Chapter Text
—¿Por qué lo cambiaste? —No había querido que sonara como pregunta, pero la hizo, aunque ambos sabían que ya tenía la respuesta.
—Ya sabes cómo es esto.
—¿Y eso te da derecho a cambiar su causa de muerte? ¿Se te olvida quien examino ese cadáver? Es mi trabajo decir cómo murió, y cuando vean el expediente que fui yo quien puso esto; será una mancha para mí. —Miro los papeles que tenía en la mano. —Hora de muerte, cinco de la mañana. Causa de muerte; infarto al corazón. —Se río sin gracia. —¿Es una puta broma? ¡Tiene una maldita herida en el pecho! Marcas en los brazos y mordidas en su cuello y espalda. Había rastros de semen en su vagina y en su boca. ¿Y tú piensas que van a creer el cuento de un maldito paro al corazón?
—¿Qué esperabas que hiciéramos? Prácticamente esas familias no nos dieron elección. Llegaron al siguiente día y sobornaron a los jefes.
—¿Y qué hay de la víctima? ¿sus familiares?
—No tenía familiares. Nadie vino a reclamar nada, y de haber estado desaparecida, ya habría sido reclamada. —Su colega suspiro. —Escucha Porchay. Creo que ambos sabemos que esto es difícil. Y si te preocupa tanto la reputación, Top accedió a firmar como encargado. Tu nombre no será mencionado por ningún lado.
—Por supuesto. —En ningún momento había dejado de usar su ironía, no señalando el hecho de que Top haría lo que fuera por un poco de dinero; lo conocía lo suficiente como afirmarlo.
Suspiro en su asiento mientras juntaba sus manos, como si tocar este tema ya fuera una rutina diaria. — La verdad es que son raras las victimas que tienen acceso a la justicia. Incluso si yo quisiera, hay peces gordos implicados. Y no solamente a mí, sino a todos quienes trabajamos aquí. Tu vida es demasiado valiosa, como para estar jugando con fuego. —Noto la amenaza en su voz.
Había trabajado durante dos años en el Ministerio Publico, dos años en los que había tenido que aguantar esta clase de comentarios y escuchar una y otra vez como familiares lloraban desconsolados cuando iban a identificar los cuerpos. Se sentía enfermo; estaba asqueado de esta clase de situaciones que solo hacían que quisiera salir huyendo. Salió de la oficina de Perth procurando que no se notase el golpe fuerte de la puerta al abrir y chocando en el camino con Keng-quien venía entrando a la oficina, cabizbajo con lentes y cubrebocas- el nuevo agente traído directamente de Bangkok a Phuket.
Prácticamente eran pasadas las tres de la tarde. El turno doble había terminado, y podía irse sin remordimiento alguno. Esta era la clase de días que odiaba. El sol estaba demasiado intenso, y no había dormido en dos días, necesitaba una cama, clima y sus novelas para distraerse, y decidido por el cansancio tomo las llaves del Wolkswaken descapotable.
Dando marcha en reversa en el estacionamiento salió. El guardia de seguridad se despidió con una sonrisa a lo que sólo asintió, no tenía ganas de ser amable. Tomó rumbo con dirección al mar y la avenida principal, este había sido el turno más largo que había tomado desde que entró a trabajar.
Phuket era hermoso de una forma que se mezclaban dos culturas, su arquitectura era de origen chino-portugués. La ciudad como tal no contaba con playas pero si con su isla de Phuket donde había zonas para acampar y diferentes playas; era su pequeño descanso, pero no exentaba que al ver una gran cantidad de turismo, no hubiera una tasa de criminalización grande. Se detuvo cuando vio el semáforo en rojo mientras veía gente pasar con sus perros y turistas en dirección a las lanchas en la costa.
Su departamento estaba relativamente cerca de una zona urbanizada y medianamente segura. Los departamentos eran de obra gris, de ahí que su estadía fuera económica, pero eran acogedores; tenía lo indispensable: lavadora, estufa, un ventilador-Chay casi había llorado por lo último- y su televisor CTR. Era pequeño, con solo un cuarto y un baño y una pequeña sala, pero era suyo. Su departamento estaba en el tercer piso, y ya conocía la mayoría de sus vecinos, la señora Anurak-una mujer alfa demasiado grande que siempre era coqueta- de al lado que le regalaba comida cuando hacía para sus nietos que venían de visita, el señor Chen de abajo siempre tenía su perro fuera rondando para vigilar y la familia Zhang de China que siempre eran serios, pero lo saludaban con asentimiento.
Al llegar a su departamento prendió la luz, ya eran las cuatro de la tarde y tenía que pensar qué iba a cenar; tenía un poco de huevo en el refrigerador, y la despensa la compraría al día siguiente que era su descanso-lo cual se tomaría a propósito porque ya había excedido su carga de más de cuarenta horas trabajando- y su jefe se lo debía. Prendió la televisión por inercia, no le gustaba mucho que todo fuera silencioso.
En otras noticias, se reporta otro hombre desaparecido de subgénero omega en la ciudad de Chiang Mai, las autoridades no han querido dar información al respecto, en cuanto a lo que se refiere a detalles. Los familiares del desaparecido emitieron la denuncia cuando la víctima se encontraba en la calle y comunico que se encontraba en su pre-celo. Se rumorea que pudo ser privado de su libertad y atacado por una mujer de subgénero alfa.
Cambio de canal con el control, mientras se ponía su delantal para picar cebolla.
—¡Te amo! ¡Me quiero aparear contigo!
—No entiendes lo que dices. No te hare feliz. ¡Soy una omega pobre, tu manada no me va a querer!
—¡No me importa! ¡¿Es que acaso tu no me amas?! Dentro de poco tendré mi rut y me niego a pasarlo con alguien más que no sea contigo.
—¿Estas segura? Sam. ¿Estas segura? -hablo con miedo en su voz mientras tomaba a la otra mujer del rostro.
—Estoy segura de que quiero ser tu alfa. Si alguien en este mundo ha de llevar mi mordida, serás tú, y solo tu Mon.-la beso profundamente.
Volvió a cambiar de canal, esta vez batiendo el huevo en un traste, quería hacer un omelette junto con el arroz previamente cocido.
-Es tan inhumano lo que se vive en Afganistán. Los musulmanes usan a los omegas y mujeres beta como moneda de intercambio. En la actualidad, los musulmanes implementaron su ley Sharia en Dubai, desde el año de 1850, todo omega y mujer beta debe de tener el rostro y cuerpo cubierto. Un alfa y un hombre beta tiene derecho a tener como parejas hasta cinco omegas, una completa violación a los derechos humanos, siendo que no tienen acceso a educación, solo en hasta escuela primaria.
—¿Dónde está la ONU que se encarga de proteger a los derechos? -hablo el reportero compañero. — Se supone que la ONU fue creada para proteger y salvaguardar los derechos a nivel general. Estamos a nada de empezar el siglo XXI por el amor de dios, y no hemos avanzado nada como sociedad. ¿Los omega y mujeres beta deben vivir esta clase de abusos? Todos los días hay miles de ataques por parte de alfas y las autoridades no hacen nada, la ley debería de cambiarse, si un omega te dice que no, es no.
Volvió a cambiar de canal, esta vez estaba colocando el huevo y las verduras en el sartén.
—Se acaba de aprobar en la cámara de senadores, la despenalización del aborto en Bangkok, Tailandia. Ahora tanto omegas como betas mujeres podrán abortar en servicios públicos como hospitales e incluso privados. -el reportero dio su asentimiento, mientras por atrás se acercaba un hombre alto con un collar de cruz, claramente un religioso.
—¡Esto no es lo que Dios dijo! ¡Es un castigo acabar con una vida! El deber de los omegas es la reproducción del alfa y su especie, al igual que de la mujer beta. Es una clara aberración el matar a un humano. ¡Si no quieren cachorros que sierren las piernas!
—¡Es más una aberración que quieran implementar nuestros úteros sus malditas religiones! ¡la mayoría de los omegas somos abandonados por alfas, o nos violan y embarazan en nuestro celo! ¡Por que diga lo que diga la ley! Si un omega no dio su consentimiento antes de su celo y el alfa lo pasa con él, ¡es violación!
—¡Eres una blasfemia! - Y no necesitaba ver que había empezado la pelea.
Apago el televisor, y casi dio un brinco del susto cuando sonó su teléfono.
—El número que usted marco se encuentra ocupado. —Sabía que le sacaría una sonrisa a su hermano.
—Hazte gracioso niño. ¿No puedes marcar, aunque sea una vez a la semana para dar señales de vida? — sirvió su comida en el plato mientras seguía con la llamada en altavoz. —¿Qué estás haciendo? Escucho ruido.
—Planeaba comer, y ver un poco la televisión. Pero no hay nada bueno.
—Tienes que ir al videocentro y rentar esta esta película, está muy buena, ¡Pete! ¿cómo se llama la película que estamos viendo?
—Algo sobre unas sombras y cincuenta días, prácticamente sexo duro entre betas, ahora ya entiendo lo que le ven al Cristofer. Se supone que son betas, ¿es normal que sea así de grande?
—Dijeron que el actor en la vida real es alfa. -se escuchó un bufido.
—Eso es una estafa.
—¿me estás recomendando que vea pornografía? ¿tú? ¿El mismo hermano que casi le da un infarto cuando me fue a comprar un consolador?
—Porchay, ya no eres un adolescente. Eres un joven adulto omega muy guapo que merece salir a divertirse; pero te conozco, y estoy seguro de que no sales de tu departamento más que para lo necesario. — esta vez fue el turno de Pete de hablar. — Ahora por favor, hablen un poco más bajo, este es el mejor momento de la película.
—Esta noche, ¿me harás el amor?
—Dos cosas: primero, yo no hago el amor. Yo cojo, duro.
—¿y la segunda?
—¿Le subiste el volumen a propósito?
—Puede ser.
—¡Porsche, salte al balcón! ¡Pete y yo si queremos ver cómo se cojen a Anabella!
—Hia, ¿Quién es esa voz? -hubo un momento de silencio y un cierre de puerta, tenía la teoría que estaba en la terraza del departamento, y en estos momentos, Chay se encontraba con la ventana abierta, viendo cómo se estaba oscureciendo todo.
—Era Thankhun. Lo conocí hace unas semanas en el hospital. -y de pronto hizo memoria, Porsche hace unos meses le había dicho sobre una propuesta laboral en el hospital privado Phayathai, muy reconocido en Bangkok.-¿y tú? ¿qué haces?
Era momento de decir una verdad a medias.
—Renuncie. -técnicamente no era una mentira, había renunciado a su trabajo mentalmente de camino a su casa, y ya tenía una idea de cómo empezar su primera carta de renuncia.
—Chay, espera ¿qué? -no le dio tiempo a hablar, ya tenía una idea clara que hacer para que no lo cuestionara. - Chay, dime si paso algo.
—No paso nada Hia, ya sabes; jefes snob, compañeros snob y agrégale alfas snob. Lo normal. Renuncie porque estaban abusando de mis horas extra. -lo cual tampoco era mentira, habían abusado de las horas extra y agregado informes que el no firmo, que por obvias razones estaban mal planteados.
—Chay, si quieres-lo corto antes que pudiera empezar.
—No, no vas a venir a defenderme. Estas cosas pasan siempre. En donde sea voy a encontrar compañeros así. -escucho a su hermano suspirar.
—Bueno, hace poco me enteré de que en el hospital están necesitando vacantes de médico forense. -esto último fue de su interés.
—No creo, buscare otro hospital por aquí. Aparte si llegase a ir, tendría que buscar departamento, y hacer mudanza.
—Chay, tu mudanza es prácticamente tu ropa, y esa reliquia que tienes por coche. Puedes mudarte con nosotros. ¿Qué opinan chicos? - se escucharon los gemidos de fondo de la película.
—¡Hay espacio!
—¡Pero hace la cena, Thankhun no cocina!
—¡Claro que cocino!
—Khun, estoy de acuerdo con Pete. Llevarnos a restaurantes no cuenta como cocinar.
—¡Eh! ¡Que dijimos de faltarle al respeto a Herbie!-se tenía que quejar también.
—Ese coche te va a dejar botado en medio de la carretera. Y lo sabes.
—Lo pensare.
Se despidió de su hermano. En el momento que se acostaba a dormir con pantalón y sin blusa, sonó el timbre, por un momento pensó que era la señora Anarak que de nuevo vendría a coquetearle, en sus palabras-un omega demasiado bonito no debería estar solo- pero al abrir la puerta no era nadie. Volteo para ver por el pasillo oscuro en ambos lados y no encontró nada salvo un sobre amarillo en el piso. No necesitaba abrir el sobre para saber que podría ser, con el olor de plástico era suficiente; por un momento tuvo un malestar de nauseas otra vez.
Marcó de nuevo a su hermano.
—Llego la próxima semana. -y colgó, no necesitaba dar muchas explicaciones y él no necesitaba saberlas.
Porsche estaba consternado al recibir la llamada de su hermano afirmando que regresaría a Bangkok. Una parte se emocionó, era casi instintivo el reconocimiento de manada que se tenían y que se regocijaba de tener al joven otra vez, viviendo juntos y compartiendo espacio.
Se habían mudado de Bangkok cuando Porsche estaba por entrar a la universidad, haciendo que Porschay dejara su preparatoria para irse a vivir juntos a Chiang Mai alquilando un departamento con dos habitaciones. Habían perdido la casa a manos del banco por no pagar las deudas, no tenían muchos ahorros y lo poco que tenían lo cuidaban para ingresar a la universidad. Porsche había probado suerte haciendo el examen a la Univerdad de Chiang Mai (CMU), y había quedado dentro de la carrera de medicina, donde habían conocido a Pete, quien estaba atravesando una situación similar.
Pete había perdido a su familia y su abuela acababa de morir. Estaba solo y no podía estar estudiando y trabajando al mismo tiempo, así que entre los tres hicieron una mini manada omega. Habían pasado por situaciones similares y de cierta forma los había acercado, con el paso del tiempo, para ahorrar, se mudaron a la casa de Pete (que le habían dejado de herencia) y habían logrado apoyarse juntos para acabar sus carreras, no eran tontos, necesitaban ser profesionistas en un mundo muy duro, sobre todo para los omega.
—La vida no es un cuento de hadas, no va a venir un alfa a sacarnos de pobres. -y bajo esa mentalidad cursaron toda la carrera de medicina, donde Pete y Porsche coincidieron hasta en el internado en el Hospital General de Chiang Mai. Habían logrado pasar su residencia y especialidad de forma sobresaliente y al poco tiempo, habían recibido la solicitud del Hospital Phayatai, aceptando de inmediato y mudándose a Bangkok de nuevo, contrario a Porchay que había decidido alejarse más yendo a Phuket.
—¿Qué tienes? -le hablo un soñoliento Pete, mientras Thankun estaba dormitando en su regazo. Había sido toda una lluvia de emociones coincidir con otro omega profesionista por la medicina, el anestesiólogo era una bomba a tiempo completo de energía.
—Chay viene de regreso.
—¿de verdad? -reconocía la emoción de Pete como propia, el sentimiento de manada seguía latente.
—Al parecer sí.
—Les dije que mi plan saldría a la perfección. -Hablo medio dormitado el otro omega.
—Se va a enojar con nosotros cuando se entere que no hay vacantes para médico forense.
—No se preocupen por eso, ya hablé con mi padre directamente, me dijo que si. -otra sorpresa a la lista, el omega era millonario, un omega mimado que le gustaba trabajar, las ironías de la vida.
—¿Qué le dijiste a tu padre?
—Mencione que su cardiólogo favorito y su ginecólogo omega estaban preocupados porque su cachorro estaba en otra ciudad, y no se sentían cómodos teniéndolo lejos. -se encogió de hombros—A parte, quedó impresionado con el curriculum de Porchay; no es muy común encontrar a un omega que se especialice en medicina forense, ya saben por lo del olor a muerto y eso, también le mostré las calificaciones de Chay, ¿Por qué nadie me dijo que es un cerebrito? Sacó nota perfecta en casi todo. -Porsche no lo dirá, él también era muy inteligente, pero estaba orgulloso que su hermano también lo fuera.
—Ya en serio, díganme, ¿por qué Chay no acepto su beca al extranjero? -Pete y Porsche se vieron a los ojos.
—Es un tema delicado. Me avergüenza decirlo, pero a veces ni yo entiendo a mi hermano.
—Lo que tienes que saber Khun es que Chay es muy competente. Diablos, Porsche, tu hermano no se vuelve presidente porque no quiere. -se rieron. Porque estaban seguros de que lo era.
No era común ver a omegas trabajando en cargos importantes y menos en carreras pesadas como medicina, cuando Porsche y Pete cursaron la carrera y especialidad, habían sido los únicos omegas de su generación; y de cierta forma, estar rodeados de alfas y betas, podría resultar muy intimidante. Sobresalir requería el doble de esfuerzo, los profesores y sus preferencias a los alumnos alfa habían sido una constante molestia, el internado no mejoro, pero ambos sabían que iba a ser duro, pero valía la pena.
En el caso de Porchay había sido todavía más difícil, ser omega que se dedicara a medicina forense lo había convertido en un bicho raro. Sus compañeros lo miraban, para los trabajos de equipo eran todavía peor, no hablaban con él, no querían acercarse.
Un omega que quiere trabajar con muertos, ¿retorcido, ¿no?
Al siguiente día de su descanso, presentó una carta muy elaborada, empezando por un gracias por nada, resaltando el constante acoso de sus compañeros, las feromonas que los alfa emitían cuando pasaban y procuraban atosigarlo, y la constante molestia que eran. No escribiendo todo lo demás que había tenido que ver. Tomo en una caja de cartón sus pertenencias, la engrapadora, su diario, un libro de medicina forense que a veces cargaba por inercia, su llavero de conejito y la foto de sus padres con su hermano que tenía en su escritorio, agregando otros más apuntes y unos parches, para bloquear olor que siempre tenía de emergencia en su escritorio. Ya había entregado sus llaves a su jefe y no quería hacer más, antes de salir hasta que Perth lo intercepto.
—Chay, espera. —miro al beta con molestia.
—¿Qué quieres? -este último miro su caja de cartón que estaba por meter en el Wolkwaken.
—Sólo quería despedirme. Sé que no fuimos los mejores compañeros, pero…eres un buen elemento. No merecías ser acosado de esa forma. Ambos sabemos lo que pasa detrás de bambalinas en el Ministerio, y sólo quería decirte que tengas cuidado. Y antes que lo pienses no es amenaza, sólo es para que te cuides.
El omega lo miró de forma seria.
—Aunque parezca sorprendente, estoy acostumbrado. Lidio con esta clase de cosas toda mi vida, no me voy por esa razón. -el beta lo miró confundido.
—Entre menos sepas, mejor. -y sin más cerró la puerta del coche arrancando en dirección a la carretera. No había querido admitirlo, pero su hermano tenía razón, no poseía mucha ropa y sólo tenía un par de zapatos, sus converse y unos de vestir. Había entregado las llaves de su departamento esa misma mañana y ya no tenía nada que pudiera dejar salvo el sobre amarillo que tenía guardado en la guantera.
La radio siempre había sido un problema en cuestión de encontrar una estación que se escuchara bien.
Esta es 93.5, la radio que escuchas. Y como siempre, vamos a pasar los mejores hits del momento. Y ya para despedirnos, porque ustedes lo pidieron y han estado marcando mucho, vamos a escuchar Everybody de los Bastreekboys, que he de confesar, es mi banda favorita también. Una de las banda de alfas con más impacto que ha tenido en todo el mundo. ¿no es sorprendente? Se ha convertido en todo un fenómeno a nivel mundial, pero si más. Les recuerdo una vez más, este es el canal 93.5 Hits del Momento, esta fue su locutora favorita alfa, Vin. Y como siempre, dando las 11 de la mañana del 20 de Septiembre del año 1997 me despido de ustedes, deseándoles un muy bonito día. DJ, dale.
Everybody
Rock your body
Everybody
Rock your body right
Backstreet's back, alright!
Hey, yeah, oh
Porchay se puso los lentes llegando a carretera. Se permitió disfrutar de la carretera al sonido de la música. El viaje de Phuket a Bankokg iba a demorar y más si seguía el mapa y hacía las paradas que deseaba hacer, como ir al baño, comprar comida, y disfrutar del paisaje.
Las carreteras en Tailandia eran un poco rusticas si no eran muy transitadas, a Porchay le gustaba fantasear un poco y disfrutar su viaje. Cuando el sol bajo, quitó la capota. Las canciones en la radio siguieron sonando, pero aún con su apuro sabía que no llegaría a tiempo a Bangkok, encontró un motel en el camino desde donde marco en la caseta a su hermano.
—No tenemos teléfono, pero ahí en la parada de la gasolinera hay una caseta. -le hablo amable la señora dueña del motel, a lo que Porchay le agradeció. Podía funcionar con eso. El motel y la gasolinera estaban una en frente de otra, y ambas estaban ubicadas en medio de la nada.
Inserte 50 baths para cobro a larga distancia y 100 baths para cobro internacional.
—¿Hola?
—Sólo hablo para informarte que no podré llegar hoy, no logré salir a tiempo y me voy a quedar en un motel.
—Prefiero mil veces que te quedes en un motel que te arriesgues a llegar. ¿Crees llegar a tiempo para el desayuno? -el omega lo pasó.
—Probablemente no. Todavía quiero pasar a hacer unas cosas en el centro, después quiero ir a dejar mi curriculum en una funeraria.
—Dime por favor, que también dejaras curriculum en el hospital.
—Si, Porsche. Si dejare curriculum en el hospital.-sabía que eso lo mantendría tranquilo. Siguieron hablando un poco más sobre qué comería a lo que el menor le dijo que el motel tenía servicio de comida y desayuno, hablaron sobre que la nueva película que Disney iba a sacar, Porchay quería ver Anastasia y Porsche la Sirenita. No se pusieron de acuerdo.
Favor de ingresar 10 baths para otros 5 minutos de llamada.
—Creo que será mejor parar. Ni tu ganas, ni yo gano. Vamos a ver las dos. Te dejo, tampoco quiero que te quedes sin dinero. Te amo cachorro, descansa.
—Te amo Hia, descansa también.
Y colgaron.
Esa noche no pudo descansar muy bien, se sentía agitado. Esto sería nuevo, no había pisado Bangkok desde que se había salido de la preparatoria y a pesar de los recuerdos amargos, había una emoción nueva creciendo en su pecho.
Para el siguiente día, puso la radio nuevamente y al son de Dum Dum de Jeff Satur llegó a Bangkok, se dijo que era una lástima que falleciera en los 80´s. Había una gran diferencia de estar en carretera a saber que estaba en el centro, había edificios por todos lados, uno más imponente que el anterior, como si pelearan por ver quién es el más grande, avenidas repletas de mototaxis, coches, bicicletas y tráfico humano.
Pudo encontrar el mercado Chatuchak, sabía que podía encontrar algo de comida, unas sandalias (porque si necesitaba y se le había olvidado comprar un par), y una muda de playeras, en su punto de vista, eran económicas y cómodas.
Ese día iba vestido con un short y una playera básica blanca, sin olvidar sus lentes. Se había bañado en el motel antes de irse. Desayuno verduras al vapor con arroz y picante, no se mataría de hambre.
Para cuando llego al hospital era mediodía, y ya tenía su curriculum hecho a mano. Al llegar encontró un amplio vestíbulo y enfermeras caminando a todos lados, la recepción se encontraba en el quinto piso, como le había explicado un guardia, después de todo, era un hospital privado. Una enfermera muy amable lo vio, estaba sentada en su computadora, mientras que otra estaba en su máquina de escribir.
—Buenos días. -ella le sonrió y le hablo con la misma formalidad.
—Vengo a dejar mi curriculum para la vacante de médico forense. -y la mirada amable de la mujer cambio a una de signo de interrogación, mirando a su compañera.
—Erika, ¿sabes si el departamento forense tiene vacante? -a lo que la otra mujer negó con la cabeza, dejando lo que fuera que estaba escribiendo con concentración.
—No nos han dicho de ninguna vacante.
Si Porchay hubiera sido más receptivo, hubiera visto que detrás de él paso un joven alto, muy guapo, omega que se encontraba muy agitado. Y en cuanto volteo a ver al menor supo que era hermano de su amigo cardiólogo. Llegando con energía y sobresaltando a los presentes, se presentó.
—Erika, tesoro. La vacante si esta, solo que no se ha notificado a recursos humanos. Mucho gusto, ¿eres Chay no es así? ¡pero si eres una belleza!, tu hermano tenía razón, hermoso e inteligente; una combinación peligrosa. - tomó los papeles que tenía en la mano sin siquiera mirarlos y pasándoselos a la enfermera que estaba muy consternada.
—Erika, manda estos papeles a recursos humanos, Chay será el nuevo jefe de departamento de medicina forense. - Espera, ¿qué?
—No vine a ser jefe de ningún departamento. -el menor lo pensó con detenimiento y se cruzó de brazos. —Sólo venía por la vacante de forense-El mayor tuvo que tomar una mirada disimulada, si Porchay se llegaba a enterar de las maquinaciones que se tomaron, estaba seguro de que diría que no.
—Escucha, Chay. Van a despedir al jefe del departamento por unos problemas que ha estado teniendo con respecto al reglamento. Dio la casualidad de que tu hermano nos habló de ti, hemos visto tus notas por tu hermano, y conocemos tus títulos y certificados, estas más que capacitado. -el mayor junto sus manos a modo de disculpa e hizo un puchero. —Aparte te juro que fue con la mejor de las intenciones.
—¿Voy a hacer algún tipo de entrevista?
—Esta es la entrevista. Conmigo. Ya te dije que si, estas capacitado, y puedes empezar mañana mismo.
—Pero solamente quiero ser médico forense, no jefe. Ni si quiera tengo experiencia.
—Detalles menores. Pero si tanto te preocupa, puedes ser la vacante del médico en lo que encontramos un jefe del departamento.
—Hecho.
Del otro lado del pasillo, ajeno a las conversaciones que se estaban teniendo en la recepción, aparecía un joven doctor con uniforme quirúrgico le estaba dando indicaciones a un enfermero que trataba de seguirle el paso.
—Quiero que a la paciente le hagas una radiografía y tomografía, no me da buena espina esa convulsión. A la de la derecha suminístrale suero intravenoso y aparte quiero que se le cambie los vendajes a la del pasillo tres cada cuatro horas, ¿escuchaste Big?
—Si doctor Kim.-el enfermero se estaba por despedir del doctor que estaba entrando al elevador cuando se recordó.
—Doctor Kim, tiene junta con su manada a las seis de la tarde y cirugía a las ocho.
—Pasa la junta para mañana. Y antes que repliques dile a mi padre que si no es algo urgente lo podemos aplazar ¿no?, y al paciente pásalo para las cinco. ¿Por qué poner su cirugía a las ocho?
—Será ocupado el quirófano por su hermano Kinn.
—Dile a Anakinn que la cirugía puede esperar, necesito quirófano a las seis, su cirugía no es una bala que podría matar a su paciente, es una transfusión.
Y sin más se cerró el elevador. En ese mismo lugar se encontraba a unos tres pisos arriba un Vegas muy concentrado en un bebé.
—Los signos vitales se encuentran bien, pero esto no es normal. - El joven doctor no paraba de revisar al bebé con su estetoscopio. El joven alfa no paraba de ver que el niño se ponía azul, no le daba buena espina.
—Nos dijeron que era un tipo de soplo. Que desaparece con la edad. -hablo el alfa.
—¿Soplo sistólico de eyección benigno? -hablo mientras revisaba los estudios, a lo que el alfa asintió.
— Pero no nos dio buena espina, así que lo sacamos del hospital y decidimos venir con otra opinión. —en esta ocasión hablo la madre omega que se encontraba muy nervioso.
—Muy pocas personas lo saben, pero el vínculo que la madre omega tiene con el cachorro es fuerte, tanto que puede detectar si hay problemas en su salud. Hizo bien. - Vegas siguió checando el ritmo cardiaco del bebé.
—No los quiero alarmar, le voy a organizar unos estudios para descartar. -Vio al enfermero Arm. —Quiero un electrocardiograma, radiografía y ecocardiograma. —el enfermero asintió.
—Doctor-hablo la madre omega.
—No se preocupen, estará bien. Haré todo cuanto esté en mis manos para que ese cachorro se encuentre sano.
Al salir Vegas de la sala, se vio dirigido al departamento de al lado, todavía necesitaba llenar unos formularios y tenía muy poca cafeína en su sistema, su jornada apenas empezaba y no veía a su padre por ningún lado.
Macao paso a su lado corriendo mientras iba en dirección a psiquiatría, Vegas lo tomó por el brazo al enfermero.
—Deja de andar molestando a ese omega.
—Hola hermanito, también me da gusto verte. -Vegas lo miró con una ceja alzada y cruzo los brazos, adoptando la típica pose de ya sé no finjas que soy ignorante.
—Bueno si, iba para allá.
—¿No tienes un paciente que atender como enfermero en urgencias?
—Siempre hay pacientes en urgencias. -el joven alfa rodo los ojos. —¿No tienes pacientes pequeños a los cuales diagnosticar?
—No me cambies el tema. ¿Has visto a papá?
—Si, esta de camino a la oficina, hay junta de manada.
—Demonios-miró su reloj, por lo regular siempre era cuidadoso con cada aspecto de la manada. —¿No podemos dejar los asuntos de manada para la casa?
—Díselo a papá, dice que sus hijos no los ve, y al tío Korn sigue queriendo hablar con Kinn por su ex Taiwan. -hizo una mueca, ese sin duda era otro problema que Vegas no quería atender.
—¿Vas a estar en la casa?
—No lo creo, Kim va a tener cirugía y muy probablemente me pida en el quirófano.
—Es tu culpa por especializarte en enfermería quirúrgica. Ya sabías que iba a ser pesado. -el menor hizo una mueca.
—¿y tú? ¿no tenías cirugía esta tarde?
—Sus padres no quisieron la cirugía, ahorita tengo otro caso de un cachorro.
—¿Qué tan seguro estas que va para quirófano?
—mmm…cincuenta, cincuenta.
Su busca empezó a parpadear.
—Eso no es el mío, es el tuyo. -volvió a sonar en color urgente. —Si, va a ser urgente.
—Este turno será pesado, diles a los viejos que estaré allí en cuanto pueda.
—Como si eso los calmara.
—Ve. Y deja de molestar a ese loquero.
—No es loquero. Es psicólogo. Una belleza de psicólogo omega.
Siguió caminando por el pasillo rumbo al elevador. Tenía que darse prisa, y en ese mismo momento, lo vio. Ya lo había visto antes, sus departamentos estaban de extremo a extremo. Prácticamente se cruzaban con puras miradas.
—Doctor Vegas.
—Doctor Pete.
Ambos hicieron amago de oprimir el botón.
–¿Va al piso nueve?
—Si. ¿usted también va?
—Voy al ocho. -Entraron en el mismo elevador. Pete era sin duda un manojo de nervios disfrazado de quietud, el alfa le ponía los pelos de punta. Ya lo conocía, la primera vez que se vieron sólo tuvieron un cruce de miradas, y no pudo evitar pensar que era sexy, tan atractivo como el peligro podía ser.
Estar juntos en el elevador sería sin duda el sueño de un Pete colegiala, pero ahora era un adulto joven, las emociones de adolescente ya no tenían cabida para él, pero se valía suspirar un minuto por un alfa atractivo e imaginar la escena de Cristofer y Anabella en el elevador, pero con ellos dos. Se dijo que, para la próxima ocasión, él escogería las películas a rentar y no Khun.
Dando solo un asentimiento, se despidió del doctor, y salió corriendo del elevador. El piso ocho estaba reservado para pacientes de oncología, uno al cual, Pete no le gustaba ir; siempre salía deprimido de ese ambiente, pero no era un paciente lo que le había traído ahí, sino otra razón.
Porsche había ido a oncología a recoger unos papeles que se le habían olvidado, porque era muy distraído y a veces no recordaba donde dejaba las cosas que en su opinión eran “inútiles” como formatos, pero ahorita Porsche estaba en el quirófano, y no podía recogerlos, y no confiaba mucho en los enfermeros cuando uno por error le cambio los papeles de su paciente por otro, así que como buen amigo que era, se ofreció, su turno estaba a nada de acabar.
También había otros motivos.
Ahí estaba Chan. El doctor de oncología que traía suspirando al departamento, y un alfa también, como cereza del pastel. Alfa, que también era el amor secreto de su nuevo amigo omega. ¿Y si Pete solo fue para averiguar que el alfa no traía a nadie rondando? Jamás lo aceptará, dirá que solo fue por papeles.
—Vine por los papeles que se le olvidaron al doctor Kittisawasd.
—Ay, ese doctor. Siempre en todos los departamentos deja una cosa olvidada. Dile que en la recepción dejo también su termo. - Ah, con que ahí estaba
—Se lo diré, muchas gracias. -y tratando de dar su mejor sonrisa de omega bueno, corrió.
Y sin más se fue trotando en dirección a su departamento, todavía tenía un paciente más y con eso concluyó su turno, o al menos eso pensó cuando vio abrirse el elevador y ver a Porchay siendo escoltado por Takhun, y en cuanto lo notó, su semblante cambio.
—Pete.
—Ya veo que ya se conocen. Khun te daría la guía ¿verdad? Ahorita tengo paciente y no creo poder verlos hasta la casa. -luego hablaría con el omega sobre su romance secreto con el alfa mayor, por el momento debían de seguir pretendiendo que todo era normal, estaba seguro de que todavía Porchay no había notado la mentira que habían fabricado y era mejor así.