tanto había estado buscando Subaru
La espada tenía una hoja recta y plateada, brillante como un rayo de luz. Su guardamanos dorado estaba decorado con curvas elegantes, dándole un aspecto delicado pero noble. En el centro del pomo brillaba una pequeña gema púrpura, como si guardara un leve resplandor propio. El mango, envuelto en cuero oscuro, parecía cómodo y firme al tacto. En conjunto, era una espada fina y elegante, hecha tanto para lucir como para pelear.
Subaru no perdió el tiempo, le levantó de la silla y se dirigió hacia el noble, el hombre nervioso le ofreció la espada
—Tenga cuidado, se dice que quien empuñe la espada y sea lo suficientemente fuerte, la persona la tomará como su propiedad, pero si es débil… podría causar la muerte. Escuché rumores que muchos an perdido la vida de esa manera— terminó de explicar
Subaru algo nervioso todo con su mano derecha el mango de la espada, esta misma empezó a brillas con intensidad mientras Subaru soltó un grito seco…
La espada que hora estaba brillante empezó a apagarse y Subaru entre jadeos se recuperó, se quedó un instante viendo la espada, empezó a moverla y lanzar cortes para medir el peso mientras sonreía
—¡Ja!, es muy liviana, no siento peso en absoluto— dijo mientras seguía hacia cortes
El noble lo miraba con los ojos abiertos de par en par al saber que la esperaba acepto a Subaru como dueño, sintió miedo por el joven frente a él, que clase de monstruo tiene que ser para poder manejar semejante poder.
—Es un placer hacer negocio… Gracias señor noble— dijo Subaru mientras se acercaba ala ventana
—Espera niño, que piensas hacer con esa arma? Si se puede saber claro.— preguntó nervioso pero con curiosidad
—Es fácil… Mataré al culto de la bruja y a todo criminal que se atreva a dañar a las personas, no tendré piedad— dijo con seguridad y determinación en sus ojos
El noble se quedó sorprendido al escuchar el deseo del niño, era de corazón noble pero sabía que nadie a podido matar a esos monstruos, ni siquiera El Santo de la Espada.
—Oye joven, te daré un consejo, en la capital de Lugunica llegan muchos informes de avistamientos de brujas cultistas, si quieres saber más información te diría que fueras a la capital— dijo el noble sin falsedad en su voz, para todo el mundo sería una bendición si acabaran con el culto así que le ayudó sinceramente
Subaru escuchó atentamente mientras se llevaba la mano a la barbilla pensando.
—Así que ya está decidido… iré a la capital a buscar información para acabar con esas escorias… Gracias señor noble— dijo Subaru más infantil, como si estuviera emocionado por adentrarse en una nueva aventura, Subaru saltó por la ventana sin miedo.
Habían pasado 3 semanas de viaje entre carruajes y caminando, faltaban casi 2 meses para que Subaru cumpliera 10 años de haber venido. Ahora se encontraba en un carruaje, habían 9 personas más que iban a la capital junto a ellos, Subaru estaba sentado en una esquina mientras se acomodaba la bufanda que siempre lo acompañaba, había comprado un collar en su visita a Priestella, el collar era multicolor, azul, rojo, negro, blanco, verde y amarillo, recordando a sus 6 amigos que estuvieron con el por 7 años.
Sonreía mientras con una mano tocaba el collar recordándose de sus espíritus y todos los bonitos momentos… también sonreía mientras acariciaba su bufanda que le recordaba a su hermana mayor… —(Uffff, ya 7 años sin ustedes, maestro Shun y hermana mayor Hikari y siempre están en mis recuerdos, todos eso momento muy hermoso)— pensaba Subaru mientras sonreía
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el carruaje que se detuvo, empezó a oír muchos pasos en la calle de cemento, escuchaba murmullo de todas las personas que estaban a hablando, comerciantes llamando a clientes para que compren, una ciudad bulliciosa podría decirse
Subaru se bajó de inmediato del carruaje, observó que antes de entrar a la cuidad habían muchos guardias custodiando la entrada, había una seguridad bastante grande, a Subaru se le hizo extraño pero no le dio mucha importancia.
Subaru se acercó a los guardias mientras buscaban si llevaba algo peligroso, solo vieron una bolsa que llevaba monedas, el collar que era una baratija y la espada que no le dieron mucha importancia ya que muchos cazadores salían y entraban
—¿Cual es su nombre y a qué a venido a este lugar?— preguntó un caballero
—Mi nombre es Natsuki Subaru y vengo a visitar a una amiga que conocí hace unos años.— dijo Subaru. Había aprendido que muchas veces tenía que mentir para entrar a los lugares y peor en la capital
Los caballeros se tensaron al oír el nombre, se escucharon murmullos y los caballero se miraban el uno al otro.
—Gracias señor Natsuki, si me permite unos segundos, tengo que hablar con mi capitán para pedir permiso para que no tenga problemas en dejar pasar su espada.— inventó una excusa
—Esta bien, no tengo problema.— dijo Subaru sin percatarse de la mirada de intriga y sorpresa que lo miraban los caballeros
Subaru no era consiente que era famoso y uno de los más grandes héroes del país, claro sabía que era reconocido, había escuchado rumores pero nunca pensó que entre los caballero se hablarían del “Espadachín negro”.
Pasaron unos segundos mientras Subaru esperaba pacientemente de pie.
—Muchas gracias por la espera señor Natsuki, puede pasar— dijo mientras se hacía a un lado dejando pasar a Subaru
Subaru respondió con un asentimiento para luego caminar entrando a la capital. Sin darse cuenta que era el objetivo de una conversación de los caballeros
—¿Estas seguro que lo dejemos pasar?— preguntó uno de los caballeros.
—Hable con mi superior, dice que contacto con un media al capitán Marcos y dio autorización… supuestamente mandará al Santo de la Espada en búsqueda del niño.—
Terminó de explicar mientras veían al niño alejarse.
Subaru caminaba por las calles viendo a los semihumanos caminando junto a los humanos, eso lo llenó de felicidad ya que poco a poco iban dejando ese racismo a un lado.
Siguió caminado por una calle que pasaban muchos carruajes cuando escuchó un grito de una señora llorando por que un carruaje iba a atropellar a su hijo. Subaru rápidamente saltó hacia el niño sosteniéndolo en brazos para saltar hacia su madre, la madre lloró de felicidad y agradeció a Subaru mientras abrazaba al niño, todos los que vieron la escena aplaudieron el acto heroico del joven.
Subaru siguió caminando cuando vio una fuente, decidió llegar u se sentó un rato para descansar, empezó a ver lo bonita que se miraba la cuidad, justo como una fantasía medieval que Subaru miraba de niño cuando vivía con sus padres, después de unos minutos se levantó y volvió su recorrido por la cuidad.
Vio un puesto de appas frente a él, un señor de cabello verde y una cicatriz en la cara, pensó en ir a comprar pero mejor lo dejó para después ya que no tenía hambre.
Camino por el centro de la cuidad con su ropa negra y bufanda naranja, algunos lo miraban con curiosidad ya que tenía las mismas características del héroe pero decidieron dejarlo así.
Todo iba normal hasta que Subaru escuchó ruidos y gente jadeando de la sorpresa, se preguntó que era lo que estaba pasando y decidió acercarse, cuando llegó ya estaba vacío pero logró ver un proyectil de hielo que estaba pegado en la pared claramente como si un enfrentamiento o persecución habría ocurrido.
—FIUUU— silbo Subru. —Parece que alguien no está de humor— se dijo a sí mismo entre risas
Decidió seguir caminando, iba viendo los edificios cuando se fijó en algo que llamó su atención, vio a tres hombres sonriendo con malicia.
Uno era un hombre grande, musculoso. El otro era un enano chistoso y el otro parecía el líder, un hombre de estatura normal muy delgado, cabello celeste.
Vio como sonreían con malicia mientras asentían y se dirigieron a un callejón, Subaru conocía esas caras, eran de personas que sabían que tenían una víctima nueva para robar, secuestras o muchas cosas peores, así que decidió seguir al grupo ya que no podía permitir que le hicieran daño a nadie
Camino hacia el callejón, se quedó afuera un segundo para luego suspirar y adentrarse sabía que era probable que tendría que pelear.
Escuchó voces provenientes de del callejón, eran claramente de los 3 hombres que vio antes pero también escuchó la voz de una chica, por un segundo se le hizo familiar como si la hubiera escuchado hace muchos años, pero no le presto atención y se adentro
—Dame todo lo que tienes y te prometemos que no te haremos daño— dijo el hombre musculoso
—Si, solo queremos las cosas de valor, después nos iremos— dijo en enano
—Así que copera con nosotros, somos 3 contra 1, no tienes oportunidad— le sonrió arrogante a la chica que estaba al final del callejón
—Creo que te equivocas…— Se escuchó una voz desde afuera del callejón
Todos voltearon a ver a la dirección donde venía esa voz, vieron a un niño de cabello negro peinado hacia atrás con algunas puntas hacia arriba, al estilo Natsuki , ojos negros con una forma que se miraban malvados, vestía todo de negro con la diferencia de una bufanda naranja y en su cadera llevaba una espada que estaba cubierta a la vista con un estuche viejo
—¿Quien eres tú y que haces aquí idiota? — preguntó el jefe de la banda.
—¿Qué hago aquí?— preguntó con sarcasmo —Vengo a detener lo que sea que estás haciendo, se que no tienes buenas intenciones.— dijo con firmeza el chico de otro mundo
—Piérdete escoria, no tengo tiempo para perderlo con un mocoso que se cree un héroe— dijo mientras le enseñaba el cuchillo.
—No soy un héroe, pero tampoco puedo dejar que personas como tú sigan haciéndole daño a los demás— dijo mientras caminaba hacia donde ellos
—Tu te lo buscaste cabrón…— dijo para abalanzarse sobre Subaru con el cuchillo en la mano
—¡Cuidado!— gritó la joven con preocupación.
Subaru esperó a que se acercara lo suficiente, cuando estaba a centímetros de él, con un movimiento rápido agarró la muñeca fuerte que el ladrón tuvo que soltar el arma, con un movimiento rápido con su otra mano lanzó un puño lo suficientemente fuerte para noquearlo
Los dos compañeros del hombre delgado se vieron con miedo mientras veían como su líder está humillado.
—¿Ustedes también quieren pelear o se llevarán a su amigo y ya no eran este tipo de cosas?— pregunto seriamente a los otros dos que estaban de pie en shock
Los hombres temblando, se acercaron al hombre inconsciente mientras lo agarraban por los hombros y salían corriendo con el miedo en sus caras
—Ufff que bueno que no pasó a más— suspiró Subaru mientras se limpiaba la ropa
La niña frente a él vio la escena con los ojos abiertos, se preguntó el por qué le había ayudado a ella, si nadie querría ayudarla.
Subaru levantó la vista y se dirigió a la niña que no se miraba por la sombra —Disculpe señoría… se encuentra bien?— preguntó respetuosamente Subaru
—Oh si, si estoy muy bien, gracias— dijo la chica nerviosa
Subaru escuchó su voz y pensó en lo dulce que se escuchaban, era suave, cálida, con un roble a campanas. —No te tienes nada que agradecerme, no soporto ver cómo se aprovechan de los inocentes— afirmó
—Gracias… estoy en deuda contigo, pero lo siento, pero no tengo tiempo ahora mismo, me acaban de robar algo importante y necesito recuperarlo— dijo la preocupada chica
—Esos tipos te robaron algo?, dame un momento y los alcanzo pa…
—¡No!— fue interrumpido por la nerviosa chica. —No fueron ellos, fue una niña que se llevó algo muy importante para mí, así que no tengo mucho tiempo, búscame después para que te pague—Dijo chica que se notaba la preocupación en su voz
—Oye oye, cálmate, no te pido nada a cambio, no estás en deuda conmigo, no quiero nada— dijo Subaru. —Además, escucho tu voz de preocupación por el objeto robado, así que déjame ayudarte a encontrarlo— Dijo Subaru mientras miraba a la chica
—¿Eh?— fue lo único que pudo decir la chica aturdida— ¿por qué quiere ayudarme? Ahora mismo no te puedo pagar— replicó
—¿Qué acaso no escuchaste que no quiero nada?, y además no tengo que tener un motivo para ayudar a las personas, o eso fue lo que me enseñó mi madre— dijo con frustración por la chica frente a él
—Pero…— quiso replicar pero otra voz habló
—Lia, acepta, se ve que no tiene malicia en él— dijo una voz sin género, Subaru vio como partículas de luz se formaban para crear un gato con pelaje gris que flotaba delante de la chica, Subaru rápidamente supo que era un gran espíritu.
—Lo dices enserio?— preguntó la niña con sorpresa a ver a alguien desinteresado, estaba acostumbrada a que se alejaran de ella o que se acercaran por intereses
—Claro, además nos puede servir como escudo humano— bromeó con una sonrisa juguetona
—Haré que no escuche eso de un lindo gato— dijo Subaru mientras reía entre dientes. —¡No perdamos más el tiempo y vamos por esa ladrona!— dijo el Subaru con entusiasmo mientras levantaba su mano dándole la mano como un saludo
La chica nerviosa vio la mano del chico levantada esperando su respuesta. Camino lentamente hacia el chico de mirada malvada que por alguna razón le recordaba a alguien… dejando que saliendo de las sombras dejando que la luz la iluminara
La chica que apareció frente a él tenía un aire tranquilo y amable. Tenía el cabello plateado, tan suave que parecía brillar incluso sin luz, y unos ojos amatistas que transmitían una extraña mezcla de inocencia y determinación. Su rostro era delicado, se descartaba sus orejas puntiagudas, su rasgos finos y una expresión serena que invitaba a confiar en ella.
Vestía un atuendo blanco y púrpura, limpio y elegante, que resaltaba aún más su apariencia pura. A pesar de su belleza, no daba la impresión de querer llamar la atención; más bien parecía alguien sencilla, que prefería pasar desapercibida.
Subaru se sonrojó al ver a la chica frente a él, una frase se venía a su cabeza… “Hermosa”
La chica que vio al chico sonrojarse al verla se sorprendió que no la viera con miedo o asco como era normal, una pequeña esperanza se formó en su corazón.
Se acercó su suficiente para estar cara a cara, extendió su mano, así estrechando sus manos.
El tiempo pareció detenerse para los dos que se miraban a los ojos mientras sus manos estaban unidas, formándose una alianza que cambiaría por completo la vida de ambos.
Chapter 6: UN DÍA EN LA CAPITAL
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La capital de Lugunicac con sus murallas blancas brillaban bajo la luz del sol como si fueran parte del cielo mismo, y sus calles estaban llenas de vida desde que amanecía hasta que el sol se escondía detrás de las torres más altas. La gente iba y venía con una energía que yo apenas lograba comprender, comerciantes voceaban precios, carruajes pasaban dejando tras de sí un murmullo constante, y los guardias, en sus largas rondas, parecían tan seguros del mundo que protegían… un mundo al que yo seguía intentando pertenecer.
Soñaba con un día caminar por estas calles como una persona normal, soñaba con un día caminar por estas calles y que nadie me mirara con miedo en sus ojos, que nadie me viera con asco, quería caminar mientras me divertía, mientras reía, mientras todas las personas me trataran por igual, quería venir con amigos a explorar la grandiosa capital…
Amigo… una palabra tan pequeña pero con gran significado, algo que desde hace mucho tiempo dejé de desear, no por que no quisiera… simplemente por que nadie quisiera tener a una semielfo cerca.
En mi vida siempre he recibido desprecio, miedo, asco hacia mi persona, pasé años sin saber el motivo mientras vivía en una cabaña en mi bosque helado, después de un tiempo supe el por qué la gente se alejaba de mí, me tenía miedo con solo verme la cara…
La bruja de la envidia, el ser más malvado de todos los tiempos, la calamidad más grande que ha existido en este mundo… dicha calamidad por mala suerte o por una broma del destino, era una semielfa…
Y no solo eso, una semielfa de cabello plateado, con ojos como joyas amatistas, prácticamente una copia de mi, o yo soy una copia de ella? No sé, solo estoy segura que gracias a eso mi vida a sido llena de soledad, no he podido tener amigos, no he podido hablar con una persona que no vea ni a la bruja, o que no quiera algo de mí… simplemente que me vea como una persona común y corriente que quiere tener una vida normal, ese sueño poco a poco iba muriendo.
Aunque después de todo el destino me dio un pequeño consuelo, mi espíritu contratado, más que un espíritu, él ha estado conmigo desde siempre, o bueno, desde que tengo memoria.
Así a sido toda mi vida y así seguirá siendo, por que nadie verá una semielfo con buenos ojos, ya me resigne a eso…
—¡Cuidado!— un grito me sacó de mis pensamientos, mientas chocaba contra mi.
Una niña delgada con una camisa negra que tapaba nada más su pecho, chaleco café sin mangas, pantalones cornos negros, tenía el pelo dorado y ojos color rojo intenso.
—Lo siento señorita por chocarla, me quedaría charlando pero tengo mucha prisa, mi abuelo me está esperando— dijo con una voz nerviosa mientras salía corriendo.
No me dejó responder, nada más salió corriendo sin mirar para atrás.
—Lía, esa chica me parece sospechoso, revisa tus bolsillos— sugirió una voz en su interior. De un collar verde que colgaba en su pecho salieron partículas brillantes que se formaban, formando a un gato gris
—¿Eh?, ¿mis bolsillos? —pregunté desconcertada por la petición
Pero él nunca me mentía así que confié en él así que empecé a buscar en mis bolsillos cuando no sentí nada dentro de ellos, mis ojos se llenaron de preocupación y miedo… Esa niña me había robado algo importante, me había robado mi sueño, si perdía esa insignia… todo estaría perdido.
—¡Oye tú— la vi con mirada fría —¡¡¡Detente!!!— le grité con desesperación mientras empezaba a perseguir a la chica que huía
Corrí lo más rápido que mis cuerpo podía soportar, mientras intentaba esquivar a las personas que se me cruzaban. Vi como la niña se me escapaba y no me quedó más opciones que empezar a contraatacar.
—El Huma— grité mientras con ayuda de mi espíritu lavaba un proyectil de hielo sin filo asegurado de no dañar a la ladrona.
Para sorpresa la niña no solo era rápida y escurridiza, también tenía una protección divina que la hacía más rápido, pero no me rendí, con magia y con mi cuerpo elfico no perdía de vista a la ladrona pero era muy difícil alcanzarla, seguía corriendo, esquivando cuando vi que se metió a un callejón sin salida, sentí esperanza que podría quitarle lo que me robó sin necesidad de lastimar a nadie, solo recuperar mi insignia y que todo terminará aquí.
Entre en el callejón esperando que me diera la insignia por que yo había ganado cuando vi que empezaba a saltar entre las paredes de las casas hasta llegar al techo y seguir corriendo, me llene de frustración y desesperación al ver que no podía recuperar mi insignia. Empecé a alejarme para obtener impulso y saltar al techo para seguir mi persecución cuando escuché unas voces que provenían de la entrada de dicho callejón.
Voltee a ver quién había venido, vi como 3 sujetos me miraban con sonrisas burlonas, rápidamente supe que ellos querían algo de mí, y mis sospechas fueron ciertas ya que me dijo que le diera todas las cosas de valor que tenía y no me haría nada.
Suspiré de cansancio no solo por la persecución, también de la situación de un pésimo, me preparé para defender y poder huir sin hacerles salir cuando llegó otra persona, una persona que a simple vista pensé que era extraño pero también sentía que algo hacía que me interesara en ese chico
Un joven de aproximadamente 16 a 18 años, tenía cabello negro peinando para atrás algo puntiagudo su pelo, ventila todo de negro, camisa pantalón zapatos y una chaqueta que de parecía mucho a la de los caballeros, tenía una espada envuelta en una cubierta algo sucia y viaje, pero lo que más me atrajo del chico fueron sus ojos… para cualquier persona esos ojos le resultarían feos, de miedo pero para mi me resultaban… ¿bonitos?, no sé por qué sentía que me recordaban a alguien pero no sé a quien, solo se que sentía una calidez cada vez que los veía
Me sorprendió ver que rápidamente acabó con el problema sin que nadie saliera gravemente herido, claro uno salió inconsciente pero nada grave.
“—Disculpe señorita, se encuentra bien?—“ fueron las palabras que me dirigió el chico sin una pizca de dobles intenciones, con una preocupación genuina que me hizo sentir bien, aunque era algo tan pequeño era mucho más de lo que había recibido en toda mi vida.
Seguimos hablando mientras le dije que no podía quedarme mucho tiempo por qué tenía que buscar una insignia que me habían robado pero el chico volvió a sorprenderme “—Déjame ayudarte—“, esas palabras me dejaron en shock, por que me querría ayudar a mi? Una semielfa odiada por el mundo.
Pensé que se quería aprovechar y sacar dinero o algo peor de mi, pero rápidamente esos pensamientos fueron aplastados por mi espíritu “—Lía acepta, se ve que no solo siente malicia—“ dijo mi espíritu dejándome mucho más sorprendida de lo que me gustaría admitir, no solo era por que se viera sin malicia, si no por que él tenía la habilidad de leer las emociones de las personas y si dijo que no había malicia en el joven enfrente de ella, era por que se verdad no habría
Acepto el consejo, aceptando que me ayudara a recuperar mi insignia, después de recuperarla me aseguraría de pegarle al chico, vio como extendió la mano sin maldad, sin miedo, sin asco, sintió un sentimiento después felicidad que rápidamente se apagó —(Será por que no me ha visto bien mi cabello plateado y ojos amatistas)— pensé. Me acerqué a él a paso lento esperando la reacción de siempre, esperaba que huyera pero lo que vio la dejo todavía más en shock
¿Se sonrojó?, ¿el chico cuando la vio se sonrojó? Se preguntaba mientras veía la cara del chico, un sentimiento se le llenó en su pecho, felicidad? Esperanza? Sea lo que fuera en ese instante sintió que tal vez, solo tal vez tenía la oportunidad de que la vieran como una chica normal.
En el callejón se encontraba apretando la mano del joven de cabello negro mientras miraba esos ojos que se quedaba perdida en ellos. Sin saber que en ese callejón, ese chico cambiaría mi vida, mi destino.
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—Sabes… te dije orgulloso que te ayudaría pero es mi primer día en la capital, estoy completamente perdido jejeje— se rio Subaru mientras se llevaba una mano a la nuca de vergüenza.
Se encontraban caminando por una calle de la capital llena de personas y tiendas.
—Pufff jajaja, y yo que tenía esperanzas en ti chico— dijo un divertido gato flotante.
—Perdón perdón no pensé que la capital sería un laberinto sin salida— se excusó el niño mientras seguía caminando. —¿Y ustedes?, no me digan que es su primera vez aquí también— preguntó el chico mientras veía sus reacciones
—¿Eh? No, claro que no, yo vengo todos los días aquí, lo conozco muy bien— dijo una nerviosa semielfa
—Jajaja veo que se te da muy mal mentir— dijo el niño burlonamente
—Mentira, yo sé mentir muy bien— dijo mientras hacía un puchero por las burlas
—Si si, claro…— dijo con sarcasmo para luego dirigirse al gato —Y tú señor gato? Que me dices, sabes dónde pudo ir?— preguntó al espíritu peludo que flotaba entre ellos
—Mmmmm, no, no tengo idea de dónde pudo haber ido, la capital es muy grande y además hay muchos ladrones sueltos, encontrar a una niña será como encontrar una aguja en un pajar— explicó el gato perezoso
—Ya veo…— dijo mientras se frotaba la barbilla —Entonces la mejor opción es seguir caminando y preguntar a las personas si han podido ver a una niña de cabello dorado o un testigo que haya visto cómo le robaban a esta bella dama— Afirmó con seguridad Subaru, no se percató que la niña al lado de ella lo vio incrédula y un sonrojo se apoderaba de su cara y sus orejas puntiagudas
Siguieron caminando por la ciudad mientras preguntaban a los transeúntes o comerciantes, Subaru era el único que preguntaba por qué a la joven de cabello plateado se le daba mal el hablar con las personas y además nadie la quería cerca.
—Ufffff, es más difícil de lo que pensé… pensé que aunque sea una persona sabría quién era o que habían visto el robo pero nadie a visto nada, es como si la chica fuera un fantasma— dijo Subaru con cansancio.
—Yo… yo lo siento por hacerte perder el tiempo… si quieres puedes irte, yo me encargaré de ahora en adelante— dijo una triste semielfa, no quería separarse de la única persona que no se había alejado de ella pero no quería hacerlo perder el tiempo con alguien como yo
—Tranquila, no me estaba quejando— decía mientras movía un brazo sin preocupación. —Nada más estaba avaluando la situación, descuida… No me iré hasta que tengas lo que te robaron en tus manos— dijo con determinación en sus ojos.
La chica que lo veía se quedó desconcertada e impresionada por la actitud del alegre y positiva del chico, iba a responderle cuando a lo lejos se escuchó —¡UWAAAAAAAAH!—. Se escuchó a una niña de cabello verde claro con un vestido vestido rosado llorando mientras veía por todos lados, seguramente estaba perdida, quiso decirle al niño de mirada malvada que iba con ella cuando se dio cuenta que ya no estaba al lado de ella, empezó a buscarlo cuando vio que ya se acercaba acercaba a la niña que lloraba.
La niña seguía sollozando, con las mejillas húmedas y los ojos enrojecidos. Subaru se agachó a su altura, apoyando un codo en la rodilla mientras fingía buscar algo en sus bolsillos.
—Oye, oye… —dijo Subaru con una sonrisa suave—. Mira lo que tengo aquí.
Tomó una moneda entre sus dedos y la dejó brillar bajo la luz. La niña la observó entre “hic… hic…”, todavía temblando, pero la curiosidad comenzaba a asomar en su mirada.
—Esta moneda es especial —susurró él—. Pero solo funciona si alguien deja de llorar por un momentito.— dijo mientras le enseñaba una moneda de oro
Ella se quedó quieta, con el llanto aún atrapado en la garganta.
Subaru hizo un gesto exagerado, como si fuera a pasar la moneda a su otra mano. Pero justo cuando la niña parpadeó…
—¿Lista? —preguntó él, soplando suavemente.
Abrió la mano.
La moneda había desaparecido.
La niña dejó escapar un pequeño “¿eh…?” con voz temblorosa, totalmente desconcertada. Se frotó los ojos, como si pensara que aún estaba llorando demasiado para ver bien.
—¿Dónde está? —susurró.
—Hmm… —el chico de cabello negro miró alrededor, fingiendo sospecha—. Tal vez se escondió porque vio a alguien triste.
Llevó una mano detrás de la oreja de la niña y, con un movimiento ágil, reveló la moneda entre sus dedos.
—¡Aquí estás! —dijo triunfante.
Los ojos de la niña se iluminaron. Sus mejillas seguían húmedas, pero esta vez su boca dibujó una pequeña sonrisa.
—¿Cómo…? —balbuceó ella.
Él guiñó un ojo, mientras ponía la moneda en la mano de la niña.
—Los secretos mágicos solo funcionan cuando alguien vuelve a sonreír.— dijo mientras sonreía cálidamente. —Quédate con la manera… es de la suerte— le dijo con una sonrisa mientras le guiñaba un ojo.
La niña soltó una risita tímida, para Subaru, sintió que el corazón le pesaba menos.
La semielfo que miraba la escena se quedó con los ojos abiertos de par en par igual de sorprendida que la niña por el truco de magia, pero también conmovida por el acto de amabilidad del chico.
—Bueno, ya que te sientes más calmada, me imagino que te perdiste de tu papá y mamá, verdad?— preguntó Subaru mientras tranquilizaba a la niña con palmaditas en la cabeza… a la niña le encantaba.
—Si… no encuentro a mi mami— dijo con timidez.
—Entiendo… me alegro que te hallamos encontrado— dijo con una sonrisa que mostraba calma. —Déjame que esta adorable chica y yo te ayudemos a encontrar a tu madre— dijo mientras señalaba a la joven que estaba atrás de él.
—Esta bien… Gracias señor— dijo la tímida niña.
—Agradéceme cuando encontremos a tu madre, Si?— dijo mientras le ofrecía la mano. La niña asintió con la cabeza mientras agarro con suavidad la mano del niño.
Ambos se levantaron mientras se dirigía a la chica que había visto la escena con una sonrisa en su rostro.
—Sabes Lía, este día te he visto sonreír más que en muchos años… como padre tengo miedo que te roben la sonrisa— le dijo juguetonamente por su conexión para que nadie los escuchará
—¿Eh? No, de qué estás hablando, yo siempre sonrío… y además, nadie me puede robar la sonrisa por qué me quedaría sin boca— dijo una nerviosa y un poco tonta chica. El gato solo soltó una risita.
Subaru se acercó con la niña e sujetando su mano. —Lo siento por hacerte perder el tiempo, se que tienes que estar apurada por…—
—¡No!— interrumpió —Quiero decir, me parece que hiciste lo correcto, te iba a perdía que la ayudáramos pero te adelantaste— dijo con firmeza la chica
El chico sonrió de alivio. —Gracias… ¡ahora empecemos la busqué de la madre de esta hermosa niña y de esta linda chica!— dijo en voz alta Subaru mientras apuntaba al cielo teatralmente divirtiendo a la niña y joven a su lado.
—Tonto— fue lo único que dijo con una risita al ver las payadas del chico.
Caminaron por unos minutos mientras Subaru hablaba y jugaba con la niña, mientras también hablaba con la chica de cabello plateado, pasaron por varios puestos preguntando si habían visto a una mujer las características de la madre de la niña, muchos dijeron no haberla visto pero otros dijeron la habían visto cerca buscando a una niña.
Siguieron caminando hasta que Subaru sintió que la niña soltaba su mano, bajo la vista para ver que estaba pasando pero escuchó que gritó mientras salía. —¡¡¡Mamá!!!—
Subaru vio como la niña corría hacia una mujer de cabello café con un vestido mientras esta se agachaba extendiendo sus brazos mientras lloraba.
—¡Plum!, por fin te encuentro, no sabes lo preocupada que estaba, gracias a Od que estás bien.— dijo mientras lloraba y abrazaba a la niña con miedo que si la soltaba desaparecía.
La pareja que llevaba a la niña vio la escena con sonrisas de alivio y felicidad al ver que la niña por fin podría estar con su madre.
—Me alegra que hayamos podido encontrar a tu madre… Plum— dijo el nombre de la niña que había escuchado de la madre.
La madre de la niña los vio con desconfianza al ver al niño frente a él y otra persona ocultándose en la espalda de este mismo.
Subaru que vio la mirada de desconfianza de la señora rápidamente aclaró —Disculpe, nosotros somos las personas que ayudamos a Plum a buscarla, no queríamos hacerle nada malo— dijo mientras agitaba las manos nervioso
—Mamá ellos fueron amables y me ayudaron a buscarte— dijo la niña mientras agarraba el vestido de la mujer
La madre suspiró alivia. —Lo siento por desconfiar… muchas gracias por cuidar a mi hija, estoy en deuda con ustedes— habló con gratitud mientras se inclinaba de agradecimiento.
—Oh vamos, no hay problema… no podíamos dejar sola a una niña sola llorando… eso no es algo que pueda permitir— dijo Subaru con firmeza.
—Así es, no tiene nada por qué agradecernos, me alegro que se hayan podido encontrar— dijo amablemente la chica, se había recuperado del miedo a que la vieran y habló, para sorpresa de ella, la mujer no reacción mal, solo gratitud se miraba en sus ojos
Subaru se acercó a la niña mientras se arrodillaba. —Y tú Plum… pórtate bien y no vuelvas a perder de vista a tu madre, si?— sonrió Subaru mientras acariciaba su pelo
La niña mostró una enorme sonrisa de alegría —Si señor, muchas gracias— dijo. Subaru sintió una felicidad en su pecho al ver a los niños sonreír, este era el mundo que quería proteger.
La pareja se despidió de la niña y su madre, volvieron a la busque que había empezado todo… caminaban sin ninguna respuesta ni pista del paradero de la ladrona, ambos vieron una puente, decidieron que descansarían un rato, aunque no estaban cansados físicamente pero sí frustrados por que todo había salido mal.
Ambos se encontraban sentados en silencio mientras veían a la gente caminar al rededor de ellos.
La chica fue la primera en romper el silencio. —Veo que eres muy bueno con los niños.— comentó después de ver al chico ayudando a la niña tan fácilmente.
Subaru que la escuchó sonrió. —Jejeje, si, creo que les agrado a los niños…— dijo mientras se flotaba la nuca. —Además, tengo algo de experiencia tratando a niños asustados.— dijo un poco más serio. Subaru se había acostumbrado a tratar con niños esclavos que lloraban desesperadamente por haber sido salvados de seguir viviendo en un infierno, algunos les habían arrebatado a sus familias…
La hermosa Semielfo vio la cara de tristeza de chico. —Lo siento, no quería recordarte malos momentos…— dijo mientras agachaba la cabeza por vergüenza.
—Oh, no te preocupes, simplemente me acordé de unas cosas del pasado, nada importante— mintió. La joven se dio cuenta pero no quiso seguir presionando por que vio la tristeza en sus ojos.
—Puedo preguntar…— dijo la chica. —¿Por qué me ayudas?, ¿y por qué ayudaste a Plum sin pedir nada a cambio?…— pregunto la curiosa Semielfa. —No crees que estás desperdiciando tu vida ayudando a los demás sin buscar tus propios intereses. —terminó de decir.
Ella llevaba mucho tiempo preguntándose el porqué la ayudaba, pensó lo peor del chico al principio, pero después de pasar toda la mañana hablando vio que no era una mala persona, cuando vio ayudar a la niña lo confirmó por completo, un chico de corazón amable y desinteresado.
Pero ella no podía aceptar que alguien la ayudara, toda su vida la trataron como la peor calamidad del mundo, y ver a este chico que hablaba, sonreía, bromeaba como si ella fuera una persona más era… inquietante, esperanzador… no sabía por eso quiso saber que pensaba el chico al lado de ella.
—Por qué lo necesitaban— respondió el chico sin preocupación
—Eh?, pero por qué?, ¡Tiene que haber algo más, una recompensa o no sé, algo!— dijo mientras alzaba la voz frustrada de escuchar una respuesta tan simple
Subaru la vio sorprendida por cómo la chica levantaba la voz con una cara que mostraba… ¿incredulidad?, ¿duda?, no sabía.
—Sabes…— empezó a hablar con una voz suave. —Cuando te conocí en ese callejón después de deshacerme de los ladrones, y me empezaste a hablar de que estabas apurada por la insignia… lo escuché, aunque lo intentabas ocultar escuché tu voz de desesperación, y lo confirmé cuando pude verte a los ojos, aunque son bonitos vi como eran inundados por una preocupación gigantesca…— explicaba Subaru mientras la miraba a los ojos
La chica estaba incrédula por lo que escuchaba, nadie se había dado cuenta de las emociones que siempre intentaba ocultar, solo su espíritu lo sabía pero era por que podía leer las emociones. Y ahora este chico, con solo escucharla y verla a los ojos se percató de su desesperación… un sentimiento de calidez inundó su pecho y aumentó cuando escuchó que llamaba bonitos a sus ojos… este chico es un completo tonto pensó la Semielfo
—Y a Plum… Bueno estaba perdida y llorando buscando a su madre, no podía permitir dejarla sola mientras sufría… si puedo hacer algo lo haré, por qué solo así podré cumplir mi sueño del mundo que quiero…— Dijo Subaru mientras miraba hacia el cielo proyectando su sueño.
—¿Eh?, ¿Tu sueño del mundo que quieres…?— preguntó la semielfo mientras lo veía
—Si mi sueño por el cual me pongo de pie todos los días— explicó Subaru con una sonrisa
—¿Y cuál es ese sueño?— preguntó la tímida pero curiosa semielfa.
Subaru se levantó mientras dio unos pasos adelante pisando el hermoso césped que había bajo sus pies, levantó su mano al cielo mientras veía como la luz se filtraba en sus dedos, Sonrió recordando a sus padres de otro mundo que lo cuidaron y amaron con todo su corazón… sonrió recordando a la pareja padre e hija de semihumanos que le dieron un hogar y lo cuidaron en sus primero años en este mundo… se acordó de los 6 espíritus que lo acompañaron en sus sueños y aventuras ayudando a los que necesitan… por ellos no podía rendirse, por ellos se había jurado cumplir su sueño.
—Mi sueño…— dijo mientras se volteaba a verla a los ojos, la chica vio como los rayos de Sol chocaban contra el chico haciendo la escena frente a ella mística… como si se tratara de un héroe que daba esperanza a las personas sabiendo que todo iría bien
—Mi sueño… mi sueño es crear un mundo donde todas las personas sonrían— terminó con una sonrisa y una mirada determinada, seguro que lograría su sueño
La Semielfo vio al chico frente a ella con otros ojos… Admiración, admiración era lo que sentía por el chico amable frente a ella, un sueño tan noble y desinteresado no la hizo más que feliz y encantada de haber conocido a este chico. Pero también sintió que algo no iba bien con ella…
Sintió como su corazón se aceleraba mientras veía al chico, sintió como sus mejillas se calentaba y su rostro se volvía un rojo intenso, se preguntaba que era lo que le estaba pasando y por qué se sentía así… intentó ocultarlo mientras se escondía en sus manos y volteaba la cabeza pero no lo lograba.
El chico estaba confundido por la reacción de la chica frente a él, quería preguntarle pero ella habló primero.
—Ese… Cof Cof… ese es un sueño muy noble— intentó decir mientras tosía intentando calmarse. Logrando recomponerse volteo a verlo, estaba vez no había admiración en sus ojos, había otra sentimiento… miedo. Quizás el chico no se había percatado de ella, quizás no se había dado cuenta del monstruo que tenía adelante.
—Pero… ¿por qué ayudas a alguien cómo yo?— preguntó mientras temblaba y bajaba la cabeza
—¿Eh?, ¿Alguien como tú?… no entiendo.— dijo el confundido.
La semielfo con las emociones desbordado se levantando de un salto, ya no había miedo, ahora había una frustración que el chico no se diera cuenta o fingiera con ella.
—¡No vez!…— gritó mientras se tocaba las orejas enseñándole la maldición que la perseguía. —¡mira mis orejas puntiagudas, mira mi cabello plateado y mis ojos color amatistas!— gritó mientras lágrimas salieran por sus ojos, no de tristeza… Eran de alguien que cargaba con una dolorosa maldición
Subaru sorprendido por el ataque de ira de la chica, no sabía que pasaba y por que se odiaba tanto… ¿Será por el racismo?, se preguntó Subaru sin saber el destino y la maldición que cargaba por la apariencia de la niña.
—Claro que te veo…— empezó a decir Subaru
—!¿Entonces porqué no me odias?, ¿Porqué no me miras con asco?!, Porqué… eres tan amable conmigo—Susurró lo último mientras sus emociones eran incontrolables, llorando de tristeza mientras se dejaba caer al suelo al expresar todo lo que había estado aguantando sin percatarse de las personas que los miraban.
—Claro que te veo…— dijo Subaru acercándose. —Veo tus ojos el sufrimiento que estás cargando, veo el miedo al momento en que te miran los demás, no sé lo que has vivido y no lo preguntaré… Pero yo solo veo a una persona que ha sido amable conmigo, una persona que me ayudó y no se molestó cuando llevamos a esa niña con su madre aun cuando estabas desesperada con tu insignia…— dijo mientras se agachaba para estar a su altura y verla a los ojos. —Por que yo solo veo a una chica amable que se esfuerza aunque cargue con mucho dolor en su corazón…— dijo con seguridad y firmeza intentando que le llegue el mensaje. —Además… tus orejas puntiagudas, tu cabello plateado y tus ojos amatistas… a mi me parecen muy hermosos— dijo con una sonrisa sincera que podría iluminar la noche más oscura.
¿Qué pasa?, No, es imposible… esto no puede estar pasando… después de tantos años de maltrato, hay alguien en este mundo que la miraba no como una bruja, no como una calamidad, no como un ser asqueroso que tendría que morir, la miraba como lo que siempre quiso… una chica normal.
La semielfo guiada por las emociones se lanzó hacia el chico mientras hundía su cara en el pecho del chico llorando, liberando un poco del dolor que llevaba años con ella.
Subaru sorprendido por el movimiento de la niña se quedo helado, pero rápidamente entendió que la chica necesitaba desahogarse, el ya había visto a tantos niños en ese mismo estado por la vida cruel que llevaban. Saliendo de su estado para poner una mano en su cabeza mientras la acariciaba intentando que siguiera desahogándose.
—¡¿Oye, que pasa…?!— Gritó el chico. —¡¿Por qué me golpeas gato mágico?!
—Gracias, te lo agradezco pero tenía que hacer algo con esta picazón que siento en mi estómago.— dijo un celoso gato mientras golpeaba con sus pequeño puños esponjosos al niño.
Subaru confundido por los golpes, aunque no solían para en absoluto no sabía por qué reaccionaba así, no le tomó importancia y siguió consolando a la chica que lloraba en su pecho.
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—Ya te sientes mejor— dijo el chico mientras seguí acariciando la cabeza de la chica. Habían pasado unos 10 minutos así, Subaru ya no sentía las piernas de lo entumecidas que estaban
La chica ya no lloraba pero seguía con un ligero temblor que rápidamente fue desapareciendo. Todavía estaba con la cara metida en el pecho del chico, sintió una calidez, se sintió que en este lugar estaba segura.
Rápidamente su cara se puso roja de la vergüenza, de un salto saliendo del pecho del joven y ponerse de pie mientras se tapaba la cara por la vergüenza… —(Porqué lloré con un chico que acababa de conocer, que patética soy)— pensaba mientras quería que la tierra se la tragara
Subaru levantándose tambaleándose ya que las piernas casi no le respondían, con mucho esfuerzo se puso de pie mientras empezaba a estirar las piernas
—Yo yo… lo siento por lo que acaba de pasar…— susurró la sonroja semielfa con timidez en su voz.
—No te preocupes… me alegro que te allá ayudado con un poco de la carga que llevas en tus hombros— dijo con una sonrisa tranquilizadora.
—Bueno, bueno… ya dejen el coqueteo— se escuchó una voz sin emociones, claro que no eran celos, claro que no.
Los dos se pusieron rojos por el comentario del gato que estaba en el hombro de la chica.
—No no no no, no estábamos coqueteando…— tartamudeo un chico con la cara roja.
—¡Puck, cállate!— gritó otra sonrojada chica. La chica se preguntaba si hoy era el día que más veces la haría sentir avergonzada.
—Jajajaja, solo jugaba un rato… es divertido ver sus reacciones— rio burlonamente el gato
—Tsk…— fue lo único que dijo el niño calmándose mientras caía en los juegos del gato
—Saben chicos, llevamos todo la mañana juntos y ni siquiera nos hemos presentando.— dijo el gato mientras flotaba. —Empiezo yo, mi nombre es Puck, soy el gran espíritu del fuego y padre de esa adorable chica— dijo mientras se acercaba a Subaru extendiendo su papita.
Subaru cuando escuchó que era un gran espíritu sus ojos se llenaron de ira por un momento pero rápidamente se calmó sin que nadie se diera cuenta.
—Un placer conocerte Puck…— dijo Subaru aceptando la mano. —¡Espera un momento!, ¡¿Dijiste que era el madre de ella?!— preguntó el sorprendido chico.
—Si… Puck me a cuidado desde que tengo memoria, para mí es como mi padre— dijo con amor la semielfa dirigida al gato.
—Ohhh, ya veo, ahora lo entiendo… Bueno ahora es mi turno de presentarme— Dijo Subaru mientras sonreía con una mirada traviesa.
Alejándose un paso hacia atrás, hizo su pose característica… apuntó al cielo mientras levantaba el brazo y con el otro se tomaba la cintura…
—¡Mi nombre es Natsuki Subaru, actualmente estoy perdido, un completo tonto que no tiene dónde caerse muerto… mucho gusto! —dijo con una sonrisa, diciendo verdades a medias para animar el ambiente y levantar el ánimo de la chica. Viendo la risita de la chica su plan funcionó
—Vaya Subaru, pareces que estás en una situación más desesperada que yo.— dijo entre divertida y preocupada la chica.
—No te preocupes, desde hace mucho he estado de un lado a otro sin hogar… ya me acostumbre a ello— dijo con una sonrisa.
La semielfa no presto atención a su sonrisa, se sintió preocupada por el chico que tan amable le estaba ayudando al escuchar que no tenía casa, probablemente esté solo… una idea se cruzó por su cabeza, —(tal vez, solo tal vez no vuelva a estar sola)— pensó la chica con esperanza en sus ojos.
—¿De dónde eres Subaru?, no pareces de por aquí y además se ve que eres alguien que entrena y por tu espada me hace pensar que eres un cazador o algo así…— dijo Puck mientras lo escaneaba de pies a cabeza.
—Puck tiene razón… tus manos no son los de un noble, son grandes y fuertes…— dijo mientras agarro su mano y empezó a tocarla.
El chico sonrojado por el acto de la semielfo apartó su mano mientras volteaba la cabeza.
—El gato y yo ya nos presentamos— dijo nervioso. –¿Cual es tu nombre?— preguntó intentando cambiar de tema
La semielfa se quedó helada por un momento, que haría, le diría la verdad o intentaría mentirle para que se alejara de ella y no se metiera en problemas… Por su cabeza pasó el pensamiento de ocupar el nombre de esa bruja para que el niño huyera de ella.
Pero rápidamente se quitó esos pensamientos de la cabeza, vio como el niño la ayudaba sin pedir nada, vio como ayudó a la niña e incluso le dio una moneda de oro sin importarle nada más que la felicidad de ella, vio como la miro a ella sin miedo ni asco, al contrario la vio como una chica normal, era el mayor regalo que podía pedir.
Además, en su cabeza quería seguir con su idea, era egoísta pero quería llevar a ese chico a vivir en la mansión para que allá alguien con quien pueda ser ella misma, ella lo sabía, era egoísta pero no podía dejar al chico que hizo que se sintiera tan feliz.
—Mi nombre es Emilia, solo Emilia… es un placer conocerte Subaru— dijo la chica llamada Emilia con una sonrisa sincera.
—El placer es mío, Emilia… un bonito nombre para una bonita chica— dijo Subaru con una sonrisa genuina
—Cabeza de chorlito— dijo la Emilia avergonzado por el comentario del chico.
—¿Ehh?…— Subaru abrió los ojos de sorpresa. —Hacia mucho que no escuchaba eso… ya nadie dice eso Emilia.— dijo Subaru mientras se reía entre dientes
—Tonto, deja de burlarte— dijo con un puchero.
Subaru le pareció tierno.
—Emilia… ¿por qué pensabas que te rechazaría por tu aparente?— preguntó Subaru, tenía un rato intentado hacer esa pregunta.
La atmósfera que antes era cálida cambió por completo por una seria.
—¿Eres ciego?— preguntó la confundida y seria Emilia. —No ves mis orejas… soy una semielfa de cabello plateado y ojos amatistas— dijo cerrando los ojos bajando la cabeza esperando que ahora sí, Subaru la desprecie
—¿Eh?, que tiene que ver que seas una semielfo…— sus ojos se abrieron recordando algo. —ahora entiendo….
La chica solo apretó su mano esperando la reprimenda del chico de cabello negro
—En mi tierra natal, los Elfos o Semielfos son representados como la mayor muestra de belleza y pureza del mundo— dijo con orgullo recordando lo que veía o jugaba junto a su madre, los animes, mangas o videojuegos.
La chica abrió los ojos de par en par por la sorpresa… no sabía si este niño era un idiota ignorante o un chico muy valiente.
Y no estaba tan mal en sus pensamientos, Subaru a pesar de los años en este mundo, nunca se interesó en el tema de la bruja de la envidia, si sabía que existía un ser malvado que era llamado por muchos nombres pero el más común era “La bruja de la envidia”, pero nunca preguntó nada, se interesó más en su entrenamiento y después se enfocó en los problemas reales que el creía, asesinos, esclavistas y por último los cultistas.
—¿Eh?, ¿No sabes nada de la bruja de la envidia?— preguntó la semielfo sosprendida por tal ignorancia.
—La bruja… si escuché de ella, la bruja de la envidia— Subaru se acordó al arzobispo loco que la adoraba. —Pero eso es todo, solo sé que es una bruja de hace años que está sellada— dijo con seguridad en su voz.
A Emilia eso pareció como un balde de agua fría, quizás por eso él no la temía, no sabía que ella era la vida imagen de tal monstruo.
—La bruja de la envidia… una semielfo de cabello plateado, ojos amatistas, esa es la imagen que se relaciona con la bruja…— dijo mientras temblaba de miedo. —Satella.
—¡¡¡Lía!!!, ¡no vuelvas a mencionar ese mencionar ese nombre, ya hablé contigo sobre eso!— Gritó un asustado Puck.
—Puck… yo, yo lo siento— agachó la cabeza por el regaño. No se percataron del estado de niño a su lado.
Subaru cuando escuchó el nombre se quedó paralizado, sintió un escalofrío por su cuerpo que empezó a temblar, sus ojos se nublaron por completo mientras no vea nada más que negro, sintió que flotaba en un mar de oscuridad mientras no podía moverse. Solo escuchó una voz que había olvidado hace mucho tiempo, no se recordaba de dónde la había escuchado pero estaba seguro que le era familiar.
—TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO— escucho una voz que parecía sin vida mientras flotaba
—¡Subaru estás bien!— gritó Emilia mientras agitaba por los hombros al chico.
Saliendo de su estupor contento. —Si… perdón, me estaba acordando de cuando me enseñaron lo poco que sabía de la bruja.— mintió pero eso dejó un alivio en Emilia mientras que Puck lo vio con sospecha.
—Emilia, si te preocupa que por tu apariencia te vea como la bruja, no te preocupes…— dijo mientras miraba a los ojos a Emilia. —Para mí sigues siendo la chica amable que estoy ayudando a buscar su insignia… Emilia, solo Emilia— dijo mientras le sonreía cálidamente
—Subaruuu… zopenco— dijo con una sonrisa de alivio y de felicidad
—Ya nadie dice “Zopenco” Emilia— dijo con una sonrisa burlona. —Creo que ya descansamos mucho, pongamos en marcha, todavía nos falta encontrar tu insignia.— recordó Subaru
—Oh si, mi insignia— Emilia por lo feliz que se sentía había olvidado lo que estaba buscando.
Ambos se pusieron de pie y volvieron a su búsqueda de la ladrona y la insignia.
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Subaru después de seguir caminando sugirió regresar a la escena del crimen, tal vez allí encontraban más pistas o alguien que la conociera.
Ambos seguían buscando, Subaru se dio cuenta que los cristales en la pared había sido ella quien lo había ocasionando haciendo reír un poco a Subaru.
Preguntaron a muchos comerciantes pero ninguno respondió, por qué no querían o simplemente por qué no habían visto nada, hasta que llegaron a un puesto de Appas que Subaru había visto hace un tiempo.
El señor un poco grosero les preguntó si querían comprar a lo que rechazaron, el señor se molestó así que los echó del puesto argumentando que espantaban a los clientes. Ya se iban cuando llegó una mujer con una niña en brazos que rápidamente reconocieron… Plum estaba junto a su madre que para sorpresa de Subaru y Emilia el señor era el madre de la niña, la esposa le explicó que ellos habían ayudado a su hija así cambiando su carácter a alguien mucho más amable.
El señor llamado Kadomón informó que esa niña era conocida por ser una ladrona hábil, ya había robado en muchas tiendas y nunca la lograban atrapar, muchas veces la vieron en los barrios bajos de la capital. Agradeciendo al señor ya se iban en busca de la ladrona cuando Plum detuvo a la pareja dándole una flor a Emilia diciéndole que le quedaría bien diciendo que ella era la novia de Subaru haciendo que los dos se sonrojen.
Se marcharon pero antes Subaru prometió que volvería a comprarle cuando todo haya acabado, ahora se encontraban en los barrios bajos, caminando en un lugar pobre, donde se veían a niños sucios, desnutridos, con casas al borde del colapso.
—Puck, ¿cuanto Maná te queda ahora mismo?— preguntó la semielfo
—No te preocupes, me queda más o menos 30 minutos… si nos apresuramos estaré contigo cuando encontremos a esa ladrona— tranquilizó el espíritu a la niña
—¿Eh?, a qué te refieres con que te quedan 30 minutos?— preguntó un confundido Subaru
—Aunque mi apariencia es adorable, necesita mucho Maná para mantenerla, así que después de las 5 tengo que dormir— Explicó el gato.
—Ohhh entiendo, hasta los espíritus tienen un horario después trabajo— se burló Subaru
—Subaru, Puck no trabaja, es un espíritu— dijo inocente Emilia
—No, lo en broma… sabes que , olvídalo— dijo un abatido Subaru
—Creo que así no llegaremos antes que me tenga que ir… Lía, ¿Por qué no hablas con los espíritus y que te ayuden?, tal vez ellos la hayan visto.— sugirió Puck.
—¡Claro!, buena idea Puck— dijo una emocionada Emilia. —Puck, puedes entrar al cristal, contigo aquí los espíritus no vendrán.
Puck sin contestar entro al cristal dejando que Emilia se comunicara con los espíritus. Emilia se paró enfrente de en frente de un pequeño puente que que abajo había agua haciendo más mística la escena.
Subaru que lo veía con sentimientos encontrados, por una parte estaba impresionado por la escena que tenía enfrente, vio lo hermosa que se miraba la semielfo con todos los espíritus… también se sentía triste por que eso le hacía recordar a sus 6 amigos que ya no estaba con él.
Los espíritus le indicaron que habían visto una niña con esas descripciones más adentro de los barrios bajos, se pusieron en marcha, vieron a un hombre que caminaba solo, Subaru se adelantó a preguntarle, el hombre a regañadientes le dijo que la niña se llama Felt, que vive con un viejo gigante mejor conocido como Rom en una casa del botín, les indicó donde estaba se encontraba y así rápidamente encontraron la casa, se miraron entre ellos y asintieron con la cabeza en señal de confianza para que entraran.
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La casa se encontraba abierta, así que Subaru se adelantó y abrió la puerta, adentro se escuchaban 3 voces que tenían una pequeña discusión sobre monedas de oro, la pareja se adentró a paso lento
—Hola buenas… disculpe que entráramos sin permiso pero la puerta estaba abierta.— saludo Subaru apenado por entrar sin permiso.
—¿Qué haces aquí mocoso?, si eres un caballero no hemos robado nada.— Dijo el viejo gigante que se encontraba sentado.
—No te preocupes, no soy un caballero… solo venimos a buscar una joya que mi amiga perdió y nos dijeron que posiblemente esté en este lugar.— dijo Subaru mientras levantaba las manos.
—¡¡¡Tú!!!— se adelantó Emilia mientras señalaba acusatoriamente a la niña que estaba sentada. —Tu fuiste la ladrona que me quitó mi insignia.
—¡¿Qué?!, ¡Mierda!… Pensé que te había perdido hace tiempo… ¡¿Cómo me encontastras?!— gritaba mientras se escondía detrás de viejo que estaba sentado.
—¡No importa, dame la insignia y nadie saldrá lastimado!— dijo Emilia mientras creaba varios proyectiles de hielo apuntando a la niña y al viejo.
El viejo le levantó mientras empuñaba un garrote lista para la batalla, mientras la otra persona se quedaba en silencio observando en silencio.
—Bueno bueno, calmémonos todos… creo que estamos un poco alterados— dijo intentando calmar apoyando una mano en el hombro de Emilia. —Tranquila Emilia, ellos no nos harán daño y mejor hablamos, sería mejor solucionarlo sin que nadie salga lastimado— dijo tranquilizando a la chica.
La semielfo sería resistió por un momento pero al ver la calma del chico al lado de ella se calmó.
—Lía, Subaru tiene razón, pero también mantente alerta, esto no me da una buena espina.— dijo telepáticamente Puck a su hija
Bajo los brazos y sus cristales desaparecieron mientras relajaba su cuerpo.
—Y ustedes…— dijo dirigiéndose al viajo y a la niña. —No venimos para lastimarlos, solo queremos recuperar lo que nos robar…— explicaba pero se detuvo ya que por el rabillo del ojo vio como una punta de metal se dirigía a Emilia.
Con un movimiento rápido apartó a Emilia y con sus manos agarró la cuchilla que volaba.
—Fufufufu, que buenos reflejos tienes, intrigante… me pregunto… Como se verán tus entrañas— dijo la voz de la otra mujer que estaba sentada.
Cabello negro, vestido morado orcuro pegado a su cuerpo mostrando la sensualidad que tenía, con escote que mostraba gran parte de su pronunciado pecho, con unos tacones altos y en sus manos tenía dos espadas cortas.
Todos los presentes miraron confundidos lo que pasaba, cuando vieron al niño con el cuchillo apuntando hacia su cuelo sostenido con su mano lo entendieron y miraron aterrorizados.
Emilia solo sintió el empujón cayendo al suelo, volteó a ver a Subaru confundido y vio con horror que estaba a punto de ser atravesada por esa espada.
—Gra~Gracias Subaru, ¿Estás bien?— preguntó la asustada semielfa.
—No te preocupes…— dijo mientras no quitaba la vista de la mujer que atacó. —¿Que crees que haces?— preguntó con ira en su voz
—Ya que la dueña de la insignia está aquí el trato se canceló… seguiré el plan B.— dijo mientras lamía una espada.
—¡¿Qué crees que haces perra?! — gritó una enojada Felt. —¡Ese no era el trato que teníamos!.
—Fufufu, que acaso estás sorda… el trato se canceló, no tiene sentido negociar con la dueña aquí— dijo con una sonrisa inquietante.
—¿Entonces cuál es tu plan b?— Preguntó Emilia quien se preparaba para el combate.
—El plan b es… que abriré los estómagos de todos ustedes.— sentenció la voz sensual.
—¿Tú crees que te lo permitiré?— preguntó Subaru sosteniendo la espada corta que había detenido.
—¿Y que harás al respecto niño?— preguntó la divertida asesina.
—Lo que te mereces…— dijo Subaru mientras empezaba a caminar hacia ella —Te mataré… pero no te preocupes, será de una manera rápida.
Subaru se lanza hacia adelante en cuanto Elsa aparece. La espada corta describe un arco veloz dirigido directo a su cuello. Elsa inclina la cabeza hacia un lado, el filo roza su mejilla, y su cuerpo se desliza hacia atrás con ligereza felina.
Subaru continúa sin detenerse. Cambia el ángulo, gira la muñeca y encadena un segundo corte horizontal. Elsa salta por encima del ataque, gira en el aire y cae detrás de él con su cuchillo ya descendiendo. Subaru rueda hacia un lado, el filo enemigo corta el aire donde estaba su espalda un instante antes.
Al levantarse, Subaru contraataca con una estocada al torso. Elsa bloquea con el borde plano de su cuchillo y empuja la hoja hacia abajo, tratando de abrir su defensa. Subaru retira la espada, pivota y arremete otra vez, esta vez apuntando a las piernas. Elsa salta hacia atrás, su pie apenas toca el suelo antes de que vuelva a avanzar.
Elsa corta en diagonal. Subaru retrocede medio paso, levanta la espada y desvía el ataque, las chispas saltan al chocar el metal. Contraataca de inmediato con un tajo ascendente que obliga a la asesina a doblarse hacia atrás en un arco imposible. Su cabello roza el filo al pasar.
Elsa responde con un giro rápido, intentando cortar su abdomen desde abajo. Subaru bloquea con ambas manos aferrando la espada, la empuja hacia un lado y usa ese impulso para lanzar un golpe con la empuñadura al rostro de la asesina. Elsa tambalea un instante.
Ese instante basta.
Subaru avanza con un tajo profundo, dirigido al pecho. Elsa cruza su cuchillo para detener el impacto, pero el golpe es demasiado fuerte; el filo la desplaza varios pasos atrás. Antes de que recupere el equilibrio, Subaru ya está encima.
Un giro. Un corte horizontal limpio. La sangre traza un hilo en el aire.
Elsa cae sobre una rodilla.
Subaru remata con una estocada precisa al torso. El cuerpo de la Cazadora de Entrañas se desploma hacia adelante, inerte.
La batalla termina tan rápido como empezó
Las personas que estaban viendo se quedaron con la boca abierta y los ojos abiertos de par en par ante la muestra de velocidad y fuerza del chico.
Emilia lo miraba incrédula, no sabía que sería tan bueno peleando. El viejo Rom lo miraba con algo de nervios al pensar ahora irían por ellos. Felt solo temblaba mientras veía a la chica llena de corte acostada en su propia sangre.
Subaru vio la espada que tenía en la mano, no ocupó la suya, pensaba que no sería necesario y se dio la razón después de acabar con el asesino.
Tiro la espada al suelo mientras empezaba empezaba a caminar hacia las personas que lo miraban en shock. Subaru se acercó a ellos mientras.
—Creo que estaremos bien… les pido perdón por hacer un desorden en su casa viajo.— Dijo Subaru un poco tímido
Los demás salieron del shock al escuchar al chico.
—No… no te preocupes niño, yo repararé esto— dijo todavía nervioso.
—¡Guau hermano mayor, eso fue genial!— Gritó una niña que acababa de salir del miedo que sentía.
—Jejeje, no fue para tanto— dijo un avergonzado Subaru.
—Eso fue… increíble Subaru. No sabía que eras tan fuerte— dijo la impresionada Emilia
—Lo siento que no te lo haya dicho pero estábamos tan preocupados por la insignia que…— Subaru escuchó un ruido de espadas cayendo al suelo donde se encontraba el cuerpo de la asesina, volteó la cabeza hacia donde provenía el ruido pero no era nada.
—¡Cuidado!— se escuchó el grito de Felt.
Subaru vio con horror que Elsa estaba demasiado cerca apuntando un cuchillo al estómago de Emilia.
—¡EMILIAAAAA!— gritó Subaru mientras se impulsaba hacia ella, en ese instante sintió un nudo en el estómago.
Recordó todo lo que había perdido desde que llegó a este mundo, y en el otro mundo también, recordó que por su patético miedo no ayudó a su maestro Shun en la batalla por eso todos murieron, recordó que por confiarse Petelguese tomó su cuerpo así perdiendo a sus espíritus… y ahora pasaba lo mismo frente a sus ojos, iba a perder a alguien con la que aunque en corto tiempo había echo una amistad sincera. —(Esta vez… No lo permitiré… no acabará de la misma manera aunque me cueste la vida)— pensó Subaru y sin pensarlo, se metió entre Emilia y la asesina recibiendo de lleno el corte.
—¡¡¡NOOOO SUBARUUUUUU!!!— gritó una desesperada Emilia entre lágrimas.
Iba cayendo al piso cuando Emilia lo sostuvo en brazos acostándolo mientras intentaba currarlo. Ya era demasiado tarde.
—¡Pagarás por romper el corazón de mi hija!— salió un gato empezando un combate con la asesina que seguía convida.
A Emilia no le importaba los sonidos que habían de la pelea, solo veía al niño que tenía en brazos mientras sus ojos se nublaban en lágrimas.
—¡Subaru por favor, quédate conmigo… no me dejes sola!— Sollozaba la semielfa
Subaru con su último aliento la vio mientras su mundo se hacía negro, dando una sonrisa.
—No te culpes, Cof… cof…— habló entrecortado el niño mientras levantaba su mano a su mejilla y la acariciaba. —Esto es lo que quise hacer… Cof… cof… Gracias por este día… fue… hermoso…— terminó de decir mientras sus ojos se cerraron por completo
—¡¡¡SUBARUUUUUUU!!!— fue lo último que escucho, su mano calló al suelo mientras lágrimas caía en su cara dormida.
Natsuki Subaru habia muerto por la espada de una asesina.
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—¡¿Subaru estás bien?!— escuchó una voz mientras lo sacudían por los hombros.
—¿Eh?… — fue lo único que logró decir Subaru no logrando enfocar en lo que veía.
—¡Subaru despierta!— escuchó una voz que se le hacía conocida.
—¿Emi…lia— preguntó un confundido Subaru
—¡Siii, ¿soy yo, que te pasó? , ¿Te pusiste mal por qué te dije el nombre de la bruja?… lo siento por eso, te prometo que no lo volveré a hacer— dijo una triste Emilia.
—¿Qué pasó?, ¿Dónde estoy?, no estábamos en la casa del botín cuando… ¡Emilia estás bien!— gritó Subaru saliendo de su confusión mientras la agarraba de los hombros.
—¿Subaru?, estoy bien, pero tú, estabas con una mirada perdida cuando te mencioné el nombre de la bruja… ¿estás bien?— preguntó sonrojada
—¿Eh…?— dijo mientras miraba a su alrededor percatándose de dónde se encontraba, estaba en medio de la capital, en la fuente donde estuvimos en la mañana… espera es de mañana, ¿¿¿no estábamos en la casa del botín y ya era de noche???.
~ {Espera, si es de día y estamos en la capital justo en la fuente donde estuvimos hablando en la mañana… eso quiere decir…}~ tenía los pensamientos a mil por hora pero llego a una conclusión.
—¡¡¡YO… REGRESÉ EN EL TIEMPO!!!.
Chapter 7: EL ESPADACHÍN NEGRO VS LA CAZADORA DE ENTRAÑAS
Chapter Text
—¡¡¡¿YO… RETROCEDÍ EN EL TIEMPO?!!!.
En el centro de la capital se encontraba un grupo algo inusual, estaban en una fuente mientras una semielfa agitaba a un niño de cabello negro que se encontraba una mirada perdida, como si estuviera en otro mundo…
—¡¡¡SUBARU!!!— gritó una vez más una semielfa que cada vez se preocupaba más.
—Lía cálmate, si lo sacudes con violencia lo puedes romper… claro, no es que perdura mucho…— decía el gran espíritu del fuego.
—¡Puck, no digas eso… no seas malo con Subaru!— dijo una indignada Emilia.
—¡¿Qué?!, no puede ser, este tipo me está robando a mi hija… no puede ser…— dijo burlonamente mientras se agarraba la cabeza
—Puck, nadie me está robando… estoy preocupada por Subaru.— dijo una infantil semielfa.
Emilia veía al chico que hace unos segundos estaba bien, sonriendo y burlándose de ella pero ahora no sabía que le pasaba, estaba perdido como si le hubieran quitado sus pensamientos.
Mientras que Puck lo miraba con los ojos entrecerrados, había algo que no le agradaba del chico, algo que lo hacía sentir que tenía que alejar a su hija de él, y lo peor para Puck era que podía sentir las emociones de su hija y para su mala suerte, era un rotundo “No” intentar alejarlo de su hija… por ahora solo lo observaría.
~¿Pero como?, nunca antes había regresado en el tiempo… ¿será un poder oculto?, ¿pero como se activa?, yo no sentí que que mi maná fluyera y además, nunca aprendí a lanzar un hechizo así, y dudo que exista… ¿será que es de alguien más?, imposible, Felt y Rom no se ven que puedan lanzar hechizos tan poderosos, la asesina es imposible que me quiera salvar después de intentar matarme, Emilia no puede ser ya que ella no sentí acuerda de nada sobre la casa del botín, y Puck… no lo creo, desde que me regrese en el tiempo me ha estado viendo con desconfianza, mis sentidos me gritan peligro ante el, además… Puck en ningún momento me ayudó, aunque tú tiempo para intervenir pero no lo hizo, solo entró en pelea cuando yo ya me estaba… ¡Claro!, estaba en peligro, quizás eso active el poder… no, es imposible también, en estos 10 años mi vida a sido de constante peligro, hubiera vuelto con los esclavistas, o con ese maldito de Petelguese.~ Subaru tenía la cabeza con un mar de preguntas, y la más importante… ~¿Que es este poder, cómo funciona y quien me lo dio?~.
Seguía y seguía recordando si una vez había dejado pasar algo, una información por más mínima que sea, tal vez lo ayudara, es la primera vez que le pasaba esto, y no era nada fuera de lo normal, siempre estaba en peligro…
~Hay algo que estoy dejando atrás… algo que estoy olvidando que es muy importante… piensa Subaru piensa, ¿que cambió?, la pelea fue rápida y no use ni siquiera magia, un tercero es imposible, quizás fue la desesperación de Emilia al verme mor… ¡CLARO!, eso es, lo único que cambió de todas mis situaciones anteriores es que yo…~ trago saliva mientras pensaba en lo que pensaría ahora mismo. ~yo morí.
Subaru llegó a una conclusión, una conclusión desagradable, si sus suposiciones eran ciertas ese poder, era un poder maldito, un poder que no estaba bien en este mundo, odio ese poder y su forma de utilizarlo, odio a la persona que le dio semejante poder y lo peor para Subaru… se odio a sí mismo por que pensó y se lamento que si supiera de ese poder antes… habría muerto hasta salvar a sus espíritus, su maestro y sobre todo… a Hikari.
—¡¡¡SUBARU POR FAVOR RESPONDE!!!— gritó la semielfa saliendo de sus pensamientos y regresando al mundo que lo rodeaba
Pero no solo fue el grito, si no por que sintió que su cuerpo era cubierto por algo suave y saliente que lo apretaba y acariciaba su cabeza. Subaru enfocó sus ojos y vio que estaba pasando.
Emilia, la hermosa semielfo lo estaba abrazando mientras lo apretaba cada vez más y salían lágrimas por sus ojos.
—E… Emilia— tartamudeo Subaru —¿Porqué me estás abbrazando y llorando?— preguntó confundido Subaru. —No es que me disguste, al contrario me siento muy bien en tu abrazo.
—¡Papanatas!— gritó la sonrojada semielfo mientras se apartaba del abrazo.
—Sabes Emilia, ya nadie dice papanatas en estos tiempos— dijo mientras le dedicaba una sonrisa juguetona.
—¡Deja de burlarte!— gritó una indignada Semielfo —y sobre el abrazo, perdón… es que vi que empezaste a llorar y me preocupé que algo te estuviera pasando— dijo mientras se cubría la cara de la vergüenza.
—¿Eh?, yo no estaba lloran…— no termino ya que se tocó la cara y efectivamente se encontraba llorando. ~¿Qué?, ¿Cuando pasó esto?… será que lloré cuando me acordé de lo que pude haber hecho para salvar a… bueno ya basta, no es momento de lamentarse, tenemos asuntos mucho más importantes ahora~ se dijo Subaru en sus pensamientos.
Secándose las lágrimas Subaru sonrío a Emilia intentando calmarla… —Perdóname, no me di cuenta que estaba llorando… es solo que me acordé de unas personas importantes— dijo con una voz que ocultaba la tristeza.
—Subaru si quieres puedes contarme, puedo ayudarte a llevar un poco tu carga así como tú me ayudaste a mí— dijo mientras lo miraba con una cara decidida.
—Jejeje gracias Emilia, no sabes lo feliz que me haces, te lo contaré luego primero tenemos que recuperar tu insignia— dijo Subaru con una voz suave y determinada
—Oh la insignia, claro tenemos que recuperarla— dijo Emilia acordándose de la insignia.
—No puedo creer que la increíble Emilia haya olvidado su propia insignia jajaja— dijo riéndose burlonamente —Hasta los angeles se pueden olvidar de lo importante-.
—¡Subaruuuuu!, tonto— dijo la sonrojada con un puchero, por escuchar que la llamaba un ángel y por qué se estaba burlando de ella, otra vez.
Calmándose del ataque de risa se dirigió hacia Emilia con un poco de más seriedad —Emilia, se que nos conocemos conocemos hoy mismo y también sé que te puedo estar pidiendo mucho pero… ¿podrías confiar en mí?— preguntó Subaru.
Emilia volviendo a la seriedad del tema se quedó un poco sorprendida. —¿Eh? Subaru, que pasa y ¿por qué me pides que confíe en ti?.
—¿Qué estás buscando de mi hija mocoso?— preguntó una voz que se escuchaba más como una amenaza. Subaru tragó saliva por el nerviosismo.
Tenía pensarlo contarle a Emilia lo que había vivido y explicándole lo que estaba pasando, había algo en ella que lo hacía confiar, quizás también por qué vio a Emilia en su bucle pasado llorar y lamentarse con sinceridad su muerte. Pero cosa distinta era su espíritu, Puck… no podía confiar en él, sentía que algo no estaba bien con ese gato y además, sentía acordó la poca o nula ayuda que recibió dejándolo morir sin lanzar ni un solo hechizo para detenerla a la asesina. Así que decidió guardarse la información por el momento.
—Emilia, sentía que lo que diré sonará raro y un poco sospecho…— dijo Subaru nervioso.
—Subaru, después de lo que he visto de ti y lo que me has demostrado el día de hoy, puedo decir que aunque te conozca hace no mucho… siento con todo mi corazón que puedo confiar en ti.— dijo con sinceridad mientras miraba a los ojos al niño —Puedes decírmelo, prometo que confiaré en ti.
Subaru la vio mientras sentía una calidez en su pecho, esta chica, si que era…
—Creo que ya te lo dije pero te lo vuelvo a repetir… eres un ángel Emilia— dijo con gratitud por las palabras que le dirigió la chica. Puck miraba con fastidio al chico pero decidió no intervenir por el momento.
—Cállate bobo, déjate de burlar de mí, esto es serio— dijo mientras se sonrojaba una vez más, Emilia había perdido la cuenta de cuántas veces le pasaba esto.
—Perdón… tenía que decirlo— dijo mientras levantaba las manos en señal de disculpas. Pero rápidamente cambió a una mirada seria —Creo saber dónde estará la ladrona, pero primero tengo que confirmarlo en un lugar donde iremos ahora… te prometo que no lo sabía hasta hace unos minutos. — dijo con sinceridad pero también un poco nervioso a que no le creyeran.
Emilia abrió los ojos de par en par, tenía muchas preguntas pero había prometido confiar en Subaru. Pero tenía que asegurarse —Subaru, sé que prometí creerte y sé que no confío en que no harías algo malo, ¿pero estás seguro de que hace unos minutos supiste de la nada donde estaba la ladrona?.
Subaru trago saliva nervioso, Emilia tenía razón, era una estupidez creer tal cosa, él mismo no la hubiera creído, pero no tenía opciones, sentía que si se lo decía ahora con Puck escuchando se metería en problemas en el futuro.
—Emilia sé que suena sospechoso y sé que puedas no confiar en mí… pero te prometo por mi orgullo que cuando acabe todo esto te lo contaré todo— dijo mientras se inclina mostrando seriedad.
Emilia escucho la promesa de Subaru, para ella las promesas eran lo más importante siendo una usuaria de artes espirituales, así que escuchar tal cosa hizo creer aún más en Subaru que además, no necesitaba a Puck que le dijera que no mentía para saberlo con solo verlo a los ojos.
—Subaru yo… yo te confío en ti— dijo mientras le sonreía al chico. Subaru suspiró aliviado y se juró que cumpliría la promesa.
—Gracias Emilia, no sabes lo feliz y aliviado que me siento— dijo mientras soltaba un suspiró que no sabía que había guardado.
Había alguien que no estaba convencido, sabía que algo estaba mal y que el chico no mentía pero ocultaba algo que no le quería contar, sentía la desconfianza dirigida hacia él… se había ocultado en su collar escuchando sin intervenir en la conversación. ~¿Que piensas hacer niño?, espero que no intentes nada que no me guste por que si lo haces…~ no termino sus pensamientos, mejor decidió esperar para hablar con su hija. Puck estaba seguro que ella no le mentiría.
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Subaru y Emilia caminaron rápidamente pero ahora ya sabían dónde irían, bueno uno de ellos. Subaru se dirigió al puesto de Appa donde quería asegurarse que todo iba por el mismo camino.
—Chicos si llegaron aquí para una cita y no compran nada mejor lárguense— gritó un señor de cabello verde que Subaru sabía que se llamaba Kadomón.
—Tranquilo viejo no venimos a estorbarte ni nada por el estilo, ve venido a comprar unas cuentas appas— dijo Subaru. Ahora que sabía que sabía que los echaría si no compraba nada decidió cambiar un poco, nada más por diversión.
Al dueño de la tienda de appa le cambió la cara a una alegre cuando escuchó al niño.
—Perfecto… eso quería escuchar. ¿Cuántas quieres mocoso?— preguntó con una sonrisa de comerciante astuta.
—Quiero 6 appas por favor…— dijo —Sabes, hace unas horas quería pasar a comprar pero habían unas personas atacándose con cristales de hielo.— dijo con una sonrisa burlona. Subaru ajos sabían quienes habían sido así que quiso molestar a su compañera.
La semielfa que escuchaba se sonrojó de vergüenza ya que sabía que era ella la que ocasionó ese accidente… ~Subaru nunca sabrá de esto o se burlara más de mi~ pensó Emilia sin saber que el chico ya sabía su pequeño percance.
—¿No crees Emilia que estuvo muy feo atacar en medio de la capital?— preguntó mientras seguía manteniendo su sonrisa.
—Eh si si, claro estuvo muy feo…— Dijo la semielfo nerviosa mientras agitaba las manos con rapidez. —Pero también puede que haya pasado un problema y que haya tenido que hacerlo, quizás era una buena chica que tenia que buscar algo.
—Clarooooo, si tú lo dices— respondió en victoria habiendo logrado su objetivo.
Subaru sostuvo la bolsa de appa y pago con 2 monedas de plata, era más de lo que había qu pagar por que sería la cantidad de 1 de plata y 2 de cobre pero Subaru solo le pidió información de la ladrona, aunque ya lo sabía lo hizo para seguir el guion un poco como el dijo.
Cuando ya se iban llegó Plum junto a su madre y pasó todo igual al bucle anterior, diciéndole a Kadomón que ellos habían ayudado a su hija, ahora el viejo solo les agradeció, Plum también le dio la flor a Emilia y diciendo que era la novia de Subaru, aunque este ya había pasado por eso igualmente se sonrojó igual que la semielfo.
Se marcharon de la tienda mientras Subaru tomó a Emilia por la mano mientras corría. Ahora ya sabía dónde estaba el lugar, en el bucle pasado dieron muchas vueltas intentando llegar a los barrio bajos y después dando vueltas buscando la casa del botín.
Subaru corriendo vio un final de calle con dos callejones que dividían los caminos, en el anterior habían tomado el izquierdo perdiéndose y teniendo que dar vueltas en la capital y regresar de nuevo pero ahora ya sabía, el de la derecha era el bueno, así que corriendo con la mano tomada de una nerviosa semielfo volteo a verla y con una risita al verla giró a la derecha, cuando giró chocó contra una pared, Subaru se sorprendió ya que estaba seguro que era un camino, regresó la vista al frente y lo que vio no era una pared, era un hombre.
Un joven de belleza impecable, con cabello rojo brillante que caía suavemente sobre su frente y ojos azules claros que recordaban a un cielo sin nubes. Su postura era recta y elegante, y su uniforme blanco y azul siempre parecía limpio y perfecto. Llevaba a la cintura su famosa espada enfundada, y cada uno de sus movimientos transmitía una sensación tranquila pero poderosa, propia del Santo de la Espada, no era otro que Reinhard Van Astrea
—Le pido perdón por mi descuido, no logré esquivarlo a tiempo, un fallo mío.— dijo el joven pelirrojo mientras inclinaba su cabeza.
Reinrhard mostró una serenidad en su rostro y su postura transmitía calma y seguridad, pero por dentro no estaba igual… Reinhard en todos los años desde que heredó el título del Santo de la Espada solo una vez contra un general devino de Vollacia su espada respondió y desenvainó su funda. Pero ahora tenía una mano sosteniendo la espada ya que la persona que estaba enfrente la consideraba digna de ser desvainada, algo que a Reinhard lo llenó de sorpresa y sospecha.
—Oh vamos… no tienes que disculparte, fui yo quien no veía el camino así que es mi culpa— dijo mientras se arreglaba la ropa con la cabeza baja.
Ambos levantaron a cabeza en el mismo instante y se vieron cara a cara, el blanco con el negro, el Yin y el Yang, el campeón de Od laguna y el campeón de la bruja de la envidia. Un gran contraste pero con el mismo corazón bondadoso y amable, ambos héroes de Lugunica, uno sin saberlo.
—Insisto, le pido perdón, era mi deber esquivarlo, no tengo excusas— dijo un respetuoso Reinhard.
—Vamos… no te preocupes, que sea un empate— contestó Subaru riendo entre dientes
—Si eso es lo que desea con gusto se lo concederé— Afirmó Reinhard con firmeza.
~Vaya, este tipo o es muy amable o se culpa de todo lo que pasa~ Pensó Subaru mientras lo veía.
Emilia que todavía estaba detrás de él habló. —Ya vez Subaru. Eso te pasa por no ver al frente, ere un cenutrio— lo regañó mientras le jalaba las orejas.
—Ay ay ay ay Emilia me duele. Ya lo entiendo perdóname— se quejó del dolor Subaru —Espera Emilia ¿que es “Cenutrio”? Ya nadie dice eso y dudo que lo hayan dicho— dijo mientras se sobaba la oreja que había soltado Emilia.
—Es mentira, es una palabra que la usan mucho en estos tiempos— dijo con un puchero adorable.
—Pues creo que solo las personas que habitan en su cabecita— se burló Subaru.
—¡Ya deja de burlarte tonto!— gritó mientras le empezaba a dar unos pequeños golpecitos en el brazo.
—¿Señoría Emilia?— habló Reinrhard que estaba viendo la interacción de la pareja.
—¿Eh?, Reinhard, ¿que haces por aquí?— Preguntó una asustada Semielfa. No podía permitir que se enterara de que había perdido la insignia.
—Estaba en mi día libre así que decidí dar un paseo por la capital.— respondió un amable caballero.
—¿Se conocen?, me siento un poco fuera de lugar aquí— dijo Subaru con una sonrisa incómoda mientras se frotaba la nuca
—Subaru, ¿tú no conoces a Reinhard?— preguntó una sorprendida Emilia. Era imposible no saber quién era el Santo de la Espada, era una de las personas más importantes no solo del reino, también del mundo entero. Aunque después pensó que era a Subaru quien le hacía esa pregunta así que se calmó, alguien que no sabía mucho de la bruja.
—Mmmm no me recuerdo haberlo conocido…— se dijo a sí mismo mientras se frotaba la barbilla recordando. Levantó la vista al hombre frente a él —¿Nos hemos encontrado en algún lugar?— le preguntó al chico pelirrojo
—Lamentablemente no tengo el honor de conocerlo— contestó con cortesía.
—mmm ya veo, entonces que tal si nos presentamos… empiezo yo… — dijo Subaru con una sonrisa emocionaba en su rostro.
Emilia que vio su cara como un niño con su nuevo juguete se rio del comportamiento del chico. Además ya sabía lo que venía y no sabía el por qué pero le parecía agradable y divertido la presentación.
Reinhard vio al niño sonreír emocionado, se preguntaba el que lo ponía así ya que enfrente solo estaba él, alguien que no merecía nada bueno, detuvo sus pensamientos y vio al chico que se alejaba un paso.
Subaru emocionado se alejó un paso para luego hacer su presentación única…
Con una mano al cielo apuntando con un dedo, su otra mano apoyada en su cadera, parecía un bailarín de los noventa en su mundo, y con una sonrisa en su rostro se presentó.
—Mi nombre es Natsuki Subaru… actualmente no estoy perdido, soy un completo ignorante de pies a cabeza… mucho gusto de conocerte.— finalizó con una sonrisa de orgullo.
Emilia que lo miraba no pudo aguantar una risita, no era de burla, era más bien divertida ya que ese chico la divertía con sus tonteras, ~Subaru es un completo tonto~ Pensó la semielfo feliz.
En muchos años patrullando, luchando contra criminales y bestias mágicas nunca se había sorprendido tanto como este chico lo había logrado. Con una pose un tanto… particular, una alegría que trasmitía amabilidad y pudo sentir que tenía un corazón amable.
Pero rápidamente sus pensamientos se concentraron en algo más… su nombre. Natsuki Subaru, era el joven que llevaban 2 años buscando desde el incidente del campamento de esclavos, además hoy mismo en la mañana el capitán Marcos le había ordenado que buscara al chico que tenía adelante, su día libre era un fachada para caminar por las calles buscando al héroe legendario, y ahora estaba enfrente de él.
Claro, ahora todo tenía sentido… la espada respondió al joven frente a él ya que el joven de pelo negro no era otro que la leyenda, “El Espadachín Negro”. Reinhard también se percató de la vestimenta y coincidía con la descripción que recibió años antes. Cabello negro, ojos de villano pero que transmiten calidez, vestido completamente de negro con un chaleco muy parecido al que él llevaba puesto, una bufanda naranja, y lo que mas le llamó la atención fue la espada que colgaba en su cintura, no podía verla por que estaba concentrado un funda sucia y vieja pero sentía un poder abrumador proveniente de la espada… no se había percatado ya que estaba concentrado en la espada del dragón peor ahora ya no tenía dudas, este chico, Natsuki Subaru era el hombre que el quería conocer hace años.
Subaru algo despistado vio al joven pelirrojo que se perdía en sus pensamientos, se preguntó si no le había gustado su presentación.
—Oye, ¿estás bien?, ¿No te gustó mi presentación?— preguntó un poco desanimado.
—Oh no, le pido perdón por mi descortesía, no era para nada lo que piensa. Me pareció divertida su presentación señor Subaru— se recompuso el caballero.
—¡Qué bien!— gritó un entusiasta Subaru —Pensaba que no te había gustado… y solo llámame Subaru, no me gusta que mis amigos me llamen “señor”.
Reinhard abrió los ojos de par en par, nunca habían pedido ser su amigo, claro que el tenía amigos caballeros pero era más compañerismo que una amistad normal, siempre lo ignoraban o huían de él por ser el santo de la espada o por ser muy poderoso y excelente en todo lo que hacía. Para otros podría ser una bendición este poder pero para Reinhard era una maldición que lo obligaba a estar solo y nunca poder alcanzar una vida normal.
—¿Un… Amigo…?— murmuró el santo de la espada sorprendido
—Si claro… yo sé que nos conocemos hace unos minutos pero veo que eres una buena persona… me encantaría ser tu amigo— Dijo un poco tímido Subaru —Pero si no quieres está bien no te preocupes…
—¡¡¡NO!!!— gritó Reinhard sorprendiendo a la pareja —Quiero decir… me encantaría ser tu amigo Subaru. —dijo mientras sonreía feliz, emocionado y esperanzado de poder tener un amigo.
—Me alegro, así que espero que seamos unos buenos amigos— dijo Subaru confiado de sus palabras. —aunque ya escuché tu nombre de Emilia pero creo que es tu turno de presentarte amigo.
El chico pelirrojo se sorprendió al escucharlo decirle “Amigo” lo que le hizo sentir una calidez en su pechos.
—Oh si, me disculpo amigo… mi nombre es Reinhard Van Astrea, un caballero del reino del reino de Lugunica.— terminó de presentarse.
—¡Guau!, ¿eres un caballero Reinrhard?, me alegro tener a un amigo caballero— dijo un emocionado Subaru.
Emilia que veía y escuchaba la conversación de Reinrhard y Subaru se alegró de ver cómo nacía una bonita amistad frente a ella pero también su corazón se llenó de un sentimiento que ella desconocía… celos. Emilia también quería tener un amistad con Subaru, y se sentía molesta por qué no pudo ser su primera amistad en la capital, sintió envidia por la facilidad con la cual Subaru hacía amigos rápidamente.
Subaru se percató de la sonrisa de Emilia que estaba a lado de ella parecía un poco triste y… ¿molesta?, Subaru se acordó de cuando Emilia le confesó lo sola que había estado y que nunca había podido tener una amistad que sea Puck, así que intuyo que ella quería tener una amistad con él. ~Que tonta, a ella ya la consideraba una buena amiga desde hace mucho~ se rio en sus pensamientos.
Subaru aunque parecía tonto y despistado, después de haber lidiado con tantas víctimas que intentaban ocultar sus sentimientos había aprendido a leer muy bien las emociones que miraba, no era un experto pero se le daba bien. Además Emilia no era muy buena contándolo
—jejeje, me alaga que pienses tan bien de mí Subaru— dijo Reinhard frotándose la nuca.
—Eres un buen tipo Reinhard, espero que nos veamos después… tenemos un asunto muy importante y tenemos que apresurarnos— Explicó Subaru mientras se ponía en marcha.
—¿Necesitan ayuda?, me encantaría ayudarlos en lo que necesiten.— preguntó un poco preocupado.
—Nah, no te preocupes— tranquilizó Subaru. —Todo estaba bajo control, así que no es necesario… pero te lo agradezco amigo.
—Lo que sea por un amigo— dijo un feliz Reinhard —Bueno no les quito más su tiempo… Subaru, Señorita Emilia, espero que los vea pronto— se despidió respetuosamente el santo de la espada.
—Gracias Reinhard, nos veremos pronto, adiós— se despidió Emilia.
—Claro, espero vernos pronto amigo… Adió— dijo para rápidamente agarrar a Emilia de la mano y salir corriendo.
Reinhard los vio alejarse mientras ponía una cara seria, aunque Subaru era su amigo no podía incumplir una orden del reino, decidió que los seguiría, con sus protecciones divinas no lo detectarían.
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El dúo seguía corriendo por los barrio bajos, a tan solo minutos de llegar a la casa del botín. Subaru había calculado que llegaría mucho antes que la última vez, tal vez tendría 1 hora antes que Puck se fuera.
Aminoró el paso por que primero tenía que hacer algo importante, no podía dejar este tema para después, primero tenía que hablar con su compañera.
—Emilia, ¿te encuentras bien?… desde que nos separamos de Reinhard has estado más… distante.— dijo un preocupado Subaru aunque creía saber el motivo.
—Eh no Subaru, estoy bien… no sé de lo que hablas, nada más estaba pensando en la insignia… si era eso— dijo la mala mentirosa Emilia.
—Sabes que eres mala para mentir Emilia— dijo con una sonrisa burlona para luego ponerse serio. —Si hay algo que te moleste puedes compartirlo conmigo, te escucharé cualquier cosa que quieras decirme.
Emilia quería quejarse de que la llamara mala mintiendo pero no tenía humor para eso. Desde que Subaru se había hecho amigo con Reinhard ella se sintió ¿Desplazada?, no sabía pero tenía una ligera pulsada en su pecho que la incomodaba. Ella claro que estaba feliz por Subaru y Reinhard pero también se sentía triste, y se odiaba por eso, sentía que se estaba convirtiendo en una chica mala.
—No es nada importante Subaru… estaré bien.— susurró Emilia.
Subaru se detuvo de caminar en seco, Emilia avanzó unos pasos y se percató que había avanzado sola, se dio la vuelta a ver a Subaru que la miraba a los ojos.
—¡No digas que no es nada importante Emilia!— Levantó un poco la voz Subaru, no de enojo, más vio para que la escuchara alto y claro. —Si a ti no te importa lo que sientes pues serás tú… a mi si me importa y no me gusta que te sientas mal y por miedo o vergüenza te quedes callada cuando quieres hablar…— dijo con firmeza en su voz para suavizar su voz en las siguientes palabras —Por favor Emilia, te escucharé aunque sea una tontería o algo insignificante te escucharé… si a nadie le importa lo que dices pues te lo digo… a mi si me importa Emilia.
La semielfa escucho las palabras del chico y se sintió feliz pero a la vez muy mal ya que están siendo egoísta de nuevo. Subaru la había apoyado y ella se sentía disgustada solo por que había echo un amigo, se sentirá una completa tonta.
Lágrimas empezaron a salir de sus ojos mientras se perdía en sus pensamientos autocríticos. Se dirigió a Subaru quien la veía con una mirada que mostraba que la escucharía y que no se burlaría de ella.
—…Yo… Subaru perdón… — dijo con una voz entrecortada mientras sus lágrimas caían de sus ojos sin poder contenerlas —Cuando vi que te hacías amigos de Reinhard yo me sentí… ¿mal?, ¿triste?, ni yo sé lo que sentí pero no me gustó, me alegré por ustedes pero por mi egoísmo de querer tener un amigo me comporte como una completa idiota— dijo con una voz de auto desprecio a ella misma. —¡Soy una tonta, una niña egoísta… Perdóname Subaru por ser como soy…!
Mientras hablaba sentía que unos brazos la rodeaban por la espalda y la apretaban con fuerza pero no la suficiente para incomodarla. Se sintió bien en los brazos de Subaru.
—Eres una tonta Emilia…— le susurró al oído —No eres egoísta, simplemente te sientes sola… no es tu culpa por sentirte así, lo siento por hacerte sentir desplazada.
Emilia quiso interrumpirlo y decirle que todo era culpa de ella pero Subaru siguió hablando.
—Emilia, desde hace mucho no te veo como solo una persona a la que estoy ayudando… — dijo mientras se separaba y tocaba su frente con su dedo. —Para mi Emilia… eres una de mis mejores amigas que he tenido en mi vida. — dijo Subaru mientras le daba una sonrisa alegre. Subaru no mentía, aunque solo llevaba dos días de conocerla por el bucle perdido, era con la persona que más había tenido relaciones sin contar a su espíritu y sus dos familias, Subaru siempre estuvo solo y más aún desde que no están sus espíritus con él.
Emilia que escuchó eso sintió que su corazón se liberaba de unas cadenas que la ataban desde que tiene memoria, una vida solitaria y odiada se iluminaba gracias a las palabras de un chico que la consideraba alguien cercana, lo suficiente para llamarla una de sus mejores amigas. Su corazón bailaba de felicidad y sus dudas o miedos se esfumaban de se ser dejándola ahora en un hermoso momento que quiso que durara para siempre. Emilia apretó con más fuerza el agarre de Subaru pero ya no con tristeza, era alegría, era una felicidad tan inmensa que iluminaba la oscuridad que se escondía en su corazón.
Ambos permanecieron unos momentos así.
—…Ejem…— interrumpió una voz —¿Qué crees que le haces a mi hija, aprovechado?— preguntó una voz que mezclaba celos con ira.
Subaru trago saliva al sentir el inmenso aura asesina dirigida hacia él.
—Ehhhh Puck, no es lo que crees— habló rápidamente Subaru mientras se apartaba de Emilia. La chica sintió un vacío muy grande en su corazón cuando Subaru se separó y eso hizo enojar más a Puck.
—Tuuuuuuu… ¡Niño idiota, te quieres aprovechar de mi hija sabiendo que ella estaba triste! —gritó con rabia.
—¿Qué, Puck?, no me quiero aprovechar de Emilia, estaba ayudando a una amiga por qué se sentía mal, ¡gato idiota!— Subaru también se empezó a enojar con el Gato idiota.
—¡Mentiroso!… conozco personas como tú, que engatusan a las niñas ingenuas para aprovecharse de ellas… no permitiré que me hagas daño a mí Lía, niño estúpido. —Habló con mucho veneno e ira en su voz.
—¡Ya te lo dije, no quiero aprovecharme de ellas, no te he dado motivos de pensar mal de mí… Gato de mierda!.— respondió Subaru. Ambos se pusieron cara a cara y Emilia que vio la discusión sentía que salían chispas entre sus miradas.
—¡Silencio los dos!— Gritó la semielfo molesta. —Subaru deja de pelear con Puck— dijo mientras miraba a Subaru como una madre regañando a su hijo. —¡Puck, Subaru no ha hecho nada malo, así que no pelees con él!— ahora fue el turno de Puck de ser regañado.
Ambos se miraron por unos segundos todavía enojados. Puck fue el primero en salir de la batalla de miradas dirigiéndose al cristal pero todavía molesto. Subaru suspiró de cansancio mientras intentaba calmarse de su ataque de ira.
La ingenua Emilia que todavía seguía algo molesta sonrió feliz, pensaba que ya había solucionado el problema y que nunca volvería a pelear… no sabía lo equivocada que estaba.
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—Les ofrezco 15 monedas de oro sagradas si me dan la insignia que robo Felt.— habló Subaru sentado en una mesa con 3 personas.
Una de ellos era la niña ladrona. Felt, es una chica delgada y pequeña, de apariencia juvenil. Tiene cabello rubio corto y despeinado, ojos rojos vivos y una expresión siempre desafiante. Suele vestir ropa ligera y desgastada típica del barrio marginal, incluyendo una blusa corta, un pequeño manto rojo y vendas en los brazos. Su postura es ágil, lista para correr o pelear en cualquier momento.
Al lado de ella se encontraba un hombre. Rom, es un hombre enorme y musculoso, con cuerpo robusto y presencia intimidante. Tiene piel curtida, barba y cejas espesas de color blanco grisáceo, además de varias cicatrices que revelan su pasado como luchador. Viste una ropa simple de trabajador y siempre está junto a su gran garrote, atendiendo la taberna/casa de botín donde vive.
Y al lado de Subaru se encuentra Emilia, pero con algo inusual… llevaba su cabeza cubierta por una bufanda naranja. Subaru le había pedido que se ocultara ya que si la veían las cosas podrían salir mal. Primero le preguntó si tenía una capa o algo que le cubriera la cabeza a lo que ella contestó que no, así que Subaru le prestó su bufanda. Para Subaru fue algo extraño el separarse de algo tan amado para él, solo lo hacía cuando se bañaba el o lavaba la bufanda con su magia. Pero también entendió que era por seguridad, además, no se sentía mal el dejársela a Emilia.
Emilia al principio se reusó, más que nada por que no sabía el por qué tendría que esconderse, Subaru le explicó que quería solucionar el problema hablando y con ella presente sería un problema. Después de minutos de discusión por qué no aceptaba que Subaru pagara con su propio dinero algo de ella y peor aun, que había sido robado. Pero Subaru la convenció con decirle “No te preocupes Emilia, lo hago por que eres mi amiga y quiero ayudarte”, eso dejó a Dmilia fuera de combate… que alguien la llamara “Amiga” seguía siendo muy inesperado para ella.
Cuando se colocó la bufanda tapándole gran parte de su cara, se sonrojo furiosamente ya que la bufanda olía completamente a al sudor de Subaru, sentía que era embriagador y no sabía por qué pero la hacía sentir bien.
Ahora se encontraban sentados, Subaru intentando negociar para poder salir rápido sin que haya ningún problema, pero nada estaba saliendo bien, la ladrona Felt era demasiado avariciosa y pensaba que su clienta ofrecería más por ella ya que pensaba que si muchas personas la buscaban, era por que de verdad era valiosa.
Emilia abrió los ojos de par en par ocultos por la bufanda, alguien intentaba robarle la insignia, se preguntaba quién quería sabotearla antes de empezar. Se preocupó ya que sentía que se metía en un terreno muy peligroso, pero primero se enfocó en obtener la insignia.
TOC, TOC, TOC. Se escuchó en la puerta, rápidamente Felt se levantó de un salto para abrir la puerta, dijo que su cliente ya había llegado. Subaru se tensó pero mantuvo la calma, ya sabía quién iba a entrar por esa puerta, se acordó de su muerte y la cara de profunda tristeza de Emilia, se juró que ahora acabaría con este problema de una vez por todas.
—fufufufu, no sabía que teníamos casa llena— dijo una voz en la puerta de la casa.
Una mujer alta, delgada y extremadamente elegante, con una belleza oscura y enigmática. Tiene cabello negro largo que cae en ondas y ojos violetas que brillan con un aire inquietante. Suele vestir un traje negro ajustado, similar a un vestido de caza, que resalta su figura y permite libertad de movimiento. Su expresión serena y su sonrisa tranquila ocultan su verdadera naturaleza: una asesina experta con movimientos precisos y letales.
Subaru rápidamente reconoció la voz pero mantuvo la calma, había aprendido a que en situaciones de mucho peligro lo mejor era ocultar sus emociones.
—Ahora que todos estamos reunidos… que empiece la subasta por la insignia— dijo Felt con una sonrisa avariciosa.
—¿Subasta?, ¿acaso hay más personas interesadas en esa joya?— preguntó volteando a ver con una sonrisa a la pareja sentada.
—Estas en lo correcto— habló Rom con calma —Ellos han ofrecido 15 monedas de oro sagrado por la insignia.
—El viejo está en lo correcto… nuestro trato era de 10 monedas sagradas, pero ellos me ha ofrecido más así que por ahora ellos van ganado.— dijo una emocionada Felt.
—Enserio… fufufu que interesante, que bueno que mi jefe me dio 10 monedas más por si ocurría algo inesperado.— dijo una sonriente mujer mientras se acercaba a la mesa.
~¿Qué?, ósea que ella es solo una enviada por la persona que realmente quiere mi insignia… ¿Qué ganan con robarme esa insignia?… a no ser que sea…~ Emilia seguía metida en sus pensamientos.
Subaru pensó lo mismo, el no sabía por qué era tan importante esa insignia pero si habían montando tanto show para obtenerla, era por que había algo muy malo detrás de todo esto.
—¡GUAUUUU!, ¡enserio… eso es mucho dinero!— gritó Felt con los ojos brillantes por la emoción. Por fin saldría de los barrios bajos junto a su abuelo y viviría una vida de oportunidades.
El viejo Rom también sospechaba que algo no estaba bien, su vasta experiencia de años de batalla le aseguraba que había algo detrás de todo esto. Acercó más su garrote listo para defender a Felt si se necesitaba.
—¿Ya no tienes nada más hermano mayor?— le preguntó la niña rubia.
—Es una muy buena oferta, felicito a su jefe pero no será suficiente… ofrezco 30 monedas sagradas.— dijo Subaru con una voz firme y determinada a conseguirle la insignia a Emilia. No le importaba mucho el dinero por que lo había tomado del campamento de esclavistas que mató hace unos días.
—Subaru, no lo hagas, no es necesario, encontraremos otra manera…— Susurró Emilia al odio de Subaru. Estaba realmente preocupada y se sentía muy mal por que Subaru estaba dando tanto dinero por ella.
—No te preocupes, todo está bien Emilia.— le contestó en un susurro que solo ella podía escuchar. Emilia no se calmó pero aceptó la ayuda jugándose que le pagaría aunque se negara.
Felt casi se desmayaba de la sorpresa de que iba a tener mucho dinero, eso era mucho mejor de lo que pensaba y soñaba tener en toda su vida.
—Bueno, 30 monedas… ¿puedes igualarlo?.— preguntó el viejo Rom ya que Felt no podía ni hablar.
—Fufufu, lastimosamente no puedo, mi jefe solo me dio 20 monedas así que declinó mi oferta.— dijo una hermosa chica pelo negro mientras sonreía.
—Entonces está decidido, la insignia será vendida a ti hermano mayor.— dijo Felt que se acercó al chico con la insignia en la mano, Subaru vio un brillo fugaz en ella pero no le tomo importancia.
—Gracias Felt, me alegro de hacer negocios contigo… espero que con esto no vuelvas a robar.— Dijo Subaru con un tono de padre regañando a hija.
—Claro que no, con este dinero me iré de este maldito lugar con el viejo a buscar una nueva vida— le aseguró Felt. Subaru sonrió ya que entendía la situación… el mismo había tenido que llevarse monedas de los esclavistas, claro también repartía todo con las víctimas pero se sentía igual.
Subaru y la oculta Emilia se levantaron dispuestos a marcharse, pero Subaru sabía lo que vendría ahora, así que estuvo observando silenciosamente de reojo a la asesina.
—Oye chico, puedo hacerte una pregunta…— dijo la mujer se cabello negro dirigiéndose a Subaru. —¿Para que quieres la insignia?.
Subaru se detuvo de caminar, y sin voltear a ver respondió. —Es un encargo de mi jefe… obviamente no puedo decir quién es, ni los motivos por el cual lo quiere.
—Fufufufu ya veo, entiendo…— dijo mientras dirigía la vista a la mujer con bufanda en la cabeza. —Y si eres tan amable… ¿me puedes decir quién es esa chica que te acompaña?— preguntó.
Emilia se puso rígida, Subaru le había dicho que no hablara por nada hasta que el le dijera, ¿pero ahora que tenía que hacer?. Se pregunto pero una voz se adelantó.
—Con todo respeto, no es algo que a usted le importe… con su permiso nos retiramos.— dijo Subaru empezando a caminar.
—Vaya que aburrido eres…— dijo con una sonrisa que mostraba su intención. —Pero hay algo que no les he contado…
Toda guardaron silencio confundidos, Felt y Emilia se pusieron rígidas pero no sabía que planeaba la mujer, el viejo Rom acercó a Felt mas para estar listo si necesitaba cubrirla. Y Subaru, suspiró mientras se preparaba.
—…Bueno es que mi jefe me dio un plan b— dijo mientras acercaba su mano adentro de su abrigo. —Si no conseguía la insignia con el dinero… tendría que matar a todos.
Rápidamente lanzó una espada corta a la cabeza de Emilia, ella ya sabía por instrucciones de su jefe que llegaría con el niño. Subaru fue el primero en actuar, con su mano agarró el cuchillo que frotaba a centímetros de una Emilia en shock.
—Fufufufu, que interesando… no eres tan inútil como creía.— dijo la asesina mientras sacaba una espada corta de su abrigo.
Emilia se quedó congelada viendo la punta de la espada cerca de su rostro, Felt quedó paralizada por el miedo, empezó a temblar mientras se escondía atrás del viejo Rom, y este último se encontraba con el garrote en mano listo por si tenía que defender a Felt.
—Gra… Gracias Subaru.— logró decir Emilia tartamudeando.
—Ni lo menciones— dijo mientras fulminaba con la mirada a la asesina.
—¿Porqué me miras con esa cara? Si me sigues mirando harás que me sonroje— bromeó la asesina como sigues fuera una colegiada enamorada
—¡Tú… como te atreves a querer herir a Emilia, intenté salir sin necesidad de violencia pero vienes tú a arruinar mis planes… eres una escoria, una mujer que tiene que morir, no mereces seguir respirando por que contaminas este mundo con tu sucia presencia, te juro que…!— gritaba Subaru.
Todos se quedaron sorprendidos por el arrebato del niño.
—¡¡¡AHORA PUCK!!!— gritó Subaru mientras su mirada se transformaba en una sonrisa burlona
—Jajaja Eres un buen actor Subaru, casi me engañas a mi también— se escuchó una voz. Puck emergió del cristal mientras volaba cerca de Emilia.
—Ni tú de lo crees— le dijo Subaru a Puck.
—Jajaja, perdón— respondió burlonamente
Subaru quería dejar que Puck luchara por que quería confirmar sobre la regeneración de la asesina, y no había mejor manera que un gran espíritu.
Emilia rápidamente se quitó la bufanda dejándose a una Felt asustada mientras se preparaba para la batalla.
—Tú… ¿me engañaron?, demonios fui completamente burlada— dijo enojada al ver a la semielfa.
—Felt, hablaremos luego de eso, por ahora… vamos a esa esquina— dijo mientras señalaba un sitio seguro. —¿Emilia estarás bien?— Se dirigió a Emilia antes de ir a la esquina. No quería que Emilia peleara, tenía pensado que Puck luchara nada más pero la insistencia de la semielfo, más la amenaza que si no peleaba no aceptaría que el diera su dinero, lo convenció a regañadientes.
—No te preocupes Subaru— le dio una sonrisa tranquilizante. —Puck y yo somos un buen equipo, ya lo verás.
—Fufufuf nunca he luchado con un gran espíritu… me pregunto cómo se verán sus tripas.— dijo la asesina mientras se lamía los labios
—Si quieres derrotarme tienes que vivir unos cientos años más niña— dijo burlonamente Puck.
—Hace tiempo que no me consideraban una niña, eso me emociona— dijo la asesina mientras se preparaba para la lucha.
El aire dentro de la casa del botín se vuelve gélido en un instante. El aliento se cristaliza frente a Emilia mientras Puck adopta su forma de batalla, pequeño pero irradiando un poder antiguo. Elsa avanza con un movimiento serpenteante, cada paso ligero, casi danzante, con la mirada clavada en el pecho de Emilia como si ya imaginara la línea perfecta donde cortar.
Emilia extiende la mano y libera una ráfaga de viento helado que barre el suelo. El hielo avanza como una ola transparente que busca inmovilizar las piernas de Elsa, pero la asesina se impulsa hacia un lado con una voltereta limpia, esquivando por centímetros. Cae sobre una estantería rota, usa el impulso y se lanza hacia adelante como una sombra negra.
Un estallido seco: Puck materializa una cortina de escarcha que se condensa en un muro cristalino. Elsa golpea contra él con su cuchilla curva; la hoja resbala dejando una grieta delgada. Antes de que pueda retroceder, Puck contraataca: afilados fragmentos de hielo surgen desde el muro como espinas. Elsa salta hacia atrás, la capa cortada en varios sitios por las lanzas heladas que casi perforan su abdomen.
Emilia forma un círculo de hechizo y el frío se concentra en sus pies. El suelo entero se congela bajo Elsa, obligándola a ajustar sus movimientos. La asesina se desplaza con elegancia incluso sobre hielo, pero sus pasos pierden estabilidad por una fracción de segundo. Puck aprovecha: una cola de nieve comprimida golpea desde la izquierda como un látigo. Elsa la bloquea con la hoja, pero el impacto la lanza contra la pared, rompiendo maderas y polvo.
La regeneración comienza a actuar de inmediato. Los cortes que tenía en brazo y pierna se sellan en apenas un parpadeo. De pie otra vez, Elsa corre en línea recta hacia Emilia, ignorando el viento gélido que corta su piel. Su figura salta, gira y cae con un tajo dirigido a su cuello.
Puck irrumpe entre ambas con un estallido de partículas heladas, expandiéndose en una esfera de viento polar. La presión detiene a Elsa a medio golpe; el ataque pierde fuerza. Emilia aprovecha y convoca un pilar de hielo, que emerge desde el suelo como una estalagmita gigantesca. Elsa lo esquiva al inclinar el cuerpo con un movimiento imposible, sintiendo el filo del hielo rozar su costado antes de regenerarlo.
La asesina responde con una secuencia rápida de cortes. Puck desvía la mayoría con ráfagas heladas, pero algunos logran rozarlo, deshaciendo parte de su forma temporal. Emilia refuerza el ambiente: una nevada densa cae dentro de la habitación, reduciendo la visibilidad y favoreciendo el poder de su espíritu.
Las sombras se vuelven borrosas. Elsa se mueve por entre los copos como un espectro oscuro. Puck, sincronizado, libera una explosión circular de escarcha que barre la sala. El impacto congela muebles y derriba puertas. Elsa queda atrapada en un cristal de hielo que cubre todo su cuerpo pareciendo que estuviera atrapada.
—¿Lograron ver verla?— preguntó Felt a Subaru Que veía el combate muy detenidamente.
—No… esa tipa no morirá ni se quedará de brazos cruzados solo por eso.— le aseguró Subaru a Felt.
—¿Me puedes decir que está pasando chico?— preguntó Rom todavía con el garrote en la mano.
—Te lo resumiré, ella es una asesina contratada para robar la insignia de la hermosa chica de cabello plateado. Pero en sus planes eran matar a todos.— dijo encogiéndose de hombros
—¡Mierda, parecía un trato muy bueno para ser verdad!— gritó de frustración la niña al ser utilizada de tal manera.
—Felt, que te he dicho de los tratos que parecen muy buenos…— Regañó el viejo Rom.
—Ya lo sé viejo— dijo mientras agachaba la cabeza derrotada, se dirigió a Subaru —Gracias por salvarnos hermano mayor.
—Ni lo menciones… pero creo que le debes disculpas a la chica de allá.— dijo señalando a Emilia.
—Si… yo sé— Suspiró.
Subaru sonrió mientras veía a Emilia con Puck acostado en las manos de la semielfo.
—Lía tengo mucho sueño… creo que tengo que dormir…— dijo mientras bostezaba.
—Si Puck no te preocupes… nos encargaremos de esto nosotros, tú descansa… Gracias— dijo la semielfo mientras le sonreía al gato.
—Si es necesario utiliza su od para llamar— dijo el gato. Dirigió su mirada a Subaru —Te encargo el resto chico, no me decepciones… protege a Lia.— dijo mientras desaparecía en partículas de luz entrando en el collar de Emilia.
—No te preocupes… ahora es mi turno.— dijo Subaru mientras caminaba hacia el frente.
—Hermano mayor, que crees que estás haciendo… esa zorra es fuerte, no podrás con ella tú solo.— dijo la preocupada Felt.
—Déjalo Felt, el sabe lo que hace.— le aseguró el viejo Rom. Lo vio en los ojos del chico, no era alguien común.
—Subaru, ¿que haces?, no planeas pelear solo contra ese monstruo— dijo la preocupada Emilia que vio a Subaru caminar al frente.
—No te preocupes Felt, Emilia… yo estaré bien— dijo mientras les sonreía para tranquilizarlas. —Emilia, ¿puedes irte donde está Felt y Rom?— preguntó Subaru.
—¡No, yo te ayudare, todavía puedo seguir peleando!— dijo Emilia que se incorporaba para luchar.
—Emilia…— Subaru le dijo con una voz seria y una mirada que mostraba una determinación inmensa. —Confía en mí, estaré bien.— dijo con una voz suave pero determinada.
Emilia vio su mirada, una mirada que no era del chico amable que había conocido, era la mirada de un guerrero listo para matar a la bruja de la envidia si era necesario.
—Ach… está bien… pero prométeme que vendrás a mi de nuevo Subaru.— decía mientras lo miraba con miedo y tristeza.
—Emilia… te lo prometo por mis padres que regresaré a ti.— dijo Subaru que con una sonrisa confiada.
—Confiaré en ti Subaru…— dijo mientras sus ojos se ponían vidriosos, apunto de llorar pero se contuvo.
Emilia se alejó y se acercó a una Felt entre preocupada y miedosa, y un viajo Rom que miraba con firmeza sin soltar su garrote.
—Vaya… que decepción… yo tenía muchas ganas de ver el interior de un espíritu— dijo una voz mientras el hielo se resquebrajaba y salía la asesina como si nunca hubiera recibido daño.
—Lamento decepcionarte… pero yo seré tu oponente.— Dijo un Subaru mientras se paraba mirando a la asesina y a sus espaldas sus amigos.
—Tienes agallas niño, me gusta… ¿pero crees que me aguantaras?— dijo la mujer sensual mientras sonreía con diversión.
—¿Quieres probarme?— preguntó Subaru con picardía… —Te prometo que no usaré magia.— dijo retando a su contrincante.
—Fufufufu interesante… acepto el duelo.— dijo mientras sacaba una espada corta curvada.
Los dos se miraba a los ojos, se sentía la tensión entre los dos luchadores.
—Elsa Granhiert, mejor conocida como… “La Cazadora de entrañas”— dijo Elsa poniendo en posición de combate
Subaru sonrió. —Con que Elsa, tendrás el honor de ser la primera con la que luche con mi nueva espada.
—Es un honor, enséñame lo que tienes niño.— dijo la asesina mientras miraba al chico de cabello negro.
Subaru avanzó un paso y el aire cambió.
Una presión densa, casi eléctrica, envolvió la casa del botín, obligando a Felt, Emilia y Rom a contener la respiración sin darse cuenta.
Su mano tomó la empuñadura… y un pulso de energía recorrió el suelo. Entonces, con un movimiento limpio y decidido, desenvainó la Espada de la Vida.
El filo emergió como una línea de luz pura, vibrante, que hacía crujir las paredes. La temperatura subió, el ambiente se tensó, y por un instante todos sintieron lo mismo:
Subaru no era un chico más. Era un poder despierto. Un guerrero imposible de ignorar.
Hasta Elsa, con su sonrisa torcida, abrió los ojos con sincero interés.
—E… Esa es… la Espada de la vida?— preguntó una atónita Felt mientras tragaba saliva sintiendo el gran poder que producía dicha espada.
—Ese chico… ¿quién demonios es ese mocoso?— preguntó mientras su cuerpo empezaba a temblar ante dicho poder que era casi divino.
Emilia abrió los ojos de par en par, estaba en shock al ver a su primer y único amigo, que había pasado todo el día con él, vio lo amable y desinteresado que era el chico. Y ahora estaba empuñando una de las 10 espadas más poderosas… ~¿Quién eres realmente Natsuki Subaru?~ se preguntó Emilia en sus pensamientos, no era desconfianza ni duda en él… era más bien, interés al ver a su primer amigo sorprendiéndola.
—Esa es… no me digas que tu…— dijo Elsa mientras un poco de miedo se apoderaba de ella, este chico no era alguien común y además, según los rumores, esa arma puede romper el alma para que ya ni siquiera llegue a Od Laguna.
—Que pasa Elsa… ¿te asustaste?— preguntó un Subaru ahora serio.
Elsa rápidamente se recompuso y sonrió. —Fufufu me sorprendiste, pero un arma en manos equivocadas sigue siendo solo metal.— dijo burlonamente ocultando u nerviosismo.
—Ya veo… así que te haces la fuerte.— dijo Subaru. —No tengas miedo, no pienso destruirte el alma, ya elegí a mi primera víctima que lo destruiré por completo— le dijo Subaru mientras recordaba al arzobispo. Se lo había jurado.
Elsa sonrió aliviada pero sin que nadie se percatara del miedo que corría por su cuerpo.
—Elsa Granhiert, Me presentaré para que sepas quién fue la persona responsable de tu muerte…— dijo Subaru mientras se preparaba para el combate.
Subaru la vio a los ojos. —Mi nombre es Natsuki Subaru, o mejor conocido como… “El Espadachín Negro”.
Un silencio volvió a caer sobre la casa del botín…
—¡¡¡¿Qué?!!!— gritó una sorprendía Felt. —¡¿Tu eres la leyenda, el héroe que protege a los débiles y a eliminado a más de la mitad esclavistas y asesinos?!.
Emilia que escuchó la descripción de Felt abría los ojos de par en par otra vez sorprendida por el chico. Había escuchado la historia del valiente héroe que peleaba protegiendo a los débiles y semihumanos, Emilia admiraba a ese héroe por que luchaba por el bien sin ver si eras humano o semihumanos, recordó algo que el chico le había dicho antes.
~{Mi sueño… mi sueño es crear un mundo donde todas las personas puedan sonreír}~. Sonrió con unos ojos iluminados de la pura admiración y algo más hacia el chico frente a ella.
Elsa también escuchó el nombre y algo cambió en ella, ya no lo miraba con ojos burlones, ahora lo miraba con algo más… deseo, excitación.
El suelo tiembla cuando Subaru adelanta un paso. La Espada de la Vida vibra suavemente en su mano, un pulso constante, como un corazón dispuesto al combate. El aire es pesado; la tensión se siente incluso en los cristales rotos cercanos.
Elsa se mueve primero. Un destello oscuro. Un salto silencioso que la lanza hacia adelante como una pantera. Sus cuchillas cruzan el aire buscando un tajo profundo en el abdomen de Subaru.
Subaru inclina el cuerpo lo justo. La daga pasa a centímetros. La Espada de la Vida corta un semicírculo hacia arriba.
Elsa gira sobre su eje —movimiento antinatural, casi sin peso— y la hoja pasa rozando su cintura. Las astillas del suelo saltan cuando ella aterriza con una rodilla flexionada, lista para reanudar el ataque.
Subaru avanza con fuerza.
El suelo cede bajo sus pasos.
Da un tajo diagonal.
Elsa se lanza hacia atrás, pero Subaru acelera y continúa el movimiento, encadenando un corte horizontal que rompe una mesa cercana y cubre el ambiente de polvo. Elsa vuelve a entrar al rango. Un tajo rápido hacia el cuello de Subaru.
Subaru inclina la cabeza. El filo negro pasa rozándole el cabello.
La respuesta es inmediata: un corte vertical tan potente que el aire silba. Elsa cruza sus dagas, bloquea… y aún así es lanzada varios metros hacia atrás.
Aterriza rodando, pero ya está sobre sus pies. El brazo derecho está dislocado. Se oye un crujido cuando vuelve a su sitio. Regeneración inmediata.
Subaru se acerca.
El intercambio es feroz. Elsa ataca con una sucesión rápida de estocadas. Izquierda. Derecha. Izquierda. Izquierda. Cada movimiento busca abrir el cuerpo de Subaru.
Subaru responde con microdesplazamientos precisos, esquivando por margen mínimo. Su espada avanza en un corte estocada que Elsa apenas esquiva bajando su torso hasta casi tocar el suelo.
Ella contraataca desde abajo, con un corte ascendente dirigido al pecho. Subaru gira la muñeca y la Espada de la Vida detiene la daga. La fuerza de Subaru empuja a Elsa hacia atrás.
Las rodillas de ella se hincan contra el piso, marcando surcos.
Elsa sonríe —una sonrisa que no hace ruido— y salta hacia adelante, tratando de recuperarse.
Subaru se adelanta.
Un tajo directo al rostro.
Elsa se dobla hacia un costado, sintiendo cómo el aire cortado roza su mejilla.
Subaru aprovecha y ataca con un codazo rotatorio.
El impacto la lanza contra la pared.
La madera se quiebra.
Elsa cae al suelo de costado.
Su clavícula está rota. La piel hundida. Pero el hueso se mueve solo y vuelve a encajar con un sonido húmedo.
Se levanta.
Corre de nuevo.
Esta vez no ataca con ambas dagas a la vez.
Usa una para bloquear y la otra para buscar huecos. Movimiento elegante, depredador.
Subaru responde con pura técnica.
Movimiento mínimo, eficiencia absoluta.
Corte.
Paso lateral.
Estocada.
Giro de muñeca.
Choque de metales.
Cuerpo contra cuerpo.
Elsa logra pasar una daga rozando la costilla de Subaru. La punta corta la tela, pero no penetra. Subaru atrapa el brazo de Elsa con la mano libre y, con un giro de hombro, la arroja al suelo como un peso muerto.
La madera se quiebra. Elsa rueda, se pone en pie, pero Subaru ya apareció en su zona ciega.
Un corte descendente. Elsa cruza sus dagas para bloquear… y ambas cuchillas se astillan por la fuerza del golpe.
Ella recibe el impacto y cae de rodillas. Las manos le tiemblan. Los dedos ensangrentados intentan mantener las dagas enteras.
Subaru levanta la espada.
Elsa salta hacia atrás justo a tiempo para evitar un tajo que parte el suelo en dos.
Aún en el aire, Elsa lanza una estocada directa con su daga rota. Subaru inclina la cabeza.
La daga pasa. La toma de la muñeca y la estrella contra el piso.
Su cráneo choca y se hunde ligeramente. La piel se abre. Un hilo de sangre negra resbala…
Pero la regeneración comienza antes de que Subaru suelte su brazo.
Elsa gira el cuerpo, intentando clavar la daga en su costado. Subaru da un paso atrás. La hoja pasa en vacío. La Espada de la Vida baja en un corte preciso que arranca la daga de la mano de Elsa.
La cuchilla rota salió volando y quedó incrustada en una pared.
Elsa se lanza sin arma, intentando usar el cuerpo, garras, dientes. La regeneración hace de su cuerpo un arma viva.
Subaru no retrocede.
Ella intenta golpear su cuello. Subaru toma su muñeca en el aire. Gira. Un crujido. El brazo se quiebra al instante.
Elsa intenta saltar usando las piernas. Subaru patea una de ellas. Se oye el sonido húmedo del fémur rompiéndose.
Ella cae al suelo, retorcida… y empieza a regenerarse otra vez. Huesos moviéndose solos. Carne restaurándose.
Subaru la observa solo un instante antes de moverse.
Aparece junto a ella mientras aún se recompone.
Un corte limpio.
La Espada de la Vida traza una línea desde su hombro derecho hasta su cadera izquierda.
Elsa cae en varios pedazos.
La regeneración trabaja frenética. Los órganos buscan juntarse. La carne late intentando recomponerse. Pero Subaru avanza antes de que termine.
Levanta la espada, Preciso, Silencioso.
La Casa del Botín queda sumida en un silencio profundo. Emilia, Felt y Rom observan sin atreverse a respirar.
La Espada de la Vida permanece suspendida en el aire, Subaru no termina el tajo. La hoja queda a milímetros del cuello de Elsa… y él detiene el movimiento de forma abrupta, como si el propio aire frenara su brazo.
Elsa parpadea. Su cuerpo partido en varios sectores tiembla mientras la regeneración trabaja frenética. Los músculos se retuercen, los huesos deslizan hacia su lugar, la carne busca unirse en un proceso grotesco pero eficiente.
Subaru da un paso atrás. No porque retroceda: sino porque se prepara para seguir.
Elsa se reincorpora tambaleante, su torso aún deformado se corrige con sonidos húmedos, una grieta recorre su clavícula antes de que se enderece sola, la piel nueva se forma sobre los cortes, brillante, delgada.
Ella avanza, sin armas, sin equilibrio perfecto pero con una agresividad que no necesita perfección.
Subaru baja la espada en guardia, un solo movimiento, con la postura es impecable.
Elsa corre, Un sprint animal, cada paso un salto silencioso. Su regeneración no es suficiente para recuperar toda su fuerza, pero sí lo bastante para moverse.
Subaru desaparece de su vista por un instante.
Un desplazamiento seco, mínimo, casi ilusorio.
Elsa lanza un golpe directo con la mano recién regenerada. Subaru inclina apenas la cabeza, el golpe pasa. Él captura la muñeca en pleno movimiento, gira el brazo de Elsa sobre su espalda y la lanza contra la pared con una fuerza devastadora.
La madera se abre como una boca rota.
Elsa cae boca abajo, sus huesos otra vez quebrados. Antes de que pueda levantarse, Subaru ya está encima de ella.
Le toma la pierna.
Un giro brusco.
El fémur estalla.
Elsa rueda, intentando morderle la muñeca para liberarse, Subaru se aparta medio paso, la mandíbula de Elsa muerde vacío. Él responde con un golpe del mango de la espada directamente en su costado, hundiendo varias costillas.
Elsa jadea sin sonido…
y se regenera.
Subaru mueve la espada con suavidad. Ni un tajo, solo un corte lateral que roza su piel para medir su velocidad.
Elsa intenta levantarse. Subaru la sorprende con un empujón frontal con la empuñadura. El impacto la hace volar hacia atrás, chocando contra un mueble y atravesándolo.
Su columna se dobla en un ángulo antinatural.
La regeneración la endereza antes de que toque el suelo.
Subaru avanza.
Elsa se lanza a cuatro patas como un animal, buscando su cuello. Subaru inclina la cadera y, con un movimiento de su pierna, le asesta una patada lateral al rostro. El impacto es seco, Elsa gira en el aire tres veces antes de caer rodando.
Parte de su mandíbula cuelga, la regeneración la recoloca, la boca vuelve a su forma normal mientras cae sangre espesa por el mentón.
Subaru baja la espada hacia el suelo…
y con un solo movimiento, la levanta en un tajo ascendente.
No apunta a matar.
Apunta a obligarla a retroceder.
Elsa apenas logra evadirlo, el aire cortado le abre un corte en la mejilla, la sangre salta en un pequeño arco, la herida se cierra antes de que la gota toque el piso.
Ella intenta contraatacar con sus uñas, buscando su garganta. Subaru se mueve un paso hacia la izquierda. La toma por el antebrazo y la estrella contra el suelo, Elsa rebota.
No se detiene.
Se impulsa con las piernas y su torso, y con un salto, trata de clavar sus dedos en los ojos de Subaru.
Subaru gira, una rotación perfecta, un movimiento tan simple como respirar.
La Espada de la Vida golpea con el plano del filo el estómago de Elsa, no lo corta, solo impacta.
Elsa es lanzada contra un pilar de madera, el pilar se quiebra, Ella cae envuelta en polvo.
La regeneración lucha por recomponerla, tarda más que antes, mucho más. Subaru la observa, avanza lentamente, no por cansancio, sino porque ya no necesita acelerar.
Elsa intenta ponerse de pie, sus piernas vibran, su respiración es irregular. Subaru mueve la espada hacia abajo, como si marcara un límite invisible.
Elsa da un paso adelante, otro más, tensa el cuerpo, lista para saltar.
Subaru adelanta una mano.
Ella se detiene un instante, no por miedo, más bien por reflejo.
Subaru flexiona las piernas… y en un instante aparece frente a ella… Demasiado rápido, Demasiado fuerte.
Elsa intenta atacar, Subaru la toma del rostro, un agarre directo.
La empuja contra el suelo.
Golpe.
La levanta.
La estrella de nuevo.
Golpe.
Una tercera vez.
El suelo se quiebra bajo el impacto.
Elsa cae inerte, su cuerpo aún intenta regenerar. El proceso es lento, Torpe, Forzado. Pero vive. Se levanta con las últimas fuerzas
Subaru prepara su último ataque, la espada empieza a brillar cuando una luz brillando envuelve la espada. Subaru ve a una malherida Elsa.
—Muere Elsa— dijo Subaru.
Subaru apunta a Elsa y la luz sale disparada hacia Elsa mientras cubre todo se cuerpo haciéndola desaparecer.
De pie en la destruida Casa del Botín, ante la luz de la luna y la mirada atónita de las personas atrás de él, se encuentra un joven, un humano que con determinación desafía al mismo destino.
Natsuki Subaru, el Espadachín Negro… había derrotado a la temida Cazadora de entrañas, Elsa Granhiert.
Chapter Text
—Ufffff, por fin se acabó— dijo Subaru mientras se secaba el sudor que caía porn su frente.
La casa del botín que antes estaba lleva de objetos, ahora se encontraba casi destruida por completo.
Subaru vio donde antes se encontraba el cuerpo de Elsa, se aseguró de que ya no estuviera allí. No pudo ver ni un rastro de Elsa así que pensó que ya abría muerto después de tal ataque.
Con un último vistazo a sus alrededores, empezó a girar su cuerpo para ver si todos se encontraban bien después de la batalla, cuando volteó vio a una Felt, asustada pero también con admiración en sus ojos… sus ojos iluminados por la luz de la luna mostraban una mirada infantil al verlo.
Felt aparte del miedo por el abrumador poder, se sintió encantada… él hombre frente a ella era la persona que más admiraba. Toda su vida había sido ninguneada, insultada por nobles que la veían como basura, cuando ella o todas las personas de los barrios bajos eran asesinados, secuestrados, o cosas mucho peores… los nobles y caballeros siempre hacían la vista a un lado y dejaba a las personas morir y sufrir.
Pero el héroe frente a ella no era así. El luchaba, no solo por honor o por poder… luchaba para proteger a personas como ella y su abuelo cuando nadie más lo hacía, derrotaba a las personas que ponían en peligro la vida de todos, sin importar raza ni estatus. Felt escuchaba las historias de “El Espadachín Negro” y cada vez lo admiraba más… lo veía como un ejemplo de lo que significa ser un caballero, héroe o simplemente un hombre.
El viejo Rom lo miraba fijamente, como si lo estuviera estudiando al joven del que tanto había escuchado hablar. Las leyendas decían que luchaba por el bien de las personas, sean nobles o plebeyos, ricos o pobres, que no le importaba meterse en el mismo infierno si era necesario para salvar a las personas.
Rom siempre pensó que era una mentira más, que era otro “Santo de la Espada” que era dirigido por los nobles o consejo de sabios. Pero vio al niño luchar, sus ojos mostraban una experiencia que solo se miraban a los que iban a una guerra sangrienta… vio al chico defenderlos a él y lo más importante a su nieta incluso cuando Felt le había robado algo a su amiga. Rom sintió respeto por el chico por que aunque sus historias pueden ser exageradas, hoy le demostró que pelea por el bien de los demás.
—¡¡¡SUBARUUUUU!!!— se escuchó un grito. Una semielfa con lágrimas en los ojos corrió y de un abrir y cerrar de ojos saltó hacia el chico todavía desconcertado. Lo rodeó con sus brazos atrayéndolo con fuerza que a cualquier persona normal podría romper.
—¡Subaru yo… sniff… sniff… Estaba muy preocupada…!— lloraban la Semielfo —¡Pensé que algo malo… hic… hic… te podría pasara!— sollozaba la Emilia sosteniéndolo más fuerte y enterrando su cara en el pecho del chico.
—Vamos vamos Emilia-tan…— dijo con una voz suave. —Estoy bien… estoy aquí así que todo esta bien.—letras acariciaba su cabeza.
—…mmh… hic… hic— seguía llorando la niña en su pecho.
—¿Tú… tú eres el h.. héroe?— preguntó una tímida Felt. Atrás había dejado su bravuconeria y ahora parecía una niña tímida viendo a su héroe.
—¿Eh? Jejeje no creo que sea un héroe…— habló —Yo solo intento ayudar…— dijo mientras se sonrojaba. Subaru las leyendas del héroe pero siempre se sintió avergonzado e intenta ocultarse de ello.
—¡¡¡Mentira!!!, ¡eres el mayor héroe que conozco, alguien que lucha por el bien y no se queda sentado en sus sillas de oro como todos esos caballeros!— dijo una emocionada Felt. —¡¡¡Eres genial!!!
—Vamos vamos… me avergüenza jeje…— dijo sonrojado por las palabras de la niña.
—Felt Cálmate, se que estás emocionada pero lo estás incomodando— habló el viejo con mientras sus pasos hacían temblar piso.
—Ups… perdón es que estaba algo emocionada…— dijo mientras agachaba la cabeza con vergüenza.
—Jajajaja ¿Dónde quedó la bravucona Felt de hace unos minutos?— preguntó con una sonrisa juguetona Subaru.
—¡Vamos hermano mayor, no seas un idiota!— gritó la niña mientras volvía a su actitud de siempre. —Tengo en mi casa a una leyenda… es lógico que me emocione un poco. Además me gustó como destruiste a esa perra de negro.
—Esa es la Felt que conozco— dijo un Subaru aliviado de haberse librado de la vergonzosa situación anterior.
—Felt tiene razón muchacho… ¿Qué fue ese ataque que le lanzaste a esa tipa?— preguntó Rom con curiosidad. Vio la destrucción de solo un movimiento de espada, no cualquiera haría algo tan destructivo.
—Oh, ese ataque…— dijo mientras seguía sobando la cabeza de Emilia. —Bueno es algo más sencillo… la Espada de la vida cuando me aceptó como su dueño, puedo sobrecargarlo con mi propio Maná… ósea que por mi mano fluye mi Maná llenado hacia la espada… la sobrecarga de poder y lo libera a mi voluntad.— explicó Subaru.
—¡¡¡GUAU, ESO ES TAN GENIAL!!!— gritó Felt con estrellas en los ojos.
—Impresiónate, tan basto poder es simplemente abrumador— dijo un sorprendido Rom. —También escuché rumores sobre esa espada… cuando la clavas a una persona automáticamente le destruyes el alma y no tiene oportunidad de regresar al Od Laguna. Pero a la cazadora de entrañas no le pasó nada… ¿eran solo cuentos?— preguntó con duda e intrigado al saber más de una arma tan poderosa.
—Bueno si y no— contento Subaru. Vio la cara de confusión de la pareja de abuelo y nieta u siguió explicando. —Es cierto que puede destruir el alma pero no es tan sencillo… es… mmm— pensaba en cómo explicarlo.
—Es un ataque especial que necesita una gran cantidad de Maná, prácticamente alguien que tenga pocas reservas moriría en el intento.— explicó Subaru. Ambos asintieron entendiendo algo asombrados.
—Chico, ¿no tienes miedo a que te roben la espada?… apuesto que habrán muchos que la querrán robar y venderla, costaría una fortuna.— preguntó Rom.
—Nah, eso no me preocupa en absoluto.— afirmó mientras con su mano libre agarró si espada y se la ofreció a Rom. —¿Quieres sostenerla?— preguntó confiado Subaru.
—¿Estás seguro mocoso?, hace no mucho le robamos algo a tu amiga.— preguntó con confusión.
—No te preocupes Viejo Rom, solo sostenla— insistió Subaru.
—¡Vamos viejo, no seas un cobarde!— le incitó Felt a su abuelo. Ella tenía curiosidad también por sostenerla.
El viejo Rom suspiró viendo a su nieta incitándolo a tomar la espada. Así que acepto.
—Bien muchacho… acabemos con esto…— dijo.
El viejo Rom agarró el mango de la espada mientras Subaru la seguía sosteniendo por el metal de la hoja. Subaru soltó la espada, el viejo Rom abrió los ojos de par en par cuando la espada cayó al piso en un ruido sordo, intentó levantarla con todas sus fuerzas pero no logró moverla ni un centímetro del suelo. Felt lo miraba con la boca abierta por la sorpresa, vio a un gigante con brazos más grandes que su cuerpo intentar levantar una espada sin lograrlo, antes un joven no mucho mayor que ella la sostenía sin problema.
—Vaya, esto es impresionante, por más que lo intento moverla, es inútil.— dijo un sudoroso bárbaro.
—Jajaja si, es impresionante… pero no es todo…— dijo con una sonrisa. Miro al viejo con seguridad. —Intenta levantarla ahora.
—Es inútil muchacho, por más fuerza que ponga no se moverá.— afirmó Rom.
—Solo inténtalo.— insistió Subaru.
El viejo Rom con un suspiro de de fastidio aceptó. Tomo el mango del suelo y con mucha fuerza intentó levantarla. Para sorpresa de los presentes menos Emilia que estaba en el pecho de Subaru y este mismo, el viejo Rom ahora la pudo levantar sin problema y sintió que no pesaba nada.
—¡Pero que mierda!— gritó una Felt al borde del desmayo.
—Mocoso ¿Qué pasa?, por qué ahora puedo levantarla— dijo Rom con la cara pálida de la impresión.
—Ahora que la espada es mía, tengo la habilidad para decidir si quiero que la usen o no, es algo peculiar pero también conveniente.— dijo Subaru con orgullo.
—Es… impresionante, algo muy útil y conveniente.— dijo Rom mientras le devolvía la espada a su dueño.
—Jejeje si… es muy buena.— dijo mientras sentía que los llantos de Emilia se calmaban.
—Eres un bobo Subaru— susurró la semielfa todavía en su pecho.
—¿Eh?, ¿y ese ataque Emilia-tan? — preguntó un confundido chico.
—Por preocuparme así, tonto… ¿Y qué es eso de “Tan”— dijo la semielfo negándose a separarse del pecho del chico.
—Ohhh, ese es un apodo de mi tierra natal. Significa que somos cercanos.— dijo Subaru sin vergüenza alguna.
Emilia sintió que su corazón se aceleraba y sus cara de calentaba, se apretó más a su pecho avergonzada que la vieras. —Tonto…— fue lo único que pudo decir Emilia.
Así siguieron unos minutos más hablando mientras todo parecía haberse calmado. Subaru y Emilia se pusieron de pie ya que el chico había sido derribado por una semielfa preocupada. Ya le dolían las piernas a Subaru ya que estaba sentado por mucho tiempo.
Ya con todos de pie, Subaru empezó a estirar las piernas y Emilia se acomodaba el vestido. Se escuchó un crujido del fondo de la casa del botín, en lo alto de los escombros se encontraba Elsa que no había muerto después del ataque. Tenía una cara manchada de sangre y con la cara arrugada de ira.
En un último intento desesperado se abalanzó a la persona más cercana. Felt voltio a ver y su cara se llenó de terror al ver que la asesina se acercaba a ella.
Rom corrió lo más rápido que pudo pero no era suficiente. Emilia intentó lanzar un hechizo pero tampoco era lo suficientemente rápido.
Subaru sin pensando salto mientras extendía su brazo intentando alcanzarla pero era demasiado tarde para que pudiera llegar.
—Aunque muera… ¡me llevaré a uno conmigo!— gritó Elsa a centímetros de su víctima.
Felt cerró los ojos esperando su final.
—¡Ya fue suficiente!— se escuchó una voz al lado de Elsa que sostenía la muñeca de esta misma. Nadie lo vio entrar pero todos se sorprendieron de su presencia.
—Tú…— no termino de hablar la asesina cuando sintió que salía disparada por un puñetazo en su costado.
Reinhard Van Astrea se erguía con una presencia serena pero firme, su cabello rojo brillando como un trazo encendido bajo la luz de la luna. Sus ojos azules, claros y firmes, parecían ver a través de todo.
—Amigo Reinhard, gracias a Dios…— suspiró Subaru aliviado.
Felt cayó al suelo, sus piernas no respondieron mientras temblaba por el shock de casi ser atravesada.
—Me alegro haber llegado a tiempo…— El santo de la espada habló pero escucho otro moviendo.
—…Tsk… por ahora he acabado aquí, pero pronto nos volveremos a ver, hasta entonces…— dijo Elsa mientras salía de lo escombros. —Cuiden de sus entrañas. —dijo desapareciendo de la vista de todos.
—¡¡¡Felt, ¿estás bien?!!!— gritó un asustado Rom mientras la abrazaba.
Felt no respondió, todavía en shock pero aliviada de estar en los brazos de su abuelo.
—Reinhard, ¿Qué haces aquí?— preguntó Emilia que ya se había recuperado del susto.
—Señorita Emilia, sentí un poder inmenso y escuché mucho ruido que provenía de este lugar y vine a investigar.— explicó. También ocultó el hecho que estuvo siguiéndolos todo este tiempo.
—Oh, entiendo.— contestó Emilia.
—Gracias amigo… me alegro que esté aquí y hayas podido salvar a Felt… yo no llegaba.— dijo con una voz melancólica.
—Me alegra poder ayudar, amigo.— dijo con una sonrisa amable en su rostro.
Subaru le sonrió de agradecimiento. Vio que estaba en el suelo una bolsa llena de monedas de Oro Sagrado… eran las 30 que le había dado a Felt antes de la pelea. Recogió la bolsa y empezó a caminar hacia la pareja de abuelo y nieta que seguían abrazándose.
—Felt… ¿te encuentras bien?— preguntó preocupado Subaru.
Felt a escuchar a Subaru se separó del viejo Rom mientras tenía los ojos rojos de tanto llorar.
—Si hermano mayo, solo fue un susto que me dio esa perra.— dijo segura pero se notaba como susto voz se quebraba.
—Lo siento Felt… pero sabes que tienes al viejo Rom y ahora a mi por si quieres hablar.— le dijo mientras le ponía una mano en la cabeza.
—…¡Ey… ¿que haces hermano mayor?… deja de aprovecharte!— gritó Felt.
—Jejeje solo estaba sobándote la cabeza… no seas exagerada— dijo Subaru burlonamente.
—…Tsk, cállate y ¡suéltame!. Estoy bien— dijo haciendo reír a Subaru.
—Toma…— dijo mientras le entregaba la bolsa con monedas.
—…Esto es…— dijo mientras miraba a Subaru y la bolsa en sus manos.
—Es lo que te corresponde por el trato que hicimos.— dijo Subaru poniéndole la bolsa en la mano de Felt.
—Pero… no puedo aceptarlo. Tú me salvaste a mi abuelo y a mi, nosotros estamos en deuda con ustedes.— dijo Felt mientras aguantaba sus lágrimas.
—Te equivocas Felt… no me debes nada. Yo note defendí de Elsa por que buscara ganara algo, lo hice por que era lo correcto. Además… te servirá para reparar la casa del botín o para que busquen una mejor vida.— afirmó Subaru con una sonrisa amable.
—Yo… Gracias hermano mayor— dijo mientras lágrimas le salían de sus ojos rojos.
—Ni lo menciones… además hay alguien más que tienes que agradecer y pedir disculpas.— dijo Subaru mientras volteaba a ver a Emilia.
—Si… ya lo sé, la cague.— dijo mientras caminaba donde estaba Emilia y Reinhard.
Ellos habían visto la interacción con una sonrisa en el rostro.
—Gracias… Gracias por salvar al viejo Rom y a mi también…— dijo Felt mientras agachaba su cabeza por la culpa. —Y perdón por robarte la insignia, ya no la quiero así que te la regresaré.— Felt sacó la insignia que Subaru le había dicho que guardara antes que él peleara contra Elsa.
—Gracias Felt, y no te preocupes… nada más no vuelvas a robar.— respondió Emilia con una sonrisa amistosa.
—No prometo nada Hermana mayor.— dijo mientras acercaba su mano a la de Emilia entregando la insignia cuando una un brillo rojo se encendió que solo Reinhard se percató.
Reinhard se quedó en shock por lo que veía, esta niña de los barrios bajos era la persona que el estaba buscando. No sabía que hacer… su misión era llevar a Subaru con el capitán Marcos pero esto lo cambiaba todo. Vio que Subaru era alguien amable así que confió en él y se enfocó en lo que tenía enfrente.
Se movió rápido que nadie además de Subaru lo vio moverse, agarró la muñeca de Felt que está en el aire.
—¿Cuál es tu nombre y apellido?, ¿y tu edad?— preguntó Reinhard muy serio. Rara vez se miraba así.
—…Eh… me llamo Felt, no tengo apellidos y creo que tengo 14 o 15 años, no se cuando nac— respondió mientras intentaba soltarse del caballero. —¡Suéltame idiota!— gritó.
—Reinhard ¿qué haces?, si es por el robo, no tengo problema, no diré nada.— contestó la desconcertada Emilia.
—Lo siento Señorita Emilia. Aunque el robo de la insignia es grave, no se compara al crimen que pasa frente a mis ojos.— dijo mientras sujetaba a Felt.
El cabellero pelirrojo extrajo Maná de una forma segura a la niña. Felt cayó inconsciente de inmediato.
—¡Astrea, ¿Qué cree que estás haciendo?!— preguntó el enojado gigante.
—Me disculpo por mi comportamiento pero no puedo decirles nada.— dijo mientras cargaba a Felt como una princesa.
—Reinhard…— habló Subaru que solo estaba viendo la escena. —Confío en que no es nada malo. Te aconsejó que lleves al viejo Rom contigo, es la única familia de Felt y si la separas… nunca te lo perdonara.— sugirió el chico de cabello negro.
—Gracias por el consejo, amigo— dijo volteando a ver a Rom. —Si lo desea puede venir con nosotros a mi mansión, le prometo que lo trataremos como un invitado especial.— le aseguró al viejo Rom.
Rom solo frunció el ceño pero aceptó ya que no tenía otra opción. Reinhard volvió la vista a Subaru.
—Subaru, ¿tienes un lugar donde quedarte?— preguntó cortésmente a su amigo.
—…Ehhhh… en realidad no, soy nuevo en la capital, vine hoy mismo… pero no te preocupes, puedo conseguir un cuarto donde pueda pasar la noche.— respondió Subaru indiferente a su situación.
Reinhard asintió ante su respuestas. —Si quieres puedes venir con nosotros a mi mansión, podrás quedart…—
—¡¡¡NO!!!— gritó una desesperada semielfa.
—¿Emilia-tan?— preguntó el confundido chico a su reacción.
—…Eh… yo…— intentaba hablar pero su vergüenza no le permitía.
—Entiendo, Subaru, señorita Emilia, me tengo que despedir… espero verlos pronto— dijo Reinhard mientras la luz de la luna los iluminó. —Pueda ser que sea la última vez que veamos la luna en paz.
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En la noche de los barrios bajos, una pareja caminaba de regreso a la capital.
La pareja se despidió de Reinhard que se fue con una Felt inconsciente y un Rom enojado.
—Bueno Emilia-tan, creo que la busque termina aquí— dijo en voz baja mientras caminaba bajo la luz de la luna.
—Si… eso creo… me divertí mucho este día.— dijo Emilia en voz baja todavía apenada por su arrebato anterior.
—Yo también, hacía mucho que no me divertía así— dijo con una sonrisa.
—¿Enserio?— preguntó Emilia.
—No miento… desde hace años he estado vagando por el mundo haciendo “trabajos”, hoy fue un aire fresco para mi.— dijo Subaru con sinceridad.
—Subaru, ¿Qué harás después de separarnos?— preguntó Emilia en voz baja.
—Buena pregunta… quizás viaje por el país de nuevo, seguiré mi “Trabajo” creo.— respondió Subaru mientras miraba a la luna.
—Subaru… ¿quieres venir a dormir conmigo?— preguntó una tímida Semielfo.
Subaru escuchó la petición de la chica y abrió los ojos de par en par.
—¡¡¡¿Qué?!!!— gritó Subaru mientras su cara se ponía rojo de la vergüenza. —¿Quieres que duerma conmigo?— preguntó nervioso.
Emilia se dio cuenta de lo que había dicho se puso roja y sacudía las manos frenéticamente.
—¡No!, no me refería a eso… yo solo…— tartamudeaba —Yo solo quiero que vayas a la mansión en donde vivo— terminó de decir como pudo Emilia.
—Uffff— suspiró Subaru tranquilizándose. —¿Quieres que vaya a la mansión contigo?, ¿por qué Emilia-tan?— preguntó confundido.
—Bueno… es que quiero pagar mi deuda que tengo contigo.— mintió Emilia.
—Ya te dije que no me debes nada.. no te preocupes, no me debes nada.— dijo Subaru con voz firme.
—¡Mentira!, si te debo y mucho… todo lo que hiciste por mí es demasiado para que no recibas una recompensa aunque no quieras, Además…— Dijo Emilia tomando valor.
—¿Además?— preguntó Subaru todavía confundido.
—No quiero separarme de ti…— dijo Emilia mientras agachaba la cabeza. —Siempre me han tratado mal por mi aspecto, por mi raza. Pero tú me viste nada más como Emilia, yo sé que estoy haciendo muy egoísta y si no quieres está bien, no te preocupes… pero no quiero separarme de ti, además de mi deseo egoísta, también me siento muy bien cuando estoy contigo… me contaste que no tenían un hogar así que si quieres puedes ir conmigo y quedarte cuanto quieras en la mansión.— dijo Emilia sonrojada y nerviosa. Cerró los ojos esperando ser rechazada.
—Aceptó.— dijo Subaru.
—¿Eh?, ¿enserio?— preguntó Emilia mientras sus ojos empezaban a brillar.
—Si, lo digo enserio— dijo mientras le sonreía. Volteo a ver a la luna brillante mientras caminaba. —Llevo 7 años por todo el país, creo que sería buena idea para un descanso, además… no puedo dejar sola a una linda chica.— explicó Subaru volteando a verla a los ojos.
Emilia sintió como su corazón latía cada vez más fuerte, al escucharla llamarla linda sintió una calidez y vergüenza. Nadie se atrevería a llamar “linda”, ella sabía que no era linda ya que era la viva imagen de la bruja. Pero escucharlo con tanta sinceridad de Subaru la hizo extremadamente feliz. Además, ya no estaría sola y tendría un amigo con ella, era el mayor regalo que podía pedir.
Subaru se sentía igual, el nunca había experimentado nada acerca de tener amigo o incluso, un romance. Era un tema muy lejano para Subaru, pensaba en seguir viviendo como seguía hasta ahora… solo mientras viaja por el país matando esclavistas. Pero al escuchar la sinceridad a Emilia se le encogió el corazón, además también se recordó de las palabras de su hermana mayor Hikari, siempre le decía que tenía que descansar y buscar su felicidad.
Caminaron en silencio, pero no era un silencio incómodo, al contrario, sentían mucha comodidad estando el uno con el otro.
—Señoría Emilia, por fin la encuentro.— el silencio duró hasta que una voz la rompió. En un carruaje tirado por un dragón de tierra.
Manejando dicho carruaje se encontraba una joven cabello rosado, lleva siempre un peinado asimétrico que cubre parcialmente su ojo derecho. Sus ojos rosados tenía una mirada fina y algo fría, combinando con su expresión serena. Usa el uniforme de doncella negro y blanco típico, adornado con encajes y un pequeño broche en el cabello. Su figura es delgada, elegante y siempre impecablemente ordenada.
—¡Ram!, ¿Cómo nos encontraste?— preguntó Emilia a la chica en el carruaje.
—Escuché un alboroto en los barrio bajos y decidí buscarla por aquí esperando encontrarla— dijo con una voz firme pero formal. —¿Se encuentra bien?, ¿No se ha lastimado señorita Emilia?— preguntó mientras miraba a la semielfo de arriba para abajo.
—Estoy bien Ram, no me lastime… nada más tuvimos un pequeño problema— dijo la Emilia un poco apenada. —Además, Subaru me ayudó.
Ram giró la cabeza al lado de su dama y vio a un joven al lado de ella, vestido todo de negro con un collar de 6 colores y una bufanda naranja.
—Señoría Emilia, ¿quien es el sujeto al lado suyo?— preguntó fríamente evaluando al chico. —Ya le dijimos que no ande levantando perros callejeros de la calle.— habló sin tapujos la chica de cabello rosa.
—¡Oye, Yo no soy un perro!— gritó Subaru indignado.
—¡Ram!, discúlpate con Subaru. Él me salvó la vida y me ayudó mucho a recuperar mi insignia!— dijo Emilia molesta por el trato a su amigo.
—Entiendo… le pido disculpas por mi descortesía— se disculpó falsamente. —Señoría Emilia, ¿Perdió la insignia?— se dirigió a la semielfo.
—No la perdí, me la robaron que es distinto— dijo roja por la vergüenza. Subaru solo se rio entre dientes mientras se adelantaba.
—Mi nombre es Natsuki Subaru, mucho gusto.— dijo respetuosamente mientras se inclinaba un poco.
—Mi nombre es Ram, sirvienta de mi señor Roswall L. Matters, el gran mago de la Corte— dijo mientras hacía una reverencia de una sirvienta. —Es un honor para ti conocer a alguien como Ram, Barusu—. Dijo con arrogancia.
—¡¿Eh?!, ¡¿desde cuando mi nombre es una maldición?!- Preguntó dramáticamente.
—¡Basta de bromas!— habló Emilia. —Ram. Subaru irá conmigo a la mansión y será un invitado, así que trataron bien.— ordenó torpemente Emilia.
—Como usted desee, señorita Emilia.— dijo regresando a su formalidad habitual.
—Jajaja ahora te comportas bien después de insultarme— dijo Subaru entre risas.
—Un perro de la calle como Barusu no necesita que la grandiosa Ram sea formal.— dijo burlonamente.
—¡Ya dije que no soy un perro!— gritó Subaru. —Además, tú eres quien está moviendo la cola por su dueño.— regresó el ataque Subaru con una sonrisa burlona.
—¡Que dijis…!— estaba respondiendo una furiosa Ram pero fue detenida por Emilia.
—¡Ya basta los dos… Subaru sube al carruaje y Ram, vámonos!— dijo deteniendo la discusión que vendría en un momento.
Subaru sonrió en señal de victoria viendo a Ram, mientras esta misma lo fulminaba con la mirada. Se juró que lo haría pagar con creces.
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En un bosque oscuro, una figura golpeada, herida, parecía un cadáver viviente. Caminando entre los árboles mientras jadeaba violentamente se detuvo en un árbol y se soltó mientras apoyaba su espalda en el árbol.
Elsa Granhiert se encontraba sola, adolorida, pero ni eso pudo detenerla a cumplir con su trato. De su escote sacó un dispositivo, parecía un espejo de mano que se abre y cierra. Era un metía de comunicaciones, que como el nombre lo indica, funciona para comunicarse a largas distancias pero con un límite.
Elsa había caminado por muchas horas hasta encontrar un lugar donde estuviera al alcance de su jefe. Abrió el metía mientras una luz iluminaba la oscuridad del bosque, en unos segundos apareció un hombre detrás de panatalla, parecía un tanto… peculiar.
— Bueeeeno, veo que no te ha ido muy bien querida Elsa — se escuchó una voz muy peculiar y melódica.
— fufufu, no esperaba que la situación fuera tan… dura — dijo Elsa. No perdía su voz juguetona ni su seductora voz al hablar.
— Lograste completar el trabajo que te pedí — preguntó el hombre en el metía.
— No… fue un fracaso total — dijo entrecortada mente por el dolor — Después que contacte a esa rata de alcantarilla, llegó la semielfo y también un chico un tanto peculiar.
— Enserio, interesante… ¿Quién era ese chico que te interesó — preguntó intrigado.
— No era más que la leyenda, el Espadachín Negro, su nombre es Natsuki Subaru… — dijo con una voz llena de un sentimiento fuerte y obsesivo.
— Veo que ese chico… Natsuki Subaru te interesó más de lo que pienso — dijo divertido.
— Fufufu, no puedo esperar a verlo de nuevo… estoy muy extasiada, quiero más de él — dijo la asesina con una sonrisa maníaca.
— Kuu… hu…hu — sonó una risa cantarina y burlona —Hiciste un buen trabajo, espera un nuevo llamado.
El metía se apagó. Elsa recordó al chico que le había robado el corazón. Elsa estaba segura… amaba a Natsuki Subaru, su fuerza, como la golpeaba, como la cortaba. Se recordó de la cara de enojo que le dirigía haciéndola temblar de excitación. — Serás mío Espadachín Negro. — dijo una enamorada y obsesiva cazadora de entrañas.
En el otro lado del metía se encontraba otra figura. En una mansión gigantesca, en una oficina, se encontraba viendo por la ventana mientras la luz se filtraba por su cara.
Un hombre alto y delgado, de piel muy pálida y rasgos elegantes. Su cabello es largo y azul oscuro con un mechón amarillo que cruza su rostro. Sus ojos son heterocromáticos: uno amarillo y uno azul. Viste un traje llamativo de colores púrpura, azul y rojo, con maquillaje que acentúa su expresión extravagante, en pocas palabras… un payaso.
— Que interesante… por fin llegó el día. — dijo el hombre excéntrico. Camino hacia la silla de su escritorio mientras se perdía en sus pensamientos.
— {Natsuki Subaru… por fin aparece mi pieza principal, mi títere más importante} — pensaba mientras tomaba una copa de vino que tenía en su escritorio.
Una sonrisa escalofriante se dibujó en su rostro — {El sebo funcionó de maravilla. Mi segunda pieza más importante dio el primer paso, ahora solo falta que el plan continúe y para eso tendré que ponerme a trabajar}
Dejó la copa de vino en la mesa. Abrió una gaveta de su escritorio y sacó un libro de portada negra. El hombre maquillado lo sostuvo como si fuera el tesoro más valioso que tenía, y eso era lo que pensaba. Abrió las páginas mientras frunció el ceño con una ligera molestia.
— {¿Porqué cambió los planes que tenía, maestra?} — se preguntaba en sus pensamientos — {Todavía recuerdo los textos antes que cambiaran, los memorice durante años… Hace 10 años todo cambio. ¿Que pudo pasar maestra para que alguien como usted cambiara sus planes?}
Mientras leía cambió su cara a una sonrisa escalofriante. — {Bueno, no importa… todo va según su plan. Me recuerdo que antes que cambiara, tendría que esperar dos días después que el chico llegara y esperaba que el pudiera ser un mayordomo… Pero ahora, tendré que adelantarme, mañana mismo nos conoceremos, espero que no sea muy complicado que aceptes la propuesta que tengo que hacerte… Natsuki Subaru.}
Seguía en sus pensamientos mientras cerraba el libro y lo abrazo con una gran devoción
— {No falta mucho… pronto estará aquí conmigo… espere un poco más… maestra} — su rostro se iluminó mientras se perdía en sus sueños.
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En un carruaje que salía de la capital hacia la mansión de Roswall L. Matters, un margrave o mejor conocido como “El mago de la corte”.
Una sirvienta pelo rosa con cara de pocos amigos, se encontraba dirigiendo el camino hacia la mansión. Dentro de ella, dos personas estaba sentadas una enfrente de otra, en un silencio que solo se escuchaba el traqueteo del carruaje.
Subaru estaba viendo por la ventana, mientras descansaba de un largo día. Emilia sentada con elegancia digna de una reina, veía de reojo a Subaru de vez en cuando.
— Hoy fue un día un tanto interesante… ¿No lo crees Subaru? — rompió el silencio Emilia.
— Si, un poco sí… — respondió el joven volteándose para verla. — La verdad es que ya estoy un poco acostumbrado a este tipo de vida jeje.
— ¿Enserio? — preguntó Emilia sorprendida. — Tienes una vida un tanto… interesante…
— Ni tanto… me acostumbre a lidiar con asesinos o esclavistas. Aunque tengo que decir que Elsa es la segunda más fuerte que me he enfrentado. — le informó a una Emilia interesada.
— Debes ser muy fuerte para que alguien como Elsa no sea un gran problema para ti.
— Si quiero cumplir mi sueño y mi promesa… tengo que hacerme más fuerte. — contestó mientras volvió a ver por la ventana.
— ¿Promesa?.
— No es nada importante… — Subaru dijo intentando cambiar el tema. — Emilia… hablando de promesas… creo que te debo una explicación.
La semielfo abrió los ojos por la sorpresa que se acordara. Tenía algo de preocupación de que se olvidara ya que para ella, una usuaria de artes espirituales, las promesas son muy importantes.
— Oh… pensé que te habías olvidado de ella — dijo una tímida semielfa.
— No puedo olvidarme… una promesa es algo muy importante para mí. — afirmó el chico.
— Me alegro, para mí igual, para una usuaria de artes espirituales las promesas son muy importantes. — aseguró Emilia.
Subaru bajó la cabeza un poco y una mirada de tristeza atravesó sus ojos negros de villano. Ya había pasado un mes desde que sus amigos se fueron, cada vez que lo recuerda siente un vacío enorme.
Emilia vio como su cara cambiaba a una melancólica, se sintió mal, quizás había dicho algo malo.
— Subaru, perdón… no quise hacerte recordar…
— No. No te preocupes, solo me acordé de unos amigos del pasado. — interrumpió las disculpas
— Si quieres hablar, puedes contar conmigo Subaru, para eso estamos los amigos — dijo con torpeza. No sabía que hacían los amigos, era un tema muy nuevo para ella. Pero no le importaba parecer una tonta, vio como Subaru se entristecía y ella estaría allí para apoyarlo, como él lo hizo con ella.
— Gracias Emilia-tan. De verdad eres como un ángel — le dedicó una sonrisa sincera. — Pero estoy bien, hablaremos de eso luego, creo que primero tenemos otro tema que hablar.
Emilia quería que el descargara un poco su carga con ella, pero también entendió que Subaru le había prometido contarle el por qué sabía tanto de Felt y de la asesina en la mañana en ese puente.
— Está bien Subaru… pero no creas que olvidaré esto. — dijo con una cara seria.
— Jejejeje, está bien Emilia-tan. — rio suavemente. Pero rápidamente cambió su cara a una más seria, lo que vendría ahora sería muy importante.
— Emilia… — no utilizó el apodo mostrando la seriedad de la conversación. — primero tengo que pedirte algo…
— Está bien, dime que es lo que quieres de mí, Subaru. — contestó con la misma seriedad Emilia. También sentía un poco de preocupación por lo que le pediría, sabía que Subaru no le pediría nada malo pero sus malas experiencias la hacían dudar.
— Se que es mucho lo que te voy a pedir, pero también es importante para mí. Además, todavía no estoy del todo seguro… — comentó.
Emilia asintió. Esperando a escuchar lo que pediría Subaru. — Claro. Si puedo ayudarte, lo haré.
— Gracias. — dijo con sinceridad. — Emilia… quiero que me prometas que no le dirás a nadie lo que te diré. Es un secreto y no confío en nadie más que en ti ahora mismo. — dijo con firmeza mientras esperaba una reacción de Emilia.
— Lo prometo. — dijo sin pensarlo con una mirada seria.
— ¿Eh?, ¿tan fácil? — preguntó Subaru con los ojos abiertos de par en par. — ¿No me preguntarás por qué lo quiero ocultar?, ¿O por qué ni siquiera quiero que se lo digas a Puck?
— Tienes tus razones Subaru. No puedo pedirte que confíes en las personas, aunque sean personas cercanas a mí. — dijo con sinceridad. Suavizó su voz mientras hablaba. — Además… después de todo lo que hiciste hoy… confío en ti, sé que no harás nada malo.
Subaru sintió una calidez en su pecho al escuchar estas palabras — {Emilia-tan realmente es un ángel} — pensó Subaru.
— Gracias, no sabes lo feliz que me haces. — sonrió cálidamente Subaru.
Emilia se sentía muy feliz viendo como Subaru confiaba en ella incluso para contarle un secreto.
— La verdad Emilia-tan, es que lo que te contaré, lo descubrí hoy mismo. Nunca me había pasado antes, pero llegué a una conclusión que creo que es la correcta. — dijo Subaru mientras respiraba ondo. — Como supe de Felt, de la asesina y de la casa del botín fue por que lo vi. — confesó mientras se preparaba para ser llamado loco o simplemente que Emilia lo odiara.
— Puedo regresar de la muer…
El mundo se quiebra en un instante silencioso. El sonido de las ruedas desaparece. El viento deja de soplar. El movimiento se congela como si el universo hubiera retenido el aliento.
El cuerpo de Subaru queda rígido, atrapado en mitad de un parpadeo. El aire se vuelve pesado y oscuro, y una presencia helada se derrama a su alrededor. El latido de su corazón resuena con un eco sordo en el vacío absoluto. Emilia, a su lado, permanece inmóvil, suspendida en el tiempo, completamente ajena a lo que ocurre.
Sombras negras, casi líquidas, reptan por la esquina de su visión, extendiéndose sin hacer ruido. Una presión invisible surge en su pecho, implacable, como una mano gigantesca apretándolo desde dentro. Subaru no puede moverse, no puede respirar, no puede gritar. Solo siente el peso sofocante de la oscuridad que lo domina y le impide avanzar.
Y entonces, igual que inició, el tiempo vuelve a fluir. El carruaje sigue su rumbo, Emilia parpadea en señal que el tiempo se recompuso.
Subaru cae de rodillas jadeando violentamente mientras su cuerpo tiembla del miedo que acaba de experimentar y del dolor que sintió en su pecho al sentir su corazón siendo apretado.
— ¡Subaru! — gritó Emilia mientras se agachaba junto a él sobando su espalda.
La semielfo estaba confundida, de un momento a otro Subaru estaba hablando y de repente se detuvo y empezó a jadear y aferrándose con la mano a su pecho como si se lo fueran a robar.
El carruaje se detuvo de golpe y se escuchaban pasos acercándose a la parte trasera del carruaje.
— Señorita Emilia, ¿Se encuentra bien?, escuché su grito y vine rápidamente. — dijo una voz seria y firme dirigida a Emilia.
— Yo no sé… de repente Subaru se sintió mal y cayó al piso jadeando. — contestó preocupada por el chico arrodillado.
—…Tsk… Si solo es Barusu, entonces a Ram no le importaba. — dijo con indiferencia la sirvienta.
— ¡¡¡Ram!!! — gritó una enojada semielfa. —¡Subaru está mal, tenemos que ayudarlo!
— Lo siento señorita Emilia. Pero mi deber es solo con usted. — dijo con una mirada fría.
— ¡Ram, no podemos dejar que le pase algo malo…! — gritó Emilia. Sintió como Subaru se apoyaba en su hombro mientras se incorporaba.
— Estoy… bien… — dijo entre jadeos Subaru. — Estoy bien Ram, podemos seguir en camino. — se dirigió a Ram.
Ella solo soltó un bufido de desprecio mientras regresaba al lugar del conductor.
— Subaru, ¿estás bien? — preguntó mientras seguía arrodillada junto a él sobando su espalda.
— Si Emilia-tan, lo siento por asustarte. — dijo respirando normal.
— Cállate tonto, no vuelvas a asustarme así — Habló bajo todavía conmocionada.
— Emilia-tan, creo que no puedo revelar mi secreto completamente… — dijo con molestia. — Pero déjame intentar algo.
— Subaru, si es algo peligroso está bien, confío en ti… no quiero que te pongas en peligro por decírmelo. — respondió con preocupación.
— No te preocupes, confía en mi… tengo una idea. — dijo mientras pensaba. ~ {Por lo que veo no puedo decir de qué regrese por la muerte… el tiempo se detuvo justo cuando lo iba a decir pero cuando dije que ya había visto la casa del botín, Felt y Elsa no pasó nada… aunque no prueba que pueda o no hablar del bucle, tengo una pequeña esperanza. Si el tiempo solo se detiene en ese momento… entonces no puedo hablar que morí. Entonces que tal si pruebo con…} ~ terminó sus pensamientos con una sonrisa aceptando su plan.
Emilia vio con preocupación a Subaru. No quería que se pusiera en peligro por confesarle algo que no debía. Pero también se preguntó el por qué no podía hablar de ello. Tenía que ser algo muy importante para que no lo dejaran hablar. Otra pregunta se formuló en su cabeza… ¿Quién es lo suficientemente poderoso para impedir que alguien como Subaru hable?.
Emilia se preocupó más, no por ella, más bien por Subaru ya que alguien lo había maldecido o algo mucho peor.
— Perfecto Emilia-tan, creo que estoy listo. — dijo Subaru mientras se preparaba.
— Subaru… — suspiró derrotada al ver la determinación del chico. No podía detenerlo.
— Emilia-tan. Yo… Natsuki Subaru… — dijo cerrando los ojos preparándose para sentir el dolor. Gritó lo suficientemente bajo para que solo Emilia lo escuchara — ¡Puedo ver el futuro!
Nada. No sintió nada, no fingió el escalofrío en su cuerpo, el temblor al sentir esa presencia. Subaru abrió los ojos lentamente, todo seguía igual, el tiempo no se detuvo, el carruaje siguió su marcha, y Emilia…
— …¿Eh?… — dijo la semielfa con los ojos abiertos como platos.
— Yo… estoy bien… ¿no me pasó nada? — dijo Subaru también incrédulo. Se agarró el pecho, no sintió el apretón.
— …
— Ya veo… entonces puedo hablar sin mencionar el detonante. — tenía las manos en la barbilla pensando en su descubrimiento.
— …
— Eso me confirma cómo funciona esa habilidad.
— …
— Entonces… eso significa que puedo hablar lo que sea que vea sin mencionar lo “otro” — seguía en sus divagaciones.
— …
— Creo que primero tengo que confirmar mi teoría… Emilia-tan…
— ¡¡¡¿Qué?!!! — se escuchó un grito que hizo temblar el carruaje.
— Emilia-tan… — dijo mientras se sonaba los oídos.
— Su… Su… Subaru… que estás dicien…
— ¡Señorita Emilia! — interrumpió Ram — ¿El pervertido de Basuru no está haciendo nada mal?, si es así dígame y lo hago pagar dejándolo sin desendencia! — lo dijo con una voz fría pero emocionada.
— ¡¡¡Ehhhhh!!! — gritó un desesperado Subaru mientras se agarraba la entrepierna. — ¡Espera espera espera… yo no le estoy haciendo nada malo a Emilia…! — gritó con una voz temblorosa. Volteo a ver a la chica todavía en shock. — ¡Por favor Emilia-tan, dile a esa sirvienta psicopatá que no te estoy haciendo nada malo!
La chica al escuchar los gritos desesperados de Subaru salió de su shock. — ¡Tranquila Ram, Subaru no me está haciendo nada malo. Solo me sorprendí por algo sin importancia… Gracias!
—… Tsk… que lástima. Pudimos dejar a este mundo sin descendencia de Barusus — dijo bajo con una voz burlona para que solo ella se escuchara.
— ¡Te escuché maldita sea! — gritó de indignación.
— ¡Ja! — dijo arrogantemente mientras seguía su camino.
— Me la pagarás Ram. — se juró Subaru a sí mismo.
Ya más calmado, se sentó al frente de Emilia, viéndola cara a cara mientras ella seguía con la bica abierta.
— ¿Emilia-tan?, ¿estás bien? — preguntó preocupado.
— ¿Eh?… yo… uffff… — suspiró para calmarse — Ya me encuentro mejor… lo siento por reaccionar así.
— No te preocupes, se que es difícil de creer e incluso, entiendo que no me creas.
— Pero Subaru, ¿Desde cuando tienes ese poder? — preguntó con duda
— No sé, hoy fue la primera vez que me pasa… no sé cómo la obtuve mi quien me la dio… — confesó
— Pero cómo funciona, me dijiste que viste el futuro, ¿cómo funciona? — preguntó Emilia
— No sé… — confesó mientras se rascaba la cabeza inseguro. — Además Emilia. No puedo decirte la verdad pero si puedo disfrazarla… Yo no vi el futuro… yo lo viví.
— ¿Eh?, no entiendo… dices que viviste el futuro? — preguntó Emilia mientras su cabeza trabajaba a toda velocidad.
— Si, más o menos… lo siento, no puedo decirte la verdad completa por qué me lo impide una fuerza superior… — dijo con nerviosismo al recordarse de la mano. — Pero creo poder decirte mentiras disfrazadas de verdad.
Subaru vio a Emilia haciendo muecas en su cara en confusión. A Subaru le pareció lindo.
— Aver… ¿como te lo puedo explicar mejor..? — se sobaba la barbilla pensando. — Imagina que la habilidad se llama… mmm… “Luz”. Y ahora imagina un dragón de tierra que anda corriendo por el bosque… enfrente de él ve dos caminos y decide ir por la derecha. Avanza, pero cuando se adentra mas, se percata que hay una mabestia gigante que se la comerá…
—… Haa… suspiró de preocupación una infantil semielfo escuchando la historia.
Subaru se aguantó la risa viendo que Emilia se preocupaba por el dragón imaginario. ~ {Que linda} ~ pensó
— Automáticamente se activa “Luz” y se encuentra de nuevo enfrente de los dos caminos. — terminó su explicación Subaru. —¿Entendiste Emilia-tan?
— Umm… si, entiendo un poco mejor. — dijo asimilando lo que le decía el chico. ~ {Por lo que entiendo según la historia… Subaru era el dragón, avanzó al bosque en este caso, la casa del botín. Se adentró y se encontró a una mabestia, en este caso a Elsa. Automáticamente lo envió de regreso donde se encontraba los dos caminos. Subaru dijo que vivió el futuro y que no puede decir la verdad solo lo encubre con mentiras… lo que quiere decir que…} ~ abrió los ojos de par en par entendiendo el mensaje. ~ {Subaru no vivió el futuro… vivió el presente y lo enviaron al pasado…}
El chico de mirada malvada veía como a Emilia se le torcía la cara pensando y llegando a la respuesta que ella pensaba que era la correcta.
— ¿Emilia-tan? — preguntó
— ¡Ah!, Subaru perdón. Estaba pensando y creo que ya entendí. Lo que quiere decir es que tú…
— ¡SHHHHHH! — le abalanzó Subaru a Emilia tapándole la boca. — ¡No lo digas, es peligroso!.
Emilia abrió los ojos de par en par recordando el estado de Subaru al intentar decirle la verdad.
Sintió la mano de grande de Subaru cubriendo su boca y un cosquilleo en su estómago surgió mientras su cara se calentaba.
Subaru al ver la reacción de Emilia se percató de lo que estaba haciendo y rápidamente la soltó igual de sonrojado.
— Perdona Emilia-tan… no quise incomodarte…
— Subaru tonto… no me incomoda que me toques…
Subaru al escucharlo se puso nervioso y muy rojo. Parecía un par de idiotas jóvenes enamorados.
Emilia que se percató de lo que dijo se tapó la boca de golpe. Tenía ganas de saltar del carruaje en movimiento.
— ¡No Subaru!, No quise decir eso, yo solo quería decirte que no me incómodo que pusieras tu mano en mi boca… ¡No!, eso tampoco, nada más yo… eh… yo. — decía frenéticamente mientras agitaba las manos nerviosa.
— Pufff ¡JAJAJAJAJAJAJA! — Subaru soltó una carcajada por lo absurdo de la situación.
Emilia lo vio con un puchero indignada de que Subaru se volviera a reír de ella. — ¡Deja de burlarte zoquete! — gritó sonrojada
— No me estoy burlando… y ya nadie dice “zoquete” un en día Emilia-tan. — dijo mientras sonreía de diversión.
— Subaru tonto.
— Lo siento — dijo calmándose — Pero me creo que ya lo entendiste. ¿Crees que soy un loco delirante?
— Mmm si eres raro… pero te creo — confesó la chica de cabello plateado.
— No sé si sentirme alagado u ofenderme de que me llamaras raro — dijo con una sonrisa en su rostro — Pero gracias por creerme. De verdad que no sabía cómo explicarlo ni siquiera sabía si podría.
— Subaru, ¿Quién te dio ese poder?
— La verdad es que no sé, antes de hoy ni siquiera sabía que lo tenía. — contestó el chico
— ¿Cuándo?…
— ¿Eh?… ¿Cuando qué, Emilia-tan?
— ¿Cuáles fueron tus dos caminos en la historia del dragón? — preguntó intentando no revelar nada pero que Subaru entendiera.
Subaru abrió los ojos de sorpresa al entender la pregunta. ~ {Sin duda Emilia-tan es muy inteligente} ~ confesó en sus pensamientos.
— En la fuente que nos presentamos… te acuerdas cuando…
— Cuando te quedaste en shock… — Emilia por fin entendió por completo el comportamiento extraño que mostró Subaru desde ese momento.
— Exactamente.
— Subaru, es un poder maravilloso… puedes usarlo para muchas cosas. — dijo una alegría en su voz
— No Emilia… no quiero usar ese poder. — dijo con una voz seria y con el ceño fruncido.
— Pero Subaru… es muy poderoso.
— No te conté toda la historia del dragón… — dijo mientras miraba por la ventana. — Cuando el dragón regreso a los dos caminos, sufrió… le dolió mucho y sintió que una parte de él se iba… perdió el proceso del camino por la derecha y todos los momentos buenos.
— oh Subaru… lo siento, no sabía… — dijo con culpa y tristeza. Entendió todos los momentos serían borrados y que solo el recordaba. Y además se sintió muy mal al escuchar que le dolió mucho, no sabía cómo funcionaba pero se veía que sufría mucho.
— No te preocupes Emilia-tan, gracias por escucharme y creerme. — sonrió tristemente.
— Pero no estás solo Subaru… te prometo que estaré contigo, no tendrás que cargar con todo tú solo, puedes apoyarte en mi. — dijo con dulzura.
— Eres increíble Emilia-tan. Yo… prometo que estaré contigo de la misma manera. — contestó con una sonrisa sincera.
Ambos se miraron a los ojos mientras el tiempo parecía detenerse. Ambos corazón latían al unísono mientras un vínculo inquebrantable se formaba entre dos personas que lo habían perdido todo pero que encontraron un lugar seguro el uno del otro.
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El carruaje se detuvo mientras la pareja se habían acomodado sentándose al lado del otro. Se escuchaban pequeños ronquidos adentro del carruaje.
Subaru tenía su cabeza apoyada en el brazo de Emilia mientras dormía, mientras que la cabeza de la semielfa descansaba en la cabeza del chico.
Después de su larga charla, Subaru se sentía tan cansado que se quedó dormido sentado mientras su cabeza se tambaleaba de un lado a otro.
Emilia lo vio y sin pensarlo dos veces se sentó a su lado y apoyó la cabeza del chico en su hombro para que estuviera más cómodo. Al poco tiempo ella misma cayó dormida apoyándose en el chico.
La sirvienta rosa se bajó de su lugar de conductor y fue inmediatamente a informarle a la pareja que ya habían llegado a su destino.
— Señoría Emilia… despierte. — dijo Ram mientras le tocaba la mejilla en función de despertarla.
Vio que no tenía síntomas de despertar. Ella sabía muy bien que la señora semielfa era una dormilona. Tardaba horas en despertar, siempre tenía que levantarla con agua sobre su cara. Lastimosamente para ella, ahora no tenía agua.
Pero Ram no se preocupó, al contrario, sonrió de felicidad. Ella tenía un plan, un plan divertido. Vio a la persona que estaba durmiendo al lado de la señorita Emilia y sonrío de como nunca lo había hecho.
Also su mano extendida al cielo dejándola caer con fuerza hacia la mejilla del chico dormido. Se escuchó un “¡SLAP!”
— ¡¡¡Ayyyyyyyy!!!, ¡dueleeee, quemaaaaa! — gritó el chico que se levantó de un salto mientras se sobaba la mejilla.
Emilia sin dónde apoyarse cayó al suelo haciendo que despierte.
— ¡JA!, eres un llorón Barusu, solo te toque un poco la mejilla y ya estás quejándote. — dijo con una sonrisa de orgullo.
— ¡Tuuuuu! — gritó con ira mientras la apuntaba con su dedo — ¡¿Porqué me pegaste?, ¿no sabes que hay mejores maneras de despertar a las personas!?
— Solo fue un golpecito de una bella dama, no te quejes Barusu y agradece que mi mano tocó tu asquerosa cara — dijo con una sonrisa de victoria.
— Subaru, Ram, ¿por qué gritan? — dijo una somnolienta Emilia que no se había percatado de la escena.
— Nada Emilia-tan… está pequeña demonia rosa quiso gastarme una broma — dijo mientras miraba con enojo a la orgullosa doncella rosa.
— Así es señorita Emilia… el miserable de Barusu no aguanta una pequeña broma de la amable Ram.
— ¡Tú!… — dijo Subaru apretando los dientes. — ¡Me las pagaras demonio rosa!
— Ram esperará la patética venganza de Barusu, ¡JA! — dijo mientras se cruzaba de brazos.
— Ram, ¿ya llegamos? — preguntón Emilia mientras se recomponía la ropa.
— Así es señorita Emilia — afirmó — Todavía es de noche así que le aconsejo que vaya a dormir. No se preocupe por Barusu, lo dejaremos en el establo de dragones .
— ¡¿Qué?!, ¿en el establo?… bueno, la verdad es que no es el peor lugar donde he dormido. — dijo Subaru indiferente
— ¡Ram!, Subaru es mi invitado, así que llévalo a un cuarto, por favor. — ordenó algo molesta.
— Como usted desee señorita Emilia. — dijo haciendo una reverencia. Rápidamente se salió del carruaje y se dirigió a la mansión que tenía adelante.
Subaru bajó primero y como todo un caballero le ofreció una mano para que bajara. Emilia sonrió y agarró su mano mientras bajaba.
Al frente de la pareja estaba una mansión gigante. Para Emilia era el lugar donde había pasado los últimos años. Para Subaru era un nuevo lugar donde tal vez, solo tal vez, encontraba un hogar.
La pareja que todavía se sostenían de la mano camino hacia la mansión sin saber todo lo que el destino les tiene guardado.
Notes:
Notas: aquí termina el arco 1 de este fanfic.
-Se que muchas no tienen sentido ni se parecen al canon pero esta historia no deja de ser un fanfic y tomo diferentes decisiones para que no sea repetitivo.
-Quise hacer a Emilia un poco menos tonta y que tomara más el protagonismo, no tanto como Subaru pero obviamente será la segunda más importante.
-Sé que quizás Subaru no podía contar ni siquiera un poco de sus bucles, pero quise cambiar un poco al canon oficial, ya que como expliqué, quiero que Emilia no sea nada más una damisela que tengan que proteger.
-Perdón de antemano por las explicaciones que dio Subaru de la espada de la vida y a Emilia de su poder. No encontraba la manera de explicarlo y no sentí que quedara bien. Espero que se entienda.
Gracias por leer
Chapter 9: UNA PETICIÓN INESPERADA
Chapter Text
La mañana amaneció clara sobre la mansión Mathers. El sol, todavía suave y dorado, se extendía por los jardines como un velo cálido, iluminando las rosas que aún conservaban gotas de rocío. Una brisa ligera cruzaba el campo abierto que rodeaba la propiedad, llevando consigo el aroma fresco de los árboles y el canto de pequeños pájaros que despertaban entre las ramas.
En el interior, los largos pasillos de mármol quedaban bañados por haces de luz que entraban por los ventanales altos, creando destellos sobre los candelabros y las molduras. El silencio era profundo, casi solemne, roto solo por el eco distante de la mansión acomodándose al amanecer: el crujido de la madera, el leve susurro de las cortinas moviéndose con el viento.
En un cuarto de dicha mansión, se encontraba un niño de mirada malvada. El día de ayer llegaron a la mansión cuando todos estaba durmiendo. Emilia se despidió para ir a su cuarto a seguí durmiendo.
Subaru tuvo la mala suerte que Ram le mostrara donde iba a dormir. Primero estaba intentando convencer a Emilia que podía dormir en los establos, Subaru la vio con fastidio pero no se quejó ya que para él dormir en esos lugares era muy común.
Cuando Emilia se negó rotundamente, no tuvo más opción que aceptar, Ram preparó la habitación de Subaru no sin antes insultarlo incluso por qué respiraba.
Ambos entraron en un juego de insultos pero que al final, a su manera se la pasaban bien.
Subaru se encontraba en la cama acostado, disfrutando de la suavidad de una cama. No sé acuerda cuando fue la última vez que había dormido en algo tan cómodo, para Subaru sentía que estaba en las nubes ahora mismo.
Pero no duró mucho. No por que lo fueran a despertar, más bien era por qué ya estaba acostumbrado a levantarse temprano y empezar su día con su estiramiento llamado “Radio Calistenia”. Había pasado toda su vida en este mundo haciendo la misma rutina, era un método de estiramiento pero también lo hacía acordarse de su otro mundo.
Decidió levantarse, tenía una bata puesta. Ram le dijo que se cambiara de ropa ya que no quería que ensuciara la cama, ya que no quería tener que hacer más trabajo.
{Toda una perezosa}, pensó Subaru cuando escuchó las quejas de la criada. Salió con su bata y una sandalias, llevó su ropa y bufanda con el al jardín ya que la tenía que lavar su ropa.
Camino por los pasillos, se perdió muchas veces, camino por un largo rato, ya que la mansión era muy grande y casi todos los pasillos eran iguales. Subaru se preguntaba cómo la gente puede vivir en lugares así y no perderse.
Siguió caminando hasta que vio las escaleras de la entrada, las mismas que recordaba de ayer cuando entró por primera vez. No puso casi nada de atención ya que estaba muy cansado de todo el trabajo que tuvo ayer… bueno, prácticamente fueron dos días contando el bucle.
Salió al jardín, el aire fresco ondeaba su cabello que ahora cubría su frente. Vio un amplio jardín, Subaru pensaba que podrían hacer 2 canchas de futbol por lo grande que era.
Camino por el amplio jardín buscando un buen lugar para hacer sus estiramientos y lavaba su ropa. Subaru nunca había permanecido en un hogar y el único que tuvo en este mundo fue hace 7 años, así que tenía un poco de vergüenza preguntar si podría usar el lugar donde lavaban la ropa los demás.
Vio una mesa con sillas a su alrededor, decidió que era un buen lugar y se dispuso a ir hacia allí. rápidamente dejó su ropa y sus sandalias, quedándose nada más con su bata y descalzo.
Empezó sus estiramientos matutinos como siempre lo hacía, con un “Victoria” al final de cada uno.
Después que terminara todo sudado, se dispuso a lavar su ropa y su bufanda. Ocupó magia de agua, viento para lavar su ropa, creando agua e hizo un remolino de viento pequeño para lavarlo.
Después que termina de lavarla, usó magia de viento y magia de fuego para secarla, formando un pequeño tornado caliente, lo suficientemente bajo para no quemarla y alta para secarla rápido.
Después que su ropa y bufanda estuviera limpia y seca, se dirigió de regreso a la mansión, directo al baño que estaba en su cuarto para tomarse un baño, algo nuevo para Subaru. Tenía pensado bañarse como siempre lo ha hecho, igual que su ropa, pero ya que tenía un baño lo iba a aprovechar
Camino feliz por los pasillos, con su ropa ya limpia y lista para ponerse. Todavía no había nadie despierto, o eso creía Subaru.
No se dio cuenta que un par de ojos azules lo miraban con un aura asesina, dispuesto a matarlo sin pensar en las consecuencias.
Subaru encontró su cuarto después de pasar minutos buscándolo, perdido otra vez. Se dio una ducha que casi lo hizo llorar de felicidad, se colocó su ropa de siempre con su bufanda, sus zapatos negros, su collar y su espada en la cintura que nunca olvida.
Ya que estaba listo, decidió dar un paseo por los pasillos, turisteando el lugar, esperando a que Emilia-tan se despertara y le preguntara si podía hacer algo para ayudar.
Camino por los pasillos viendo cuadros, floreros pero algo sintió que no iba bien. Vio el mismo cuadro muchas veces, sentía que estaba en un pasillo infinito sin salida.
— Pero… ¿que estaba pasando? — se preguntó algo confundido — ¿Es uno de esos lugares donde tengo que encontrar un puzzle y solucionarlo para poder avanzar?
Siguió caminando examinando todo a su alrededor buscando algo que podría utilizar, y lo encontró.
Sintió algo en una puerta, una extraña sensación que lo atraía a ella, rápidamente se dispuso a ir hacia la puerta. Ya estaba parado agarrando la manija de la puerta, abrió lentamente la puerta.
Se quedó mirando por un rato mientras su cabeza captaba lo que veía, una biblioteca, no, eso era un error… una Gran Biblioteca con cientos de libros en las estanterías que estaban a cada lado haciendo un pasillo. Pero eso no fue lo que más sorprendió a Subaru.
En medio del pasillo se encontraba una niña, parecía una muñeca antigua colocada con demasiado cuidado en medio de la biblioteca. Su cabello rubio, dividido en dos coletas enormes que caían con la forma taladros doradas, estaba adornado por lazos rosados que casi brillaban bajo la luz de las lámparas. Sus ojos, de un azules profundo y delicado, con un iris con forma de mariposa rosada, observaban el mundo con una mezcla de fastidio y nobleza que no concordaba con su diminuta estatura,
Llevaba un vestido rosado lleno de volantes y bordes blancos, tan elaborado que cada pliegue parecía pertenecer a una noble de un cuento de hadas. A pesar de su apariencia infantil, su porte era firme, casi altivo, como si incluso el aire a su alrededor estuviera obligado a seguir sus reglas.
— ¿Qué haces aquí niña… te perdiste? — preguntó Subaru preocupado.
— ¿A quién llamas “niña”? — dijo la niña. — ¿Y qué hace un humano irritante en la biblioteca de Betty?
— Estaba buscando la salida de un pasillo infinito, abrí la puerta y te encontré aquí. Además, ¿que haces aquí? ¿Te perdiste?
— ¡No me he perdido niño idiota! — gritó una molesta loli — Tú fuiste el que vino a interrumpir a Betty de su lectora, supongo
— Oye oye… no fue mi culpa de acuerdo. Además no es de buena educación gritarle a los mayores niña, ¿que acaso no te enseñaron modales?
— ¡¿Que le acabas de decir a Betty?! — gritó perdiendo la paciencia. — Betty no es una niña supongo… Betty es mucho mayor que tú de hecho.
— ¡Pero si eres una loli, no puedes ser mayor que yo! — gritó el chico frustrado
— ¿Qué es una loli? A Betty le parece un insulto, de hecho. Bueno no importa, ¿que quieres de Betty mocoso? — preguntó la niña intentando calmarse.
— La verdad es que nada. Cómo te dije, estaba caminando por un pasillo infinito, sentí esta puerta extraña y entre. No sabía que había una niña de mal humor aquí. — respondió Subaru.
— ¿Y quién eres tú?, me imagino que eres el invitado de la niña tonta de Bubby, supongo.
— ¡Oye, no le digas tonta a Emilia-tan!… — giró indignado — pero si, soy su invitado.
El niño sonrió con orgullo. Este era el momento favorito cuando conocía a una persona.
Con un dedo apuntando al cielo y el otro brazo en su cadera, con una pose ridícula se presentó.
— ¡Mi nombre es Natsuki Subaru… un ignorante de pies a cabeza pero que intenta mejorar… mucho gusto! — se presentó el tonto chico.
La niña taladró lo vio con cara de pena, no por el, más bien por ella de ver semejante acto de estupidez.
— Que patética presentación, supongo.
— ¡Ouch! ¡Mi corazón se quiebra por tus palabras niña taladro — dijo dramáticamente Subaru mientras se agarraba el corazón.
— Deja de hacer el tonto y vete supongo. Solo haces perder el tiempo de Betty, de hecho.
— Yo pensé que nos estábamos llevando bien… además, ¿no se quien eres? ¿Eres hija de ese tal Roswall? — preguntó el chico con curiosidad.
— ¡Claro que no! ¡No involucres a Betty con ese fetichista!.
— Perdón perdón… no sabía que te llevaras mal con ese tipo. La verdad es que no lo conozco así que no sé cómo será… — confesó Subaru. — Pero entonces, ¿Quién eres?
— Tú, humano… tendrás el honor de saber el nombre de Betty, supongo — contestó la orgullosa niña — Yo soy la guardiana de la gran biblioteca y el gran espíritu del Yin, Beatrice. — se presentó la orgullosa espíritu.
El niño que escuchó la presentación se quedó sorprendido al escuchar a la niña siendo una gran espíritu. {Vaya suerte la mía al toparme con otro gran espíritu } pensaba Subaru.
— Así que eres un gran Espíritu… — susurró.
— ¡¿Porqué pones esa cara a la presentación de Betty?!, ¡¿no piensas respetar a la gran Betty, supongo?! — preguntó fastidiada pero también con curiosidad al ver al niño actuar así.
— Oh, no… perdón no era por ti, lo prometo — contestó rápidamente con nerviosismo — Es que solo tengo malas experiencias con los espíritus… no fue mi intención
— Más te vale humano insensato, o si no Betty te tendría que poner en tu lugar, supongo.
— vale vale, lo entiendo. — respondió el niño con una sonrisa.
—…Hmph… — resopló orgullosa la pequeña Beatrice. — Déjame extraer un poco de Maná para que dejes a Betty en paz, supongo.
— ¿Eh? ¿Para qué quieres extraerme Maná? — preguntó algo preocupado el niño de otro mundo.
— Para saber si eres un enemigo, supongo. — respondió sin titubear.
— ¿Dolerá? — preguntó con una pizca de miedo en su voz.
— Un poco. Deja de ser llorón y acércate, de hecho.
Subaru a regañadientes se acercó. No tenía nada que temer ya que sabía que no era un enemigo pero el miedo al dolor lo hacía temblar.
Beatrice resopló de fastidio por el niño. pero ella tenía que cumplir su parte, aunque se miraba que este chico no tenía malas intenciones, tenía que cumplir el contrato. Se acercó y extendió su mano para tocar el estómago del chico.
Subaru suelto un pequeño grito de dolor, lo intentó disimular ya que no quería que esa loli se burlara de él. Aguanto hasta el final como un hombre, o eso era lo que se decía mentalmente para motivarse.
Beatrice abrió los ojos de par en par sorprendida. Lo que sintió no era normal, tenía una gran cantidad de reservas de Maná, quizás igual al payaso. Eso la dejó en shock, ya que aunque Roswall no era una presencia que a ella le agradara, sabía que ese fetichista era sumamente poderoso y una anomalía entre las anomalías.
Y ahora enfrente de ella había otro. Además de la gran cantidad de Maná, tenía un portal multicolor, mejor dicho de 6 colores… pero era diferente, raro, anormal… 5 de esos 6 colores eran más bien, impuesto, como si los 5 elementos restantes se lo hubiera pegado a su puerta a la fuerza, y su verdadero elemento, una parte se siente distinta, como si fuera de otra persona.
— ¿Tú, chico… como es que tienes afinidad a los 6 elementos pero no naciste con una puerta multicolor supongo? — preguntó la desconcertada espíritu
— …Oh… ya entiendo… — dijo con tristeza.
Subaru sospechaba que eran por el sacrificio de sus espíritus… {“Una parte de nosotros estará en ti”}, se acuerda de las últimas palabras de sus espíritus.
Al principio no entendida, más bien, no quiso entender. Todavía estaba destrozado por la pérdida de sus amigos, sonreía por fuera, pero por dentro sentía un gran vacío. Pero lo entendió rápidamente, sus espíritus se había unido su puerta a la fuerza para sacar a Petelguese de su cuerpo. Lo entendió cuando todavía podía seguir lanzando hechizo de diferente elemento sin necesidad de que ellos estuvieran.
Para muchos, el simple hecho de tener una gran cantidad de Maná y afinidad con las 6 elementos sería la mayor bendición, pero para Subaru fue una cadena que lo asfixiaba, ya que dicho poder fue a costa del sacrificio de su familia.
Subaru también se preguntaba el por qué resultó así. Por lo que había entendido, era un milagro lo que le había sucedido. No había escuchado de nadie que haya hecho algo imposible como potente los 6 elementos sin nacer con ellos.
Subaru pensaba que lo más seguro sería que fuera por su excepcional afinidad con los espíritus. Por lo que le dijeron sus espíritus, Subaru era el ser humano que tenía la mayor afinidad espiritual que ellos hayan visto. La mayor prueba eran sus espíritus menores, supuestamente se llevan años, décadas para que los espíritus evoluciones pero con Subaru no fue así.
Gracias a su afinidad absurdamente alta, en 5 años alcanzaron ser espíritus completos, nadie ha podido hacer un acto tan milagroso, supuestamente en unos 20 años iban a poder ser grandes espíritus, algo increíble ya los grandes espíritus tardaron incluso más de 100 años en poder ser grandes espíritus.
Beatrice vio la cara del chico, mostraba una cara de confusión pero también una profunda tristeza, ella sabía que el chico si sabía lo que pasó para que este fenómeno ocurriera pero también era consciente que era una mala experiencia del chico.
— No hace falta que le diga a Betty, supongo. Puedes irte y dejarme en paz, de hecho. — dijo con una voz autoritaria
Subaru entendió lo que la niña estaba haciendo, sonrió cálidamente ante la niña espíritu.
— Gracias, ya me voy… no te preocupes, te visitaré seguido, así que espérame — dijo guiñando un ojo.
— Que te hace creer que Betty quiere que la vengas a molestar, supongo.
— Nada. Simplemente… quiero ser tu amigo Beako — contestó el chico antes de cerrar la puerta.
Beatrice quería protestar, todo está mal, y la forma en llamarla era un insulto para un gran espíritu.
— ¿Quieres ser mi amigo? — susurró todavía desconcertada por dicha estupidez. — Tonterías… Betty no necesita amigos… yo solo… — dijo mientras sus ojos se humedecían. — Madre… por favor ayúdame, no se que hacer y si él es… ¿Y si ese niño es “esa persona”? —
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— …fiu… pensé que me mataría, salí lo más rápido que pude — dijo mientras se secaba el sudor — Eso fue un poco… raro… Pero bueno, la loli taladro es buena persona, solo un poco Tsundere — hablaba consigo mismo analizando la situación.
Camino por los pasillos perdido en sus pensamientos, escucho una voz que el reconocía, un tintineo de campanas de plata.
— ¡Subaru tonto! — gritó mientras se acercaba rápidamente. — Te estuvo buscando por toda la mansión… pensé que te habías ido. — dijo con timidez pero tristeza en su voz
— Oh Emilia-tan — dijo alegre el chico — Claro que no me iría, no podría dejarte después todo.
La semielfo sintió una pulsada en el corazón que la hizo sonreír inconscientemente.
— Me alegro que no te hayas ido… ¿pero dónde estabas Subaru?, te busqué por todos lados.
— Si jejeje, es que estaba en una biblioteca con una loli taladro, Beatrice. — contestó sonriendo frotándose la nuca.
— ¡¿Eh?! ¿Encontraste a Beatrice? — preguntó sorprendida la semielfo.
— Bueno, más bien creo que ella me encontró… estuve caminando por un pasillo infinito hasta que abrí una puerta y allí se encontraba Beako. — respondió
— Si, estuve un hechizo de Beatrice, pero me sorprende que haya dejado que entrarás en su biblioteca. Aparte de Puck, no deja a nadie que entre a menos que sea algo importante. — dijo Emilia — ¿Beako? ¿Que es eso?
— No fue para tanto, creo que solo quería saber si era un enemigo, nada más… y Beako, es el apodo que le puse a la niña espíritu. — respondió con una sonrisa
Emilia hizo un puchero, ni ella sabía por qué se sentía así. Quería que solo a ella le pusiera apodos, pero ahora ya tiene Beatrice uno. Movió la cabeza frenéticamente para quitarse esos pensamientos de chica mala.
— Ya veo…
— Bueno Emilia-tan, ¿porqué me buscabas? ¿Necesitas que te ayude en algo? — preguntó el chico de mirada malvada listo para ayudar a su amiga sintió era necesario.
— …Eh… yo… Bueno… — tartamudeo sin poder hablar. — Yo… yo solo quería saber si estaba bien… claro eso era. — mintió. Pero ella era muy mala para mentir — No era por que quería verte y hablar contigo, eso no era en absoluto.
Estaba muy nerviosa, no sabía el motivo por el cual se levantó muy temprano, ella siempre fue muy mala para despertarse, por veces dormía hasta el mediodía. Pero hoy sintió mucha energía y alegría cuando se despertó y lo primero que pensó fue ir a buscar a Subaru.
Subaru se rio entre dientes al ver los patéticos intentos de mentiras de la semielfo, le pareció adorable ver como se esforzaba en mentir.
— Te creo Emilia-tan, se ve que dices la verdad — dijo sarcásticamente con una risita burlona.
— ¡Subaruuuu! — dijo la sonrojada semielfo.
— Quieres enseñarme la mansión, me levanté temprano pero me perdía con facilidad… una buena guía me vendría bien. — dijo con un sonrisa amable — Y así podremos hablar y divertirnos.
— ¡Sí! Me encantaría. — dijo Emilia emocionada
— Me alegro. Emilia-tan, ¿y Puck? No lo he visto, ¿no está despierto? — preguntó con curiosidad.
— Oh, Puck todavía no despierta. Es muy temprano, vendrá pronto no te preocupes. — contestó.
— Ya veo. Bueno Emilia-tan, ¡no perdamos más el tiempo! — dijo un entusiasmado Subaru con el pulgar en alto.
— Jejeje tonto.
Pasaron un largo tiempo caminando mientras Emilia le mostraba los lugares importantes. Le mostró primero donde se encontraba el cuarto de ella, para sorpresa de Subaru, no se encontraba muy lejos que el suyo.
Después siguieron caminando por los pasillos, habían muchos cuartos de invitados que nada más omitían, le enseñó donde se encontraba la cocina por si quería preparar o comer cualquier cosa que él quisiera. También le explicó que habían sirvientas a las cuales les podía pedir que le prepararan comida si el quisiera.
Obviamente Subaru se negó rotundamente en sus pensamientos, no podría molestar a los demás con temas tan banales. Además, Subaru sabía que Ram era una sirvienta, el simple pensamiento de pedirle a ella un favor de esos, lo hizo sentir escalofríos. Pero no le dijo nada a Emilia ya que sabía que ella se molestaría con él.
Siguieron caminado, le mostró el comedor, la oficina de Roswall aunque obviamente no entraron, terminaron su recorrido en el jardín, en la misma banca donde Subaru había estado antes.
— No entiendo de qué sirve un lugar tan grande para vivir — comentó Subaru mientras se sentaba en la banca viendo el jardín
— Bueno, Roswall es un noble de gran estatus, tiene una reputación que cuidar. Además de mucho dinero. — contestó Emilia que se sentó al lado de él
— Pero eso no lo explica, bueno, los nobles y sus cosas de nobles supongo. — dijo el chico con cansancio. — ¿Y tú Emilia-tan? ¿Eres una noble o porqué vives en una gran mansión?
Subaru cuando vio a Emilia sospecho que era una noble por sus vestimentas, pero su actitud era muy diferente a los nobles, ya que la mayoría eran niños nacidos en cunas de oro, engreídos, egocéntricos y que se creían los dueños del mundo. Pero Emilia era una persona genuinamente amable, bondadosa, una chica que ayuda a los demás sin pedir nada a cambio, muy distintos a los nobles.
— No, yo no soy una noble, yo antes vivía en un bosque sola con Puck. — contestó un poco desanimada.
— Me imagino lo sola que estuviste Emilia-tan. — respondió con tristeza.
— Si… bueno, al principio sí me sentía muy mal, ya que no entendía el por que todos se alejaban de mí y me odiaba. Conforme pasó el tiempo me dejó de importar y me acostumbre a vivir sola. Hasta que Roswall me encontró y me dijo que viniera a vivir aquí. — confesó la semielfo de cabello plateada mientras miraba el jardín.
— Emilia-tan…
— No pasa nada Subaru. Creo que con el paso del tiempo, todo fue mejorando, creo que eso es lo que importa. — dijo con convicción en su voz.
— Pero no está bien… lamento que hayas tenido que pasar eso. — dijo el chico con tristeza.
— Yo también… pero es lo que merezco por parecerme a la bruj…
— ¡SILENCIO! — gritó Subaru con frustración.
— Subaru… — dijo la semielfo sorprendida por el arrebato del niño.
— ¡Que acaso eres tonta? ¿O eres idiota? Creo que simplemente eres tonta! — gritó. — ¡¿Como puedes decir que es tu culpa por parecerte a esa tipa? ¿Acaso tú pediste nacer con esa apariencia?!
Subaru estaba lleno de ira, no por Emilia, más bien, con el mundo que tuvo que soportar para que una chica tan increíble como ella tuviera que vivir su vida odiándose solo por su apariencia.
Emilia intentó interrumpirlo y explicarle que todo era su culpa, si no salía del bosque Elior todo las personas estarían mejor. Si no hubiera nacido el mundo sería un lugar mejor. Eso era lo que creía Emilia que significaba su existencia… una maldición que no tuvo que existir. Cuando iba a levantar la voz, las palabras de Subaru la dejaron en silencio.
— ¡¡¡La culpa es de esos idiotas que te insultaron nada más por parecerte a esa bruja! ¡Tu solo eres una persona normal que intenta vivir una vida normal!!!
— …
— ¡¡¡No es tu culpa que la bruja destruyera el mundo, no es tu culpa que el mundo te odie por algo que no hiciste, no es tu culpa el querer vivir una vida normal Emilia!!!
— …
Suspiró intentando calmarse. Para luego hablar con suavidad — Ya te lo dije Emilia-tan, no eres ese monstruo, solo eres tú, no es tu culpa, así que deja de culparte por lo que los demás piense de ti y preocúpate por lo que realmente importa.
— …¿E… eso que sería? — preguntó con los ojos llenos de lágrimas.
— En las personas que nos importa Emilia-tan — dijo con suavidad mientras la miraba a los ojos. — Que seas tú misma con nosotros y hagas lo que tú quieras hacer, y si los demás te odian por ello… se las verán con mi espada. — dijo Subaru con una sonrisa genuina y divertida.
Emilia no sabía que decir, este chico le decía sin miedo todo lo contrario que el mundo le dijo. Llegó a pensar que todo era verdad, que el mundo estaría mejor sin ella, todo lo que hacía era hacer sufrir a los demás. Pero aquí estaba él, diciéndole que no. Que nada de eso era su culpa, que siguiera adelante.
Escuchar esas palabras para ella fue como si la herida un corazón golpeado, sanará por fin. Muchas veces había querido escuchar esas palabras, muchas veces tuvo la esperanza de que alguien llegara a su vida y le dijera que nada de eso era su culpa, y ahora lo tenía, nunca se permitiría dejarlo ir.
Se recompuso. Ya no vería para abajo, tenía que ser mejor… ya que él cree en ella.
— Subaru tu… Gracias — Dijo mientras se limpiaba las lágrimas — Desde que te conocí, me has tratado como una persona normal, me has ayudado, me has salvado y a la vez, todo ese mundo de soledad que una vez sentía… contigo desaparece. — dijo con una sonrisa genuina.
El corazón de Emilia era un torbellino de emociones, gratitud, felicidad, tristeza y sobre todo un sentimiento que predominaba sin que ella lo supiera.
— Sabes Emilia-tan yo también siento lo mism…
— …Huaaah… — Un bostezo interrumpió a Subaru. Vio como partículas de luces salían del collar de Emilia y formaban a un gato gris. — Buenos días Lía, dormiste bi… ¿Qué haces aquí mocoso? — preguntó Puck. No se había dado cuenta de la presencia del niño.
— ¿Eh? ¿Puck? — dijo el chico, no se acordaba del gato. — Pues estoy sentado nada más en el jardín de la mansión. — contestó inocente.
— Ya me doy cuenta donde estamos, mi pregunta es… ¿que haces aquí… en la mansión? — preguntó con un dejo de desagrado en su voz.
— Bueno verás… Emilia-tan me invito a venir después de la capital, acepte y aquí me tienes — dijo con una risita divertida.
— ¿Tan? ¿Que es eso?
— Oh… es un apodo que le puse a Emilia-tan… eso quiere decir que somos cercanos.
— ¡LÍA! — Gritó el gato volteando a ver a su hija sonrojada, lo que vio lo asustó. Sintió los sentimientos de su hija, esto iba más allá de la gratitud, más allá de la amistad, esto era…
— Puck yo…
— ¡Señorita Emilia! — se escucharon dos voces al unísono que venían de la mansión. — El amo Roswall acaba de llegar, quiere que llegue al desayuno y que lleve a su invitado. — dijo la sirvienta Rosa.
— ¿Eh? Roswall… supuestamente vendría el día de mañana… ¿Sabes por qué llegó hoy? — preguntó una confundida Emilia.
— El señor Roswall dijo que una cita fue cancelada. Vino inmediatamente al saber lo que pasó en la capital y a ver a su supuesto héroe. — ahora fue el turno de la otra sirvienta.
Subaru abrió los ojos de par en par al ver a la otra sirvienta. Era una joven de figura esbelta y delicada, con la piel tan pálida que parecía reflejar incluso la luz más tenue. Su cabello azul, corto y suave como el aleteo de una pluma, caía en un flequillo desigual que dejaba a la vista solo uno de sus grandes ojos color aguamarina, brillantes como cristales pulidos. El otro quedaba oculto tras un mechón perfectamente colocado, dándole un aire tímido y encantador.
Llevaba un pequeño adorno de flores blancas en el costado de la cabeza, junto a una cinta negra que mantenía su peinado en orden. Sus pestañas largas y finas contrastaban con la dulzura de sus rasgos, mientras que sus mejillas, ligeramente rosadas, completaban su expresión tranquila.
Su uniforme de sirvienta delineaba una figura femenina y bien proporcionada, con volantes impecablemente arreglados y una falda que se movía suavemente con cada paso. En conjunto, Rem daba la impresión de una chica frágil pero meticulosamente cuidada, como una porcelana azul que, aun en silencio, atrapaba la mirada de cualquiera.
Era como ver a una doble de Ram, solo que azul y tapándose diferentes ojos. Las criadas vieron la mirada perdida del chico por ellas y decidieron hablar.
— Hermana Hermana, el invitado te esta violando en su mente.
— Rem Rem, estás sufriendo una humillación en la mente del invitado
Dijeron las dos mientras se abrazaban temblando.
— ¡¿Eh?! ¡¡¡Eso es mentira, yo no estaba pensando cosas sucias de ustedes dos!!! — gritó Subaru rojo de la vergüenza y también indignado.
— jajajaja, eres un completo pervertido Subaru… ya vez Lía, tienes que alejarte de este tipo, es un peligro para las damiselas. — dijo Puck divertido por la situación, le encanta burlarse del chico que está robando a su hija.
— ¡Puck! ¡¿Como puedes decir eso?! — gritó el chico. — ¡Te juro que me vengaré, gato idiota!
— ¡Ya dejen de molestar a Subaru! — dijo una voz autoritaria pero también divertida a ver las reacciones del chico.
— Gracias Emilia-tan, se que siempre puedo contar contigo.
— Claro Subaru, eres un buen chico — dijo Emilia inocente.
— No sé si sentirme bien o sentirme mal por ser tratado como un perro — comentó el niño encogiéndose de hombros.
Emilia inclinó la cabeza confundida, ya que no entendió el comentario de Subaru.
— ¡Ja! Es lo que un Barusu se merece, ser un perro, nada más eso puede ser Barusu — Ram no desaprovechó la situación.
— ¡Ahora tú de nuevo, demonio rosado, todavía me acuerdo del golpe de ayer! — se dirigió con molestia.
— Que llorón, no aguanto un suave masaje de una hermosa doncella — dijo con una sonrisa orgullosa.
— ¡¿Suave golpe dices?! ¡Si casi me sacas un diente!
— ¡Jajajajajaja! Por qué me pierdo lo mejor… buen trabajo criada. — dijo Puck. Esto había sido una de las mejores noticias que había tenido el gato desde hace días.
— Claro, una sirvienta siempre tiene que hacer bien su trabajo — dijo mientras agradecía el cumplido, para luego ver a la víctima de los ataques — Ram tiene que poner a la basura, digo, a Barusu en su lugar. — dijo cruzándose de brazos con orgullo.
— …Tsk… ¡juro por mi vida que no me moriré hasta hacerlos pagar a los dos, par de idiotas!
— Disculpe mi intromisión, pero el señor Roswall nos está esperando. — dijo la criada azul con frialdad.
— ….Ufffff… Gracias Rem, por salvarme de este par de idiotas — dijo con cansancio.
Rem solo lo miró fríamente sin contestar, en sus ojos ocultaba un odio profundo hacia la persona que tenía enfrente.
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Las criadas se adelantaron, atrás de ellas se encontraba un chico vestido de negro, una semielfo de cabello plateado y un gato que iba en la cabeza de esta última.
Caminaban por los largos pasillos de la mansión, cuando Subaru sintió de nuevo algo extraño en la puerta. Rápidamente se acercó dejando confundida a la pareja.
Subaru sonrió, ya que sabía quién estaría atrás de la puerta. La abrió lentamente.
— ¡Beako! ¡Me alegro verte de nuevo! — dijo con una sonrisa en su rostro.
— …Tsk… ¿Qué haces aquí de nuevo molestando a Betty, supongo? — dijo la niña espíritu que se encontraba leyendo un libro.
— Vamos vamos Beako… creí haberte dicho que vendría a visitarte.
— Que irritante de hecho, Betty no te pidió que vinieras.
— Pero igual vine… así que podremos pasar el tiempo juntos Beako. — dijo con una sonrisa divertida, parecía un niño pequeño.
— ¿Y qué te hace creer que Betty quiere para tiempo contigo? Solo eres un mocoso molesto, de hecho.
— ¡Ay Beako! ¡Me duele que me digas eso! — dijo con exageración mientras se agarraba el pecho.
La niña loli ya estaba preparando un ataque para mandarlo a volar pero vio dos siluetas acercarse
— ¡¡¡Bubby!!! — dejó todo comportamiento tsundere atras, ahora parecía una niña que acaba de ver llegar a casa a sus padres.
— ¡Betty! Te extrañé mucho, ¿cómo has estado? — preguntó el gato mientras se acercaba a la niña espíritu.
— Te extrañé Bubby, ahora te quedarás conmigo para jugar — dijo mientras lo abrazaba
— Claro… ahora nos quedaremos aquí por mucho tiempo, así que tendremos tiempo para estar juntos.
— ¡Siiii! — chilló Beatrice.
— ¿Eh? Parece otra persona — comentó Subaru. Tenía una cara decaída
— No te preocupes Subaru — dijo la Semielfo — Beatrice solo con Puck actúa así.
— Eso veo… Oye Beako, ¿quieres ir con nosotros al comedor? — preguntó el chico mientras veía la escena de los espíritus.
— Por qué Betty tendría que ir a ese lugar? Betty solo quiere pasar tiempo con Bubby, de hecho.
— Claro… sabes, Emilia irá a com nosotros, eso quiere decir que Puck también vendrá… ¿No quieres pasar más tiempo con Puck? — dijo con una sonrisa de orgullo. Ahora sabía el punto débil de la loli.
— Claro Betty, vamos… así podremos jugar juntas. — se unió el gato.
— Solo por que Bubby quiere, supongo.
Subaru logró sacar a la pequeña loli tsundere de la biblioteca para sorpresa de Emilia, ya que nadie había podido sacar a Beatrice de ese lugar.
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Emilia y Subaru ahora se encontraban sentándose, enfrente había una gran mesa, hecha para más de 20 personas. Los espíritus se encontraba algo lejos mientras jugaban, solo la pareja de humano y semielfo se encontraban sentados uno al lado de otro mientras esperaban al señor de la mansión.
— Bueno,~ señorita Emilia,~ es uno placer~ verla con buena salud — habló una voz melodiosa.
Subaru ya no sabía que pensar de esta mansión, primero, una sirvienta rosa orgullosa y grosera. Después un espíritu loli tsundere que siempre estaba de mal humor. Una criada azul que lo miraba con ganas de matarlo. Un gato celoso, una semielfo y ahora…
Un payaso… Un hombre alto y delgado, de piel muy pálida y rasgos elegantes. Su cabello es largo y azul oscuro con un mechón amarillo que cruza su rostro. Sus ojos son heterocromáticos: uno amarillo y uno azul. Viste un traje llamativo de colores púrpura, azul y rojo, con maquillaje que acentúa su expresión extravagante, en pocas palabras… un payaso.
— Roswall, me alegro de verte… espero que te encuentres bien. — dijo la amble semielfo con una sonrisa.
— Gracias~ señorita Emilia — inclinó la cabeza un poco. Después voltio la mirada al niño frente a él — Me imagino~ que él debe ser el héroe~ que la ayudó a recuperar la insignia — dijo con una sonrisa inquietante.
El mago de la corte veía al chico de pies a cabeza, examinando cada detalle, quería conocer bien a la persona que sería su socio del crimen.
— Es cierto… el es Subaru, mi amigo y la persona que me ayudó a recuperar mi insignia. — asintió con una gran sonrisa Emilia.
— Vamos Emilia-tan… no es para tanto… — dijo un poco sonrojado de la vergüenza.
— ¡Subaru! Lo que hiciste fue increíble, tienes todo el derecho de sentirte orgulloso señor — regañó al chico jalándole la oreja.
— ¡Ay, ay! ¡Entiendo, por favor suéltame! ¡Duele! — gritó mientras se escapaba del agarre de la semielfo.
— Eres muy humilde ~ Natsuki Subaru… para~ alguien tan famoso~ me esperaba algo más… orgulloso — dijo Roswall con su sonrisa que no desaparecía mientras se sentaba.
— ¿Eh? ¿Me conoces?
— Claro,~ es imposible no saber ~ acerca de la leyenda.
— ¿Yo? ¿Leyenda? — preguntó incrédulo — Es demasiado… no he hecho nada que lo merezca. Es mi trabajo.
— te subestimas~ Subaru… un héroe~ que e está al nivel~ de él Santo de la Espada, Reinhard Van Astrea. — dijo con su voz cantarina mientras sonreía.
— ¡¡¡QUEEEEE!!! — gritó Subaru levantándose de la silla en shock. — ¡¿Reinhard es el famoso Santo de la Espada?!
Toda la sala se quedó en silencio. Incluso Roswall había perdido su sonrisa y los espíritus lo miraban incrédulos.
— ¿Subaru? ¿No sabías que Reinhard era el santo de la espada? — preguntó la chica con los ojos abiertos de la sorpresa.
— Qué tan idiota puedes ser, supongo — dijo la niña espíritu, no era una pregunta, era una afirmación.
— Bueeeeno~ esto es interesante. — dijo Roswall que su sonrisa de come mierda regresaba.
Subaru estaba en shock, hace solo un día había hablado y se había hecho amigo de la persona más poderosa del mundo, o eso había escuchado. Nunca pensó que ese tipo tan amable era el legendario Santo de la Espada.
— No… yo no sabía que Rein era el Santo de la Espada… ¡¿Por qué no me lo dijiste, Emilia-tan?!
— Yo pensé que ya lo sabías Subaru… todo el mundo conoce al Santo de la espada. — contestó la confundida Emilia.
— ¡Pues yo no lo sabía! — se gritó a él mismo por ser tan ignorante. Se dejó caer en la silla derrotado
— Fufufufufu… eres~ muy divertido~ Subaru— se rio Roswall del chico.
— ¡Mierda! Parecí un completo idiota con Rein
— Tranquilo Subaru, le agradaste mucho a Reinhard, es tu… amigo. — dijo Emilia.
— Ufff… creo que tienes razón Emilia-tan — suspiró Subaru — La próxima vez me disculparé con Rein.
— Bueno~ ya que terminó~ está agradable conversación… — dijo Roswall — El desayuno~ ya está listo, hablaremos~ después de comer.
Después que termino de hablar, entraron las hermanas con una gran cantidad de comida, la sirvieron en la mesa con una preciosa quirúrgica.
Subaru abrió los ojos como platos, nunca había visto tanta comida en una sola mesa, no sabía quién se podría comer tanta comida.
Comieron mientras charlaban, Subaru y Emilia hablando mientras sonreían, Ram por veces insultaba de gratis a Subaru y este devolviendo el insulto, los espíritus seguían jugando, Roswall estaba perdido en sus pensamientos y su felicidad al ver a su pieza más importante, y Rem… Rem miraba de reojo a Subaru con una mirada fría que ocultaba una gran cantidad de odio.
El desayuno terminó, las criadas rápidamente limpiaron y ordenaron el comedor mientras llevaban los platos sucios, pasó un tiempo cuando las criadas regresaron.
— Bueno~ ahora hablaremos de lo importante. — dejó su acento para dejar ver que estaba hablando serio. — Subaru, ¿estás consciente el favor que acabas de hacernos a la señorita Emilia y a mí?
— Hmmm, la verdad es que sigo pensando que no es para tanto. — contestó con seguridad.
— Ya veo… Subaru, ¿sabes de la situación en la que se encuentra Lugunica actualmente? — preguntó con los ojos entrecerrados
— La verdad es que no, es mi primera vez en la capital y antes de llegar aquí, me encontraba más preocupado en mi trabajo — contestó con firmeza.
— Entiendo… Bueno déjame explicarme. — dijo mientras se aclaraba la garganta — hace aproximadamente un año atrás, trágicamente, una enfermedad atacó a toda la familia real, no había cura, ni el “”Azul” logró salvarlos. El reino se encuentra en un estado bastante… preocupante.
— Entiendo. ¿Pero que tiene que ver conmigo Roswall?
— Bueno verás… que un héroe legendario que estaba en búsqueda por dos años, llegue a la capital después que el rey haya muerto es un poco… sospechoso, ¿no lo crees?
— Espera espera espera… ¿El reino me estaba buscando? — preguntó el chico todavía más sorprendido.
— Quizás querían felicitarte por salvar a muchas personas — dijo la ingenua Emilia.
— No creo Lía… — El gato se metió a la conversación — Más bien, creo que al mocoso molesto lo veían como una amenaza.
— Pero Subaru no haría daño a nadie. — respondo Emilia convencida
— Gracias Emilia-tan — dijo el chico con una sonrisa genuina.
— Pero el reino no lo vio así… era una fuerza que no pueden controlar y no saben que intenciones tenía. — explicó Roswall.
— Y que yo viniera justo en el peor momento fue aún peor… — terminó de explicar Subaru.
— Exacto. Pero ahora que estás con nosotros no tienes de qué preocuparte.
— Fiu… eso me tranquiliza — Suspiró el chico. — Pero eso no explica el que tiene que ver con ayudar a Emilia con su insignia y el porqué me deben mucho. — volvió al tema
— Bueno, ya que sabes la situación del reino. La insignia es propiedad del reino, quien sostenga esa insignia es considerada por el gran Dragón Volcánica, una de las elegidas para gobernar el país… — paró para que el chico asimilara sus palabras.
— ¡Emilia-tan, ¿perdiste algo tan importante? — preguntó Subaru sorprendido por la imprudencia de su amiga
— ¡No lo perdí, me lo robaron! — contestó la semielfa sonrojada
— ¡Es lo mismo! — puso los ojos en blanco, para luego pensar mejor la situación. — Eso quiere decir que si esa insignia estaba en manos de Emilia… — Abrió los ojos de par en par por la sorpresa.
— Así es Subaru, soy una candidata para ser la Cuadragésima segunda gobernante de Lugunica. Perdón por no decírtelo antes — dijo con la cabeza baja. No quería que Subaru pensara que no confiaba en él después de todo.
— No te preocupes, ayer pasaron muchas cosas que no nos dio mucho tiempo de que habláramos de este tema. — dijo con seguridad
Emilia suspiró aliviada.
— Ahora sabes el porqué te debemos mucho Subaru… así que dime, que es lo que deseas como recompensa. — Sonrió, esperaba que todo saliera en orden
— Bueno, debo admitir que lo hice bien… pero la verdad es que no qui…
— No acepto un no por respuesta Subaru — interrumpió Roswall.
— Ufff… Bueno, déjame pensar… — se puso la mano en la barbilla pensando en que podría pedir.
No quería dinero, no quería armas, la verdad era que Subaru no necesitaba mucho, su vida siempre, nunca necesitó mucho para vivir. Solo tenía su ropa, su espada, y su bufanda y su…
— Ya se que puedo pedirte… — dijo con una sonrisa — Ya que sé que eres un mago muy poderoso… quiero que me ayudes a reforzar mi collar. Quiero que sea prácticamente irrompible. — dijo con una sonrisa orgullosa.
— …
— …
— …
— …
— …
El silencio reinó en el comedor de la mansión Matters, dos criadas, dos espíritus y una semielfa miraba al chico incrédulos, y quien podría culparlos.
Subaru se puso nervioso pensando que la había cagado y pedido mucho más de lo que le ofrecían, vio las caras de lástima de los demás y eso hizo sudar frío.
El chico tenía al mago as poderoso de Lugunica, un noble con mucho dinero ofreciéndole una recompensa, una oportunidad. Pero el chico frente a ellos lo único que pidió fue algo que cualquier mago con un conocimiento moderado podría hacer.
Ese chico era un completo idiota.
El único feliz era un payaso fetichista que tenía una sonrisa de oreja a oreja. El sabía que todo iba de acuerdo a sus planes y esto lo confirmaba.
— ¡Achú! — un estornudo de cierta criada rosa fue lo que rompió el silencio.
Todos despertaron del trance en el que se encontraban gracias a cierto chico de mirada malvada.
— Subaru… ¿estás seguro que es eso lo que quieres? — preguntó Emilia que no sabía cómo sentirse
— Estoy completamente seguro Emilia-tan. — dijo con felicidad en su voz.
— Bueno~ se puede saber~ el por qué quieres~ que refuerce un simple collar? — Roswall recreo a su asentó de la felicidad que sentía.
— Esto aunque sea una baratija que compré en Priestella, para mí es mucho más que eso… — dijo con melancolía en su voz.
— No tengo~ problema con ayudarte~ con tu deseo Subaru — dijo Roswall — Si quieres~ me puedes dar el collar~ y te lo regresaré lo más pronto~ que pueda, ya listo~ y reforzado.
— Gracias Roswall — dijo mientras se quitaba el collar — Espero que este pronto… no me gusta estar sin él
— Claro~ no te preocupes Subaru, estará~ lo más tardar mañana.
— Subaru… bueno, espero que te haya gustado tu recompensa — dijo Emilia todavía insegura, pero vio a Subaru feliz así que todo estaba bien.
Subaru le dio el collar con una piedra de 6 colores en las manos a Roswall, estar cerca del payaso le dio un escalofriante, sus instintos se activaron, sintió que algo no estaba bien con este noble fetichista, pero no tenía nada más que sus instintos así que lo dejó pasar.
— No te preocupes Emilia-tan, para mí es más que suficiente — dijo Subaru dedicándole una sonrisa cálida.
— Eres un humano raro, Supongo. — comentó el espíritu pero dejó de darle importancia.
— Creo que más bien es un mocoso tonto — se unió el gato gris.
— Bueno, eso no lo puedo negar jejeje — dijo rascándose la nuca.
Roswall ya tenía la piedra en sus manos, la tocó mientras la examinaba ~ {Maestra, con esto… pronto cumpliremos nuestro sueño} ~ dijo en sus pensamientos mientras su sonrisa se ensanchaba.
— Ahora es mi turno Subaru… — dijo Roswall, dejó su acento de nuevo, ya que lo que vendría sería importante
— ¿A que te refieres Roswall? — preguntó confundida Emilia.
— Bueno verá señorita Emilia, tengo una propuesta que hacerle a Subaru.
— ¿Una propuesta a Subaru? ¿Que es lo que buscas de él, Roswall? — siguió preguntando la semielfo.
— Hmmm, ¿Qué es lo que quieres Roswall? Si puedo ayudar en algo yo estaría encantado. — dijo Subaru con determinación.
— Bueno Subaru, como ahora ya lo sabes, la señorita Emilia es una candidata para gobernar Lugunica, pero lamentablemente es un poco más complicado…
— ¿Qué quieres decir Roswall? No estoy entendiendo… — comentó confundido el chico de otro mundo.
— Creo que ya sabes que desafortunadamente nuestra candidata sufre discriminación, tanto por ser semihumana, pero lo peor… por ser una semielfa desafortunadamente cabello plateado y ojos amatistas… — Explicaba el payaso con una sonrisa
Emilia solo bajo la cabeza entristecía, sabía que la gente no la querría por más que lo intentara.
Subaru vio lo entristecida que se encontraba Emilia, así que decidió ponerle una mano en su hombro para apoyarla. Pero también tenía que saber adonde llegaría esta conversación…
— Si, ya sé que este mundo es una mierda… ve dierecto al grano Roswall.
— Claro~ Bueno, para ser directo. Gracias a su parecido con la bruja, es muy difícil encontrar ayudantes, nobles que quieran colaborar, personal para el campamento y sobre todo, un caballero…
— Mmmm, creo entenderlo… quieres que te ayude a buscar personas que ayuden al campamento y un caballero que proteja a Emilia. — comentó Subaru, pero el sabía que no tenía muchos amigos que podrían ayudar.
— No exactamente… — comentó Roswall.
— Roswall, ¿adonde quieres llegar? No estoy entendiendo mucho — dijo la confundida Emilia.
Los demás se habían quedado en silencio escuchando, incluso los espíritus prestaban atención.
— No se preocupe Señorita Emilia, ahora lo entenderá. — dijo con una sonrisa inquietante.
— Continúa Roswall, ya me estoy cansando que andes dando vueltas en círculos. — dijo Subaru un poco desesperado, llevaba un tiempo queriendo y no queriendo decir la petición que tenía.
— Natsuki Subaru… — dijo mientras abría los brazos con teatralidad. — Una leyenda en este país y el mundo, una persona que todos los semihumanos, plebeyos y algunos nobles adoran como un héroe incluso igual que el santo de la espada, una persona sumamente fuerte y además de buen corazón… — dijo mientras lo miraba a los ojos. — por eso yo, Roswall L. Matters, te propongo… ¿Quieres ser el caballero de nuestra candidata, Lady Emilia?
— ¡¡¡Ehhhhhhh!!! — gritaron todos al unísono. Si la recompensa del niño antes los había dejado con la boca abierta, esto ahora los había dejado en shock directamente.
Pero había alguien que estaba en las nubes en su cabeza. No era otra que Emilia, sin darse cuenta se sonrisa se ensancho de pura felicidad genuina, nunca imaginó que podría tener un caballero, ella estaba resignada a no tener a nadie a su lado pero ahora.
Su corazón saltaba de felicidad, si ella quería un caballero, no quería a nadie más que a Subaru, no le importaba la fuerza y lo poderoso que sea, lo que a ella le importaba era su corazón y Subaru era la persona más amable que conocía, además que no la viera como una noble importante o como reina, simplemente con ser Emilia estaba bien y Subaru la veía como era ella. Para Emilia no hay ni encontrara a nadie mejor que Subaru y eso era lo que ella más quería ahora mismo.
— ¿Yo… yo? ¿Un caballero? — se preguntó todavía en shock.
Subaru quería apoyar a Emilia, sabía lo que la chica sufría por este mundo de mierda, además de que pocos o nadie más aceptaría ser un caballero de una semielfo de cabello plateado y ojos amatistas. Para Subaru eso no era ni un problema, el no sabía nada de caballeros, el prácticamente era un mercenario que asesinaba a la escoria del mundo.
Además tenía su trabajo, no podría dejar que las personas mueran, sufran o sean vendidos mientras el juega a ser caballero, eso nunca sean lo perdonaría. Pero también, vio la cara de Emilia, una cara que gritaba felicidad, esperanza de ya no sentirse sola. No sabía que hacer, sentía como si las paredes se cerraban y el aire se reducía.
— Sé lo que estás pensando Subaru, no te preocupes, no te pediré que dejes tu trabajo con los esclavistas. Al contrario, bajo el nombre de Roswall L. Matters, llegarán mucho más fácil y rápido la información de los campamentos y todos los criminales que estés buscando. — afirmó con una sonrisa. Solo faltaba un último empujón. — ¿Usted que opina, Lady Emilia?
— A mi… a mi me encantaría que Subaru sea mi caballero, no querría que fuera alguien más — dijo tímidamente la sonrojada Semielfo.
— ¿Eh?, ¿Enserio Emilia-tan? — preguntó el chico
— Si, no quiero a nadie más… fuiste la única persona que me apoyó cuando nadie más lo hacía, que se me acercó sin miedo ni asco, no podría confiar ni querer a nadie más como mi caballero que a ti, Subaru — dijo tímidamente pero con una gran certeza en sus palabras.
Subaru no sabía que hacer, sus pensamientos estaban bailando en su cabeza sin detenerse, pensó en toda su vida, las veces que la pasaba solo con sus espíritus mientras buscaban comida y un lugar donde quedarse a noche. Se acordó cuando recién pisó este mundo, los sueños que tenía de ser un héroe de fantasía y lo equivocado que estaba en este mundo. Se acordó de las enseñanzas de su maestro, las aventuras con sus espíritus, cuánto lo amaban sus padres y todas esas personas que el salvo y le agradecían con lágrimas en los ojos.
Pensó que tal vez si así podría cumplir su sueño, valdría la pena, pero entre todos esos recuerdo hubo uno que nunca lo abandonó.
{Sé que buscarás tu camino y encontrarás tu felicidad}. Ahora lo sabía, ahora encontró su camino y con quienes poder caminarlo y buscar un mundo donde todos puedan sonreír pero también… su propio final feliz.
Vio a Emilia y le dedicó una sonrisa genuina — Gracias Emilia-tan, por tus palabras. — volteo a ver a Roswall a los ojos. — Está bien, Acepto. — dijo con una voz firme y con determinación en sus ojos.
— Yo, Natsuki Subaru… seré el caballero de la candidata semielfo, Emilia.
