Chapter Text
La semana con Lucy había pasado más rápido de lo que esperaban. Entre risas, juegos y pequeños paseos, Billy y Harley habían disfrutado como nunca la experiencia de vivir juntos y cuidar de ella.
El último día amaneció tranquilo, con un sol brillante que iluminaba el departamento.
Billy despertó antes que Harley y Lucy. Se estiró, miró hacia el reloj y suspiró. Era el último día que la niña estaría con ellos.
Caminó hacia la cocina y comenzó a preparar algo de desayuno. Justo en ese momento, Harley se levantó con el pelo revuelto y una camiseta larga.
Se acercó despacio, apoyando su mentón en el hombro de Billy mientras lo veía batir unos huevos.
Harley: Buenos días, chef (susurró con voz ronca de recién despertada)
Billy: Buenos días (respondió con una sonrisa tímida) ¿Dormiste bien?
Harley: Sí… pero se me va a hacer raro mañana, cuando Lucy ya no esté con nosotros (suspiró, y luego lo abrazó por la cintura) Gracias por hacer todo esto más fácil para mí.
Billy sonrió, dejando un beso en su frente.
Billy:Harley… yo solo hago lo que siento. Quiero estar acá, con vos, con Lucy. Aunque sea por una semana… sentí que teníamos una pequeña familia.
Ella lo miró fijamente, como si quisiera decir algo más profundo, pero se contuvo. Solo lo abrazó con fuerza, y ese silencio fue suficiente.
Un par de horas después, Lucy ya estaba despierta, saltando de emoción porque le habían prometido salir.
Harley y Billy la vistieron con ropa cómoda, y salieron los tres hacia el centro de la ciudad. Primero caminaron por un parque normal, donde Lucy se subió a los columpios y Billy la empujaba suavemente mientras Harley reía desde un banco cercano.
Lucy: ¡Más fuerte, Billy! ¡Más fuerte! (gritaba Lucy).
Billy: Si te empujo más fuerte vas a volar hasta la luna (bromeó él, haciéndola reír.)
Harley: Billy!! (Le levanto la voz) No sé jode con eso!
Billy: Jajaja ya se, además no puedo hacerlo de esta "forma" (hizo énfasis en su forma divina).
Ella solo negó con la cabeza y los dos siguieron jugando
Después de un rato, decidieron ir a un parque de diversiones. Lucy estaba fascinada con las luces, las atracciones y el ambiente. Se subieron juntos a la rueda de la fortuna; Lucy entre los dos, mirando todo desde arriba.
Lucy: Se ve hermoso… (dijo maravillada).
Harley la abrazó de lado.
Harley: ¿Viste? Es como si el mundo fuera un juguete gigante desde acá arriba.
Billy sonrió, aunque en silencio pensaba en lo mucho que había cambiado su vida desde que Harley apareció en ella. Ahora, compartiendo este momento, sentía que de verdad tenía algo que perder, algo que proteger.
Luego de algunas vueltas en los juegos, Harley insistió en entrar a una cabina de fotos.
Harley: Vamos, esto es obligatorio. ¡No podemos dejar que este día se termine sin una foto! (dijo arrastrando a Billy del brazo mientras Lucy saltaba emocionada).
Se metieron los tres en la cabina, y Lucy apretó los botones. En la primera foto salieron sonrientes, en la segunda haciendo muecas divertidas, y en la última, Harley rodeó a ambos con sus brazos y los apretó fuerte. Cuando salieron las fotos impresas, Lucy gritó de alegría.
Lucy:¡Mírennos! ¡Somos como una familia de verdad!
Billy y Harley se miraron en silencio. Esa frase, aunque dicha con inocencia, caló hondo en los dos. Harley guardó las fotos con cuidado, como si fueran un tesoro.
Al día siguiente, la hermana de Harley llegó para buscar a Lucy. La niña corrió a abrazar a su madre adoptiva, feliz de verla. Billy y Harley la despidieron en la puerta, y Lucy les dio un último abrazo antes de irse.
Cuando la puerta se cerró y el silencio llenó el departamento, Harley no pudo contenerlo más. Se giró y se lanzó a los brazos de Billy, llorando contra su pecho.
Harley:La voy a extrañar tanto… (murmuró con voz quebrada) Aunque sé que está bien cuidada… verla irse me parte en dos.
Billy le acarició el pelo, besándole suavemente la frente.
Billy: Lo hiciste muy bien, Harley. Lucy estuvo feliz toda la semana, y eso es gracias a vos.
Ella levantó la vista, con lágrimas en los ojos, y sacó la foto de la cabina.
Harley: Mirá, Billy… por un momento parecíamos una familia de verdad (Sus labios temblaban entre la tristeza y la sonrisa).
Billy la miró con ternura, y sin pensarlo más, la besó suavemente para calmarla.
Billy: Y lo fuimos, aunque fuera por un rato. Y lo podemos volver a ser, cuando llegue el momento.
Harley se mordió el labio, conmovida y vulnerable. Se apartó solo lo justo para ir al baño y refrescarse. Billy, aún con el corazón latiendo fuerte, fue hacia la cocina para empezar a preparar algo de almuerzo.
Pero Harley no lo dejó escapar. Antes de que pudiera abrir la heladera, ella lo atrapó desde atrás, rodeándole la cintura con sus brazos.
Harley: ¿Y a dónde pensás que vas, eh? (susurró con un tono cargado de emoción y picardía)
Billy se giró sorprendido, pero antes de que pudiera decir algo, Harley lo besó con pasión, empujándolo suavemente hasta el sofá. Lo tomó de los cachetes, hundiéndose en su boca, como si quisiera fundirse con él.
Billy: Harley… (alcanzó a decir él, rojo como un tomate).
Harley: Shhh… (lo calló ella, mirándolo intensamente) Ahora mismo no quiero pensar en nada más… solo en nosotros.
El beso se intensificó, y Billy, aunque nervioso, respondió con la misma pasión. Por primera vez desde que vivían juntos, se permitió bajar las defensas y dejar que ese momento íntimo los envolviera por completo.
La foto quedó sobre la mesa, como un recordatorio de la semana vivida y de lo que podían construir en el futuro.
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Varias semanas después de la despedida de Lucy, la vida de Billy y Harley había encontrado un equilibrio casi normal.
Él seguía con su trabajo y estudios, mientras que Harley se organizaba con su consultorio de medio tiempo y sus entrenamientos ocasionales con la Liga.
Esa noche de viernes estaban tranquilos en el comedor de la base de la Liga, esperando a que Batman apareciera con la información de la misión.
Billy había elegido quedarse en su forma mortal para relajarse, sentado en la mesa mientras jugaba distraído con una taza de café.
Harley, en cambio, no paraba de molestarlo: jugaba con su cabello, enroscaba mechones entre sus dedos y tironeaba suavemente de sus orejas.
Billy: ¡Harley… basta! (dijo Billy entre dientes, poniéndose colorado) Me hacés cosquillas.
Harley: ¿Qué? ¡Si tenés orejitas tan suaves! (rió ella, pasándole la mano otra vez como si fuera un gato) Además, me divierto viéndote poner esa cara de tomate.
Billy suspiró, pero no pudo evitar reírse con ella. La escena se volvió más incómoda cuando una sombra los cubrió de golpe: Batman había llegado.
El murciélago se quedó de pie, con los brazos cruzados, mirándolos en silencio unos segundos.
Billy se aclaró la garganta y se enderezó en la silla, mientras Harley soltaba una risa nerviosa.
Harley: Oh… eh… hola, Bats (saludó, quitando lentamente las manos del cabello de Billy).
Batman no comentó nada, simplemente giró hacia ellos.
Batman:Tenemos una situación. Cheetah está causando destrozos en las afueras del puerto, y Grundy apareció en las inmediaciones. El equipo está ocupado en otros frentes, así que ustedes vienen conmigo.
Billy intercambió una mirada con Harley. Ella chasqueó los dedos como quien se prepara para una función y sonrió.
Bueno, al menos vamos a divertirnos un poco.
Minutos después, Shazam ya estaba en el aire junto a Batman en el Batwing, y Harley ajustaba su bate especial reforzado, lista para la acción.
En el muelle, Cheetah saltaba de contenedor en contenedor con velocidad felina, mientras Grundy arrastraba cadenas como si buscara pelea.
Batman: Shazam, vos te ocupás de Cheetah. Harley, mantenete de apoyo. Yo voy a hablar con Grundy (ordenó).
Billy no necesitó más. Se lanzó contra Cheetah en un rayo de luz, intercambiando golpes veloces que levantaban chispas. .
Ella era rápida y letal, pero Shazam estaba motivado: con cada choque, controlaba mejor su fuerza, esquivando sin perder la concentración y sin buscar dañarla de forma definitiva.
Harley, mientras tanto, aprovechaba para lanzarle distracciones desde lejos con proyectiles improvisados, hasta que Shazam finalmente logró sujetarla con un trueno controlado, dejándola aturdida.
Por el otro lado, Batman hablaba con Grundy con voz firme. Increíblemente, el gigante no estaba en un modo salvaje, y tras unos minutos de diálogo, terminó accediendo a cooperar y dejar de causar caos.
Grundy: Grundy… cansado. Grundy… no quiere pelear (dijo la criatura, dejando caer sus cadenas).
Harley silbó desde atrás.
Harley: Mirá vos, Bats. ¡Con vos hasta los zombis se vuelven razonables!
Cuando todo terminó, Cheetah quedó asegurada y Grundy trasladado pacíficamente, Batman se acercó a Billy y Harley.
Batman:Buen trabajo. Pero tengo algo más para ustedes. (dijo con tono grave).
Ambos lo miraron atentos. Batman abrió un pequeño dispositivo holográfico mostrando un mapa.
Batman: Poison Ivy ha estado moviéndose en las afueras de Gotham. Está creando un invernadero enorme y parece que está atrayendo vida vegetal de varios kilómetros a la redonda. No parece hostil, pero quiero que alguien vaya a hablar con ella antes de que se convierta en un problema. Harley, pensé que vos podrías manejar esto.
El rostro de Harley cambió al instante. Sonrió de lado, pero con un dejo de nostalgia.
Harley: Hiedra… mi querida Red. Hace tanto tiempo que no la veo (murmuró, casi emocionada).
Billy, curioso, la miró.
Billy:¿Una… amiga tuya sino mal recuerdo?
Harley: Más que amiga, chiquito. Fue mi mejor amiga. Mi cómplice, mi… bueno, mi todo por un tiempo (explicó Harley, un poco más seria) Y sí, a veces también mi otra mitad.
Billy se rascó la nuca, incómodo, pero asintió.
Billy: Entonces… vamos.
El viaje hacia las afueras de Gotham fue silencioso, hasta que llegaron a un enorme invernadero iluminado con luces verdes y rodeado de plantas que parecían respirar.
La vegetación se movía como si tuviera vida propia, apartándose para abrirles paso.
Al entrar, vieron a Ivy de espaldas, atendiendo un rosal que brillaba suavemente. Su cabello rojo caía en cascada, y su voz suave llenaba el ambiente.
Ivy: Sabía que vendrías, Harley. Siempre supuse que algún día ibas a volver a buscarme. —dijo, sin darse vuelta.
Harley apretó la mano de Billy y luego soltó una risa nerviosa.
Harley: Ey, Red… ¿me extrañaste?
Ivy giró lentamente, observándola con una mezcla de sorpresa y cariño. Cuando notó a Billy, arqueó una ceja.
Ivy: Veo que no viniste sola…
Billy tragó saliva.
Billy: Eh… hola, soy Billy. Bueno… Shazam. O… ambas cosas.
Harley lo empujó hacia adelante con una sonrisa amplia.
Harley: ¡Es mi novio, Red! Te presento a mi chico.
Ivy lo observó en silencio unos segundos. Luego esbozó una sonrisa enigmática.
Ivy: Nunca pensé que vería el día en que Harley Quinn se presentara con un… caballero a su lado. Se nota que él significa mucho para vos.
Harley lo tomó del brazo y lo abrazó como si quisiera dejar clara la respuesta.
Harley: Muchísimo, Red. Este chico me salvó de mí misma.
Billy, nervioso pero sincero, añadió.
Billy: Ella me salvó también. No soy el mismo desde que apareció en mi vida.
Ivy suspiró, caminando hacia ellos con pasos lentos.
Ivy: 'Entonces quizás… finalmente encontraste lo que buscabas..' (susurró, mirándola con ternura, antes de tenderle una mano a Billy) Bienvenido a este pequeño rincón verde. Si cuidás de Harley… entonces sos bienvenido en mi vida también (dijo con un tono serio pero que guardaba un mensaje oculto y un sentimiento guardado)
Harley, emocionada, abrazó a Ivy con fuerza. Billy las miró en silencio, comprendiendo que ese reencuentro significaba mucho más que lo que podía expresar en palabras.
Ivy:Vengan, vamos a la sala para poder hablar más tranquilos (se dio vuelta y fue a guiarlos).
Harley La siguió con entusiasmo y Billy solo tragó saliva
