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Language:
Español
Stats:
Published:
2024-06-20
Updated:
2025-12-04
Words:
192,889
Chapters:
29/?
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31
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123
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2,835

Chapter 29: 28

Summary:

Pixiebob se había alejado metros lejos del grupo, su cuerpo yacía en el suelo. Una vara de metal de inmensa proporción estaba sobre su cabeza, con manchas de sangre en el extremo donde había sido golpeada. Y quién la cargaba, una mujer fornida que sonreía como si no hubiese hecho algo malo.

Eran villanos.

Había villanos invadiendo el campamento.

Los villanos aparecen.

Chapter Text

Estaba seguro que a Gogo no le debería de estar gustando su estadía en el bosque. Siempre se quejaba de los mosquitos en verano, habiendo otras cosas peores como el olor o la mugre en las paredes. Lo cual era un detalle tonto, pero que atesoraba con cariño porque fue de las primeras cosas que se quejó después de despertar.

La base en la que los críos de UA se estaban hospedando estaba bien oculta. Habían cambiado la ubicación varias veces para impedir filtraciones pero eso no fue suficiente. Shigaraki nunca explicó el cómo lo había encontrado, pero no era tan difícil sumar dos más dos para intuir que seguramente alguien desde adentro estaba proporcionado la información. Un espía, en pocas palabras.

Parecía que el hombre sabía más de lo que se esperaba. Algunas cosas básicas, como las peculiaridades de las Pussycats y los dos maestros presentes, además de una lista pequeña con la de los cuarenta alumnos, información conseguida por medio del festival deportivo. Aunque dudaba que a alguien en ese grupo le haya prestado atención a eso último, ya que para ellos son solo niños jugando a ser héroes. Apenas y miraron a unos cuántos con cierto cuidado. Incluso la peculiaridad de Gogo estaba ahí para su sorpresa, aunque escrita de forma bastante ambigua. Sólo confirmaba la existencia de un espía porque hasta donde recuerda, el mocoso no había revelado la naturaleza de Explosion en el festival.

Bueno, Dabi sólo guardará los nombres y los quirks que ve más interesantes y con potencial para ser peligrosos. Toga hizo lo propio. En realidad ella estaba más disgustada por los accesorios que le dieron que por otra cosa, ya que no eran lindos. Terminó quejándose con un tipo con máscara, quien se presentó como Mr. Compress.

Aún así, la misión de esa noche no le fascinaba para nada. Al menos podía divertirse con crear un poco de caos y disfrutar de la confusión. Eso y esperar encontrarse con Gogo. Había muchas cosas que quería hablar con él cuando se reencuentren. Como el porqué de repente estaba rodeado de los héroes que tanto odiaba o porqué de repente era un estudiante de la escuela de héroes más prestigiosa de Japón. Tenía varios sentimientos al respecto.

Iba a ser una noche larga.

[°°°]

—Creo que sé cómo hacerlo funcionar— eso es lo que ha estado diciendo Gogo antes de iniciar el entrenamiento.

Hablar de evolución peculiar no era tan fácil.

No es que sea extraño, de hecho, existen héroes veteranos que han 'conseguido' ese logro. Sin embargo, ninguno ha podido dar una respuesta sobre cómo lo consiguieron. Ni siquiera se daban cuenta de tenerlo: era como si siempre hubiese estado en ellos y simplemente un día salió a la luz. Entonces el estudio sobre la evolución peculiar no es más que un par de tesis sobre conjeturas al respecto.

El apogeo de la evolución peculiar surge de años después del despertar de las peculiaridades. La mayor parte de las investigaciones al respecto proviene de esta época, el resto sólo son académicos suponiendo que la peculiaridad de cierta persona pasó por ese cambio o no. Es tan vaga y borrosa que se toma como un mito, como una historia donde el héroe consigue un power-up en medio de una crisis. Lo que hace que también sea descartado como teoría poco valorada en el círculo científico.

La razón de ello radica en que, en todos los casos, una peculiaridad evoluciona en situaciones donde el usuario está a punto de morir. No ha habido excepciones. Nezu explica que es debido a que puede ser fácilmente descartado como una inyección de adrenalina ante una situación límite que se puede contraargumentar la teoría de la evolución. Y como héroes, no es raro que incluso en momentos donde hay que sacrificar su vida por el bien de otros lleguen a hacer cualquier cosa para conseguirlo. El debate sobre si existe o no se ha quedado estancado porque no hay forma posible de poder realizar una investigación adecuada del tema. Porque para ello, se debería de someter a un sujeto a una situación en la que arriesgue su vida. Un tipo de experimento que no sería bien visto a día de hoy debido a lo poco ético de su naturaleza.

—¿Entiendes lo que estás implicando?

—No sé, Eraserhead, ¿qué crees que insinúo?

Que Gogo pudo haber pasado por una experiencia cercana a la muerte.

No es que no se lo esperase, teniendo en cuenta que era un villano. Esperar que el mundo tuviera piedad por solo ser un niño era demasiado pedir.

No.

Incluso sin ser un villano, el simple hecho de existir podría significar un peligro, y Aizawa lo sabía bien porque lo ha visto con sus propios ojos. Alumnos suyos que no duraron ni un año, personas que no pudieron ser rescatadas en medio de un altercado, víctimas de abuso. Shirakumo. Inocentes mueren o viven experiencias cercanas a ella; villanos también. Gogo quizás fue parte de ese porcentaje. Era duro de creer para alguien que ha evadido a las autoridades por tanto tiempo, que ha sabido permanecer tras las sombras pese a que su nombre se hizo noticia. Pero no era imposible y, tal y como señaló Nezu, era lo más probable.

No sabe si Keigo tiene alguna idea sobre ello. Es decir, sabe que él y el chico tienen una relación estrecha donde ambos se preocupan el uno por el otro. Pero eso no significa que el rubio haya accedido a hablar de las cosas más oscuras de su vida tan fácilmente. Y duda que a la policía le haya importado la vida de Gogo como para profundizar en el tema. Porque de haber sido así, Nezu hubiese sido directo con la teoría de la evolución peculiar y no solo dejarla como insinuación.

Que dolor de cabeza.

¿...  Acaso no puede tener un día de descanso?

—Ya se que han pasado dos días, pero no se me ocurría nada— dice, encogiéndose de hombros—. Pero estuve meditando un poco sobre las tres ocasiones que pasó y, realmente, no me daban muchas pistas a simple vista.

—No tenías porqué preocuparte— eliminando esos pensamientos de su cabeza, trata de enfocarse en el mocoso problema delante suyo—. No es como si tuviésemos tiempo límite.

—No, pero tengo que soportarte por ocho horas seguidas durante un mes entero pateando mi trasero debido a ello.

—Tenemos que hacer algo aquí quieras o no, no te quejes tanto.

—O podríamos fingir que me estás entrenando, tu te pones a dormir, y yo invierto mi tiempo en mejores cosas— mocoso de...—. Solo digo.

—De verdad que odias entrenar.

—¿Cuando estoy siendo obligado durante mis supuestas vacaciones? Sensei, a esto se le llama tortura— sí, sabe que es la forma que tiene el rubio para fastidiarlo aunque sea un poco porque si él tiene que soportarlo, va a arrastrar a Aizawa con él. No quita que sea cansino, lo que significa que sus técnicas están dando sus frutos.

De verdad, ¿qué le vio su hijo?

—De todas formas— trató de reunir toda la paciencia que le quedaba—. ¿Qué se te ocurrió?

—Emociones— responde.

—¿Emociones?

—Al principio pensé que mi sudor tenía que ver— empezó por explicar, encendiendo sus palmas con pequeñas chispas—. Era lo más lógico: a mayor sudor, mayor potencia por la acumulación de nitroglicerina. Sin embargo, de haber sido así, debería de poder usarlo después de un cierto tiempo de movimiento continúo.

—Pero solo lo has podido usar tres veces en toda tu vida— Gogo asiente.

—Las acumulaciones de sudor terminan haciendo que mis explosiones se vuelvan violentas, no potentes a ese nivel. Entonces, me puse a pensar en las tres situaciones. En qué había pasado. Y lo cierto es que vi un patrón— Shota alza la ceja con curiosidad al escucharlo—. Estaba molesto cuando ocurrió. Pero me refiero a que estaba furioso. ¿Cómo explicarlo? Era como explotar, por decirlo de alguna forma.

—Entonces, ¿quieres decir que tu detonante es estar enojado?

—No, es cuando mis emociones están en auge— corrige—. Porque no solo ocurrió cuando estaba enojado. Así que se descarta que sólo ocurra con sólo un sentimiento.

—¿Es con respecto a tu primer momento usándolo?

Los labios de Gogo se cierran ante la pregunta con la misma rapidez con la que suele correr Cherry cuando es atrapada haciendo alguna travesura en su casa. Quiso volver a abrir la boca para decir algo pero al sentir que ya estaba siendo raro no salió nada de él. Era como si hubiese descubierto algo que el de ojos rojos no quería revelar pero que por andar explicando su lógica terminó por resbalarse esa información. Y vamos, los dos sabían que había sido descubierto, porque ninguno era idiota. Por eso es que el rubio parece querer desviar su mirada para evitar el contacto visual a toda costa antes de responder.

—Bueno... Puede que en vez de tres ocasiones, haya ocurrido una cuarta vez. Pero recién ayer lo había digerido como para darme cuenta.

¿Okey?

¿Eso tenía que ver con la culpabilidad que se notaba que estaba sintiendo?

—¿Y no mencionaste ayer sobre eso?— lo regaña porque, bueno, se supone que es su maestro.

—En mi defensa, si se lo decía también tendría que admitir que hice cosas fuera de las normas que las chicas gato habían dejado sobre el establecimiento.

Oh dios mío.

—... Mira. Me importa una mierda y no tengo ganas de regañarte porque tenerte que entrenar ya es suficiente castigo para los dos— especialmente para él que hubiese deseado pasar unas gratas vacaciones en casa antes de tener que ir a un sitio remoto a cuidar de veinte adolescentes—. Solo... ¿qué tipo de emoción crees que fue la que sentiste?

Ahí fue cuando Gogo se atreve a mirarlo. Claro, escuchó que no habría castigos y ya no le importaba mucho respetar a sus superiores en lo absoluto. Solo se encogió de hombros y ladea la cabeza un poco mientras suena confundido consigo mismo.

—¿Honestamente? No tengo ni la más mínima idea. Pero fue cálido y agradable.

—Eso no es muy específico...

—¿No sé cómo describirlo? La cosa es que sé cuando estoy molesto, y yo no estaba molesto cuando mi cara empezó a soltar fuegos artificiales en contra de mi voluntad— se quejó.

Emociones, ¿eh?

Shota miró al cielo.

Las nubes eran tan blancas en un espacio tan alejado. Muy bonitas y ayudaban a que su mente se despejara.

—Supongo que podemos intentar trabajar con eso. De alguna forma.

—Lo haces sonar como si fuese tan simple— puede escuchar el tono sarcástico de la voz del chico.

—Bueno, tenemos un mes y varias horas por delante.

Al menos, ese día podrían probar si la teoría de Gogo era verdad. De ser así, tendrá que darle la razón a Nezu sobre la necesidad de entrenar a alguien como él.

Las emociones son demasiado volátiles, le quedaba bien a su peculiaridad.

[°°°]

A veces, incluso los grandes héroes no pueden salvar a nadie.

A veces, son los héroes quienes no pueden salvarse a sí mismos.

Ese fue el caso de los Water Horses, una pareja de héroes casada que pereció tras enfrentarse a un villano. Fue una muerte dolorosa y cruel, decían en las noticias. Sus cuerpos fueron apaleados hasta la muerte, rompiendo cada uno de sus huesos incluso si estos ya habían dejado de respirar. El cómo fue manejada la noticia se sintió tan morbosa que se dejó de hablar de ellos después de que se celebrara su funeral. Salvo en los foros de héroes, nadie se acordaba de ellos.

Tampoco se acordaron que ellos no fueron las únicas víctimas.

Fue casualidad, Mandalay quería disculparse por Kota debido al recibimiento que el niño le ofreció cuando quiso saludarlo (aún sentía rastros del dolor, por cierto). Una cosa llevó a la otra y, bueno, Midoriya era un nerd. Conectar los puntos fue muy fácil.

Kota parecía tener un rencor muy grande hacia los héroes, y no lo culpaba. Perdió a sus padres, héroes, por haber cumplido su deber. Y si bien eso es lo que se espera en este oficio, para un niño... para un niño eso no importa. Él nunca verá a sus padres de nuevo, nunca estará junto a ellos cuando crezca. Quizás olvide sus voces con el tiempo, la forma de sus rostros y las sonrisas llenas de amor que un padre puede darle a sus hijos. Y él no se lo merecía. Nadie se lo merece.

Izuku cree que puede haberse vuelto como Kota si algo le llegase a pasar a su madre. Ella, la única figura en su vida, la que trabajó tanto como madre como padre. La que lo apoyó como pudo y le alegró sus días incluso cuando ella estaba tan cansada.

Siempre ha sido buena consolando, tenía esa magia de alejar todo tipo de dolor con su aura cálida que bien podrías pensar que es parte de su peculiaridad.

Recuerda que la tía Mitsuki llegó un día llorando. Nunca supo que pasó, ni dónde se supone que estaba Kacchan que solía estar siempre al lado de su madre durante sus visitas. Su mamá le pidió que fuera a su habitación a dormir. Pero no lo hizo. Se escondió al escuchar a las mujeres: una destrozada y otra tratando de contener todo el dolor que la rubia tenía. Se quedó dormida en el sofá de la casa y salió sin decirle a nadie durante la madrugada, para nunca volver.

Kacchan faltó un mes entero a clases después de ese día. Cuando regresó, fue a su casa a llorarle a su madre por algo que a Izuku se le negó saber en ese momento. Estuvo un par de días en casa de los Midoriya hasta que la tía llamó a su madre para que pudiese llevar a Kacchan a su casa.

Nunca hablaron del tema después de eso, como si nunca hubiese pasado. Serían años después su madre le contaría lo que ocurrió con la familia de Kacchan y la razón por la que tenía que ser amable con él. Y eso le hizo entender el porqué el rubio se había oscurecido después de ese día.

Kota era como Kacchan en ese sentido, ambos niños terminaron siendo atormentados por un suceso trágico en sus vidas, cambiando su perspectiva del mundo a su alrededor. La diferencia era que Kota decidió reflejar su dolor hacia los héroes y las peculiaridades, odiándolos con todo su ser. Y quizás por eso es que sentía que no podía evitar mirar al niño y preocuparse genuinamente por él.

Quizás estuvo pensándolo demasiado, porque se mantuvo distraído durante todo el día del entrenamiento. Seguía los movimientos de Tiger de forma mecánica a ese punto, tanto que podía sentir sus músculos trabajar y pedir ayuda a gritos incluso después de haberse dado un baño. Aunque no tanto como otros, para su suerte.

Quizás los más afectados con el horario riguroso que les habían obligado a mantener durante su mes de estadía eran los reprobados en el examen práctico. A diferencia del resto que tenía tiempo libre después de la cena, ellos tenían que asistir a clases de recuperación. Así que, en vez de ir a dormir a la hora regular, ellos estaban despiertos hasta después de la medianoche, lo que les dejaba pocas horas para dormir. Se les notaba más cansados por esa razón, se sintió mal por ellos, quienes estaban siendo dirigidos por Takami para la cena de ese día.

Le hizo recordar lo curioso era que no eran los únicos que estaban pasando por eso. Por muy extraño que sonase, a All Might también lo estaban poniendo bajo capacitación docente de nuevo. Aizawa sensei explicó que, en sus palabras: "A veces hay que enseñarle más de una vez a un idiota para que deje de ser un idiota. Si sigue actuando como tal, habrá que golpearlo hasta que aprenda". Sabía por All Might que sensei no era muy 'amigable' con él (lo detestaba desde la preparatoria), así que no se sorprendió de la rudeza de sus palabras. Aunque Ragdoll fue más amistosa en explicarlo.

—¡Creemos que All Might es el blanco principal del enemigo, así que no nos podíamos permitir traerlo aquí! ¡Sería poner una diana en nuestra base, incluso con la precaución de mantener el sitio oculto!

—Para bien o para mal, siempre tiende a meterse en problemas por sobresalir— suspiró sensei con hastío.

Y si lo pensaba bien, con todo lo que sabía, era verdad. All Might ya dijo que All for One estaba detrás de él y la Liga de Villanos sin duda tenía relación con este. Comprende la lógica de negarle el venir por querer tomar precauciones. En especial si tomaban a consideración que USJ pasó porque pensaban que se encontrarían al símbolo de la paz ahí. No querían arriesgarse.

Era algo irónico que, siendo el héroe reconocido por traer la paz a las personas, sea el que más caos deja a su alrededor debido a lo que es y representa. Debe de ser estresante no solo para él, que debe de pensar en dónde está parado, sino para los de su alrededor. Vivir con la constante de que por culpa de quien se supone es la solución a los problemas, los atraiga.

¿Quizás estaba pensándolo demasiado? Había estado pasando por varios bajones con respecto a ver que a quien tanto admiraba resultó no ser como lo había imaginado. Y sabe que la culpa es suya y de nadie más por idealizarlo, pero no quita la decepción que ha estado acumulándose con cada cosa que ocurre.

Casi al nivel de sus decepciones sobre sus ídolos, puede decir que ha dejado de mirar de forma obsesiva patrones entre Kacchan y Takami. El truco de empezar a dejar de lado el apodo y usar el apellido del rubio sin duda había ayudado. El dolor de la sorpresa inicial apenas se sentía en su conciencia, y era como si pudiera llorar de nuevo. Sin duda, lo que sea que ocurrió en el examen práctico había ayudado a refrescar su mente (de una forma dolorosa, pero sirvió de algo). Ser llamado Deku por Takami fue como sentirse niño de nuevo pero a la vez, no se sintió correcto. No como hubiese esperado tiempo atrás. Era lo que su corazón necesitaba. Dio un paso atrás.

Lo más correcto era dar un paso atrás Y ya no dolía, eso era lo importante.

Le quedaba la promesa de poderlo llamar 'Kacchan' una última vez. Aún no lo había hecho, no se sentía listo del todo. Quizás nunca lo diga. Al menos le gustaba pensar en que ahora estaban en buenos términos y el rubio no lo odiaba. Fue amable en explicar cómo cortar las verduras con mayor precisión, dándole un siete de diez a su primer intento. Y viendo que a Todoroki le puso un dos, se sintió halagado. Sin duda las técnicas del bicolor eran malísimas.

—Takami se ve cansado, ¿verdad?

—Aizawa sensei entrenó con él durante todo el día— explicó Todoroki—. Gogo dice que es algo a lo que no se lo desea nadie.

—No puedo imaginar qué tan malo es.

—Debe ser terrible— responde, señalando su rostro con estoicismo—, como la cara que estás poniendo.

No sabe si sentirse ofendido o suspirar porque, bueno, es Todoroki. Quizás no tengan una comunicación cercana (ni siquiera son amigos), pero se sabe por todos que él suele decir muchas cosas sin pensar. E Izuku sabe que Todoroki no tiene mala intención, no parece ser del tipo que buscara dañar abiertamente a alguien. Estaba hablando de la persona que creyó que él era hijo de All Might después de todo.

—Es decir, no tienes buena cara desde hace rato. ¿Estás bien?

—Ah... ¿se me nota?

—Quiero decir, no has dejado de mirar la zanahoria como si te hubiese hecho algo malo desde hace cinco minutos— el de la cicatriz se encoge de hombros.

—L-lo siento... solo estaba pensando en cosas.

—Ya veo, te dejaré pensando entonces, no creo que Gogo se enoje por una zanahoria menos de todas formas.

Ni siquiera se veía como una zanahoria, estaba seguro que hasta Todoroki hubiese hecho un trabajo mejor.

—Hey, Todoroki-kun.

—¿Quieres hablar de ello? No soy muy bueno dando consejos, ese es el trabajo de Hitoshi.

—Para empezar, ni siquiera me dejaste terminar. Para terminar... apenas conocí a Shinso ayer. Sería desubicado de mi parte pedirle su opinión.

—¿Pero conmigo sí?

—Quiero decir... si no te molesta.

—Realmente no. No somos tan cercanos pero puedo admirar tu progreso como héroe. Así que puedo intentar ayudar en lo que pueda.

Era una extraña forma de decir que estaba preocupado, pero quizás era normal en el lenguaje del bicolor.

—Digamos que... crees conocer a cierta persona. Te preocupas por ella y todo, pero esta resulta no ser la que pensabas que era— trata de explicarse y, para sorpresa, Todoroki de hecho estaba prestando atención—. ¿Cómo decirlo? Incluso si no es eso que tu idealizaste, quieres estar ahí para ella.

—Pero a lo mejor esta no quiere que estés cerca de ella— Izuku asiente—. Es un poco complicado como lo dices. Pero no creo que tengas que estar necesariamente cerca de esa persona para demostrar que te preocupa.

—¿Cómo así?

—Dices que esa persona no era como lo imaginaste. Puede que hayas vivido con las expectativas demasiado altas sobre esta persona. Y no es que te pueda culpar— dice, quitando lo que quedaba de la zanahoria en su tabla de picar—. A veces una persona puede tener una percepción de alguien muy diferente a la realidad. O puede que solo haya pasado el tiempo y esto haya cambiado. Mi hermana solía decir que, antes de que yo naciera, Endeavor en realidad fue un padre decente— se burló—. Es algo que yo nunca he visto en mi vida, pero ella afirma que pasó hace tiempo. Entonces, Endeavor dejó de ser el padre del año para convertirse en el imbécil de hoy en día, o sólo se cansó de intentarlo. Mi hermana no tiene la culpa de pensar en Endeavor como su padre bajo esa premisa. Aunque ahora tiene bajas expectativas sobre él, lo sigue llamando su padre. Mi hermano directamente lo odia.

—Vaya... Lo siento.

—No lo hagas. Solo quería demostrar que no es raro que confundas a una persona en base a lo que viviste alrededor de ella. Suponiendo que tu persona en cuestión no es como Endeavor, a lo mejor mantener las distancias es lo más saludable para ambos. Estás, de hecho, demostrando que te preocupa de esa forma. Soy firme creyente de que las cosas no se demuestran con palabras, sino con acciones. Si llega a existir una situación donde esta persona requiera ayuda, demuestra que te importa y haz algo, muéstrale que no pretendes ser molesto, sino todo lo contrario, un pilar en su vida si lo llegase a necesitar. Eso hacen los héroes, ¿no?

Eso en realidad...

En realidad fue el discurso más preciso que haya podido necesitar. O quizás otra persona lo dijese ayudó mucho con sus dudas amontonadas. Que Todoroki, quien no dudaba en decir lo que pensaba sin mucho filtro, lo dijese como si fuera lo obvio, despejó muchas de sus dudas metidas en su cabeza producto de la carga que ha llevado todos esos años.

—... Tienes razón. Puedo demostrar que me importa ahora— Izuku no puede evitar sonreír con nostalgia mientras lo decía—. Gracias, Todoroki-kun.

—Dime Shōto, Todoroki es para los que no considero cercanos. Y odio el apellido de Endeavor.

—Entonces gracias, Shōto.

La vida es muy complicada. Los pensamientos también lo son. Ideas que deben separarse pero que tu conciencia, tus memorias, no pueden evitar querer atar los cabos solo porque es un hecho innegable. Pero solo lo es para ti. Izuku se tuvo que dar cuenta que era un egoísta por pensar solo en él. No considerar al otro, justo como quienes lo acosaron durante la secundaria en Aldera. Y estaba dando lo mejor de sí por no ser igual que ellos.

No, Izuku era mejor que ellos. Podía ser un héroe y escuchar cuándo tenía que retroceder. Cuando alguien no busca ser salvado.

Y estaba bien. Aunque doliese, estaba bien.

[°°°]

Entrenar todo el día era agotador. Pero al menos puede decir que está mejorando. Ya no siente que los músculos le duelan tanto, y puede mover sus articulaciones sin querer morirse. Eso debería significar un progreso, ¿no es así?

Puede comprender la amabilidad de Midoriya (aprendió su nombre después de desfallecer junto a él durante su entrenamiento con Tiger) en cierto sentido. Si bien él se veía como si hubiese corrido una maratón, Shinso debía de lucir como si hubiese dado la vuelta al mundo, cayendo al suelo ni bien el entrenamiento daba fin. Midoriya se ofrece a levantarlo e incluso le enseñó un par de técnicas de calentamiento para que sus articulaciones no sufrieran tanto. Él explicó que eso le pasaba al principio, por lo que tuvo que investigar maneras de disminuirlo ya que no era bueno para su cuerpo (en especial cuando su peculiaridad puede romperle los huesos si no tiene cuidado). Y le ayudó, ya no le crujían las rodillas, era milagroso.

También lo era la mano helada de Shōto en su cabeza después de un baño. Empezaba con la sensación de piel tibia y luego bajaba la temperatura de forma gradual para que no fuese tan repentino. Aliviaba el dolor de cabeza que tenía después de tanto entrenamiento. El no parece molesto por ayudarlo un poco a sentirse mejor, diciendo que eventualmente dejará de molestar. Y puede creerle al bicolor, no lo ve como alguien que diría cosas porque sí.

De todas formas, podía caminar para el juego de esa noche. Fue Pixiebob quien propuso pasar un rato divertido entre ellos, haciendo una prueba de coraje en un circuito marcado en el bosque. Primero sería la clase A la que pasaría por el camino mientras los de la clase B intentarían asustarlos para luego invertir los papeles. Debido a que él no pertenecía a ninguna de las dos clases, le dieron a elegir con cuál iría. No hay que ser un genio para saber qué grupo eligió.

También se lo permitieron porque era el grupo con menos estudiantes presentes, cabe aclarar. Su papá, con toda la crueldad que pudo disimular en su rostro, tuvo que explicar que los desaprobados no tenían permitido el poder participar ya que tenían lecciones de repaso para ellos. Y recalca crueldad en sus palabras porque, aunque este dijera que sentía pena por tener que sabotear su diversión, no se lo veía para nada arrepentido de arrastrarlos con su cinta de captura hacia su destino convertido en un aula de clases en un edificio apartado.

—¡Chicos, diviértanse sin nosotros!— Kaminari intentó no llorar... al principio. Pudieron verlo mojar la camisa de Kirishima cuando él creyó que no lo estaban viendo (la intención es lo que cuenta, quiere pensar).

Pixiebob espera a que se hayan ido para poder reunirlos a todos en una fila. Ella tiene una sonrisa divertida dando a entender su emoción por lo que harán esa noche. O quizás era porque estaban haciendo algo más allá de entrenar para variar. Incluso ella se veía fatigada de lo mismo por tres días seguidos. La mujer era del tipo que hablaba mucho sobre la juventud, debió de habérselo esperado. Ya saben, el querer hacer cosas que supones que hacen los adolescentes para divertirse en grupo. Y dentro de todo, fue una buena idea, todos estaban de buenos ánimos gracias a ello.

—¡Escuchen bien! Júntense por los números que les tocó. Cada una de las parejas irá ingresando a los tres minutos de que la anterior lo haya hecho. Oh, ¡a la mitad del camino habrá un punto de control donde estarán sus nombres! ¡Asegúrense de traerlo!

Tardó poco más de cinco minutos el poder organizarse, en especial porque hubo algunos que pidieron cambio de orden. Para su suerte, le tocó con Midoriya como últimos en salir, al menos alguien conocido. Aunque hubiese querido estar al lado con... otras personas. Sin ofender a Midoriya, pero sus planes eran pasar su tiempo con cierto rubio lindo quien miraba el camino de salida con una expresión ilegible. ¿Quizás no tenía ganas de participar?  En general no parecía con los ánimos de querer estar en el campamento en primer lugar. Lo hace preguntarse si decidir confesar sus sentimientos en ese lugar era buena idea o debería esperar a otro momento oportuno.

Por otro lado, Shōto tampoco tenía cara de querer ir, más bien, estaba apretando la mano de Gogo con cierta fuerza que su brazo empezó a temblar. Era lindo, si se lo preguntaban, el cómo se aferra al rubio impasible a su lado que no parecía molesto por el contacto. Aunque estaba hablando del chico que buscaba contacto físico de forma constante.

—¿Tienes miedo?— terminó por preguntarle a Shōto.

—No...— sí, tenía miedo.

—Sí, sí lo está— Gogo lo delata, alzando una ceja hacia el bicolor—. Vas a dejarme sin circulación si sigues así, Icyhot.

—Puede que tenga miedo...

—Eso no me lo esperaba de ti— no puede evitar resoplar, conteniendo su sonrisa divertida detrás de su mano—. Estoy seguro que eres lo suficientemente fuerte como para tener miedo de algo.

—Es decir, peleaste contra villanos, yo creo que puedes contra mocosos de tu edad intentando asustarte— bueno, el rubio no oculta su diversión por ello.

—Pero está oscuro.

—¿Sí?

—Da miedo cuando está oscuro.

—Pero Kitty va a estar contigo, ¿no?

—Sí.

—Solo no te separes de mí si tienes tanto miedo, tonto— la mano del niño bonito se posa sobre la cabeza del de ojos heterocromáticos con cierta suavidad—. Podemos golpearlos si te asustas mucho y diremos que fue en defensa propia.

—Eso... eso no es muy lindo de tu parte.

—Solo soy lindo con los que me importa, como ustedes dos por ejemplo. De ellos ni sé sus nombres— bueno, con esa sonrisa despreocupada, no puede decir mucho en contra. Sólo puede asentir y dejarlo ser, sabe que se las arreglará.

También ayudó a calmar los nervios de Shōto, así que no iba a quejarse. Estaba mejor que al principio cuando ambos caminaron hacia dentro del bosque, perdiéndose en la oscuridad. Podía entender la inquietud del bicolor por ese lado, estaba tan oscuro que en cuestión de pasos ya no podía ni verlos. Lo bueno era que el camino era precisamente para evitar perderse y, en el peor de los casos, tenían a Ragdoll para ubicarlos.

—Se llevan muy bien, ¿eh?— la voz de Midoriya se hace presente a su lado— No quiero incomodar ni nada, solo pensé que es entrañable el cómo se llevan ustedes tres.

No pudo evitar parpadear confundido por la declaración del chico de pecas.

—¿Entrañable? ¿Lo ves así?

—¡Sí!— asiente— Gogo parece actuar muy suave contigo y con Todo... ¡Shōto! Es decir, a comparación del resto de sus amigos, puedo notar una gran diferencia entre la forma de tratar entre ellos y ustedes, y no sé, se me hizo muy...

—Midoriya, estás murmurando de nuevo.

—¡L-lo siento! ¡Solo que...!— este parece nivelar su respiración (¿respira cuando divaga?) y lo mira con una sonrisa— Es muy lindo de ver.

Parecía que quería decir algo más, por cómo sus manos se abrían y cerraban en puños. Conocía esa técnica, la hacía su papá Mic cuando necesitaba controlarse. Pero Midoriya no parecía querer decir nada, por lo que pensó que sería apropiado respetar su espacio.

—Me gusta pasar tiempo con ellos y viceversa, supongo. Al principio queríamos que Shōto se abriera más y, bueno, terminó así.

—Sin duda es muy diferente al que conocíamos del primer día de clases. Es un cambio positivo.

—¿Oh? ¿Qué tanto ha cambiado desde entonces?

—Antes ni siquiera podías acercarte a él porque no quería hacerse amigo de nadie— respondió—. De repente Takami lo acogió como su amigo y, bueno, creo que tu sabes del resto mejor que yo.

Sí, puede imaginarse el escenario. Shōto de por sí parecía bastante retraído cuando lo conoció bajo esa capa de indiferencia con la que lo encaró la primera vez que se conocieron. Que haya cambiado fue bueno, especialmente para alguien como él que ha vivido reprimiendo sus emociones por culpa de un padre de mierda. Ahora es más abierto y le gusta el contacto físico, que se traducen en abrazos o con sólo dejar descansar su cabeza en los hombros de Shinso cuando está cansado.

En general, no sabe cómo sentirse al respecto. No le molesta, a cambio Shōto usa su peculiaridad para mantenerlo caliente si hace frío o al revés si hace calor. También lo hace con Gogo, esa era la razón por la que decidió dormir en medio de los dos durante todo ese mes. Era entrañable, como lo diría Midoriya, el cómo se esfuerza por intentar hacerlos sentir bien. Porque Hitoshi se ha percatado que siempre busca la comodidad de ellos en todo momento, al menos en ese sentido. Quizás como una forma de compensarlos desde lo de Endeavor.

Y él quiere decirle que no es necesario, que no lo ayudaron para recibir algo a cambio. Pero no hay fuerzas dentro de él como para hacerlo, porque tampoco quiere. De hecho, le gusta el extraño arreglo que se ha formado entre los tres.

(Le gusta verlos sonreír, puede admitirlo con su almohada por las noches).

—Oigan, ¿qué es eso?— el tipo con cola señaló hacia el espesor del bosque, pero ya no se veía tan oscuro como antes.

Azul.

El cielo tomó un degradado azul brillante, que se ondeaba al son de las llamas que se extendían por las hojas verdes de las copas de los árboles. Un azul que bien pudo asimilar como el tono del ojo izquierdo de Shōto, pero que en el fuego solo significaba un calor insoportable que podía sentirse incluso de lejos. Y eso lo inquietó.

Era un incendio de llamas azules. Bello y aterrador.

—¿Qué diablos?— escucha la voz de Mandalay igual de consternada que todos los ahí presentes— Eso es cerca del edificio donde fueron el resto.

—Hay que contactarlo ahora mismo.

Y eso era lo que ella iba a hacer, pero él sonido de un golpe contundente seguido de un chillido de dolor la detuvo.

Pixiebob se había alejado metros lejos del grupo, su cuerpo yacía en el suelo. Una vara de metal de inmensa proporción estaba sobre su cabeza, con manchas de sangre en el extremo donde había sido golpeada. Y quién la cargaba, una mujer fornida que sonreía como si no hubiese hecho algo malo.

Eran villanos.

Había villanos invadiendo el campamento.

[°°°]

Odiaba tener que participar en eventos estúpidos después de entrenar hasta el cansancio. Sin embargo, podía decir que aguantó muy bien solo porque Shōto no quería ir solo. Porque bien podía tener miedo, pero él quería ir de todas formas. Como era Icyhot, no iba a quejarse. Ya estaban a más de la mitad de camino, habiendo recibido su tarjeta con nombre de la chica gato en el punto de control.

Y todo iba bien, hasta que vio un cuerpo desplomado entre los arbustos.

Era uno de los chicos de la clase B, se dio cuenta de inmediato. Una apenas perceptible neblina estaba sobre él desde esa altura. Ahí supo que algo raro estaba pasando.

—Hey, hay alguien aquí— se acercó de forma cautelosa para mirarlo de cerca.

Respiraba, fue lo primero que notó. Sus dedos tocaron su cuello para comprobar si tenía buen pulso. No parecía haber nada malo salvo el evidente desmayo. Tampoco es que tenga algún tipo de suministro para realizarle una asistencia médica adecuada (porque se niega a que alguien muera cerca suyo y luego ser culpado de ello), pero no pensaba comprobar si le haría bien teniendo en cuenta que ha aspirado lo que sea que sea ese humo desde quién sabe cuándo.

—¿Qué crees que le haya pasado?— Shōto lo levanta como puede, cargándolo en su espalda ya que Gogo se negó a hacerlo (ni siquiera le preguntó, pero él iba a negarse de todas formas).

—Podría ser una peculiaridad— responde— ¿Había neblina hace rato?

—¿Eh? ¿No?

La neblina tenía un extraño olor por lo que pudo sentir desde arriba, mareando sus sentidos un poco, lo que lo hizo preocuparse aún más. No era una neblina normal.

Y lo que hizo sonar todas las alarmas de su cabeza se alzaba en el cielo sin miedo a ser reconocido.

Llamas azules. Las recordaba muy bien.

Solo conocía a una persona capaz de hacer ese tipo de fuego. Una que también gustaba de incendiar cosas. Y podría pensar en que era nostálgico de no ser por su situación. Estaban en medio del bosque, apartados a unos considerables minutos del punto de partida. ¿Qué diablos estaba pasando y por qué Patchwork estaba ahí? ¿Otro ataque? ¿No se suponía que el sitio era seguro? ¿Alguien filtró la ubicación o la encontraron?

Maldita sea, sintió el extraño cambio de olor en el aire, la neblina había subido a tal punto que podía verla condensada en la nada. Se tapó la nariz con su camisa como pudo al notarlo. No quería saber si provocaba algo más que mareo en esa concentración, pero podía intuir que eso fue lo que dejó inconsciente al chico de la clase B.

—Icyhot, tápate la maldita nariz ahora— el otro imitó su acción inmediatamente, mirando hacia la misma dirección que él.

—¿Qué está pasando?

—No tengo ni la menor idea, pero no me gusta. Nos estamos yendo de aquí.

Lo único bueno era que podía usar su peculiaridad porque Aizawa no la había bloqueado. Pero no creía que fuese bueno usarla con tantos puntos de combustión tan cerca de él. Al menos podía intentar atacar de cerca, pero del resto tendrá que depender del hielo de Shōto y su propia habilidad con las armas. La navaja en su bolsillo en caso de emergencias siempre será agradecida.

Menuda suerte tiene, o en general, menuda suerte la UA que tiene una habilidad para atraer problemas.

—La concentración de humo está lejos del incendio— señaló el bicolor—. Hay más de un villano.

—Lo que faltaba, un posible grupo de psicópatas— ni siquiera sabía si sorprenderse porque Patchwork ahora tenía un grupo o enojarse porque, ¿qué diablos Dabi?—. Probablemente desde aquí no nos pase mucha cosa, pero intentemos alejarnos del humo lo mejor que podamos.

Por cómo se alza la niebla en el aire, el epicentro rodea justo a mitad del circuito que habían recorrido, por lo que debe de haberle afectado a todos los que se encontraban ahí. Bueno, no es su problema. Tiene mejores cosas que hacer que fingir que le importaba la vida de las personas a las que ni sabe sus nombres. Que se las arreglen por ellos mismos.

—Shoji estaba delante, ¿no? Deberíamos ir a buscarlo— Gogo asiente ante su propuesta, pero mira disgustado a la figura inerte en la espalda del bicolor.

—Dejemos al tipo.

No, no era una pregunta.

No le importaba mucho la vida de esa persona, pero inconsciente solo era un estorbo inútil. Necesitaba los dos brazos de Shōto funcionales ante cualquier cosa.

—Pero... está herido— replica de inmediato—. No podemos dejarlo aquí.

—Podemos. No lo estamos abandonando, solo vamos a buscar ayuda— miente, de todas formas los héroes vendrían a por él para no manchar su imagen—. Si lo que creo es verdad y hay más villanos por la zona, sería peligroso cargar con un herido en brazos.

—Puedo manejarlo.

—Shōto— dice, asustando al contrario por el uso de su nombre y no de su ya habitual apodo—. Hazme caso. No puedes. Si quieres podemos dejarlo en un sitio seguro para que lo encuentren. Estando inconsciente dudo que el enemigo vaya a preocuparse por él.

Podía ver la inseguridad en los ojos desiguales, lo estaban mirando como si hubiese dicho algo que iba en contra de lo que creía. Quizás podía sonar duro para alguien a quien se le enseñó que salvar a otros era el verdadero objetivo en la vida, pero perdón. Gogo valora la vida de Shōto y la suya. Ahora mismo, lo más sensato era poder tener sus manos libres y debía de entenderlo.

—Podemos dejarlo arriba en las ramas de los árboles y tu usas tu peculiaridad para que no se caiga— trató de convencerlo una vez más—. Será difícil que lo vean a primera vista. Pero recuerda que Ragdoll podrá encontrarlo al instante. Estará bien— y eso no era mentira.

Quizás fue la mención de la heroína lo que finalmente pudo empujarlo a tomar una decisión, porque su mirada derrotada demostró que había ganado la discusión. Shōto suspiró y asintió después de pensarlo un poco, mirando a la persona inconsciente que estaba cargando con cierta pena.

—... Bien. Pero pediremos ayuda ni bien encontremos el edificio.

—Lo sé, es una promesa.

Aún en desacuerdo sobre las medidas de precaución de Gogo, Shōto lo hace. Eligen el árbol que estaba detrás de los que bordeaban el camino y cuyas ramas eran gruesas y fuertes. Sólo tuvo que rodear el cuerpo inconsciente para que no se cayera con su hielo, agradeciendo el clima caluroso del verano porque de haber tenido bajas temperaturas pudo haber sido peor. Tampoco dejó que el hielo tocase el cuerpo para evitar que se empapara cuando eventualmente esté empezara a derretirse. Pero con suerte, no lo haría hasta dentro de un par de horas, tiempo suficiente como para que pudieran venir a rescatarlo.

Sabía que Shōto no estaba muy contento con su idea, pero lo conoce. Sabe que él suele tener razón y que lo estaba haciendo por un bien mayor. Solo le dedicó una mirada decaída a Gogo ni bien terminó con crearle una mini fortaleza al tipo y anunció haber terminado.

—Vamos a por Oktopus y luego iremos con Toshi-chan y el resto, ¿bien?— Icyhot asintió.

—Perdón por refutar.

—No lo hagas, tonto. Se que lo que dije sonó mal, perdóname tu a mí, ¿sí?— volvió a asentir con la cabeza para luego tratar de arreglar la mueca en su cara. Al menos no estaba molesto con él, solo había sido un pequeño desacuerdo en cuanto a ideales.

Toshi-chan estaba con las Pussycats, así que debería de estar bien si algo pasara ahí. Los idiotas están con sensei y el otro de la clase B, tampoco tiene que preocuparse. El problema era que Oktopus y ellos estaban por su cuenta, por no decir que estaban perdidos.

Tenía que ir a por él y luego se reunirían con Toshi-chan con suerte.

Agarró la mano de Icyhot y empezaron a caminar. Podía sentir la tensión en sus hombros por el miedo de dejar a alguien atrás. Lo comprendía, pero era lo mejor.

Quizás se pregunte si Gogo sería capaz de hacérselo a él en caso Shōto se vuelva inútil. Lo cual está muy alejado de la realidad. Pero no pensaba decirle que había una tácita diferencia entre un desconocido y alguien a quien consideraba cercano como Shōto. Solo pudo reforzar el agarre y esperar que sus sentimientos le llegarán como para calmarlo un poco.

Los héroes no abandonan a las personas.

Sí, ni Shōto ni él son héroes aún, que se jodan. Está priorizando la vida de ellos sobre la de ese tipo. Tampoco es que lo hayan dejado tan a su suerte. Tiene la cabeza revuelta con otras preocupaciones, como el hecho de que Patchwork estaba ahí y era partícipe del ataque. Suponiendo que es solo él y no se trajo a la loca por la sangre también.

El mismo idiota que regañaba a Toga por ser una descuidada, ¿en qué estaba pensando?

Quiere creer que él está muy seguro de que podrá salir de la mierda en la que se había metido como para hacer algo tan estúpido, pero no dejaba de preocuparse. Quería ir a verlo, asegurarse de que no estaba siendo imprudente.

Pero se darían cuenta de su conexión con Dabi si lo intenta. Mierda. Podían usar eso en su contra. Lo mejor sería alejarse de él y evitar cualquier tipo de contacto.

Pero nada le garantiza que pueda volver a verlo otra vez. El tipo que lo salvó y lo cuidó como un hermano. Al que le debía su propia vida.

¿Por qué las cosas no pueden ser más sencillas?

—¡Qué hermoso!

Había alguien delante de ellos. Una persona con correas sujetando sus brazos, arrodillada en el suelo y apenas visible por la oscuridad al frente de su visión. No lo reconocía, no sabía quién era y eso le hizo ponerse en alerta máxima.

—Icyhot— murmura, sacando la navaja de su bolsillo, aprovechando que el individuo seguía murmurando para sí—. Prepárate por si nos ha visto.

Dejar al chico de la clase B fue un acierto, sin duda.

[°°°]

Que gracioso.

Ni siquiera en su trabajo podía estar tranquilo en su totalidad. Que lo jodan, va a cobrarle a Nezu por esta mierda.

De por sí tener que dar clases extra a su grupo de chicos problemáticos ya significaba una noche estresante. No por ellos (mentira), sino por sus horas de sueño arrebatadas (por ellos). Pero ver un incendio forestal tan cerca de ellos fue lo que lo hizo querer ahorcarse con su propia cinta de captura.

¿Tan siquiera que el incendio sea azul era normal?

Vlad tampoco parecía saber qué estaba pasando, sólo lo miró como si Shota supiera las respuestas. Que, por si no había quedado claro, no sabía. Ojalá pueda saberlo y tal vez así pueda dormir bien esa noche. En una cama de ser posible. Extrañaba su cómoda y mullida cama donde entraban su estúpida pareja y él (y sus dos gatos cuando querían molestar a Hizashi por las noches). Pero no, tan cruel como sonaba, estaba igual de perdido que el otro héroe al lado suyo. Vaya sorpresa. Y Mandalay no había mandado mensaje alguno, lo que era todavía más extraño. ¿Algo había pasado con su grupo? ¿O quizás no se veía desde donde estaban?

Casi como si hubiese esperado a que Shota se preguntase por la inactividad de la heroína, esta apareció en su cabeza por medio de su peculiaridad. Su voz sonaba alterada, reforzando el pensamiento de que algo estaba pasando y no era solo un incendio.

—«¡Atención! ¡Dos villanos han invadido el área y se espera que haya más merodeando por la zona! ¡Aquellos que puedan moverse, diríjanse a las instalaciones y eviten todo contacto con el enemigo de ser posible!»

—¿Eh? ¿Por qué hay villanos por aquí...?— y para su desgracia, Shota no tiene la respuesta, pero lo que sí tiene es la preocupación corriendo por su sistema.

Habían pasado más de doce minutos desde que dejó a sus chicos y los de Vlad con las heroínas. Más de la mitad deben de estar solos en el bosque, indefensos si es que aún no se percataron de la invasión.

¿Cómo demonios lograron encontrarlos? No quería ni pensar en ello en esos momentos. No quería ahondar en aguas profundas por las que su mente ya lo estaba arrastrando. Porque sólo se le ocurre una forma de que la información haya sido filtrada. Y no le gustaba como sonaba en absoluto.

—Vlad— no se detiene a esperar que el héroe más alto responda—, protege a los estudiantes por mi. Debo ir a por los que podrían estar perdidos en el bosque.

Salió corriendo hacia afuera del edificio. Podía alcanzar a las Pussycats y a Hitoshi en poco tiempo si mantenía el ritmo y de esa forma llegar a sus alumnos. Oh dios, esperaba que no hiciesen nada estúpido por sus cuentas, al menos nada que arriesgue sus vidas hasta que Aizawa llegue. Maldita sea, el mocoso problemático de Keigo, no quiere pensar en lo que hará el héroe número tres cuando se entere, si es que Mandalay no ha mandado señales de ayuda en el peor de los casos.

—Ah... eres el favorito de Shigaraki, ¿sabías eso? Tiene una buena razón, siempre das lo mejor de ti.

Una mano se extendió hacia él y el olor a carne quemada brotaba de sus palmas.

—Mal momento para actuar como héroe, si me lo preguntas. Ni siquiera eres al que estoy buscando. ¿O sería 'a los que estamos buscando'?

—¿Pero qué...?

Y las llamas azules se extendieron.

[°°°]

Toga no sabe si irse por su cuenta haya sido la elección más inteligente. Le gustaba pelear junto a Dabi-chan, ¿saben? Son amigos, casi hermanos (solo que Dabi-chan lo niega la mayoría de veces). ¡Pero estaba bien! Él le dijo que ella tenía que recolectar sangre y hacer que Shigaraki viese que ella podía ser útil. ¡Lo que es, obviamente! Solo que no estaba para enseñarle su utilidad a ese tipo insoportable.

Si no fuera porque es el líder de una organización criminal, bien podría pasar por cualquiera de sus apestosos ex compañeros de secundaria que pasaban el resto del día en los cibercafés a pasar el rato jugando videojuegos. La cosa es que era un adulto y la mayor parte de su tiempo estaba pegado a una pantalla mientras creía que nadie lo estaba viendo. Bueno, para ser justos, ella se coló en su habitación para averiguar si había algo de utilidad ahí (nada, fue una pérdida de tiempo).

Pero se supone que están fingiendo que quieren ser parte de lo que... ¿qué se suponía que era la misión de Liga para empezar? Oh bueno, no cree que importe mucho. Ella solo estaba participando porque Dabi-chan estaba entrando a ese pozo de mierda y porque se supone que estaban buscando pistas de KitKat. ¡Oh! ¡KitKat! ¡¿Qué se supone que dirá cuando los vea?! Era muy probable que se enoje con ellos. Sí, estará muy enojado, pero ella le echará toda la culpa a su compañero criminal y pan comido. Después de todo, si Dabi o Gogo se tirasen de un puente, ella también lo haría y ellos dos lo saben bien. Es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

De todas formas, aún no comprende el porqué KitKat estaba pasando como alumno en una academia de héroes. Se pregunta si es una especie de trabajo de infiltración o algo así. Pero no lo cree viniendo de él, que prefiere el anonimato a meterse en la boca de lobo. Quisiera preguntarle cuando lo viera, aunque si es lo que piensa a lo mejor querrá que no se sepa sobre su conexión con ellos (bueno, con dos villanos pertenecientes a un grupo terrorista). Pero la culpa es de él por no decirles nada por casi más de dos años. ¡No es justo que se enteren de que sigue con vida por pura casualidad!

Oh bueno. Luego pensará en qué hacer si llega a verlo. Quizás le deje tomar de su sangre, nunca se lo ha negado desde que se conocen. Incluso si la ha regañado con que existen centros de salud enfocados en usuarios de peculiaridades de sangre como los de Toga, siempre ha extendido su muñeca para ella cuando se veían (aunque siempre le dice que no consuma mucho debido a la nitroglicerina en su sistema, pero ella le responde que su cuerpo es inmune a cualquier sustancia tóxica o virus que venga en el flujo sanguíneo). KitKat es demasiado amable, seguro se le pasará el enojo a los minutos.

Se ajustó la fea máscara que Kurogiri-chan le dio para facilitar el uso de su peculiaridad, así como las jeringas en las correas sujetas a sus caderas.

Ha estado siguiendo a dos lindas chicas desde hace un tiempo, sus favoritas del festival deportivo por el lado de las chicas. Cree que vio sus nombres en las hojas que se les dio antes de la misión, pero no los recuerda. Cree que solo Dabi-chan y el señor Compress han sido los únicos que prestaron atención. Pero bueno, ¡ella siempre ha sido buena improvisando sobre la marcha! Instinto como diría KitKat.

Puede aprovechar los disturbios a su alrededor para que ellas no la encuentren, que se preocupen más por lo que se escucha a lo lejos que por su propio alrededor. Un error de novatos, probrecitas. ¿De verdad son aspirantes a héroes? KitKat se burlaría de ellas (si no lo ha hecho ya).

Se pregunta sobre cómo sabrá la sangre de ambas. ¿Será dulce o tendrá la desdicha de tener un sabor amargo?

[°°°]

Puede sentir el sabor de la sangre saliendo de sus encías por estar apretando su mandíbula con fuerza. El dolor se extendía por todo su cuerpo, sus articulaciones dolían no solo por el cansancio del día sino por correr lo más que pudo para llegar hacia Kota.

No sabe si agradecer la sensación en su cabeza de que tenía que ir a protegerlo o preocuparse por haber acertado. El villano, Muscular, planeaba matar al niño. Pudo evitarlo por apenas segundos, pero el miedo de lo que le pudo haber pasado permanecía en su mente.

Estuvo cerca.

Kota estaba a salvo.

—Sin importar qué, lo salvarás, ¿eh?— el villano no puede evitar reírse por sus palabras, carcajeando como si Izuku hubiese contado el mejor chiste de la noche— Excelente, como se espera de un candidato a héroe. ¡Qué lindo, queriendo presumir su sentido de la justicia como sea!

Dejó que One for All cubriera su cuerpo, dejando manchas y chispas rodeando donde tocara su peculiaridad. Ese tipo era peligroso, el hombre que no había dudado en querer asesinar a Kota era un monstruo que creaba músculo tras músculo en capas que lo hacían más fuerte. Tenía la total justificación para sentirse confiado sobre Midoriya, e incluso así, él no pensaba retroceder.

Cosas malas pasan cuando retrocedes, ¿verdad?

—Midoriya, ¿sabías que eres conocido? ¡Voy a divertirme tanto torturándote! ¡Podría incluso honrar a los padres de este niño replicando lo que les hice en tu cuerpo!— Kota se estremeció detrás suyo con miedo—¡¿Qué te parece la idea?!

El golpe que le dio se sintió como si One for All lo destrozara pero desde fuera. No supo que había sido golpeada hasta que su espalda chocó contra el muro de piedra al lado de donde estuvo en primer lugar, dejando una grieta por donde su cuerpo impactó.

Puede agradecer la resistencia que había adquirido con el paso de los meses, porque su consciencia permaneció en pie pese al impacto. Se levantó, ignorando el dolor punzante en su brazo magullado, antes de darse cuenta que el villano ya se había acercado junto a nuevas capas de músculo que se arremolinaba en una espiral alrededor de su puño.

—Oh, casi se me olvida— el impacto hizo crujir los huesos de su brazo adolorido, ahora rompiéndose de verdad y lanzándolo por los aires—. ¿Sabes dónde está el chico... eh... Todoroki Shōto? ¿Así se llamaba...?

Abrió sus ojos con sorpresa.

¿Qué...?

—Tengo trabajo, ¿entiendes? Puedes decir 'no sé', supongo— sonrió siniestramente—. Puedo divertirme contigo de todos modos.

La patada en su estómago le arrancó el aire de sus pulmones y la sangre de sus labios. Dejó que chocara contra la pared de nuevo y cayera al suelo, dejando que la sangre se acumulara en un charco pequeño. Pudo notar el deleite en sus ojos y la diversión de verlo agonizar a sus pies, mirándolo desde arriba, como si fuese un ser superior e Izuku solo una plasta con la que jugar. Y la risa estruendosa que brotaba desde lo más profundo de su garganta atenta con romper sus tímpanos.

—¡Ah, sangre, al fin nos estamos divirtiendo! ¡¿Qué era lo que dijiste antes?!— se burló— "¡Te salvaré sin importar qué!" ¡Vaya huevos para decir estupideces, chico!

Se levantó como pudo, su brazo rojo colgado a un lado.

No era momento de dejarse sorprender por escuchar el nombre de Shōto de los labios del villano. Shōto estará bien, sabe que Takami estaba junto a él, es imposible que algo pase con ellos dos juntos. Tiene que enfocarse en el enemigo que tiene delante suyo.

Sus brazos dolían como un infierno.

Pero prefería destrozarse a ver a otro niño desaparecer cuando pudo haber hecho algo al respecto.

Notes:

¡Hola!

Esta historia es una que tenía en wattpad desde 2022 y que quería guardarla en Ao3 debido a las nuevas políticas de la aplicación. Actualmente esta siendo revisada y editada hasta poder ponerme al día y seguir con la historia donde la había dejado.

Es de mis primeros trabajos largos, espero me perdonen si no es lo mejor del mundo, hago mi mayor esfuerzo.